Monarquía, bandos y gobierno municipal de Valencia (1360 y 1436)
Résumés
Recherche qui analyse l'origine et l'évolution de la lutte de factions en Valence entre les lignages nobles des Centelles et des Soler-Vilaragut. Des disputes qui, entre 1370 et 1418, ont polarisé la société du royaume de Valencia en mêlant la guerre privée par des questions d'honneur et l'effrontément pour le control des institutions du gouvernement. Rivalités familiales et ambitions politiques ont mené la monarchie de la Couronne d'Aragón à y intervenir pour le maintien de l'ordre publique. Dans ce sens, ce travail cherche à identifier les mécanismes du pouvoir royale pour se tenir à la guerre privée en même temps que les stratégies pour profiter la division des oligarchies urbaines à fin d'agrandir le control royal au sein du gouvernement municipal de la capitale du royaume.
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El presente artículo se inserta dentro de los proyectos de investigación: Mercados, instituciones e integración económica en el Mediterráneo Occidental (siglos XIII-XVI), ref. PID2021-128038NB-100 del Ministerio de Ciencia e Innovación y Rompiendo jerarquías. Movilidad social, dinamismo económico y desarrollo institucional en la Europa Mediterránea (siglos xiii-xvi), ref. CIPROM-2022-46 de la Generalitat Valenciana. Abreviaturas: ACA (Archivo de la Corona de Aragón), ARV (Archivo del reino de Valencia), C. (Real Cancilleria), reg. (registro).
Texte intégral
Introducción1
- 1 Pese a que el idioma del artículo es el castellano, mantenemos los nombres propios en catalán, norm (...)
- 2 Flocel SABATÉ, «La comuna idealitzada i rebutjada a la Catalunya medieval», in: F. SABATÉ (dir), El (...)
1En el primer tercio del siglo XIV, en la Corona de Aragón se produce la consolidación del pactismo, un sistema de gobierno compartido entre la monarquía y los gobiernos municipales y las Cortes, que representaban los intereses de las elites urbanas frente al rey. Este afianzamiento de la estructura institucional permitió a las autoridades públicas justificar sus acciones políticas con un nuevo discurso, basado en el bien común y la necesidad de mantener la paz como garantía del orden social.2 Una realidad que entraba en contradicción con el ejercicio del poder y la resolución de conflictos fundamentados en la familia, en las redes de alianzas, y, particularmente, en las «guerras privadas».
- 3 Richard William KAEUPER, War, justice and public order: England and France in the later Middle Ages(...)
- 4 Trevor DEAN, «Italian Medieval Vendetta» in: Bjørn POULSEN, y Jeppe BÜCHERT NETTERSTRØM, (dir.), Fe (...)
2A lo largo de las últimas cuatro décadas, este contraste que se da, durante el Trescientos en todo Occidente, en la documentación de ámbito público entre los anhelos de «bien común» y «paz» con la proliferación de «facciones», «discordias», «guerras» y «venganzas» se ha interpretado como la oposición entre un estado monárquico emergente y una nobleza en crisis.3 No obstante, diversas líneas de trabajo, han puesto de relieve que la justicia privativa se insería plenamente en la lógica social de los sistemas políticos de la Europa bajomedieval. Pues estos enfrentamientos constituían una vía legal para restaurar el equilibrio entre poderes y resolver los conflictos de intereses, que escapaba a las aspiraciones regias de ejercer el monopolio de la violencia y de los instrumentos de pacificación.4
3De acuerdo con ello, el presente artículo aborda el caso de monarquía aragonesa y la lucha de bandos en el reino de Valencia durante la baja Edad Media. En dicho territorio, durante el último tercio del siglo XIV, la guerra privada entre los linajes nobiliarios de los Centelles y los Vilaragut y sus respectivas redes clientelares, dividió a la sociedad en dos facciones rivales que se disputaron la mediatización de las magistraturas, especialmente de las del gobierno municipal de Valencia, la capital. Ante esto, los reyes aragoneses desplegaron mecanismos de control de la violencia, pero también aprovecharon la fragmentación de la aristocracia y del patriciado en beneficio del fortalecimiento de la institución real.
- 5 Salvador CARRERES ZACARES, Notes per la història dels bandos de Valencia, Valencia: Impremta Fill d (...)
4Estas «bandositats» ya fueron constatadas y recopiladas en las historias del reino de Valencia y de la Corona de Aragón escritas en época moderna, como la de Jerónimo Zurita o Gaspar Escolano, así como en la historiografía positivista previa a la guerra civil española, como la de Vicent Boix, Teodor Llorente o José Martínez Aloy. En este contexto, se inserta la monografía del cronista Salvador Carreras en la que identificó ya a las dos grandes facciones o parts, la de los Centelles y las de los Vilaragut o Soler, que, según su tesis, estarían confrontadas por cuestiones de pundonor desde la década de 1370 hasta 1410.5
- 6 Sin pretensiones de exhaustividad por nuestra parte: Rafael NARBONA VIZCAÍNO, «Gobierno político y (...)
5Ahora bien, no sería hasta finales de 1980, cuando Rafael Narbona relacionó estos bandos, por un parte, con la ambición de ciertos linajes de gobernar la ciudad de Valencia y, por otra, con la guerra civil desencadenada en el Interregno tras la muerte de Martín I (1396-1410).6 Una perspectiva que fue clave para entender las manifestaciones más violentas de los bandos, como fueron el asesinato de dos portanveus del governador, representante de la autoridad real en el reino. El primero, en marzo de 1407, Ramon Boil, que moría a manos de los Centelles; el segundo, Arnau Guillem de Bellera, en la batalla del Codolar de Sagunto, el 27 de febrero de 1412.
- 7 J. FIRNHABER-BAKER, op. cit., p. 248-249; R. KAEUPER., Medieval Chivlary, Cambridge: Cambridge Univ (...)
6No obstante, conviene subrayar, como ya señala la bibliografía citada, que en los sistemas políticos bajomedievales la distinción entre lo público y lo privado se operaba todavía lentamente. Es decir, no habría una separación clara entre el «conflicto político» y las disputas personales, especialmente porque el medio humano era el mismo. Es decir, los mismos individuos que pugnaban por el gobierno habían construido múltiples lazos de parentesco o dependencia entre sí. Dentro de esa «esfera privada», el honor personal y familiar jugaba un papel determinante en las relaciones interpersonales y en el inicio y prolongación de los conflictos.7
7Por lo que respecta al medio humano al que hemos aludido, debemos poner énfasis en el hecho de que las elites o patriciados urbanos, especialmente, el de la capital del reino, tenían un carácter interestamental, puesto que la baja nobleza desde 1329 podía acceder al gobierno municipal, aunque en minoría respecto a los ciudadanos. Una baja nobleza, formada por caballeros y donceles o generosos, que representaba la inmensa mayoría de la nobleza valenciana, que entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV únicamente contaba con alrededor de 200 linajes.
- 8 Sobre los linajes e individuos que ocuparon magistraturas y oficios municipales en la ciudad de Val (...)
8Estos, aunque teóricamente gozaban de un estatus legal diferenciado y hereditario, en realidad apenas se distinguían en su modo de vida de los ciudadanos acomodados, a los que les unían además numerosos lazos de parentesco y afinidad, hasta el punto de que varias ramas de una misma familia podían ser ciudadanos y el resto nobles. La alta nobleza de los barons, como los Vilaragut o los Centelles, escasamente sumaban una veintena de linajes poderosos y con grandes estados señoriales y si bien estaban excluidos de los gobiernos urbanos, tenían un gran poder de influencia a través de las redes clientelares.8
- 9 S. BERNABEU y Rafael NARBONA, «Gobierno y sociedad urbana en el reino de Valencia: capital, ciudade (...)
9Ciudadanos y pequeña nobleza accedían en diferente proporción a un gobierno municipal, articulado a través de dos organismos de representación vecinal: un ejecutivo formado en la ciudad de Valencia por seis Jurados; y, una amplia asamblea, el Consell General, formada por más de cien personas. Asimismo, entre las principales magistraturas se encontraba el Justicia Criminal y el Justícia Civil y el Mostassaf. Esto es, en la capital se le reservarán dos de los seis escaños del ejecutivo, cuatro plazas en la asamblea y se alternarían con los ciudadanos anualmente en los cargos de los Justicia y el Mostassaf. Así las cosas, la renovación anual del gobierno y los frecuentes cambios del sistema electoral facilitaron a ciertas familias reproducirse en los cargos públicos. Una dinámica que, a finales del siglo XIV, dio paso a un proceso de oligarquización del gobierno de la capital valenciana, que contó con estrecha colaboración de los soberanos.9
10El continuo desorden público y la puntual paralización de la vida urbana también obligaron a la Corona a desarrollar mecanismos y estrategias para erradicar, o al menos encauzar, los altercados a unos límites respetables. En este sentido, definir las fases de evolución del conflicto entre los Centelles y los Vilaragut y su interrelación en el origen y la consolidación de unas las nuevas relaciones de poder entre la monarquía aragonesa y el patriciado de la ciudad de Valencia durante el periodo de 1360-1436 es el objetivo del presente artículo.
Una cronología controvertida (¿1347 o 1383?)
- 10 T. DEAN «Marriage and Mutilation: Vendetta in Late Medieval Italy», Past & Present, 157, 1997, p. 3 (...)
11Los diferentes trabajos que se han ocupado de los bandos de Valencia han señalado que el detonante de los enfrentamientos entre los Centelles y los Soler-Vilaragut fue la elección de un nuevo obispo para la diócesis de Valencia en 1369, que confrontó a los partidarios de dos candidatos.10 Por un lado, el canónigo Fernando Muñoz, apoyado por los Vilaragut, y, por otro lado, al obispo de Tortosa, Jaume d’Aragó, respaldado por su hermano, el marqués Alfonso de Villena, el noble más importante del reino, y otras grandes casas como los Centelles, los Diez o los Pérez de Arenós. Una alineación, esta última, que obtuvo el favor del rey Pedro IV, que forzó la elección para poner a uno de sus parientes en la mitra valentina. Sin embargo, podemos indiciar otros dos momentos del proceso de polarización de las elites.
- 11 Vicent BAYDAL SALA, Els orígens de la revolta de la Unió al regne de València (1330-1348), Valencia (...)
- 12 M. RODRIGO LIZONDO, op. cit.
- 13 Ignacio VILLALONGA VILALBA, Los Jurados y el Consejo: Regimen municipal foral valenciano, tesis doc (...)
12En primer lugar, la revuelta de la Unión (1347-1348), en la que un porcentaje de la baja nobleza formaría parte de los unionistas, que decidieron alzarse contra los excesos autoritarios de Pedro IV.11 Un conflicto que fue a la par una «guerra civil» en el seno de la sociedad política y de la propia familia real. Por un lado, parte de la baja nobleza, como hemos señalado, que engrosaron las filas unionistas como los Soler, los Romaní o los Marrades, luego seguirían a los Vilaragut, mientras, que los Centelles o el vicecanciller Rodrigo Diez y su familia fueron leales al monarca. Pero además, dentro de la casa real, los hermanastros castellanos de dicho monarca, los infantes Fernando y Juan, encabezaron la revuelta unionista en Aragón y Valencia, mientras otros miembros de la dinastía, como la familia del infante Pedro y su hijo, el futuro marqués de Villena, estuvieron del lado del soberano.12 Y, en segundo lugar, después de la derrota de la Unión en 1348, el rey Pedro el Ceremonioso represalió a los rebeldes unionistas (Soler-Vilaragut), con la introducción en 1357 de una ceda real, o lista cerrada de candidatos, en las elecciones de los jurados favorable a los antiguos realistas,13 lo que contribuyó a dibujar dos bloques.
- 14 Pablo SANAHUJA FERRER, Un reino asediado. El impacto de la guerra de los Dos Pedros en el reino de (...)
- 15 M. COSTA y PARETAS, art. cit.
13No obstante, la larga guerra contra Castilla (1356-1369) contribuyó a difuminar la escisión de la sociedad política valenciana y a hacer desaparecer la oposición al rey dentro de la familia real con la ejecución de sus hermanastros.14 Aunque, tras la contienda resurgieron las tensiones, como hemos ya indicado, a causa de la elección episcopal que ocasionó una primera guerra entre 1373 y 1378, en la que lucharon el marqués de Villena, Pere de Centelles y Eiximén Pérez de Arenós contra Antoni de Vilaragut y sus respectivos parientes y aliados.15 Un conflicto que se cerró en falso con un gran torneo celebrado en Barcelona en 1378. Sería, pues, durante la década siguiente, cuando se abrió una crisis para la monarquía aragonesa, que transformó los fundamentos del poder real y sentó las bases para nuevos estallidos de violencia.
- 16 Ernest BELENGUER CEBRIÀ, La fi de la dinastia catalana: Joan I i Martí l'Humà, Cataroja: Afers, 202 (...)
14Al estado ruinoso del patrimonio real y las guerras contra los rebeldes sardos, los barones del sur de Francia y la intervención en Sicilia, se sumaron el distanciamiento entre el rey Pedro y su primogénito, Juan, duque de Gerona y futuro Juan I (1387-1396), a causa de su matrimonio con Violante de Bar (1380). A ello se añadió la escisión de una facción de los magnates catalanes en las cortes de Tamarit de Litera de 1382-1384, la disputa abierta entre padre e hijo en los últimos meses de vida Pedro IV.16
- 17 Estos eran los donceles Vidal de Blanes y Joan de Cervató, y los ciudadanos Domingo Mascó y Bernat (...)
15Una disputa entre el rey y su primogénito, en la que los bandos de los Centelles y Vilaragut se desdibujaron en parte para volver a emerger a finales de la década de 1390. Pues entorno al rey se concentró una vieja guardia antiunionista con los nobles Pere de Centelles o Rodrigo Diez, pero el heredero contaba también con grandes apoyos del mismo bando como, por ejemplo, Eiximén Pérez de Arenós, así como además del bando de los Vilaragut y del patriciado governante de Valencia, representado por los jurados elegidos en 1386.17
- 18 ACA, C. reg. 1890, f.43v-44r. 3 de febrero de 1387 y f. 45r-v. 4 de febrero de 1387.
16En sus últimos meses, Pedro IV desposeyó de sus cargos y mandó al exilio a Pérez de Arenós y los jurados rebeldes de Valencia, amenazándolos con encadenarlos como a perros. Sin embargo, en enero de 1387 fueron rápidamente amnistiados por su sucesor, Juan I (1387-1396),18 e incluso algunos recibieron cargos dentro de la administración y la casa real. Este fue el caso de Eimeric de Centelles que fue consejero y camarlengo; de Eiximén Pérez de Arenós que recibió la gobernación de Cerdeña; o de Aznar Pardo de la Casta, que fue confirmado como gobernador del reino de Valencia en 1388.
17Pero el idilio entre Juan I y los centellistas finalizó abruptamente en las ya citadas Cortes de 1388 y 1389. En estas, la petición del subsidio regio chocó con la ruptura de una facción de la alta nobleza catalana partidaria de los Centelles y sus aliados, los Montcada de Aitona (también señores en el reino de Valencia). Así como también, con la demanda por parte del brazo militar catalán y valenciano y del brazo real valenciano, encabezado por los síndicos, Berenguer de Rabinats, Jaume Romeu, Pere Joan y Joan Suau, de que expulsara a varios cortesanos acusados de malversar el tesoro real y de conductas inmorales (entre ellos el protonotario Bernat Metge y la noble valenciana Carrosa de Vilaragut, señalada por su comportamiento «deshonesto»).
La guerra abierta (1398-1412). De la contención de la violencia a la crisis territorial
- 19 APPV, Protocolo de Lluís Llopis, 28.476. 30 de agosto de 1400.
18La segunda fase de la guerra de bandos, agravada por la crisis política y el favorecimiento a los Vilaragut en los últimos años de Juan I, se inició con el ascenso al trono de su hermano, Martín I (1396-1410). Un contexto en el que la reactivación de las hostilidades comenzó con la confrontación entre el baile general del reino, Ramon de Soler, y sus hijos, principalmente el primogénito Jaume de Soler, contra algunos miembros de las familias próximas a los Centelles como Gonçal Diez, nieto del antiguo vicecanciller Rodrigo Diez. Entre estos, desde 1396, se venían produciendo desafíos y reyertas, que desembocaron dos años después en una batalla en la Plaza del Temple de Valencia, que causó varios muertos. Entre ellos de Pere de Centelles, hijo del mismo nombre del antiguo líder centellista, lo que desató la venganza de su hermano, Ramon de Riusec y provocó el estallido de la «guerra uberta», como la llamaron sus contemporáneos.19
- 20 ACA, C. reg. 1967, f. 107v y f. 1. 108r-110v. 6 de abril de 1396.
- 21 ACA, C. reg. 2166, f. 2r-v. 6 de abril de 1397.
19De hecho, tanto Juan I como su sucesor, orientaron sus acciones a conseguir que los contendientes renunciaran a la venganza y firmaran una paz duradera delante de un oficial regio, como garantía, tal y como señala el memorial que tenía que presentar ante los jurados de Valencia y los representantes de los oficios el camarero real Joan Desvalls en abril de 1396.20 Justo un año después, a su vuelta de Sicilia, Martín impuso la tregua general.21
- 22 Enric GUINOT RODRÍGUEZ, «Sobre la gestió del patrimoni reial de la Corona d'Aragó en temps del rei (...)
- 23 En 1395 el señorío estaba compuesto por la villa de Chelva y diez lugares o entidades sumando un va (...)
20En el marco de esta coyuntura, la política de Martín I seguía tres orientaciones. En primer lugar, tal y como anunció el rey, el 15 de febrero de 1399, era necesario mantener el orden público para poder centrar los esfuerzos reales en la preservación del patrimonio regio y las regalías en el reino de Valencia.22 Por otro lado, seguía necesitando la colaboración de la nobleza y las oligarquías urbanas de quienes dependía el gobierno y la administración de los territorios, así como los proyectos mediterráneos de su monarquía. Esto se ve muy claro en el caso del vizcondado de Chelva. Un extenso señorío feudal, creado en 1390, con la aquiescencia de Juan I, por Pere Lladró, de la familia Vilanova; y que la ciudad de Valencia, en guerra con el vizconde había ocupado en 1395, el cual era codiciado por la monarquía. Una pretensión regia que llevo al rey, en 1401, a pactar con los Centelles y sus aliados y, en 1407, con sus rivales para garantizarles el control del ejecutivo de la capital valenciana a cambio de la promesa de entregarle dicho vizcondado y sus rentas.23
- 24 «Que él era caballero, y que como caballero debía ocuparse de vengar a su hermano, Pere de Centelle (...)
21En tercer lugar, la actuación de la monarquía tenía unos límites muy claros, dado que la guerra privada era una prerrogativa importante de los grupos dirigentes, protegida por la legislación valenciana y en la que los oficiales regios no podían inmiscuirse. Para la nobleza y las oligarquías urbanas, la venganza era una parte consustancial de las relaciones de poder, puesto que era su derecho, e incluso deber, vengar ellos personalmente las afrentas sin la intromisión de la justicia o de los oficiales reales, tal y como recordó Ramon de Riusec a los jurados de Valencia en el verano de 1399: «que ell era cavaller, e que, així com a cavaller, ell avia a entrendre en venjança de son frare, mossèn Pere de Centelles».24
- 25 ACA, C. reg. 2240, f. 151v-152r. 29 de octubre de 1398; ACA, C. reg. 2245, f. 39r. 25 de septiembre (...)
22Sin embargo, a partir de 1398, ante la persistencia de las batallas y los asesinatos, la Corona impuso una política punitiva. Pues, a pesar de las prerrogativas de la nobleza, la monarquía dentro de las ciudades y villas de realengo pudo abrir procesos contra los perturbadores de la paz o imponer medidas, como el embargo de bienes, el arresto domiciliario o la expulsión de los combatientes para mantenerlos alejados de Valencia, por ejemplo, en la primavera de 1398, en 1402, en 1406 o en 1410.25
- 26 R. NARBONA VIZCAÍNO, Valencia, municipio medieval: poder político y luchas ciudadanas, Valencia: Ay (...)
- 27 ACA, C. reg. 2172, f. 92r. 21 de julio de 1400.
23Sin embargo, la necesidad del rey de pactar con las facciones permitió que entre 1398 y 1407, los valedores de los Centelles tuvieran el control del gobierno urbano e incluso consiguieran mantener cerrado aquel, evitando aplicar la pragmática sanción de las cortes de Segorbe de 1401-1403, que preveía el cambio del sistema electoral de acceso al Consejo General.26 Por otra parte, el poder real ofreció a cambio de treguas y compromisos el perdón regio, que implicaba poder regresar a Valencia, la suspensión de las causas judiciales y la recuperación de bienes y dignidades incautadas. En este contexto, en julio de 1400, se firmó la tregua entre los ciudadanos Nicolau y Jaume Jofré y sus parientes Pere Fabra y Galceran de Montsoriu.27
- 28 APPV, Protocolo de Martí d’Alagó, 25.303, 19 de marzo de 1407.
- 29 ACA, C. reg. 2183, f. 2r. 28 de febrero de 1408.
24En la misma línea, hay que insertar la tregua de una parte considerable del bando de los Centelles (el propio Gilabert de Centelles, alias Ramon de Riusec, Olfo de Pròxida, Fray Nicolau de Pròxida Vidal de Vilanova y sus hijos Joan de Vilanova y Lluís de Vilanova, Ramon de Centelles, preboste de la Seu de Valencia, Jaume Centelles, Jaume Guillem Escrivà, Jofré de Tous, Manuel de Montagut, Nicolau Jofré, y Lluís Jofré y Jaume -identificados estos últimos como ciudadanos de Valencia) con Joan Gascó y su hijo Lluís, Joan Martínez d'Eslava y sus hijos Joan y Martín mientras el soberano estuviera en Valencia y por cuatro meses.28 Esta fue también la condición sine qua non de un nuevo perdón anunciado en 1408.29
- 30 Luis GALAN CAMPOS, «Les lluites de bandos a la Ribera a la tardor de l'edat mitjana (1375-1425)» in(...)
- 31 R. NARBONA, «Política y ciudadanía…», p. 440.
25Con todo, el endurecimiento de la política real contra los participantes en los bandos no provocó su exclusión de vida pública municipal, dado que su presencia seguía siendo importante en la corte y en la administración real. No obstante, entre el invierno de 1405 y marzo de 1407 el interés de la Corona de favorecer a los Centelles cambió. En primer lugar, porque el partido en el gobierno posponía continuamente su promesa de entregar la baronía de Chelva al soberano. En segundo lugar, a causa de la sucesión de episodios violentos y derrotas militares de los Centelles, como la que sufrieron en diciembre de 1404, en la batalla campal de Llombai, uno de sus señorío, a las puertas de Valencia.30 O bien, durante las Navidades del año siguiente, el asalto de menestrales al plenario municipal antes de la elección de los justicias, ante el cual Martín I destituyo a los magistrados y designo directamente a sus substitutos y luego, intervino en las elecciones de los jurados de 1406.31 Por último, debido al asesinato del gobernador del reino, Ramon Boil, el 21 de marzo de 1407, tres donceles supuestamente aliados del gobierno centellista.
- 32 ACA, C. reg. 2237, f. 4r. 16 de octubre de 1407; ACA, C. reg. 2236, f. 54v. 16 de diciembre de 1407
- 33 APPV, Protocolo de Domingo Barreda 6612, 7 de diciembre de 1408.
26Llegados a la primavera de 1407, se consumó la desconfianza regia con los partidarios de los Centelles, lo que supuso para estos la pérdida del gobierno de la capital. Ahora bien, Gilabert de Centelles, así como otros nobles de este u el otro bando, todavía eran necesarios en el consejo real, por eso, en octubre y en diciembre, los conminó a introducirse secretamente en Valencia (donde tenían prohibido entrar hasta que firmaran una paz verdadera) para asistir a la reunión del consejo.32 E, incluso, algunos conspicuos partidarios de los Vilaragut, como eran los hermanos Berenguer Arnau de Cervelló y Pere de Cervelló, seguían presentes en la corte a finales de 1408, aunque formalmente debían mantenerse lejos de Valencia y sus instituciones.33
27Hay que calificar, por tanto, las medidas regias contra los bandos como de contención momentánea de la violencia, pues, aunque no se pudo imponer una paz duradera, sí que se consiguió, con notable éxito, mantenerla dentro de unos límites espaciales, Valencia, Xàtiva, Alzira y sus términos municipales, en el centro del reino, y, también personales, los miembros y familias implicadas.
28La llegada al gobierno municipal de Valencia de los aliados de los Vilaragut supuso un recrudecimiento de los actos violentos en la ciudad y sus alrededores por parte de la facción expulsada del poder. En 1409, las necesidades de imponer un control sobre la violencia llevaron a Martín el Humano, en clara contradicción con los fueros, a nombrar como nuevo virrey y gobernador al caballero catalán Arnau Guillem de Bellera; que, en verano de ese mismo año, no tardó en aliarse con la facción gobernante y a expulsar de la capital a los centellistas. La preeminencia de los Vilaragut se proyectó en los dos principales centros urbanos del país, después de la capital, Xàtiva y Alzira, en cuyo seno se habían reproducido los enfrentamientos de los bandos.
29Mientras esto sucedía en el Reino de Valencia, en la Corona de Aragón se iniciaba una crisis política a gran escala. La muerte, en agosto de 1409, del heredero al trono, el infante Martín, rey de Sicilia, dejaba la monarquía sin un sucesor claro. Ello redobló la presión por parte de las cortes de Cataluña y reavivó las luchas de bando en el Reino de Aragón. Una situación crítica, que se agravó aún más, el 31 de mayo de 1410, con la muerte de Martín I, que supuso la apertura de un proceso inédito para elegir un sucesor por parte de las cortes de los tres territorios patrimoniales de la Corona.
- 34 José Ángel SESMA MUÑOZ, El Interregno (1410-1412): concordia y compromiso político en la Corona de (...)
30Sin detenernos en el Interregno (entre junio de 1410 y el 28 de junio de 1412) sobre el cual ya se han escrito numerosas páginas,34 conviene remarcar que el vacío de poder a la muerte del soberano no fue la causa de la crisis política. Pues, la división de las élites como hemos visto, se había construido incluso antes del reinado de Martín I, situación que fue aprovechada por distintas candidaturas al trono, como las de Luis de Nápoles, el regente de Castilla Fernando de Trastámara o el noble catalán Jaume d’Urgell, que intentaban negociar con las facciones como había hecho el último soberano.
31En el reino de Valencia, hasta finales del verano de 1411, el gobernador Arnau Guillem de Bellera y los Vilaragut, que dirigían las instituciones, consiguieron mantener el control del reino y el funcionamiento institucional; pero entonces, se produjo el asesinato del arzobispo de Zaragoza y la invasión del sur de Aragón y el norte del reino de Valencia por parte del infante Fernando, con quien se aliaron los centellistas. En contraposición, las fuerzas del gobernador Arnau Guillem de Bellera y los Vilaragut se adhirieron a la causa de Jaume d’Urgell, enfrentándose a los centellistas, comandados por Bernat de Centelles y el conde de Castrojériz, en la, ya mencionada, batalla del Codolar. En esta, Bellera y los Vilaragut fueron derrotados; lo que permitió que los centellistas controlaran la capital y enviaran sus propios parlamentarios a Caspe, donde Fernando I de Aragón fue proclamado rey.
El triunfo de los Centelles (1412-1436)
- 35 Blai Josep SERVER SERVER, «La visita del papa Benet XIII a València de 1414-1415: una aproximació a (...)
32Tras el compromiso de Caspe, a pesar de la victoria militar y diplomática de los Centelles, el conflicto siguió proyectándose en la vida pública. En 1415, la política de reconciliación de Fernando I, permitió a los partidarios de los Vilaragut reintegrarse en el consistorio valenciano, coincidiendo con la celebración de las nupcias de Alfonso el Magnánimo con María de Castilla, en presencia de los monarcas y del papa Benedicto XIII.35
- 36 S. BERNABEU BORJA, «L'arbitratge regi a la ciutat de Xátiva en el context previ a la introducció de (...)
- 37 ACA, C, reg. 2410, f. 87v. 15 de junio de 1416.
33Ello explica que, a la muerte del soberano, el ejecutivo de la capital estuviera conformado por cuatro jurados centellistas y dos de claro perfil urgellista, Bernat Joan y Ramon Gostantí. Un gobierno compartido, aunque sin equidad, que en mayo de 1416 se opuso a la introducción de una ceda de candidatos centellistas para las elecciones de los jurados, que Pere Maça había obtenido del Magnánimo.36 Unos comicios en los que fue escogido jurado caballero urgellista Joan Gascó, señor de Sumacàrcer. Ello a pesar de que el soberano intercedió ordenando que en la renovación del Consell General los candidatos fueran: «bones persones, amants lo ben públic e nostre servir, e que no sien dels d’en Bellera, Gençors e Ponts, ne lur seqüel·la, ne dels sequaces del dit en Bellera».37
- 38 ACA, C, reg. 2665, f. 39v 20 de junio de 1416; ACA, C, c, f. 160r. 19 de junio de 1416.
- 39 AMV, LlM, g3-13, f. 124r-125v.17 de junio de 1416.
- 40 ACA, C, reg. 2665, f. 54r. 28 de julio de 1416.
- 41 Carlos LÓPEZ RODRÍGUEZ, Nobleza y poder político en el reino de Valencia (1416-1446), Valencia: Pub (...)
34Junto a ello, el rey, pretendía introducir cédulas de sospechosos en la renovación de los consejeros de oficios.38 La decisión regia, motivada a iniciativa de los centellistas más radicales, fue también desestimada por el ejecutivo valenciano, aunque hubo intentos frustrados de ejecutarla,39 lo que estaría en el origen de la enemistad entre los mismos magistrados. En concreto, en julio, el Magnánimo solicitaba que se investigara a Joan Gascó, quién habría discutido con el resto de regidores, a los cuales habría amenazado de ir por el reino de Valencia con nobles y caballeros y todos aquellos que le siguieran con la finalidad de hacer «tornar lo bando».40 Un caso particular, el de Joan Gascó, que serviría para ilustrar al Magnánimo de la peligrosidad del acceso a las magistraturas de antiguos urgellistas. De forma paralela, en las sesiones de Cortes, los centellistas insistían en excluir de las instituciones públicas a sus adversarios.41
- 42 AMV, MC, A-26, f. 306r. 15 enero de 1418.
- 43 AMV, MC, A-27 f. 17v-18r. 14 mayo de 1418.
35Con todo, en 1416 y 1417 se formó un gobierno de mayoría centellista que desarrolló una política de estrechamiento de los márgenes de acceso a las magistraturas urbanas. De hecho, en enero de 1418,42 se aprobaría una normativa municipal que permitía ejercer cualquier otro cargo público a los consejeros, incrementando así el grado de oligarquización. A lo que el 4 de mayo, se añadió una real pragmática que introducía una reforma del sistema de designación de electores de candidatos a consejeros de parroquia. Pues, a partir de entonces, los trece electores, que en esa fecha eran elegidos por azar, serían sustituidos por los trece cargos: los seis jurados, el racional, los cuatro abogados de la ciudad, el síndico y el escribano. Estos escaños, ocupados por partidarios de los Centelles, debían asegurarles anualmente un consistorio en mayoría. Obviamente, aquella reforma electoral, aunque fue aprobada de forma unánime por el Consell General, generó «molts e diverses raonaments e alteracions en lo dit consell» y que contó con la oposición de una minoría de valedores de Vilaragut, que la consideraban un contrafuero.43
- 44 Los Centelles pagaron las pensiones de los censales hasta 1446, y a partir de esta fecha de forma i (...)
36Aquella concesión regia debió ir acompañada del compromiso de estos a garantizar oficiales municipales dispuestos a subvencionar los proyectos monárquicos. De hecho, en el marco de aquellas avenencias entre el ejecutivo valenciano y el rey, los primeros habrían concedido al segundo un préstamo de 66.000 sueldos. Una financiación, solicitada oficialmente el 28 de mayo, que conviene observar un detalle en las condiciones específicas, que nos permiten plantear la hipótesis de que detrás de aquel estaría el mismo líder del bando centellista. Pues, tal y como señaló Küchler, en esta operación crediticia aparecía el mariscal real Bernat Centelles como el responsable de satisfacer las pensiones anuales de los 66.000 sueldos censales cargados por la capital valenciana en nombre del rey (a un interés del 7%) y ejercería de fianza de Alfonso el Magnánimo.44
- 45 ARV, C, reg. 232, f. 101v. 15 de mayo de 1424.
- 46 ARV, C, reg. 233, f. 115r. 14 de mayo de 1431 y ARV, C. reg. 50, f. 35r. 11 de diciembre de 1431.
37Como es conocido, el dicho Bernat era el líder de la facción que llevaba su apellido y había sido capitán en la batalla de Codolar en 1412 y en el asedio de Balaguer en 1413. Por tanto, que aquel adquiriera aquella obligación financiera podría ser el precio que debió de pagar la facción para obtener una pragmática real que representaba para los Centelles la solución legislativa que les afianzaba en el dominio de la capital del reino y sobre el reino. En este sentido, se puede señalar como fue a partir del año 1418, cuando en la ciudad de Valencia se empieza a difuminar los enfrentamientos de partidarios de uno y otro bando. O al menos, sus guerras privadas dejaron de proyectarse en la vida pública, o al menos hacerlo sólo de forma puntual y sin gran movilización social. En este sentido, conocemos como en 1424 el abogado de la ciudad, Guillem d’Alpicat, y Joan Pujada estaban enfrentados con Francesc Maça de Liçana, hermano de Pere Maça. El Magnánimo en una carta a Joan Mercader intercedía en favor de los primeros para que no fueran excluidos de las elecciones por motivo estar en «guerra».45 Una disposición excepcional, si se considera que, en 1431, el soberano insistía en que en las magistraturas municipales no fueran introducidas «persones algunes cabents en debats dels quals se dubten o se prepararen seguir escàndels o bandositats algunes».46
- 47 ACA. C, reg. 2753, f. 21r. 10 de julio de 1427.
38Es decir, el rey velaba porque la lucha de bandos no irrumpiera en el regimiento urbano, o en su caso en el buen funcionamiento de la administración real. En este último sentido, el rey se dirigió en 1427 al gobernador del reino, Vidal de Blanes, para que pusiera en libertad a Joan Fernández de los Arcos, quien gestionaba ciertos asuntos del camarlengo y consejero real Joan Fernández de Heredia. Fue, precisamente este último, el que había suplicado al rey su puesta en libertad, bajo el argumento que este no había manifestado su intención de atentar contra Miquel Granulles, en el marco de los deseiximents que aquel había recibido por parte de Gonçalbo de Heredia.47
- 48 ACA, C, reg. 2693, f. 165v.
39Por otra parte, el poder conseguido por los Centelles en la capital hizo que sobresalieran algunas personalidades, como Gabriel de Palomar, Joan Suau o el mismo baile general Joan Mercader, que pronto se convirtieron en auténticos agentes del poder real y municipal al desarrollar cargos en ambas administraciones. La competencia de estos por liderar el partido, pronto acabó con la escisión interna de la facción en diversos grupos de intereses. Uno de ellos, el liderado por el abogado de la ciudad y consejero real Gabriel de Palomar, consiguió gobernar la capital con colaboración de Alfonso el Magnánimo entre 1427 y 1435. Una fecha en que el racional Manuel de Palomar era destituido, entre otras razones por alentar las parcialidades.48
- 49 ACA, C, reg. 2515, f. 66r. 20 de enero de 1437.
- 50 ACA, C, reg. 2515, f. 66v. 9 de enero de 1437.
- 51 S. BERNABEU y R. NARBONA, art. cit., p. 98-99.
40Aquellas fueron recurrentes en la ciudad entre 1436 y 1438. Una realidad, que se puede constatar, por ejemplo, a través de una carta de 1437 en la que el Magnánimo insta a los jurados de Valencia a ser más firmes impartiendo justicia con objetivo de que pongan fin a las «bandositats, bregues, rumors e combatiments de alberchs que per falta de justícia en aqueixa ciutat se son en seguits».49 Unas guerras privadas que en este caso enfrentaban a las facciones lideradas por Pere Pardo y Pere Siscar.50 Ahora bien, esta lucha de bandos no se proyectaba directamente en el acceso a las magistraturas urbanas, pues aquí la pugna entre facciones había adquirido un nuevo talante. Los nuevos partidos estaban liderados por dos de los consejeros reales más importantes del reino, antiguos centellistas, Joan Mercader, baile general, y el abogado de la ciudad Gabriel de Palomar, que centraron su disputa en la dialéctica política y en la competencia por la búsqueda de influencias dentro de la corte.51
- 52 Sobre el rol como instrumento financiero de la ciudad de Valencia con la monarquía vid. Juan Vicent (...)
41Con todo, resulta significativamente simbólico como a las muertes de Jaume d’Urgell (en 1433) y de Bernat Centelles (en 1436), las violencias tradicionales derivadas, al menos en la lucha por el poder de la ciudad, entre los Centelles y los Vilaragut se habían superado. En adelante, las rivalidades entre partidos se trasladaban al campo de las relaciones diplomáticas con la Corona a través de dos expertos juristas, que contaban con la confianza personal del monarca. Los bandos y las facciones violentas dejaban de irrumpir en las elecciones anuales, donde aparecen una especie de partidos, o al menos grupos de poder, con el ingenio suficiente para persuadir al soberano de que lo mejor para la monarquía sería que les encomendara a ellos el gobierno de la capital. Una nueva forma de regir la ciudad mediante gracias regias a cambio de ser un instrumento financiero de la monarquía,52 que definió un sistema de gobierno contractual que contribuyó al fortalecimiento institucional de la Corona para imponer el orden público en Valencia.
Consideraciones finales
42A la luz de los hechos expuestos, podemos concluir como la monarquía de la Corona de Aragón entre 1360 y 1436 tuvo una actitud ambivalente frente a los bandos de Valencia. Un posicionamiento contemplativo que le permitió mantenerse a la expectativa de los acontecimientos coyunturales con el fin de fortalecer su poder, postergando la resolución de los conflictos entre facciones a un segundo plano. En este sentido, la actuación de la Corona frente a los bandos Centelles y Vilaragut no fue decidida ni clara, sino adaptada a los intereses regios de cada momento. Es más, en ocasiones, los mismos problemas de la monarquía, hicieron que se alargaran algunos conflictos, así como sus propias dinámicas diplomáticas con las elites, las que hicieron crecer, en determinadas coyunturas, las tensiones por el acceso a los cargos públicos, especialmente de la máxima magistratura de la ciudad de Valencia. Conviene remarcar, a inicios del estallido de la Guerra con Castilla, el precedente que instauró Pedro el Ceremonioso al negociar el ejecutivo de gobierno de la capital con el bando realista. A partir de entonces los reyes aragoneses fueron claramente partidistas en favor de uno u otro bando, según su conveniencia, lo que inició un proceso de cambio en las relaciones entre la institución real y unas elites urbanas cada vez más divididas y enfrentadas. Unas relaciones donde el acceso al gobierno municipal fue un instrumento de negociación entre ambos actores políticos, el rey y la facción.
43Una dinámica que siguieron sus hijos, Joan I y Martín el Humano, en un ambiente en Valencia de intensas luchas de bando, que les obligaron a arbitrar. Ahora bien, la intervención real más que un equilibrio pacificador entre las facciones, volvió a buscar el favor del bando capaz de comprometerse a salvaguardar los intereses reales. Una realidad que se mantuvo tras el cambio dinástico de 1412. Una praxis política en la que se profundizó en tiempos de Alfonso el Magnánimo, quién a cambio de convertir Valencia en un instrumento financiero a su servicio no dudo en conceder prerrogativas al bando de los Centelles, pagando con la promulgación de la pragmática del 4 de mayo en 1416, la deuda que los Trastàmara habían contraído con ellos.
44Controlada la capital valenciana, desde donde se gobernaba el reino, la escisión de los Centelles en varios grupos de poder también fue aprovechada por el soberano para dar el gobierno a uno de esos grupos, los Palomar, en un contexto donde la lucha armada entre bandos había dado paso a la competencia por conseguir gracias regias como recompensa a los servicios prestados al rey o a través de los contactos en la corte real, aprovechando esa vaguedad entre lo público y lo privado.
Notes
1 Pese a que el idioma del artículo es el castellano, mantenemos los nombres propios en catalán, normalizándolos según la normativa actual presente en la Guia de l’Ortografia Catalana (OIEC) en su versión actual de 2017.
2 Flocel SABATÉ, «La comuna idealitzada i rebutjada a la Catalunya medieval», in: F. SABATÉ (dir), Els espais de poder a la ciutat medieval, Lleida: Pagès Editors, 2018, p. 123-154.
3 Richard William KAEUPER, War, justice and public order: England and France in the later Middle Ages, Oxford: Clarendon Press, 1988, p. 170-183.
4 Trevor DEAN, «Italian Medieval Vendetta» in: Bjørn POULSEN, y Jeppe BÜCHERT NETTERSTRØM, (dir.), Feud in medieval and early modern Europe, Aarhus: Aarhus University Press, 2007, p. 135-146; Justine FIRNHABER-BAKER, «Seigneurial Violence in Medieval Europe», in: R. W. KAEUPER y Harriet ZUNDORFER, (dir.), The Cambridge World History of Violence, Cambridge: Cambridge University Press, 2020, p. 248-249; Howard KAMINSKY, «The Noble Feud in the Later Middle Ages», Past & Present, 11 ( 1), 2002, p. 55-83; Daniel Lord SMAIL, «Telling tales in Angevin Courts», French Historial Studies, 20 (2), 1997, p. 163-215; Andrea ZORZI, «Consigliare alla vendetta, consigliare alla giustizia. Pratiche e culture politiche nell'Italia comunale», in Martine CHARAGEAT (coord.), Conseiller les juges au Moyen Âge, Toulouse: Presses Universitaires de Midi, 2014, p. 149-166 y Hillay ZMORA, «Princely state-making and the "crisis of the aristocracy" in late medieval Germany», Past and Present, 153, 1996, p. 39-47.
5 Salvador CARRERES ZACARES, Notes per la història dels bandos de Valencia, Valencia: Impremta Fill de F, Vives Mora, 1930.
6 Sin pretensiones de exhaustividad por nuestra parte: Rafael NARBONA VIZCAÍNO, «Gobierno político y luchas sociales: patricios y malhechores siglos XIV y XV», Saitabi: revista de la Facultat de Geografia i Història, 39, 1989, p. 81-98; R. NARBONA VIZCAÍNO, «Els valencians davant del Compromís de Casp» in: Ricardo BELLVESER ICARDO, Ricardo y Pere ORTS I BOSCH (dir.), Els valencians en el Compromís de Casp i el Cisma d’Occident, València: Institució Alfons el Magnànim, 2013, p. 121-164; R. NARBONA VIZCAÍNO, «L’Interregne a València», in: Teresa MAIOL y FERRER (coord.), Martí l’Humà el darrer rei de la dinastia de Barcelona (1396-1410): l'Interregne i el compromís de Casp, Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, 2015, p. 767-789 y R. NARBONA VIZCAÍNO, «Política i ciutadania a la València de sant Vicent Ferrer», Afers: fulls de recerca i pensament, 22 (90-91), 2018, p. 425-450.
7 J. FIRNHABER-BAKER, op. cit., p. 248-249; R. KAEUPER., Medieval Chivlary, Cambridge: Cambridge University Press, 2016, p. 53-58.
8 Sobre los linajes e individuos que ocuparon magistraturas y oficios municipales en la ciudad de Valencia durante el siglo XIV y XV vid. R. NARBONA y Sandra BERNABEU, Prohoms i cavallers de València. El Consell (1306-1516), Valencia: Publicacions de la Universitat de Valencia, 2021.
9 S. BERNABEU y Rafael NARBONA, «Gobierno y sociedad urbana en el reino de Valencia: capital, ciudades y villas (1238-1479)», En la España Medieval, 46, 2023, p. 85-106.
10 T. DEAN «Marriage and Mutilation: Vendetta in Late Medieval Italy», Past & Present, 157, 1997, p. 3-36; F. SABATÉ y CURULL, «Les factions dans la vie urbaine de la Catalogne du XIVe siècle», in: Philippe SENAC, (dir.), Histoire et archéologie catalanes au Moyen Age, Perpiñán: Presses Universitaires de Perpignan, 1995, p. 340-341; Salvador CARRERES ZACARÉS, op. cit., p. 23-24; Mercé COSTA Y PARETAS, «Una batalla entre nobles a Barcelona (1379)», Anuario de estudios medievales, 7, 1970-1971, p. 533-554 ; R. NARBONA VIZCAÍNO, «Política y ciudadanía», p. 437-438.
11 Vicent BAYDAL SALA, Els orígens de la revolta de la Unió al regne de València (1330-1348), Valencia: Universidad de Valencia, 2013, p. 264-278; Mateu RODRIGO LIZONDO (ed), Diplomatari de la Unió del Regne de València (1347-1349), Valencia: Universidad de Valencia, 2014, p. 10-16.
12 M. RODRIGO LIZONDO, op. cit.
13 Ignacio VILLALONGA VILALBA, Los Jurados y el Consejo: Regimen municipal foral valenciano, tesis doctoral (1916), Valencia: ed. Banco de Valencia, 1995, p. 23-24 i p. 85-86.
14 Pablo SANAHUJA FERRER, Un reino asediado. El impacto de la guerra de los Dos Pedros en el reino de Valencia. Estructuras políticas, económicas y sociales, Valencia: Tesis doctoral presentada en la Universidad de Valencia, 2022.
15 M. COSTA y PARETAS, art. cit.
16 Ernest BELENGUER CEBRIÀ, La fi de la dinastia catalana: Joan I i Martí l'Humà, Cataroja: Afers, 2021, p. 29-27; Santiago SOBREQUÉS Y VIDAL, «La noblesa catalana en el siglo XIV», Anuario de Estudios Medievales, 7, 1970-1971, p. 524.
17 Estos eran los donceles Vidal de Blanes y Joan de Cervató, y los ciudadanos Domingo Mascó y Bernat de Alpicat, ciudadanos. Todos ellos provenían de linajes antiunionistas excepto el abogado Bernat de Alpicat, cuyo padre había represaliado, y que además había casado a su hija Agnès con el caballero Ramon de Soler, hijo de otro unionista, y que además encabezaría junto con sus hijos la lucha contra los Centelles en 1396.
18 ACA, C. reg. 1890, f.43v-44r. 3 de febrero de 1387 y f. 45r-v. 4 de febrero de 1387.
19 APPV, Protocolo de Lluís Llopis, 28.476. 30 de agosto de 1400.
20 ACA, C. reg. 1967, f. 107v y f. 1. 108r-110v. 6 de abril de 1396.
21 ACA, C. reg. 2166, f. 2r-v. 6 de abril de 1397.
22 Enric GUINOT RODRÍGUEZ, «Sobre la gestió del patrimoni reial de la Corona d'Aragó en temps del rei Martí l'Humà», in: Teresa FERRER i MALOL (coord.), Martí l'Humà: el darrer rei de la dinastia de Barcelona, 1396-1410: l'Interregne i el compromís de Casp, Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, 2015, p. 273-285; F. SABATE i CURULL, «Regnat de Martí I: el govern del territori i els bàndols», in: T. FERRER i MALLOL (coord.), op cit., p. 69-119.
23 En 1395 el señorío estaba compuesto por la villa de Chelva y diez lugares o entidades sumando un vasto espacio de 710 km2, situado además en un punto estratégico, el rio Palancia clave para el transporte de ganado, carbón y madera hasta la capital del reino.
24 «Que él era caballero, y que como caballero debía ocuparse de vengar a su hermano, Pere de Centelles». S. CARRERES ZACARÉS, op. cit., p. 76-79.
25 ACA, C. reg. 2240, f. 151v-152r. 29 de octubre de 1398; ACA, C. reg. 2245, f. 39r. 25 de septiembre de 1402; ACA, C. reg. 2250, f. 24r-v. 24 de febrero de 1406 y, ACA, C. reg. 2188, f. 144v-145r. 26 de marzo de 1410.
26 R. NARBONA VIZCAÍNO, Valencia, municipio medieval: poder político y luchas ciudadanas, Valencia: Ayuntamiento de València, 1995, p. 46.
27 ACA, C. reg. 2172, f. 92r. 21 de julio de 1400.
28 APPV, Protocolo de Martí d’Alagó, 25.303, 19 de marzo de 1407.
29 ACA, C. reg. 2183, f. 2r. 28 de febrero de 1408.
30 Luis GALAN CAMPOS, «Les lluites de bandos a la Ribera a la tardor de l'edat mitjana (1375-1425)» in: Vicent GIMÉNEZ CHORNET (dir), Història local. Estudis multidisciplinaris de la Ribera del Xúquer, Valencia: Uiniversitat Politècnica de València, 2022, p. 129-149.
31 R. NARBONA, «Política y ciudadanía…», p. 440.
32 ACA, C. reg. 2237, f. 4r. 16 de octubre de 1407; ACA, C. reg. 2236, f. 54v. 16 de diciembre de 1407.
33 APPV, Protocolo de Domingo Barreda 6612, 7 de diciembre de 1408.
34 José Ángel SESMA MUÑOZ, El Interregno (1410-1412): concordia y compromiso político en la Corona de Aragón, Zaragoza: Instituto Fernando el Católico, 2011; F. SABATÉ y CURULL «Perquè hi va haver un Compromís de Casp» in: R. BELLVESER ICARDO, y P. ORTS I BOSCH (dir.), op. cit., p. 45-119; R. NARBONA VIZCAÍNO, «El Compromís de Casp. Violència i parlamentarisme», Catalan Historical Review, 16, 2023, p. 157-173.
35 Blai Josep SERVER SERVER, «La visita del papa Benet XIII a València de 1414-1415: una aproximació a la seua memòria en la tradició historigràfica valenciana», Scripta, 9, 2017, p. 60-80.
36 S. BERNABEU BORJA, «L'arbitratge regi a la ciutat de Xátiva en el context previ a la introducció de la insaculació (1416-1427)», Medievalismo, 27, 2017, p. 49-50.
37 ACA, C, reg. 2410, f. 87v. 15 de junio de 1416.
38 ACA, C, reg. 2665, f. 39v 20 de junio de 1416; ACA, C, c, f. 160r. 19 de junio de 1416.
39 AMV, LlM, g3-13, f. 124r-125v.17 de junio de 1416.
40 ACA, C, reg. 2665, f. 54r. 28 de julio de 1416.
41 Carlos LÓPEZ RODRÍGUEZ, Nobleza y poder político en el reino de Valencia (1416-1446), Valencia: Publicaciones de la Universidad de Valencia, 2005, p. 233-235.
42 AMV, MC, A-26, f. 306r. 15 enero de 1418.
43 AMV, MC, A-27 f. 17v-18r. 14 mayo de 1418.
44 Los Centelles pagaron las pensiones de los censales hasta 1446, y a partir de esta fecha de forma intermitente hasta 1454. Winfried KÜCHLER, Les finances de la Corona d’Aragó al segle XV (regnats d’Alfons V i Joan II), Valencia: Institució Alfons el Magnànim, 1997, p. 338-340.
45 ARV, C, reg. 232, f. 101v. 15 de mayo de 1424.
46 ARV, C, reg. 233, f. 115r. 14 de mayo de 1431 y ARV, C. reg. 50, f. 35r. 11 de diciembre de 1431.
47 ACA. C, reg. 2753, f. 21r. 10 de julio de 1427.
48 ACA, C, reg. 2693, f. 165v.
49 ACA, C, reg. 2515, f. 66r. 20 de enero de 1437.
50 ACA, C, reg. 2515, f. 66v. 9 de enero de 1437.
51 S. BERNABEU y R. NARBONA, art. cit., p. 98-99.
52 Sobre el rol como instrumento financiero de la ciudad de Valencia con la monarquía vid. Juan Vicente GARCIA MARSILLA, «Avalando al rey. Préstamos a la Corona y finanzas municipales en la Valencia del siglo xv», in: Denis MENJOT y Manuel SANCHEZ (coords), Fiscalidad de Estado y fiscalidad municipal en los reinos hispánicos medievales, Casa Velázquez, 2006, p. 382; Francisco SEVILLANO COLOM, Préstamos de la ciudad de Valencia a los reyes Alfonso V y Juan II, Valencia: Institució Alfons el Magnànim, 1951, p. 86-131.
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Référence électronique
Sandra Bernabeu Borja et Luis Galan, « Monarquía, bandos y gobierno municipal de Valencia (1360 y 1436) », e-Spania [En ligne], 46 | octobre 2023, mis en ligne le 21 octobre 2023, consulté le 11 février 2025. URL : http://journals.openedition.org/e-spania/48843 ; DOI : https://doi.org/10.4000/e-spania.48843
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