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Más allá de los comerciantes: grupos profesionales en la logística de funcionamiento de la Carrera de Indias

Manufacturas andaluzas a Indias: artesanos y productos artesanales en los contactos con el mundo americano (siglo XVI)

Alejandro J. Viña González

Résumés

Cet article tente de mettre en lumière le degré de participation des produits andalous dans les réseaux commerciaux entre Séville et l'Amérique. Ainsi, nous avons choisi un échantillon de cargaisons des bateaux ayant constitué la flotte de 1590, au sein duquel nous pouvons retrouver des marchandises provenant de différents endroits de l’Andalousie. Dans certains cas, nous remarquons une forte spécialisation pour chaque type de produit manufacturé : fils, draps, soies, cuirs, objets de métal, etc. Tous les produits figurent dans les registres d’aller que la Casa de la Contratación sévillane tenait afin de surveiller l’envoi de marchandises vers le marché américain.

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Notes de l’auteur

Este artículo ha contado con el apoyo financiero de una ayuda predoctoral de la Fundación Ramón Areces. Asimismo, forma parte del proyecto PID2022-138444OB-I00 “La esclavitud en la economía y la sociedad de la España del siglo XVI”, financiado por el MCIN/ AEI/ 10.13039/501100011033.

Texte intégral

Introducción

1La designación de Sevilla como cabeza peninsular en los contactos con el mundo americano supuso para la ciudad la confirmación de su histórica posición como puesto comercial de primer orden. El pretendido monopolio de la Corona castellana situó, efectivamente, a Sevilla como enclave portuario único, consolidándose como lugar neurálgico en los intercambios habidos entre Europa y América, potenciando si cabe su decidida vocación atlántica.

2Desde 1503, el tráfico de mercancías entre ambos lados del océano estuvo mediatizado por una institución de nuevo cuño, encargada de regular, supervisar e inspeccionar, entre otros aspectos, los productos exportados hacia los nuevos territorios bajo control castellano, así como los recursos que desde allí arribaban al puerto de Sevilla tras el retorno de los barcos mercantes.

  • 1 Clarence Henry HARING, Comercio y navegación entre España y las Indias en la época de los Habsburgo (...)

3La organización de los viajes hacia América fue paulatinamente haciéndose más sofisticada y sujeta a unos parámetros establecidos por la Casa. En este sentido, la ordenanza de 1543 fue pionera en concretar la partida de dos flotas cada año, que habrían de partir en marzo y septiembre, respectivamente. No obstante, el sistema de flotas que en esos años ya empieza a germinar se remoza dos décadas más tardes. Una nueva ordenanza, promulgada en 1564, concretó que cada año partiesen dos flotas separadas con sendos destinos bien definidos: Nueva España y Tierra Firme. Aunque la nueva norma especificaba un mes del año para su salida hacia América, diversos avatares interfirieron, en numerosas ocasiones, en la fecha preestablecida, siendo habitual que las flotas postergaran su partida y no cumpliesen con la anualidad que se quería1.

  • 2 Huguette y Pierre CHAUNU, Séville et l’Atlantique (1504-1650), 11 vols., París: Armand Colin, 1955- (...)
  • 3 Ibid., vol. 6 (1), p. 98.

4El estudio de los cargamentos que estas naos transportaron hacia y desde América ha recibido un tratamiento desigual. Para el segundo caso, el de las importaciones de productos que salían de los puertos americanos de Veracruz y Nombre de Dios con destino Sevilla, contamos con el ingente trabajo de los Chaunu, que recopilaron y analizaron los diversos géneros que se enumeran en los registros de vuelta, tales como sustancias tintóreas, azúcar, cueros, plantas medicinales, especias, tabaco o perlas2. Sin embargo, esta investigación no encontró paralelo para los registros de ida, que compusieron el listado de productos agrarios y manufacturas de producción europea enviados al nuevo mercado indiano. Los mismos Chaunu, refiriéndose a este conjunto de mercancías exportadas, lo calificaron como verdadero “bazar flotante”, y no fue objeto de análisis en su meritoria obra3.

  • 4 Eufemio LORENZO SANZ, op. cit., t. 1, p. 431-36; Antonio GARCÍA-BAQUERO GONZÁLEZ, Andalucía y la ca (...)

5Con todo, la historiografía se ha mostrado tajante en la cuestión de hasta qué grado la producción nacional y, más concretamente, la estructura productiva andaluza tuvo un protagonismo preponderante en los envíos comerciales hacia América. La consideración repetida ha sido la de incidir en las limitaciones que la industria andaluza presentó para poder satisfacer la demanda americana, vacío aprovechado por el mercado europeo para hacer llegar al continente americano sus propias manufacturas, en especial aquellas del sector textil. Todo ello, no obstante, sin dejar de lado la importancia de industrias andaluzas de honda tradición como la sedera en Granada o la pañera en Córdoba y Baeza, que también participaron de este nuevo negocio intercontinental4.

  • 5 José María SÁNCHEZ CORTEGANA, “La cerámica exportada a América en el siglo XVI a través de la docum (...)
  • 6 José Manuel DÍAZ BLANCO y Francisco de Asís AMOR MARTÍN, “Los productos mediterráneos en la Carrera (...)

6Así, el propósito de esta investigación es rastrear la presencia de manufacturas en un tipo documental concreto, como son los registros de ida de naos, poniendo especial énfasis en identificar aquellos cuyo lugar de fabricación y procedencia nos es conocido gracias a la precisión de la fuente. De este modo, se ofrece una aproximación acerca del origen de estos productos, tanto andaluces como de otras partes de Castilla y Europa. Esta documentación ya ha servido previamente a otros investigadores para realizar trabajos sectoriales; en concreto, para los registros de cerámicas e instrumentos musicales, grupos de productos que fueron objeto de estudio por parte de los profesores Sánchez Cortegana y Bejarano Pellicer, respectivamente5. Paralelamente, Díaz Blanco y Amor Martín han podido reconstruir, ya para el siglo XVII, la procedencia de las distintas mercancías arribadas al Perú, gracias a la relación contenida en las memorias de mercadurías de las denominadas “cuentas de factoraje”6.

Los registros de navío

  • 7 José de VEITIA LINAJE, Norte de la Contratación de las Indias Occidentales, 2 libros, Sevilla: Impr (...)

7La formalización de las hojas de registro de mercancías llevadas a América se encuentra recogida con exactitud en la obra seminal de José de Veitia Linaje sobre la organización y funcionamiento de la Casa de la Contratación7. En su capítulo XVII (De los registros, carga y descarga de las flotas y navíos de la carrera de las Indias, y de los descaminos), el autor precisa el contenido del documento:

  • 8 Ibid., lib. 2, cap. 17, p. 194.

[…] que registró N. que tiene cargado en tal nao una de las de tal flota a el cargo del General N de que es Maestre N. las mercaderías que adelante declarará, diziendo a quién las consigna y en qué parte han de entregarse, y por cuya quenta y riesgo van […]8

8En efecto, esta redacción se traspuso de manera idéntica a los ejemplos documentales que se han consultado para este estudio. Los diversos registros se encuentran agrupados para cada una de las naos que conformaban las flotas, junto a otra documentación de interés de la embarcación: propietario del barco, designación del maestre, aparejos y pertrechos, relación de los tripulantes, …

9En cada registro se distinguen el nombre del cargador, el puerto de destino y el destinatario(s), pudiendo ser para la misma persona que remite las mercancías o para un tercero. Es usual, además, que se estipulen segundos y terceros individuos en caso de que los destinatarios principales se encontrasen ausentes en el momento del desembarco de las mercancías. De igual modo, suele mencionarse el envío previo de una cargazón –detallándose o no el contenido de ésta– en anteriores flotas de vuelta como justificación al cargamento que ahora se quiere enviar en la próxima flota que zapa hacia América. A modo de ejemplo, se ilustra el registro que hizo Domingo de Corcuera a cuenta y riesgo de la compañía que tenía con Andrés de Hervás, residente en México y destinatario de las mercancías, y Juan Pache de Zárate (véase Imagen 1).

Imagen 1. Registro de Domingo de Corcuera en la nao Santa Susana (1590).

Imagen 1. Registro de Domingo de Corcuera en la nao Santa Susana (1590).

Fuente: Archivo General de Indias (AGI), Contratación, 1089, fol. 90rº.

10Seguidamente a estos datos, se consigna la relación de productos cargados, declarándose el tipo de producto, su cantidad, valor expresado en moneda –usualmente, reales– y el total de cada ítem –en maravedíes–. Las mercancías suelen agruparse en contenedores del más variado tipo, atendiendo a su naturaleza: fardos, fardetes, baúles, cajas, cajuelas, serones, esterados, barriles, cofres, … Asimismo, en la práctica totalidad de los casos los recipientes solían señalarse con una marca identificativa que evitase confusiones en el acto de entrega en el puerto de destino (para una muestra, véase Imagen 2).

11En función del total de la cargazón, se estipulan los montantes totales que deben pagarse para satisfacer los derechos de almojarifazgo, avería y lonja, cifras que se muestran al final de cada registro.

Imagen 2. Marcas de propiedad de las cargazones.

Imagen 2. Marcas de propiedad de las cargazones.

Fuente: AGI, Contratación, 1089, 1092.

La flota de 1590

  • 9 Con anterioridad a esta fecha, los documentos de este tipo son escasos y muy fragmentarios. Los ref (...)
  • 10 Huguette y Pierre CHAUNU, op cit., vol. 3, p. 450 y ss.
  • 11 Las contenida en AGI, Contratación, 1089 a 1092.
  • 12 Vid. Nota 9. Esta flota también ha sido estudiada parcialmente por Lutgardo GARCÍA FUENTES, “La art (...)

12Desde 1583 se tiene acceso a registros seriados de los cargamentos que partían en los viajes de ida de las flotas9. Para este trabajo, se ha escogido la flota que en 1590 zarpó, bajo la dirección de Antonio Navarro de Prado, para la Nueva España. Los Chaunu documentaron los inconvenientes que provocaron el retraso de la salida de esta flota, debido a problemas con el tonelaje, el armamento y la tripulación, además de una crisis de abastecimiento agrícola. El 3 de agosto partió desde Cádiz, llegando el 13 de septiembre a Santo Domingo y el 22 de ese mismo mes al puerto de Veracruz. Al menos 16 naos no lograron arribar a destino10. Aunque el número de naos de las que se disponen registros asciende a 3811, la cifra total parece elevarse a más de 60 naos, si se contemplan las naos adicionales recopiladas por Chaunu12.

13La consulta de los registros se ha efectuado sobre una decena del cómputo de naos, tal como se relacionan en la siguiente tabla.

Tabla 1. Relación de naos consultadas.

Nao

Tonelaje (en ts.)

Maestre

Destino

Santa Susana

230

Pedro Hernández Fajardo

Nueva España

San Francisco

130

Juan Martín

Honduras

NSª Concepción

70

Juan López

Puerto Rico

NSª Concepción

140

Luis de Herrera

Nueva España

La Magdalena

300

Diego de Torrijos

Nueva España

Santa Ana

140

Francisco Jiménez

Santo Domingo

NSª Ayuda

120

Lorenzo Vázquez

La Habana y Campeche

San Bernabé

75

Blas de Urieta

Campeche

NSª Buenos Aires

120

Pedro Sánchez Arias

Nueva España

El Espíritu Santo

200

Andrés del Corro

Honduras

Fuente: AGI, Contratación, 1089, 1092.

Las cargazones

14La mayor parte de los registros estuvieron constituidos por una amplia y diversa gama de productos de distintos géneros. Sólo se detectan envíos más concretos en cargamentos de libros, artículos medicinales, esclavos y productos agrarios (vino, aceite).

  • 13 Un cuadro recopilatorio de los principales tejidos venidos de Europa pueda verse en Óscar LUCAS VIL (...)

15En los cuadros 2 y 3 se agrupan las distintas manufacturas recopiladas en las cargazones consultadas, de acuerdo con su lugar de origen. En esta síntesis no se recogen aquellas mercancías cuya procedencia no es señalada. Esto incluye el amplio repertorio de textiles cuya propia denominación es indicativa de su lugar de fabricación, aunque no se explicite. Hablamos de tejidos como ruanes, holandas, brines, bretañas, navales, umainas, vitres, cariseas, entre otros13.

16Tampoco tratamos aquí productos agrarios en los que la presencia andaluza fue importante. Así, son frecuentes las relaciones de vino añejo y nuevo de Jerez, Cazalla o el Condado; pasas de Almuñécar o cera de Cádiz.

  • 14 Entiéndase aquí nacionales por productos del resto de la Corona de Castilla y de la Corona de Aragó (...)

Cuadro 2. Productos andaluces y “nacionales”14.

Alcaraz

alfombras

Ávila

rajas (‘florentinas’, columbinas, negras, frailescas, de mezcla)

Baeza

paños (veintidosenos, veinticuatrenos) (varios colores) (vellorí, velarte, mezcla), palmillas (varios colores), saya de palmilla azul guarnecida con terciopelo

Ciudad Real

guantes (de cordobán)

Córdoba

estuches (con sus cordones), bayetas (varios colores), camas de guadamecíes (llanos, dorados), paño (veinticuatreno) (varios colores) (vellorí)

Cuenca

paño, vellorí

Fregenal

machetes, cuchillos

Granada

sedas, tafetanes, terciopelos, damascos, rasos (uno o dos pelos, varios colores), mantos de lana, mantos de lustre, medias de seda, terciopelo de fajas, cintas de rehilado, pasamanos (de colores, sellados), botones

Hellín

alfombras

Jaén

cordobanes (negros)

¿Los Palacios?

puntas y randas bastas

Ocaña

guantes de cabrito

Puertollano

medio paño blanco

Segovia

paños (veintidosenos, veinticuatrenos) (varios colores) (vellorí), sombreros

Sevilla

candeleros (de peso, de azófar), hilo (casero, de cartas, de oro, de coser), hilo azul y blanco, oro y plata, chapines (dorados, ‘contrahechos’), borceguíes llanos, medias de seda (azules), tijeras de barbero (finas, ochavadas), pabilo, tela de oro y azul ¿mala, falsa?, pasamanos de oro y seda, machetes, cortes de jubones

Sierra Morena

cordobanes

Toledo

grana, manto de lana, estribos, raja, medias de lana

Valencia

grana, chapines (dorados), jervillas de mujer

Valladolid

frezadas

Vergara

tijeras (de sastre), vainas de cuchillos

Vizcaya

tijeras pequeñas de escribanías, tijeras de zapatero y sastre, cuchillos, guarniciones, tijeras de barbero (finas, ochavadas)

Fuente: AGI, Contratación, 1089, 1092.

Cuadro 3. Productos europeos.

Alemania

cuerdas, anteojos, escritorio, pesos, bocacíes negros, llaves de rueda

Bolduque

cuchillos (medianos, grandes), cintas

Brabante

calcetas

Bruselas

cintas blancas, medias cortas de lana

China

casullas de rasillo amarillo

Flandes

candeleros (de tornillo, de azófar), clavazón, clavo, bayeta negra, hilo (de cartas), mantelillas, telillas, parches para caja de atambor, lienzos pintados, sierrezuelas, jubones (de hombres y mujeres), cintas blancas, tabillas pintadas, mangas, agujetas, cuchillos

Florencia

rajas, jerguetas, hilo de oro

Francia

peines, espejuelos, ruan, anascote, fustán, espejos, Agnus Dei baladíes, cintas de hilo, tijeras, dedales de mujeres, penachos

Gante

camisas, hilo

Génova

papel

Italia

abalorios, toquillas, tocas de algodón, holandillas, telillas de colores, colchado, hilo (“a la portuguesa”), guarniciones de espada, jervillas

Lyon

creas

Milán

tamenete (¿estameña?), agujas, fustán

Nápoles

telillas

Portugal

hilo portugués, bengalas, tocas de lino, lienzo basto

Roma

cuerdas de vihuela, estampas de devoción

Venecia

espejos (distintos tamaños), perlillas de vidrio, mazos de cristalina

Fuente: AGI, Contratación, 1089, 1092.

  • 15 Miguel HERRERO GARCÍA, Ideas de los españoles del siglo XVII, (2ª ed.), Madrid: Gredos, 1966, p. 13 (...)
  • 16 « Une foire fréquentée attirait quantité de trafiquants étrangers, jusqu’à des Portugais, chargés d (...)

17Comenzando con las mercaderías textiles, se destaca la presencia recurrente de tres tipos de hilo –de los que, en ningún caso, se menciona su materia prima–. El más repetido es el denominado “hilo portugués”, registrado en 93 ocasiones, sumando un total de 519,3 libras por valor de 298.850 maravedíes. Herrero García documenta el prestigio de este tipo de hilo, que valió su mención en varias obras literarias de Lope de Vega o Cervantes, entre otros15. De la naturaleza de este hilo poco se sabe, aunque Morel-Fatio, a propósito de su importante presencia en ferias como la de Tendilla, sugiere que era de seda o lino16.

  • 17 AGI, Contratación, leg. 1092, fol. 35rº. Registro del capitán Toribio de Escalante en el navío “El (...)
  • 18 Ibid., fol. 54-55. Registro de Lope de Tapia en el navío “NSª de la Concepción”.

18Los importes por libra varían sobremanera dependiendo de la calidad del hilo, que distingue entre “largo”, “corto”, “común” y “fino”, entre otras características. El valor promedio de los tres primeros grupos es de 10,9 reales/libra, mientras que, en el caso de los “finos”, los valores totales se disparan. El dato más elevado constatado cifra en 95 reales el registro de 1 libra de hilo portugués17. Siguen 72, 50, y 35, de los que se nos informa que los dos primeros corresponden a un tipo “fino nº4” y “fino nº3”, respectivamente18.

19Si se toma como referencia los 35 reales del valor más bajo de entre los finos, 14 registros de hilo portugués sin otra denominación añadida se sitúan por encima de dicho umbral, entre los 35 y 72 reales; mientras que un total de 31 registros lo hacen por debajo, hasta un mínimo de 4 reales.

  • 19 Ibid., fol. 118vº. Registro de Francisco Muñoz Centeno en el navío “La Magdalena”.

20El segundo tipo más común fue el “hilo (casero) de Sevilla”, registrado medio centenar de veces. En total, 637 libras y media que ascendieron a 132.778 maravedíes y medio. A diferencia del caso portugués, los distintivos aquí son casi inexistentes –limitándose a apreciar la cualidad del color (azul, blanco)–, y se distingue un valor promedio estable en 6 reales/libra, siendo la carga habitual una media de 13 libras de este producto. El cargador que mayor cantidad de libras registró fue Francisco Muñoz Centeno, con un total de 60 libras a 200 maravedíes/libra19.

  • 20 Ibid., fol. 26vº. Registro de Juan de Tapia Saco de Quiroga en el navío “Santa Ana”.

21Por último, se destaca el hilo de Flandes, con 13 registros. Las cantidades de mercancía son, en este caso, muy dispares, desde un mínimo de 2 libras hasta un máximo de 86, este último caracterizado por ser “de colores, muy basto”20. El valor medio se reduce casi a la mitad con respecto al hilo sevillano, hasta 3,5 reales/libra.

22La confección de paños concentró otra gran reserva en las mercancías detectadas en la muestra, observándose cuatro importantes centros pañeros: dos andaluces (Córdoba y Baeza), uno castellano (Segovia) y otro europeo (Flandes).

  • 21 José Ignacio FORTEA PÉREZ, Córdoba en el siglo XVI: las bases demográficas y económicas de una expa (...)
  • 22 Rosa Mª DÁVILA CORONA, Montserrat DURAN PUJOL, y Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, Diccionario histórico de (...)
  • 23 José Ignacio FORTEA Pérez, op. cit., p. 309.
  • 24 Casi un siglo después, la tasa de 1681 estableció que la bayeta de Córdoba, tanto negra como de col (...)
  • 25 Se discute si este tejido fue originario, precisamente, de Flandes, o de Inglaterra. Vid. nota 22.

23La tradición en la pañería cordobesa hundía sus raíces en la Baja Edad Media, momento en el que comienza a reglamentarse aspectos concernientes a su elaboración21. En el caso que nos ocupa, sobresale el registro de bayetas, tejido de lana muy floja, rala o poco tupida, que tuvo un uso extendido en la fabricación de prendas clericales y como ropas luctuosas22. Parece que la mayoría de las bayetas cordobesas fueron veinticuatrenas23, aunque no se puede confirmar por los casos –un total de 10– que fueron cargados en esta flota. Sí se especifican los colores habituales en este tejido: negro, azul, blanco, verde, gualda, amarillo y encarnado. El precio por vara se encuentra entre la horquilla de los 150 a 340 maravedíes (10 reales/vara)24. Este producto compitió con la bayeta –fundamentalmente, negra– proveniente de Flandes25, de los que también se cuenta con una decena de ejemplos. Sin embargo, el registro por piezas, sin detallar la cantidad de varas totales, dificulta la comparación de valores con la homóloga cordobesa. En los casos que sí se menciona, oscila entre 185 y 238 maravedíes (7 reales/vara), siendo el máximo inferior al detectado en el caso cordobés.

  • 26 Rosa Mª DÁVILA CORONA…, op. cit., p. 128.
  • 27 José Ignacio FORTEA PÉREZ, op. cit., p. 308-309. El mismo autor establece que el precio del paño co (...)

24También se encuentran otros textiles para la ciudad de Córdoba, que se relacionan en el cuadro 4. Se duda sobre la identidad de las denominadas “medias”. El Diccionario histórico de telas y tejidos recoge como entrada la media bayeta, que define como bayetas más toscas y ordinarias26. Sin embargo, su valor más elevado con respecto a las bayetas mencionadas con anterioridad parece descartar esta posibilidad, toda vez que, si su calidad era menor, ello debería haberse reflejado en un precio a la baja, no al alza, como aquí se detecta. Por otro lado, hay ejemplos de paños veinticuatrenos, especialidad que Fortea Pérez asegura que fue sobresaliente y exclusiva frente a la fabricación de paños de mayor número de hilos27.

Cuadro 4. Géneros de paños cordobeses.

Mercancía

Cantidad

Valor

Paño negro

1 pieza, 20 varas

15 rs./vara

Media

1 ud.

8000 mrs.

Media

1 ud.

9850 mrs.

Media negra veinticuatrena

22 varas y tercia

13 rs./vara

Media negra veinticuatrena

1 ud., 19 varas y tres cuartas

13 rs./vara

Media negra veinticuatrena

1 ud., 20 varas y tres cuartas

13 rs./vara

Paño veinticuatreno vellorí

5 varas

19 rs./vara

Paño negro

2 varas

28 rs./vara

Veinticuatrena

21 varas y 9 dozavos

17 rs./vara

Paños negros

8 piezas, 170 varas

14 rs./vara

Paño ¿melado, velado?

21 varas y tres cuartas

11 rs. y medio/vara

Paño negro

23 varas

14 rs./vara

Paño velartado

21 varas y tres cuartas

12 rs./vara

Media negra

21 varas y tercia

14 rs./vara

Paño escarlatín

23 varas y tercia

12 rs./vara

Fuente: AGI, Contratación, 1089, 1092. Nota: ud. – unidad; rs. – reales; mrs. – maravedíes.

  • 28 El Diccionario histórico de telas y tejidos lo define como “Paño ordinario hecho con los hilos de l (...)
  • 29 “Paño entrefino, de color pardo ceniciento o del color natural de la lana sin teñir […]”, in: Rosa  (...)
  • 30 La definición recogida por Herrero García apunta a un lienzo francés de alta calidad, lo que no con (...)

25En Baeza, por su parte, prodigaron las palmillas28 veinticuatrenas verdes y azules y los paños veinticuatrenos –y, en menor número, veintidosenos– de distintas suertes: pardo, vellorí29, plomado, “capa de rey”30, mezcla, velarte, entre otros. La fama de la industria pañera baezana fue subrayada por Bartolomé Ximénez Patón. En el primer tercio del siglo XVII, decía de Baeza:

  • 31 Bartolomé XIMÉNEZ PATÓN, Historia de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén, 1628 (ed (...)

De las lanas de obejas y carneros es también notable el interés y probecho que este reyno tiene casi en todos sus lugares y poblaciones. Mas en particular está la grosedad de este trato en la ciudad de Baeça, de dónde no sólo se proveen muchas partes destos reynos de España, pero las Indias de el Perú y Nueva España, porque en esta ciudad se labran de toda labor desde la carda hasta la tijera del sastre casi infinitos paños finos y bastos de todas colores y suertes31.

  • 32 AGI, Contratación, 1089, fol. 42vº. Registro de Miguel Hernández Calero en el navío “San Francisco”
  • 33 AGI, Contratación, 1092, fol. 48vº. Registro de Rodrigo Fránquez, en nombre de Lorenzo de Vallejo, (...)
  • 34 AGI, Contratación, 1092, fol. 58rº y fol. 60rº. Registros de Andrés de San Martín en el navío “Sant (...)

26Las 9 palmillas verdes y azules baezanas contenidas en esta flota cotizaron entre un mínimo de 15 y un máximo de 21 reales y medio/vara. Sólo se observa una disparidad: 29 varas de palmilla veinticuatrena azul costaron 13 reales/vara32, frente a una palmilla del mismo color veintidosena de 27 varas por 17 reales/vara33. Asimismo, se cargaron dos sayas fabricadas con palmilla azul de Baeza guarnecidas con ribetes simples de terciopelo, valoradas en 2720 y 3000 maravedíes, respectivamente34. Se encuentran, de igual modo, veinticuatrenos velloríes por 18-20 reales/vara, de mezcla por 22, pardos por 20, “capa de rey” por 21 reales y medio y velartes por 23.

  • 35 AGI, Contratación, fol. 111rº. Registro de Pedro de Mallea en el navío “NSª de la Concepción”. Hay (...)

27No obstante, los veinticuatrenos segovianos –y aun los veintidosenos– alcanzaron una cotización bastante mayor a lo observado para los paños andaluces. Así, por ejemplo, un total de 274 varas de veinticuatreno pardo, repartido en cantidades de entre 22 y 34 varas, tuvieron un valor de 28 reales y medio/vara. El veintidoseno negro, por su parte, osciló entre los 25 y 31 reales/vara, con un pico máximo de 44 reales para un cargamento de 31 varas y cuarta35.

  • 36 Eufemio LORENZO SANZ, op. cit., p. 440-441. El modelo de producción sedero de Granada tuvo ecos des (...)

28Otro punto neurálgico de la industria andaluza fue Granada, que acaparó la exportación de seda hacia el mercado americano. De hecho, Lorenzo Sanz asegura que la seda granadina disfrutó de dicho monopolio entre los años 1569 y 1591, lo que exigía que todas las sedas embarcadas hacia América estuviesen marcadas con el sello de Granada. Durante estas más de dos décadas de privilegio, fueron frecuentes los intentos por derribar esta concesión36. Incluso, la queja fue elevada ante el rey en las Cortes de 1582, intentando convencer al monarca de las ventajas que tendría la liberalización de sedas de otras partes del reino, aunque sin una respuesta decidida por parte de Felipe II:

  • 37 Actas de las Cortes de Castilla, tomo VI, petición 84, p. 872-873. La petición es mencionada por Ma (...)

(Al margen: que la saca de la seda para las Indias sea general de todas las partes destos reynos). El trato y cría de la seda es tan útil y necesario para estos reynos que en quanto fuese posible se debería procurar su conservación y acrecentamiento, y lo que más ayuda para es el buen despidiente, porque habiéndolo, se tratará en ella con mucho calor; y así en el reyno de Granada vino a crecer en gran manera por la merzed que vuestra Magestad de muchos años a esta parte le haze en conceder a los arrendadores della, que de ninguna otra parte destos reynos sino de allí, se pueda sacar ni llevar para las Indias, de lo qual ha sentido aquel reyno grandísimo beneficio, y lo mismo harían las otras partes donde la hay si vuestra Magestad les hiziese la merzed que haze a los arrendadores de la de Granada: suplicamos a vuestra Magestad sea servido de tener por bien que la dicha saca sea general de todas las partes destos reynos, pues no hay más razón para unas que para otras, y lo es muy grande que, pues todas acuden al servicio de vuestra Magestad en los casos que se ofrecen, todas gozen deste benificio y merzed, que será muy grande, y las rentas reales de vuestra Magestad no vendrán en disminución, sino antes se acrecentará, pues de toda ella se han de pagar sus derechos.

A esto vos respondemos que cerca de lo contenido en esta vuestra petición mandaremos mirar y proveher lo que conviniere37.

  • 38 AGI, Contratación, 1092, fol. 34rº. Registro de doña Constanza de Coronado en el navío “La Magdalen (...)
  • 39 AGI, Contratación, 1092, fol. 32rº. Registro de Andrés Canel en el navío “NSª del Ayuda”.
  • 40 AGI, Contratación, 1089, fol. 68rº. Registro de Francisco López Olivos en el navío “Santa Susana”.
  • 41 AGI, Contratación, 1089, fol. 40vº. Registro de Miguel Hernández Calero en el navío “San Francisco”
  • 42 AGI, Contratación, 1092, fol. 44rº. Registro de Lorenzo de Vallejo, veinticuatro de Sevilla, en el (...)

29En efecto, las únicas sedas, terciopelos, tafetanes, rasos y damascos cuyo origen es conocido remiten a Granada, salvo un par de medias azules de seda sevillanas, que valieron 50 reales38, y 2 libras de pasamano de oro y seda, también de Sevilla, a 340 maravedíes/onza39. Las sedas de colores de las que se tiene registro tuvieron un valor en torno a los 60-70 reales, o incluso más. 1 libra de seda encarnada, por ejemplo, valió 80 reales40. La seda cruda reducía su valor hasta los 44 reales41, y las negras tampoco alcanzaron la misma cifra que la vista para las de colores42.

30Entre los tejidos de seda, el terciopelo siempre fue el que adquirió mayor valor, entre los 32-42 reales por libra. Es usual encontrar terciopelo de dos pelos, de color negro, pardo, verde y carmesí. Le siguen los damascos, negros y pardos, en torno a los 23 reales; rasos de muy diversos colores entre los 17 y 22 reales; y, por último, tafetanes sencillos que no superaban los 8 reales.

  • 43 AGI, Contratación, 1092, fol. 51vº. Registro de Rodrigo Fránquez, en nombre de Lorenzo de Vallejo, (...)
  • 44 AGI, Contratación, 1089, fol. 97vº. Registro de Andrés Franco en el navío ‘Santa Susana’.
  • 45 AGI, Contratación, 1092, fol. 52vº. Registro de Rodrigo Fránquez, en nombre de Lorenzo de Vallejo, (...)
  • 46 Rosa Mª DÁVILA CORONA…, op. cit., p. 121.

31En prendas, las medias de seda se cargaron por pares, teniendo mayor valor que las sevillanas. Por ejemplo, unas medias del mismo tipo de seda –de color azul– costaron 1900 maravedíes, frente a los 1700 de las sevillanas43. Dos pares de medias de seda largas, 60 reales44, y 56 reales dos pares de medias de seda, sin especificar otro rasgo distintivo45. Como producto específico, Granada también proveyó con los llamados “mantos de lustre”, que alcanzaron valores entre los 100 y 108 reales por unidad. El lustre se define como “tela de seda, con ligamento de tafetán, que tenía la urdimbre y la trama de seda cocida […]”46.

  • 47 Entre otros enclaves productivos, las tenerías fueron numerosas en algunos barrios de la ciudad, in (...)
  • 48 AGI, Contratación, leg. 1092, fol. 57rº. Registro de Andrés de San Martín en el navío “Santa Ana”.
  • 49 Carmen ARGENTE DEL CASTILLO OCAÑA, La ganadería medieval andaluza (siglos XIII-XVI. Reinos de Jaén (...)

32Por lo que respecta a las corambres y sus derivados, es Jaén el enclave andaluz que aparece recurrentemente como provisor de cueros cordobanes47, ya sea por unidad o por docenas, alguno de ellos negros. Estos cueros registraron un valor promedio en torno a 15-16 reales/unidad, como ocurrió con las 4 unidades de cordobanes negros cargadas por Andrés de San Martín a 15 reales y medio48. La producción de este tipo de cueros en la capital jiennense pudo reportar, en algunos años del siglo XVI, ingresos de hasta 100.000 ducados y rentas entre 68.000 y 80.000 maravedíes49.

  • 50 Característico por su elevada suela de corcho, las ordenanzas sevillanas de chapineros regulan aspe (...)
  • 51 Esto es, sin ningún tipo de adorno. Esta prenda era de obligada realización en el examen para acced (...)

33Para la producción de calzado, existen registros de chapines y borceguíes fabricados en Sevilla. En el caso de los primeros, chapines dorados50 cuyo valor rondó los 4-6 reales/par, más baratos que los preciados chapines valencianos, cifrados entre los 9-12 reales. Por otro lado, se cargaron un total de 122 pares de borceguíes “llanos”51 sevillanos, todos a 9 reales/par. También hay constancia de 3 docenas de guantes de Sevilla, a 14 reales, aunque resulta testimonial frente a las 34 docenas de guantes de Ciudad Real, con un precio muy superior, entre 33 y 38 reales/docena.

  • 52 AGI, Contratación, fol. 86rº. Registro de Gaspar Carballo en el navío “Santa Ana”. La producción de (...)

34Los guadamecíes cordobeses también tuvieron presencia entre las mercaderías cargadas, en todos los casos formando parte de lechos, como la cama de guadamecíes dorados que se tasó en 22 ducados52.

  • 53 Va a ser, junto con otras mercaderías, uno de los productos más estimados de los salidos de los tal (...)
  • 54 AGI, Contratación, fol. 64rº. Registro de Andrés de San Martín en el navío “Santa Ana”.
  • 55 Todos estos fueron cargados en diversas partidas por Francisco López Olivos, siendo un total de 40 (...)
  • 56 AGI, Contratación, 1092, fol. 106rº. Registro de Antón de Armijo en el navío “La Magdalena”. Tambié (...)

35Otro municipio que destacó con un producto muy específico fue Fregenal, que despuntó en la fabricación de machetes y cuchillos53. En total, la cargazón de este producto fue de 90 docenas y media, con un valor promedio de 22 reales/docena. Dentro de los útiles fabricados en metal, se cuentan igualmente con varios ejemplos de candeleros fabricados en Sevilla. Así, por ejemplo, en un mismo registro se consignaron 2 candeleros de azófar –latón– sevillanos, a 14 reales/par, frente a los 10 reales que costaron los hechos en Flandes54. Otros casos también ilustran un precio menor para los candeleros “de tornillo” flamencos, a 5 reales/par, mientras que los sevillanos se estimaban a 12 reales55. En Sevilla también se fabrican útiles muy especializados para el ejercicio de algún determinado oficio. Acaso para diferenciar la distinta calidad de un mismo producto, Antón de Armijo registró una cajita con 4 docenas de tijeras de barberos, finas y ochavadas, que valieron a 54 reales/docena. Mismo producto, pero de Vizcaya, fueron 2 docenas a 26 reales56.

Conclusiones

36De todo lo anterior se constata cómo los cargamentos a Indias estimaron la presencia de bienes de fabricación andaluza entre las mercaderías consignadas en registro. No obstante, conviene hacer ciertas precisiones. Por un lado, es reseñable la falta de importancia que la fuente le suele conceder a la indicación del origen del producto. Esto limita, en un análisis exhaustivo, la ponderación de cuáles lugares concretos y/o regiones tuvieron un mayor peso en las exportaciones que se hacían a América. Si bien es cierto, como ha constatado la historiografía y se ha manifestado en este trabajo, que ciertos géneros europeos –sobre todo textiles– ocuparon un papel quicial en el tráfico comercial con el espacio americano, no lo es menos que los cargadores no parecen haber tenido un especial interés por aclarar los centros de proveniencia de las mercaderías que embarcaban en las naos. De resultas, se cuentan por centenares las mercaderías de las que poco o nada sabemos sobre su posible procedencia.

37Lo que sí queda patente, para los casos en los que se conoce dicho origen, es la importante especialización productiva entrevista por ciertos centros de producción andaluces en la elaboración de productos muy específicos, cuya fama debió valer que se distinguiesen entre los restantes de su tipo.

38Los resultados de la muestra inciden en la necesidad de plantear un estudio con un rango cronológico amplio, que permita abordar si el estado de los productos en general –y, más particularmente, los de fábrica andaluza– experimentó variaciones sustanciales en el recorrido multisecular de la Carrera, lo que plantea una serie de interrogantes. ¿Se modificaron los focos de producción aquí vistos? ¿Cómo afectó el gusto del consumidor a la elección de unas u otras manufacturas? ¿Qué papel continuó desempeñando el producto andaluz en las transacciones comerciales con el mundo americano?

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Bibliographie

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Notes

1 Clarence Henry HARING, Comercio y navegación entre España y las Indias en la época de los Habsburgos, México: Fondo de Cultura Económica, 1979 [1ª ed. en español, 1939], p. 251 y ss. Asimismo, para una evolución del sistema de flotas en Eufemio LORENZO SANZ, Comercio de España con América en la época de Felipe II, t. 2, Valladolid: Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de Valladolid, 1980, p. 275-281.

2 Huguette y Pierre CHAUNU, Séville et l’Atlantique (1504-1650), 11 vols., París: Armand Colin, 1955-1959. Para las tablas de registro de las mercancías provenientes de América, véase vol. 6 (2), p. 980-1055.

3 Ibid., vol. 6 (1), p. 98.

4 Eufemio LORENZO SANZ, op. cit., t. 1, p. 431-36; Antonio GARCÍA-BAQUERO GONZÁLEZ, Andalucía y la carrera de Indias (1492-1824), Sevilla: Editoriales Andaluzas Unidas, 1986, p. 72-82.

5 José María SÁNCHEZ CORTEGANA, “La cerámica exportada a América en el siglo XVI a través de la documentación del Archivo General de Indias: I. Materiales arquitectónicos y contenedores de mercancías”, Laboratorio de Arte, 9, 1996, p. 125-142; José María SÁNCHEZ CORTEGANA, “La cerámica exportada a América en el siglo XVI a través de la documentación del Archivo de Indias (II): ajuares domésticos y cerámica cultural y laboral”, Laboratorio de Arte, 11, 1998, p. 121-134; Clara BEJARANO PELLICER, “Instrumentos musicales camino de las Indias a fines del siglo XVI”, in: Juan José IGLESIAS RODRÍGUEZ, José Jaime GARCÍA BERNAL e Isabel María MELERO MUÑOZ (coords.), Ciudades y puertos de Andalucía en un Atlántico global, siglos XVI-XVIII, Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2022, p. 439-465.

6 José Manuel DÍAZ BLANCO y Francisco de Asís AMOR MARTÍN, “Los productos mediterráneos en la Carrera de Indias durante el siglo XVII: una hipótesis sobre su baja competitividad”, in: José Manuel DÍAZ BLANCO, Juan José IGLESIAS RODRÍGUEZ e Isabel María MELERO MUÑOZ (coords.), En torno a la Primera Globalización: circulaciones y conexiones entre el Atlántico y el Mediterráneo (1492-1824), Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2022, p. 181-210; José Manuel DÍAZ BLANCO, “¿Cómo funcionaban las empresas comerciales en la Carrera de Indias? Lo que nos dicen las cuentas de factoraje peruanas a comienzos del siglo XVII (1617-1638)”, Ohm: Obradoiro de historia moderna, 31, p. 1-23.

7 José de VEITIA LINAJE, Norte de la Contratación de las Indias Occidentales, 2 libros, Sevilla: Imprenta de Juan Francisco de Blas, 1672.

8 Ibid., lib. 2, cap. 17, p. 194.

9 Con anterioridad a esta fecha, los documentos de este tipo son escasos y muy fragmentarios. Los referidos a la década de los 80 en adelante pueden verse a partir del legajo 1080 se la sección Contratación del AGI.

10 Huguette y Pierre CHAUNU, op cit., vol. 3, p. 450 y ss.

11 Las contenida en AGI, Contratación, 1089 a 1092.

12 Vid. Nota 9. Esta flota también ha sido estudiada parcialmente por Lutgardo GARCÍA FUENTES, “La articulación de las Antillas al mercado hispalense a finales del siglo XVI”, Archivo Hispalense, 75 (232), 1993, p. 11-32.

13 Un cuadro recopilatorio de los principales tejidos venidos de Europa pueda verse en Óscar LUCAS VILLANUEVA, El comercio internacional castellano a través del puerto de Laredo en la época de Felipe II, según la correspondencia de Simón Ruiz, Tesis Doctoral, Universidad de Cantabria, 2009, p. 341.

14 Entiéndase aquí nacionales por productos del resto de la Corona de Castilla y de la Corona de Aragón.

15 Miguel HERRERO GARCÍA, Ideas de los españoles del siglo XVII, (2ª ed.), Madrid: Gredos, 1966, p. 134-135.

16 « Une foire fréquentée attirait quantité de trafiquants étrangers, jusqu’à des Portugais, chargés de pacotilles et surtout de ce fameux fil de soie ou de lin (hilo portugués) dont on fabriquait de très fins tissus », in: Alfred MOREL-FATIO, Études sur l’Espagne (4è série), París: Libraire Ancienne Édouard Champion, 1925, p. 321.

17 AGI, Contratación, leg. 1092, fol. 35rº. Registro del capitán Toribio de Escalante en el navío “El Espíritu Santo”.

18 Ibid., fol. 54-55. Registro de Lope de Tapia en el navío “NSª de la Concepción”.

19 Ibid., fol. 118vº. Registro de Francisco Muñoz Centeno en el navío “La Magdalena”.

20 Ibid., fol. 26vº. Registro de Juan de Tapia Saco de Quiroga en el navío “Santa Ana”.

21 José Ignacio FORTEA PÉREZ, Córdoba en el siglo XVI: las bases demográficas y económicas de una expansión urbana, Córdoba: Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1981, p. 268 y ss.

22 Rosa Mª DÁVILA CORONA, Montserrat DURAN PUJOL, y Máximo GARCÍA FERNÁNDEZ, Diccionario histórico de telas y tejidos, Valladolid: Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo, 2004, p. 36-37.

23 José Ignacio FORTEA Pérez, op. cit., p. 309.

24 Casi un siglo después, la tasa de 1681 estableció que la bayeta de Córdoba, tanto negra como de color, con hasta dos varas de ancho no valiese más de 15 reales/vara, in Miguel HERRERO GARCÍA, Los tejidos en la España de los Austrias. Fragmentos de un diccionario, Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2014, p. 146.

25 Se discute si este tejido fue originario, precisamente, de Flandes, o de Inglaterra. Vid. nota 22.

26 Rosa Mª DÁVILA CORONA…, op. cit., p. 128.

27 José Ignacio FORTEA PÉREZ, op. cit., p. 308-309. El mismo autor establece que el precio del paño cordobés se encontraba, en los años 1590-95 –coincidente con el año de esta muestra–, en torno a los 8000 maravedíes/pieza, lo que había supuesto un descenso del 32% con respecto al precio estimado para el periodo 1579-84, in: ibid., p. 440-441.

28 El Diccionario histórico de telas y tejidos lo define como “Paño ordinario hecho con los hilos de lana que sobraban al peinarla, fabricado en Cuenca e imitado en otros lugares; su mejor calidad era la de color azul […]”, in: op. cit., p. 143. Debe su denominación al dibujo en forma de espiga que le caracterizó. En la tasa de 1627, las de Baeza azules y verdes cotizaban a 18 reales/vara, in: Miguel HERRERO GARCÍA, Los tejidos…, p. 169-171.

29 “Paño entrefino, de color pardo ceniciento o del color natural de la lana sin teñir […]”, in: Rosa Mª DÁVILA CORONA…, p. 202.

30 La definición recogida por Herrero García apunta a un lienzo francés de alta calidad, lo que no concuerda con el ejemplo aquí citado, que debía ser, presumiblemente, un tipo de paño de lana, in: Miguel HERRERO GARCÍA, Los tejidos…, p. 205. El Diccionario de Autoridades (t. II, 1729), lo define también como lienzo “que se usaba antiguamente, y se ignora qual sea su género y fábrica […]”.

31 Bartolomé XIMÉNEZ PATÓN, Historia de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén, 1628 (ed. facsímil, Jaén: Riquelme y Vargas, 1983), fol. 13vº. Las cursivas son mías.

32 AGI, Contratación, 1089, fol. 42vº. Registro de Miguel Hernández Calero en el navío “San Francisco”.

33 AGI, Contratación, 1092, fol. 48vº. Registro de Rodrigo Fránquez, en nombre de Lorenzo de Vallejo, veinticuatro de Sevilla, en el navío “NSª de la Concepción”.

34 AGI, Contratación, 1092, fol. 58rº y fol. 60rº. Registros de Andrés de San Martín en el navío “Santa Ana”.

35 AGI, Contratación, fol. 111rº. Registro de Pedro de Mallea en el navío “NSª de la Concepción”. Hay que matizar que dicho cargamento aparece como “de ¿Francisco? de Riofrío”. Probablemente se trate de un obrador de paños específico, rasgo que, quizás, explique su elevado valor frente a otros.

36 Eufemio LORENZO SANZ, op. cit., p. 440-441. El modelo de producción sedero de Granada tuvo ecos desde décadas antes. Ya en 1539, una real cédula obligaba a que el diezmo recaudado de la seda producida en Nueva España se ajustase a cómo se pagaba en el arzobispado de Granada, in: Diego de ENCINAS, Cedulario indiano, Madrid: Imprenta Real, 1596 (ed. facsímil, 1945, Ediciones Cultura Hispánica, a cargo de Alfonso García Rallo; ed. 2018 a cargo de la Agencia del BOE y la RAH), lib. 1, fol. 195. Las quejas por el monopolio llegaron hasta las Cortes de 1582

37 Actas de las Cortes de Castilla, tomo VI, petición 84, p. 872-873. La petición es mencionada por Manuel GARZÓN PAREJA, La industria sedera en España: el arte de la seda de Granada, Granada: Archivo de la Real Chancillería, 1972, p. 165.

38 AGI, Contratación, 1092, fol. 34rº. Registro de doña Constanza de Coronado en el navío “La Magdalena”.

39 AGI, Contratación, 1092, fol. 32rº. Registro de Andrés Canel en el navío “NSª del Ayuda”.

40 AGI, Contratación, 1089, fol. 68rº. Registro de Francisco López Olivos en el navío “Santa Susana”.

41 AGI, Contratación, 1089, fol. 40vº. Registro de Miguel Hernández Calero en el navío “San Francisco”.

42 AGI, Contratación, 1092, fol. 44rº. Registro de Lorenzo de Vallejo, veinticuatro de Sevilla, en el navío “NSª de la Concepción”. De las 32 libras registradas, cuatro eran negras, a 55 reales, y el resto de colores, a 70 reales, en las que había sedas flojas y torcidas.

43 AGI, Contratación, 1092, fol. 51vº. Registro de Rodrigo Fránquez, en nombre de Lorenzo de Vallejo, veinticuatro de Sevilla, en el navío “NSª de la Concepción”.

44 AGI, Contratación, 1089, fol. 97vº. Registro de Andrés Franco en el navío ‘Santa Susana’.

45 AGI, Contratación, 1092, fol. 52vº. Registro de Rodrigo Fránquez, en nombre de Lorenzo de Vallejo, veinticuatro de Sevilla, en el navío “NSª de la Concepción”.

46 Rosa Mª DÁVILA CORONA…, op. cit., p. 121.

47 Entre otros enclaves productivos, las tenerías fueron numerosas en algunos barrios de la ciudad, in: José RODRÍGUEZ MOLINA, El reino de Jaén en la Baja Edad Media: aspectos demográficos y económicos, Granada: Universidad de Granada, 1978, p. 229 y ss.

48 AGI, Contratación, leg. 1092, fol. 57rº. Registro de Andrés de San Martín en el navío “Santa Ana”.

49 Carmen ARGENTE DEL CASTILLO OCAÑA, La ganadería medieval andaluza (siglos XIII-XVI. Reinos de Jaén y Córdoba), Jaén: Diputación Provincial de Jaén, 1991, t. 1, p. 276-280. De nuevo, Ximénez Patón pone de relieve la relevancia de la industria del cuero en la localidad: “De la bondad y abundancia de carnes resulta un particular trato, comercio y mercadería en esta ciudad, y es la mucha y estimada corambre que en ella se adoba y labra, a que ayuda la vondad de las aguas, y por esta causa ay gran número de tenerías […]. Ay mercaderes de cordobanes y toda suerte de corambres […]. Los cordobanes no reconocen ventaja a otros del mundo porque son tan buenos como los de Córdoba […]”, in: Bartolomé XIMÉNEZ PATÓN, op. cit., fol. 12vº.

50 Característico por su elevada suela de corcho, las ordenanzas sevillanas de chapineros regulan aspectos tocantes al uso de cueros cordobanes y baldreses, según la tipología del propio chapín, aunque no se menciona el caso de chapines “dorados”, in: Ordenanzas de Sevilla, reimpr. 1632 por Andrés Grande, fol. 195vº-196rº. Para una descripción del chapín, vid. Miguel HERRERO GARCÍA, Estudios sobre indumentaria española en la época de los Austrias, Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2014, p. 329-334.

51 Esto es, sin ningún tipo de adorno. Esta prenda era de obligada realización en el examen para acceder a la maestría de borceguinero, como se contiene en una de las ordenanzas del gremio: “Otrosí, que el borceguinero que fuere examinado y lo dieren por maestro, que haga tres pares de borceguíes, uno llano, y otro de lazo, y otro de más de todo lazo, a vista del dicho alcalde y veedor y diputados”, in: Ordenanzas de Sevilla, op cit., fol. 155rº. Herrero García describe esta prenda como un recubrimiento, superpuesto a otro calzado, que podía llegar hasta la rodilla, y que era comúnmente usado entre los jinetes, in: Miguel HERRERO GARCÍA, Estudios sobre indumentaria…, p. 187-191.

52 AGI, Contratación, fol. 86rº. Registro de Gaspar Carballo en el navío “Santa Ana”. La producción de guadamecíes en Córdoba fue objeto de estudio de la tesis doctoral de Teresa Mª ALORS BERSABÉ, El gremio cordobés de guadamecileros y su producción durante los siglos XVI y XVII, Tesis Doctoral Inédita, Universidad de Córdoba, 2012.

53 Va a ser, junto con otras mercaderías, uno de los productos más estimados de los salidos de los talleres de esta pequeña localidad, entonces integrada en los límites del reino de Sevilla. Véase Juan Luis FORNIELES ÁLVAREZ y Rafael CASO AMADOR, “Mercaderes judeoconversos de Fregenal de la Sierra (Badajoz) en el tráfico indiano del siglo XVI. El ejemplo de Hernán Vázquez de México”, in: Arqueología e Historia en Jerez de los Caballeros y su entorno: I Jornadas de Historia en Jerez de los Caballeros, Xerez Equitum, 2017, p. 186.

54 AGI, Contratación, fol. 64rº. Registro de Andrés de San Martín en el navío “Santa Ana”.

55 Todos estos fueron cargados en diversas partidas por Francisco López Olivos, siendo un total de 40 pares para los de Flandes y 48 los sevillanos, in: AGI, Contratación, 1089, fol. 62rº, fol. 72rº, fol. 75rº. Registros de Francisco López Olivos en el navío “Santa Susana”.

56 AGI, Contratación, 1092, fol. 106rº. Registro de Antón de Armijo en el navío “La Magdalena”. También cargó el susodicho 12 pares de candeleros de peso, “hechos en Sevilla”, a 13 reales y medio cada par, y un fardo de pabilo de Sevilla nº 14 con 11 arrobas, a 40 reales/arroba. Con todo, es de destacar la preponderancia de las herramientas vascas en términos cuantitativos.

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Table des illustrations

Titre Imagen 1. Registro de Domingo de Corcuera en la nao Santa Susana (1590).
Crédits Fuente: Archivo General de Indias (AGI), Contratación, 1089, fol. 90rº.
URL http://journals.openedition.org/e-spania/docannexe/image/56283/img-1.jpg
Fichier image/jpeg, 252k
Titre Imagen 2. Marcas de propiedad de las cargazones.
Crédits Fuente: AGI, Contratación, 1089, 1092.
URL http://journals.openedition.org/e-spania/docannexe/image/56283/img-2.jpg
Fichier image/jpeg, 40k
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Pour citer cet article

Référence électronique

Alejandro J. Viña González, « Manufacturas andaluzas a Indias: artesanos y productos artesanales en los contactos con el mundo americano (siglo XVI) »e-Spania [En ligne], 52 | Octobre 2025, mis en ligne le 01 octobre 2025, consulté le 08 novembre 2025. URL : http://journals.openedition.org/e-spania/56283 ; DOI : https://doi.org/10.4000/14w8i

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Auteur

Alejandro J. Viña González

Universidad de Sevilla

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Droits d’auteur

CC-BY-NC-ND-4.0

Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-NC-ND 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont susceptibles d’être soumis à des autorisations d’usage spécifiques.

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