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Comptes rendus

Historiografía, marxismo y compromiso político en España. Del franquismo a la actualidad

Álvaro Castaños Montesinos
Référence(s) :

José Gómez Alén (ed.), Historiografía, marxismo y compromiso político en España. Del franquismo a la actualidad, Madrid, Siglo XXI, 2018, 350 p.

Texte intégral

1Tras el desmantelamiento de la Unión Soviética y la restauración del capitalismo en la práctica totalidad del campo socialista, no fueron pocos quienes anunciaron la muerte del marxismo, el fin de su utilidad tanto política como científica, y en particular de su capacidad de explicar a interpretar los acontecimientos históricos. Algunos incluso se atrevieron a matar a la propia Historia, emparentando involuntariamente ambas nociones. Aunque no era la primera vez que se proclamaba la caducidad de este pensamiento, el sentimiento de derrota y desorientación en buena parte de los marxistas del momento le dio más credibilidad que nunca. Sin embargo, asentada ya la polvareda que levantó el Muro de Berlín, muchos han vuelto a dirigir su mirada, como recomendara Eric J. Hobsbawm, hacia “las preguntas de Marx”, a fin de comprender el presente y conquistar el futuro. Y en este ejercicio de recuperación, el estudio de la influencia historiográfica del marxismo, de su recorrido, trascendencia y avatares, resulta cada vez más necesario.

2En este contexto y con esta intención se ha publicado, en 2018 y por la editorial Siglo xxi, Historiografía, marxismo y compromiso político en España. Del franquismo a la actualidad. Editado por José Gómez Alén y coeditado por la Fundación de Investigaciones Marxistas, (fim) el volumen presenta las actas de las Jornadas homónimas, celebradas en noviembre de 2014 en la Universidad Complutense de Madrid y organizadas por la Sección de Historia de la fim. En su interior, encontramos once contribuciones, caracterizadas por una enorme diversidad temática y por un evidente esfuerzo multidisciplinar, que cristaliza en una organización de los capítulos en torno cuatro bloques.

3Tras una “Introducción” elaborada por José Gómez Alén, a la que nos referiremos más adelante, empieza el bloque dedicado a la influencia del marxismo en la historiografía española de las sociedades precapitalistas. El primer capítulo, “Historiografía española de la Antigüedad de tendencia marxista”, de Domingo Plácido (Universidad Complutense), repasa pormenorizadamente las distintas contribuciones marxistas al análisis de la Antigüedad en España, resaltando su carácter tardío y la importante influencia ejercida por historiadores franceses e italianos. Concluye identificando una tendencia general: el abandono paulatino del uso explícito de las categorías marxistas, conservando unos presupuestos vinculados al materialismo histórico que en ocasiones se compaginan con otras corrientes.

4Le sigue “¿Sistema atlántico o primera mundialización? Una perspectiva marxista”, la contribución de Carlos Martínez Shaw (uned) acerca del debate en torno a la conquista europea de América y donde el autor defiende la noción de mundialización frente a las concepciones atlantistas, funcionales a la cooperación geopolítica actual entre Europa y los ee.uu.

5El bloque se cierra con el trabajo de Juan Trías Vejarano (Universidad Complutense), “El análisis de las transiciones, que aborda una cuestión tan importante para la historiografía marxista como los períodos de ruptura y transformación de las bases de una sociedad. Un observatorio tan privilegiado, que ha protagonizado no pocos debates entre los historiadores marxistas, sirve como excusa para relatar el recorrido del materialismo histórico durante las últimas décadas, identificando un período de auge a partir de los años sesenta y una posterior crisis a finales de los años ochenta. El autor concluye, asimismo, calificando el Antiguo Régimen como un período de transición del feudalismo al capitalismo.

6La segunda parte del libro, dedicada a la crisis del Antiguo Régimen y el desarrollo del capitalismo, dedica uno de sus capítulos al debate sobre la existencia y caracterización revolución liberal en España. Las posiciones defendidas por buena parte de los historiadores marxistas durante el franquismo y la Transición se relacionan, tal como demuestra José Antonio Piqueras (Universitat Jaume I, Castelló), con los posicionamientos políticos del pce. Durante décadas, se concibió España como un país con fuertes pervivencias feudales, merced a la ausencia de una revolución burguesa completa, lo que condicionó la estrategia política hacia la meta de la revolución democrática. Frente a esa interpretación, se pudo desarrollar, más adelante, una posición marxista que identificaba una revolución burguesa en el tercio central del siglo xix, que no impidió la pervivencia de relaciones secundarias feudales, de la que participa el autor y donde destacaron autores como Enric Sebastià o Josep Fontana.

7Una crítica similar a ciertas nociones simplistas y evolucionistas del marxismo puede encontrarse en el siguiente capítulo, donde Francisco Cobo (Universidad de Granada) estudia la noción que el marxismo ha mantenido acerca del papel histórico del campesinado, vinculado al atraso y la insignificancia como agente social. Frente a esta visión, el autor se apoya en una renovación historiográfica iniciada a finales de los ochenta y sostiene que el campesinado ha sido capaz de oscilar entre posiciones progresistas y reaccionarias, en función de en qué medida se atacaran sus intereses. Más aún, ha demostrado una fuerte capacidad organizativa y sus posicionamientos han sido decisivos en más de una ocasión. Así, analiza el período de entreguerras y la importancia de la posición del campesinado italiano, alemán o francés para evitar o precipitar el triunfo del fascismo, así como el caso español y las causas del distanciamiento del campesinado de las organizaciones de izquierdas a causa de su apoyo a los jornaleros.

8Le sigue “Cultura obrera, historiadores y marxismo. De la clase a la identidad” de Carlos Forcadell (Universidad de Zaragoza), donde la cuestión abordada se funde en una interpretación general de la trayectoria del marxismo. Por un lado, el autor defiende que el auge de la historia cultural, más que una ruptura con la tradición historiográfica precedente –en la que el marxismo jugó un papel fundamental–, fue en buena medida resultado del trabajo de esos mismos historiadores sociales, insatisfechos con las simplificaciones mecanicistas. Por otro lado, la centralidad de la clase obrera en el marxismo hace que esta noción sirva de fósil director para analizar el desarrollo del materialismo histórico en general. En ese sentido, el autor identifica tres etapas en el marxismo, la última de las cuales se dio en el período de entreguerras y concluyó en los noventa con la caída de la urss, a la que sucedería una “fase oscura de la historiografía marxista” que tal vez esté llegando a su fin.

9La tercera parte se centra en la historiografía marxista de la República, la Guerra Civil y el franquismo, y da comienzo con el trabajo de José Luis Ledesma (Universidad Complutense), referido a los estudios marxistas de la Segunda República y la Guerra Civil. El diagnóstico vuelve a repetirse: se constata un auge de las interpretaciones marxistas durante los años setenta y ochenta, que explican la Guerra Civil como un conflicto de clases, y se identifica una crisis en los años noventa, que en la última década parece superarse, con cierto repunte de un marxismo que va “más allá de los esquemas más rígidos de lo que un autor llamara “marxismo de garrafón”.

10Por su parte, Julián Sanz (Universitat de València) analiza el desarrollo de la historiografía marxista del franquismo, desde los años setenta, donde el debate acerca de la naturaleza del franquismo –fascista o no– tiene ocupa una posición central, hasta épocas más recientes, donde se identifican tres polos temáticos: las bases sociales, políticas y culturales de la dictadura; el auge del movimiento obrero y la “historia desde abajo”. Si bien en estos enfoques se debilitan las interpretaciones economicistas, y en ocasiones prestan excesiva atención a cuestiones de índole cultural, la influencia del marxismo en todas ellas sigue siendo, a juicio de Sanz, fundamental; influencia que además se acrecienta en los últimos años con un “giro material” –como señala citando a Rodríguez Barreira– en los historiadores más jóvenes.

11Por último, el cuarto bloque sirve de síntesis de la obra en su conjunto. Planteando cuestiones de ámbito general, trata de abordar explícitamente los interrogantes que a lo largo de toda la obra se bordean tangencialmente. No obstante, el primer capítulo de este bloque, de Teresa María Ortega (Universidad de Granada) parece alejarse de la tónica general del libro. La autora muestra una visión crítica con los enfoques marxistas y defiende, en su lugar, la “nueva historia social” y los paradigmas “constructivistas”, que otorga la primacía histórica a las cuestiones lingüísticas y culturales y que ofrece, a su juicio, nuevas claves interpretativas desde las que analizar la oposición al franquismo. Aunque este capítulo puede parecer una nota discordante en el conjunto de la obra, sirve para dar fe de su pluralidad teórica.

12Es con la contribución de Francisco Erice (Universidad de Oviedo), titulada “¿Una historiografía marxista para el siglo xxi? Algunas propuestas para el debate”, con la que se repite la pregunta que ha recorrido todo el libro: ¿es posible y deseable una historiografía marxista para el presente y el futuro? Y, sobre todo, ¿cómo debe ser esa historiografía marxista? Para responder a esta cuestión, Erice esboza la historia del marxismo de las últimas décadas, y señala una serie de características que, desde su punto de vista, recogen lo mejor de la tradición marxista, capaz de huir de los esquematismos y las simplificaciones, y a su vez evitando caer en la contingencia y la irracionalidad. Pero, ante todo, rescatando el vínculo entre historia y política, entre la comprensión del pasado y la transformación del presente.

13La obra cierra con unas páginas de Josep Fontana, que analiza la trayectoria completa del materialismo histórico, desde su elaboración por Marx y Engels hasta su crisis, iniciada a juicio del autor a partir de los años setenta con el giro cultural. Esta crisis, sin embargo, no ha supuesto la desaparición de la historiografía marxista, sino su transformación, asumiendo “lo que había de justo en las críticas a que fue sometida [e] incorporando lo que había de positivo en unas propuestas alternativas que han ido decayendo sin mostrarse a la altura de sus ambiciones”. En cualquier caso, la necesidad de la historiografía marxista sería inapelable. En el difícil contexto actual, donde las desigualdades no paran de aumentar, “el mayor de los desafíos que se plantean hoy a los historiadores marxistas es el de contribuir al análisis de la gran mutación del capitalismo que estamos viviendo”. De nuevo, la historia debe recuperar su función social y política.

14Aunque nos hemos referido a cada capítulo por separado, resulta evidente que Historiografía, marxismo y compromiso político en España se ha concebido como una obra coherente, donde sus distintas partes encajan en un mismo propósito. Esto no es fácil de conseguir en publicaciones colectivas, y es uno de los méritos del libro. La Introduccion de José Gómez Alén introduce las cuestiones que planean por la práctica totalidad de los capítulos: ¿Sigue siendo el marxismo una herramienta útil para interpretar la realidad? ¿Cuál es su vigencia y su salud? ¿Cuál ha sido, hasta ahora, su contribución historiográfica? Con el propósito de responder estos interrogantes, se analiza la influencia pasada del marxismo en multitud de ámbitos y períodos, se examina su situación en el presente –tanto desde una perspectiva crítica como desde una visión favorable– y se reflexiona acerca de sus posibilidades futuras. No todos los autores opinan del mismo modo, y ofrecen respuestas distintas a estas cuestiones. Dibujan, no obstante, un panorama más bien esperanzador. Una recuperación del interés por el materialismo histórico, tras una crisis que muchos sitúan en los años ochenta y noventa. La exitosa celebración, también en 2018, del Congreso Internacional Pensar con Marx hoy en la Universidad Complutense de Madrid ofrece nuevas razones para esa esperanza.

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Pour citer cet article

Référence électronique

Álvaro Castaños Montesinos, « Historiografía, marxismo y compromiso político en España. Del franquismo a la actualidad »Cahiers de civilisation espagnole contemporaine [En ligne], 23 | 2019, mis en ligne le 19 janvier 2020, consulté le 17 mai 2025. URL : http://journals.openedition.org/ccec/8928 ; DOI : https://doi.org/10.4000/ccec.8928

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Auteur

Álvaro Castaños Montesinos

Universidad de Alicante

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Droits d’auteur

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