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Más allá de los comerciantes: grupos profesionales en la logística de funcionamiento de la Carrera de Indias

La voz de los cañones: la fundición de Sevilla y el suministro de artillería para las flotas del tesoro (1649-1659)

La voix des canons : la fonderie de Séville et l’approvisionnement d’artillerie aux flottes de trésor (1649-1659)
Francisco Amor Martín

Résumés

Cet article porte sur la production d’artillerie en bronze à la fonderie royale de Séville destinée à l’approvisionnement des flottes des Indes en armes lourdes au cours des années cinquante du XVIIe siècle. Ce problème revêt un intérêt certain en tant qu’étude de cas du fonctionnement du système des contrats -asientos- avec des particuliers dans un secteur hautement technique comme celui de la fabrication des canons, mais aussi parce qu’il s’agit d’une entreprise industrielle de la Séville des années 1650, plongée dans l’effervescence sociale et sous les effets pernicieux de l’épidémie de 1649. Nous aborderons également les conditions imposées par le manque de fonds pour financer les coûts de fabrication ainsi que par la demande pressante de canons pour les flottes, due au contexte de guerre existant.

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Notes de l’auteur

La elaboración de este artículo se enmarca en el proyecto de I+D+i “El Universo Humano en la Carrera de Indias”, ref. PID2022-141165NB-I00, financiado por el Ministerio de Ciencias e Innovación – Plan Estatal 2021-2023. Aclaración sobre las siglas de los fondos archivísticos: AGI = Archivo General de Indias; AGS = Archivo General de Simancas; AHPSe = Archivo Histórico Provincial de Sevilla; C = Contratación; GyM = Guerra y Mar; IG = Indiferente General; PNS = Protocolos Notariales de Sevilla; SD = Santo Domingo; SF = Santa Fe. Abreviaturas de pesos y medidas: lb. = libra (peso); mr. = maravedí; q. = quintal; r. = real; v. = vellón. Nuestro agradecimiento a Raquel Ferrón Martínez por habernos ayudado con la traducción al francés del resumen.

Texte intégral

  • 1 Carlo M. Cipolla, Guns and Sails in the Early Phase of European Expansion, 1400-1700, London: Colli (...)
  • 2 Jan LUCASSEN, Richard W. UNGER, «Shipping, Productivity and Economic Growth», in: Richard W. UNGER (...)
  • 3 G. PARKER, op. cit., p. 141-142; N. A. M. RODGER «The Development of Broadside Gunnery, 1450-1650», (...)

1Entre los siglos XVIXVIII, de acuerdo con el desarrollo lógico que experimentó la guerra naval, los navíos militares europeos evolucionaron hasta convertirse en enormes baterías flotantes; por lo que hace a los galeones españoles que integraban las armadas de escolta de los convoyes comerciales anuales que cada año navegaban a las Indias, tampoco fueron una excepción. Se ha escrito largo y tendido sobre el carácter revolucionario que revistió la introducción de las primeras -y todavía rudimentarias armas de fuego- en la guerra naval a partir del siglo XV, así como de los múltiples fenómenos históricos que trajo consigo, comenzando por la supremacía militar europea1. Coincidió, de hecho, con un proceso más amplio y persistente en su durabilidad temporal: la expansión oceánica europea y la conversión de su sector naviero en motor dinamizador de una economía-mundo en ciernes2. El uso de la artillería en la guerra naval también revolucionó la construcción y diseño de los barcos, especialmente cuando a mediados del siglo XVII se terminase imponiendo la andanada en línea de batalla, que privilegiaba el intercambio de fuego a distancia -la guerra galana- como táctica preeminente3.

  • 4 Kenneth W. Chase, Firearms: A Global History to 1700, Cambridge: Cambridge University Press, 2003.
  • 5 Agustín González Enciso, «Asentistas y fabricantes: el abastecimiento de armas y municiones al Esta (...)
  • 6 Seguimos siendo deudores de la obra de Fernando Serrano Mangas, «La producción de la fundición de l (...)

2En concomitancia con dicha expansión imperialista europea, la articulación de redes de interdependencia favoreció la transferencia de tecnología armamentística entre regiones de un mundo cada vez mejor conectado, cristalizando en la proliferación centros industriales especializados en la producción de un tipo dado de armamento pesado para los incesantes requerimientos castrenses4. Tales centros solían operar como empresas privadas cuyos servicios contrataba el Estado por vía de asientos para la producción y suministro de armamento pesado durante un período de tiempo determinado. A lo largo del imperio español también se desarrollaron, con desigual éxito, multitud de centros especializados en producción de armamento pesado para los ejércitos y armadas, con cierto predominio de bronce hasta los años treinta del siglo  XVII. En referencia al modelo de funcionamiento de la Monarquía para dotarse de armamento, Agustín González Enciso afirmó que en el centro de todas las soluciones se encontraba un asentista; por lo general, un hombre de negocios, solvente y con capacidad crediticia para financiar aquellas operaciones relativas a determinadas funciones castrenses, como el abastecimiento o la producción de armamento, que por su coste excesivo resultaban poco viables o bien susceptibles de alto riesgo de pérdidas5. Puesto que el artillado de las armadas de la Carrera de Indias en los siglos XVI-XVII aún no ha concitado una extensa literatura especializada, salvo excepciones6, queda pendiente todavía una investigación más sistematizada al respecto de este ámbito para el período habsbúrgico.

  • 7 Adolfo CARRASCO Y SAIZ, Apuntes para la historia de la fundición de artillería de bronce en España, (...)
  • 8 De origen alemán; a veces, Habet, Habete, Abed, Avet, Avete, entre otras variantes.

3De entre las factorías de artillería de bronce operativas durante esta época, con seguridad la más destacable -y mejor conocida- sea la Real Fundición de Sevilla7, cuyos orígenes se remontan a 1565. Operó como un negocio privado hasta 1634, año en el que la Real Hacienda adquirió su propiedad, si bien hasta 1717 la gestión de su actividad seguiría en manos de asentistas con amplia libertad de maniobra, una forma de resolver el problema de la falta de capital que acusaba la administración regia. La etapa mejor conocida se corresponde con la del asiento concertado con los hermanos Enrique y Bernardo Havett8, gracias a que se conserva la documentación contable, ya trabajada por Fernando Serrano Mangas y Antonio Aguilar Escobar. Por nuestra parte, trabajamos con las cuentas de Bernardo, de 1651-1653, y especialmente con las de Enrique, de 1649-1657 y 1658-1663, ya que cubren un período de retraimiento económico en una Sevilla marcada por los estragos de la peste y del descontento social. También, por el contexto de tensión militar en la navegación oceánica, especialmente a partir de 1655, cuando se reanudaron las hostilidades con Inglaterra y se intensificó la demanda de artillería para defender las flotas de Indias.

Antecedentes, contexto del asiento y capital humano

  • 9 AGI, IG, 541, lib. 1, fol. 10vº-11rº; 1956, lib. 3, fol. 222vº-223rº; 1957, lib. 5, fol. 118vº.
  • 10 Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias, lib. IX, tit. XXII, ley i.
  • 11 Ibid., lib. IX, tit. XXII, leyes i y iii.

4Desde la institucionalización del sistema de flotas, la dotación artillera de los galeones que las integraban destacó en el orden de prioridades para defender sus valiosos cargamentos, responsabilidad que corría por cuenta de la avería9. Si bien en 1614 el ramo de la artillería se desgajó de la Casa de la Contratación, a fuer de una disposición real de 17 de septiembre de 1626, este cuerpo administrativo quedó agregado a la capitanía general de la Real Artillería de España10. El capitán general supervisaba todo el proceso de producción y suministro armamentístico a través de un personal subordinado, conformado por oficiales, condestables, veedores, contadores, pagadores, tenedores y mayordomos, cada uno especializado en una función específica. En general, regulaban y controlaban el abastecimiento de metales para las fundiciones, la producción de artillería, armamento ligero y municiones, así como el abastecimiento de las atarazanas, depósitos y almacenes pertenecientes a la Carrera11.

  • 12 Ibid., lib. IX, tit. XXII, leyes iv-vi; José Veitia Linage, Norte de la Contratación de las Indias (...)

5A causa de la presencia de la fundición, en Sevilla estaban obligados a residir un contador, un mayordomo y un veedor del ramo de la artillería, a quienes les tocaba asistir en la entrega de los metales para la fundición y labrado de los cañones, el aprovisionamiento de las flotas del tesoro, armada de Barlovento y presidios americanos, así como prevenir los fraudes susceptibles de cometerse en el proceso. De todo ello daban cuenta y razón separada. Además, los mayordomos también transmitían las órdenes de la Junta de Guerra de Indias atinentes a la adquisición de armamento pesado y munición, junto con las libranzas autorizadas por la capitanía general. En los libros de cargo y data se recogían los sueldos, pagas y socorros que percibía el personal de la fundición, los oficiales del cuerpo de artillería; también el caudal que entraba en poder del pagador y de los metales recibidos para la aleación del bronce. Asimismo, inventariaban las existencias de armamento pesado, municiones y demás utilería artillera que se encontraba en los almacenes. Finalmente, el contador certificaba el fenecimiento de las cuentas, de las que remitía relación a la capitanía general de artillería y a la Junta de Guerra12.

  • 13 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 72-73; A. GONZÁLEZ ENCISO, art. cit., p. 272-290.
  • 14 F. Serrano Mangas, Los galeones, p. 119; A. Aguilar Escobar, op. cit., p. 74-78.
  • 15 A. CARRASCO Y SAIZ, op. cit., p. 52-53. El apellido Sneider aparece a veces deformado como Luders.
  • 16 AHPSe, PNS, 17010, fol. 538rº-vº.
  • 17 AHPSe, PNS, 10211, fol. 543rº-544vº; 10212, fol. 932rº-935rº.

6Por lo que hace a la fundición sevillana, tal vez su escasa rentabilidad explique que su dueño, Juan Bambel, la vendiese el 9 de marzo de 1634 a la Corona 55.000 r.v., si bien manteniendo la gestión de su actividad por cinco años más13. Entre 1639 y 1649, la gestión corrió a cargo del asiento con Francisco de Ballesteros, decenio del que apenas tenemos información y durante el cual la producción cayó en un prolongado nadir14. Víctima de la peste que asoló la ciudad, Ballesteros murió en 1649, por lo que la Corona firmó el 25 de abril de 1650 un contrato con Juan Sneider de Salazar para dirigir la actividad de la factoría durante los próximos diez años15. Sin embargo, el súbito fallecimiento de Salazar, ese año, obligó a improvisar con los fiadores del asentista, los hermanos Havett, la continuidad del asiento en virtud de una escritura del 23 de octubre, otorgada en Sevilla, aunque manteniendo los términos ya estipulados16. Debido al elevado riesgo de pérdidas que comportaba este tipo de empresas, se prefería a asentistas de probada solvencia. Enrique Havett, bien relacionado con los círculos empresariales extranjeros y asociado con el mercader Guillermo Cordes, reunía tales cualidades. Por aquellos años, Havett y Cordes mantuvieron un pleito con el empresario neerlandés Enrique Matías (sic), quien les reclamaba la devolución de 11.460 florines, que les sería exonerada17, lo que no parece que hubiese repercutido en contra de la gestión del asiento.

  • 18 A. GONZÁLEZ ENCISO, art. cit., p. 273.
  • 19 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 81.

7Junto a los oficiales del cuerpo administrativo de la artillería de las flotas y los asentistas al frente de la gestión de la factoría, también hemos de incluir a los trabajadores fijos, es decir, los operarios técnicos encargados de los trabajos manuales de la fundición de cañones. Se trata, a todas luces, de un oficio de gran especialización, que requería destreza y experiencia para su adecuado desempeño. Pese a que los trabajos relativos al procesamiento del bronce conocían un hondo arraigo en la sociedad española -baste con reparar, como sugirió A. González Enciso18, en las evidentes similitudes técnicas existentes entre la elaboración artesanal de campanas y el labrado de cañones-, el asiento que concertó la Corona con Salazar contemplaba la contratación de maestros y oficiales fundidores de origen alemán «…por ser la parte donde los hay más a propósito…». Por lo que se refiere a los sueldos que percibirían estos trabajadores: al maestro fundidor se le retribuirían 25 escudos / mes; a los dos oficiales fundidores, 10 escudos; finalmente, al maestro herrero, 12 escudos19.

  • 20 AGS, GYM, 1808, Consulta del Consejo de Guerra, Madrid, 12/1/1652.

8Si bien Enrique y Bernardo Havett se comprometieron a respetar los salarios estipulados en la escritura del asiento de Sneider Salazar, la retribución de las mensualidades no se vio libre de polémicas derivadas de una supuesta malinterpretación del contrato. El desencuentro surgió al abonárseles a estos trabajadores las pagas en vellón, alegando que era lo corriente en Castilla y que la escritura del asiento no especificaba en qué moneda se les había de retribuir, según expuso el veedor Gerónimo Rodríguez de Rozas en respuesta a una carta de los fundidores, con fecha del 22 de noviembre de 1651, en la que reclamaban su sueldo en plata. Consciente de que tales profesionales escaseaban en España y del coste adicional que implicaría contratar otros nuevos y traerlos de Alemania, el contador de la artillería Antonio de Frías y Estrada consideró más práctico abonarles sus retribuciones en plata o en vellón al 50% de premio, y del mismo parecer era el marqués de Leganés, del Consejo de Guerra, puesto que no se podía prescindir de los servicios de tan hábiles trabajadores20.

Bronce para la defensa de las flotas

  • 21 J. Veitia Linaje, op. cit., lib. II, cap. XXIII, nº 12.
  • 22 I. VALDEZ-BUBNOV, op. cit., p. 113.
  • 23 C. M. Cipolla, op. cit., p. 23-26, 29, 40, 62; A. Aguilar Escobar, art. cit., p. 178-179.

9Con miras al apertrechamiento de los galeones de la plata y de los presidios antillanos se priorizó el uso de cañones de bronce, al menos siempre y cuando las circunstancias lo permitiesen, como quedó dispuesto desde los inicios del establecimiento del sistema de flotas anuales21. Las razones de esta preferencia estriban en las mejores prestaciones de este material y su adaptabilidad a las condiciones climáticas de las latitudes tropicales americanas, ya que acusaba menos la corrosión que la artillería de hierro y su mayor ductilidad prevenía que la pieza se fragmentase si reventaba por sobrecalentamiento22. También se prefería el bronce por su ligereza; una pieza de 24 libras de la fundición de Sevilla no superaba las tres toneladas, mientras que una de igual calibre fabricada en hierro colado duplicaba ese peso23. No era una cuestión baladí, sino fundamental en el contexto de potenciamiento de la andanada para la línea de batalla.

  • 24 F. Serrano Mangas, Los galeones, p. 116-117, 120; id., Armadas y flotas, p. 23.
  • 25 AGI, IG, 1874, Consulta de la Junta de Guerra de Indias, Madrid, 12/5/1641; IG, 2558, Consulta del (...)

10Pero lo cierto era que las formaciones de la Carrera de Indias, para entonces, iban poco artilladas; desde los años cuarenta, los galeones capitana y almiranta montaban 40-30 cañones, mientras que los restantes oscilaban entre 30 y 26 piezas24. Son números modestos, sobre todo si se comparan con sus contrapartidas inglesas, francesas y neerlandesas, e incluso con la Armada del Mar Océano. Aun así, uno de los problemas más recurrentes que encaró la logística militar de la Carrera de Indias en el siglo XVII fue el de la escasez de cañones de bronce, agudizada en los años cuarenta y cincuenta por las quiebras de la avería, al no llegar las partidas consignadas. Cuando no se disponía de artillería de bronce, se tomaban medidas más drásticas, como la incautación de piezas a particulares o el trasvase de artillería de los castillos que defendían la bahía de Cádiz y de los galeones del Mar Océano25.

  • 26 AGI, SD, 273, Consulta de la Junta de Guerra, Madrid, 22/9/1654.
  • 27 A. AGUILAR ESCOBAR, «Noticias sobre las fundiciones de artillería de ultramar en los siglos XVI-XVI (...)
  • 28 AGI, SD, 4, Consulta de la Junta de Guerra, Madrid, 23/11/1655.

11Repercutió asimismo en contra del abastecimiento la falta de suficientes centros especializados en la producción de artillería de bronce que supliesen la demanda creciente de este armamento en un contexto de recrudecida conflictividad armada, sobre todo en un ultramar. Además de las flotas anuales de la Carrera de Indias, también los presidios americanos y, hasta 1648, la Armada de Barlovento demandaban artillería de bronce26. Con el propósito de aliviar las cadenas de suministros desde la España peninsular y agilizar la disponibilidad inmediata de artillería, se establecieron fundiciones de bronce en enclaves sensibles para la defensa del imperio ultramarino, como Manila, Acapulco, Santa Fe y La Habana, aunque la intermitente actividad de todos ellos arrojó escaso éxito por las reiteradas interrupciones27. En 1655, con motivo de la ofensiva inglesa contra las Antillas, se propuso la reanudación de la fundición de La Habana, aunque fuese solo para suplir los castillos de esa ciudad28.

  • 29 AGI, IG, 1956, lib. 1, fol. 124vº. Para explicar esta decisión se ha aducido una supuesta ineficien (...)
  • 30 AGI, IG, 436, lib. 14, fol. 253rº-254vº; 438, lib. 20, fol. 71rº-71vº; F. SERRANO MANGAS, Los galeo (...)
  • 31 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 79-80. Del refundido de cañones de bronce y de moneda cortada de v (...)
  • 32 F. SERRANO MANGAS, art. cit., p. 42-46.

12A la falta de suficientes centros de producción artillera se sumaba la dificultad añadida del suministro de cobre y estaño para la aleación del bronce. Con el fin de facilitar este acopio, a fines del siglo XVI se sopesó adquirir el cobre de las cercanas minas de Aracena, Cazalla y Aroche, entre otros lugares de Sierra Morena, terminaría recurriéndose al suministro externo29. Predominaron las importaciones de cobre procedente de Caracas y Cuba, si bien, a causa de sus impurezas, se juzgaba de mediocre calidad e inferior al cobre fino de la Alta Hungría, también más caro30. Cuando no se disponía de suficiente cobre húngaro ni americano para completar las cantidades necesarias para aleación, se recurría al metal ligado a partir del refundido de cañones fuera de servicio o de moneda cortada de vellón, beneficiándola con cobre fino húngaro y estaño en el labrado de los cañones, práctica que fue ganando asiduidad a partir de los años sesenta31. Según los estudios de F. Serrano Mangas, la procedencia de los 32.870 q. de cobre que se suministró a la fundición de Sevilla a lo largo de la segunda mitad del siglo XVII se distribuía como se sigue: Cuba y Caracas, 41,15%; Hungría, 28,54%; metal ligado, 21,48%; moneda cortada, 5,94%; Linares, 0,52%32.

Tabla 1. Cómputo global del metal que le fue cargado al asentista y del que este entregó para la fundición

1.ª cuenta (1649-1657)

2.ª cuenta (1658-1663)

Cargo:

6.516 q. 29 lb.

Cargo:

2.979 q. 37 lb.

Data:

6.525 q. 36 lb.

Data:

2.922 q. 73 lb.

Alcance:

9 q. 6 ½ lb.

Alcance:

569 q. 64 lb.

Fuente: AGI, C, 3897.

  • 33 AGI, C, 3898, R.C. al conde Alba de Liste, virrey de Nueva España, Madrid, 25/2/1651.
  • 34 AHPSe, PNS, 17018, fol. 822rº; 17022, fol. 538rº; AGI, C, 3897, Primera y segunda cuenta de cargo y (...)

13La importancia del suministro de estos metales explica que una de las tareas a las que se responsabilizaba el asentista encargado de la fundición sevillana fuese el aprovisionamiento de cobre y estaño. En 1649, ante la falta de existencias de metal fino en los almacenes de Sevilla, el marqués de Aguilafuente, quien fungía como teniente general de la artillería de las flotas de Indias, contrató los servicios de Sneider Salazar para que durante diez años se responsabilizase del suministro de una cantidad de cobre fino húngaro equivalente a 15.000 pesos de a ocho, a 24,5 ducados / q. de cobre. Como consecuencia de su muerte, asumió la continuidad de este asiento de cobre Bernardo Havett, observando los términos del contrato33. Enrique Havett, entretanto, ya se había obligado un año antes a suministrarle al mayordomo de la artillería Francisco de Cangas 2.000 q. de cobre húngaro al mismo precio que había sido acordado con Sneider Salazar -aunque finalmente ascendiendo a 25 ducados / q.- y tomar como pago los 2.370 q. de cobre de Caracas, a 90 r.v. / q., almacenados en Sevilla, mientras que también se obligaba a entregar 200 q. de estaño inglés, a razón de 3 r. de plata / libra34. Los datos de la Tabla 1 nos ofrecen una medida del volumen de metal fundible necesario.

14Las primeras partidas de metal fundible le fueron entregadas al asentista Enrique Havett a partir de marzo de 1651, fecha en la que podemos identificar el punto de arranque del asiento y, en cierto sentido, el renacer de la actividad productora de la fundición sevillana. Para todo el período investigado (1650-1663), la cantidad de metal fundible que Enrique Havett recibió a su cargo fue de 9.495 q. 66 lb., distribuidos como se sigue: 3.046 q. y 86,5 lb. de cobre fino húngaro; 2.000 q. de moneda de cortar; 4.178 q. y 49 lb. de metal ligado (cobre americano incluido); 270 q. y 31 lb. de estaño procedente de Inglaterra.

Gráfico 1. Cantidades (en quintales) de cobre fino húngaro y metal ligado de que se le hizo cargo al asentista Enrique Havett (1651-1663)

Gráfico 1. Cantidades (en quintales) de cobre fino húngaro y metal ligado de que se le hizo cargo al asentista Enrique Havett (1651-1663)

Incluye cobre sin refinar procedente de las Indias además de trazas de estaño ligado con cobre. Fuente: AGI, C, 3897. Cuentas de cargo y data de metales del asentista Enrique Havett (1649-1663). Para evitar descuadrar la proporción de la tabla, no hemos incluido las partidas de estaño inglés, ya que su suministro era en cantidades sensiblemente inferiores; también hemos omitido la partida de 2.000 q. de moneda cortada que recibió Enrique Havett en 1653, dado su carácter excepcional. Lo que hemos pretendido es mostrar la tendencia hacia el predominio del metal ligado sobre el cobre refinado.

15Pero, como se ve en el Gráfico 1, su distribución temporal adolece de una acusada irregularidad; los cuatro primeros años presentan cierta constancia en el volumen de metal cargado al asentista, pero en 1655 ese suministro metalífero se vio interrumpido, seguido de una simbólica reactivación, entre 1656 y 1658, que coincidió con el fenecimiento de la primera cuenta, que precedió a un segundo período de interrupción, de tres años, en el que al asentista no se le cargó ninguna partida de cobre fino ni de estaño. Asimismo, representó una inflexión en el tipo de metal que le fue suministrado para la fundición.

  • 35 AHPSe, PNS, 17051, fol. 702rº-vº.
  • 36 AGS, GYM, 3432, Junta de Armadas, Madrid, 10/2/1660.

16De los 6.516 q. 29 lb. de material fundible que recibió Enrique Havett entre marzo de 1651 y diciembre de 1657, la cantidad de cobre fino húngaro fue de 2.746 q. 82 lb. (el 42%) y la de cobre americano y metal ligado, de 1.520 q. (24%). En el lapso de 1658-1663 la situación se invirtió radicalmente; el cobre húngaro recibido no superó los 300 q. (el 10,3%), mientras que el volumen de metal ligado y cobre americano se disparó hasta el 91%, sobre todo tras recibir en 1660 y 1662 sendas partidas de este material que rondaron el millar de quintales cada una, la segunda procedente de Caracas en 2.204 planchas, lo que demuestra el predominio de este tipo de material en la actividad de la fábrica para la nueva década35. Parte de este material también procedía de viejos cañones de bronce inutilizados, como las 46 piezas que se rescataron de la flota de Nueva España de Diego de Egües, destruida por los ingleses durante la batalla de Tenerife de 165736. En cuanto a las partidas de estaño, fueron ostensiblemente inferiores durante todo el período estudiado (Gráfico 2a y b).

Gráfico 2. Distribución del metal fundible cargado a Enrique Havett entre 1651 y 1663. Cifras absolutas en quintales (% sobre el total).

Gráfico 2. Distribución del metal fundible cargado a Enrique Havett entre 1651 y 1663. Cifras absolutas en quintales (% sobre el total).

Fuente: AGI, C, 3897, Cuentas de cargo y data de metales de Enrique Havett (1649-1663); C, 3898, Cuenta del cobre de Cuba y Caracas y del dinero que han recibido Bernardo y Enrique Havett en pago del cobre de Hungría y del estaño de Inglaterra. Las cifras absolutas y los porcentajes han sido redondeados.

Gestión empresarial y producción de artillería (1649-1663)

  • 37 José Alcalá-Zamora, Historia de una empresa siderúrgica española: los altos hornos de Liérganes y l (...)
  • 38 AGS, GyM, 3421, Consulta de la Junta de Artillería, Madrid, 23/6/1659.
  • 39 AGI, C, 3897, Primera y segunda cuentas de cargo y data de Enrique Havett, Sevilla, 16/7/1658 y 20/ (...)

17Tanto por su elevado coste de fábrica y la provisión de materia prima, sumado a que su cliente era la Corona, que no siempre pagaba a tiempo ni bien, la fundición de cañones de bronce era una empresa a pérdidas, carente de rentabilidad. De hecho, si la artillería de hierro colado presentaba una ventaja reseñable se trataba de su menor coste de fábrica; mientras que los cañones labrados en Sevilla costaban entre 200-180 r.v. / q., los producidos en Cantabria rondaban los 70-50 r.v. / q., si bien estas cifras variaban según las condiciones estipuladas en los asientos37. En los términos concertados con Jorge de Bande (1630-1649) para Liérganes, se pagaba a 80 r.v. / q. de artillería manufacturada, reduciéndose a 35 r.v. / q. en el asiento con Mariana Brito y Noja Castillo38. En el asiento con los Havett para la fundición sevillana las retribuciones se estipularon en 38,5 r.v. / q. de manufactura39, dejando aparte los costes del suministro de los metales fundibles. Las mejoras cualitativas que conoció la técnica del hierro colado abarataron el suministro artillero, principalmente para los bajeles de titularidad privada, como mercantes, que montaban algunas piezas para su defensa. Ni siquiera fue posible siempre sufragar baterías íntegramente de bronce para los galeones reales de la Armada de la Guarda, por lo que se intercalaban piezas de hierro colado para así completar la andanada.

  • 40 Para el período de 1651-1657, las fuentes presentan una imprecisión de siete cañones en el número d (...)

18Veamos cómo se reflejaron estos costes de manufactura en la producción artillera de la fundición para el período trabajado hasta ahora –desde 1651 hasta 1663–, cuando se fundieron 270 piezas de bronce40, que sumaron un peso de 8.358 q. 84 lb. y costaron, sin incluir los salarios, 10.644.473 mr.v.; en el sueldo del maestro fundidor, oficiales fundidores y maestro herrero se consumieron en total otros 4.411.855 mr.v.; el cómputo global arroja la cifra de 15.056.328 mr.v. Al igual que con las partidas de metal para la fundición, también en las cantidades de cañones manufacturados cabe apreciar una acusada diferencia entre los dos ejercicios contables que hemos consultado. Hasta 1657, se fundieron 192 o 185 piezas (las cifras que recogen las cuentas varían), que pesaron 5.904 q. 8 lb.; mientras que en el segundo ejercicio (1658-1663) la producción fue de 85 piezas, cuyo peso sumó 2.454 q. 76 lb. Esta caída necesariamente se ve reflejada en los costes de manufactura y mano de obra cuando se comparan ambos ejercicios: 9.982.566 mr.v. entre 1651 y 1657, frente a los 5.073.742 mr.v. de 1658-1663, que suben a 6.150.234 mr.v. al contabilizar la producción de trabucos, petardos y las piezas destinadas a la galera real del Buen Retiro (Tabla 2).

Tabla 2. Costes de manufactura y sueldos de la fundición de artillería de Sevilla para los dos primeros ejercicios de Enrique Havett (en mr.v.)

Concepto

Recibido en cuenta

1ª cuenta

(1649-1657)

Manufactura de 192 piezas de artillería (5.904 q. 8 lb.)

7.431.193

Sueldo del maestro fundidor: 91 meses y 11 días

1.164.515

Sueldo de los oficiales fundidores: 90 meses y 11 días

921.740

Sueldo del maestro herrero: 76 meses

465.120

Ayuda de costa de S.M. para traer fundidores de Alemania

122.400

Total:

10.104.968

2ª cuenta

(1658-1663)

Manufactura de 85 piezas de artillería (2.454 q. 76 lb.)

3.213.280

5 piezas para la Galera Real del Palacio del Buen Retiro

88.502

Manufactura de 8 trabucos (12.840 lb. de peso), a 2 rs. / lb.

873.120

Manufactura de 31 petardos (1.126 lb. de peso), a 3 rs. / lb.

114.852

Sueldos de los trabajadores: 62 meses*

1.860.480

Total:

6.150.234

*Incluye al maestro fundidor, oficiales fundidores y al maestro herrero. AGI, C, 3897, Primera y segunda cuenta de cargo y data de Enrique Havett (1649-1663), Sevilla, 16/7/1658 y 20/6/1663.

  • 41 F. SERRANO MANGAS, art. cit., p. 46-47.

19Las piezas más habituales fueron las de 10 libras (81 unidades labradas) y 16 libras (54 unidades), que constituyen la mitad de toda la producción de la factoría en el período estudiado. Por cantidad, asimismo, destacan los sacres, mansfeltes y moyanas, piezas ligeras del calibre 5 y 4, de las que se labraron hasta 38 unidades (14% del total), cinco de ellas para la Galera Real del Buen Retiro. Como ya señaló Fernando Serrano Mangas, queda de manifiesto el predominio de los calibres medios y ligeros, mientras que los cañones reales superiores a las 30 libras fueron minoritarios y no comenzaron a labrarse hasta los años sesenta41. Por desgracia, carecemos de datos específicos para las 52 piezas que presumiblemente fueron labradas en 1654, lo que nos impide precisar mejor la distribución de los calibres más comunes (Tabla 3).

Tabla 3. Producción de artillería en la fundición de Sevilla, por año y calibre*

Calibre

Año de fundición o entrega a la proveeduría de artillería

Total

1651

1652

1653

1654

1656

1657

1658

1662

1663

40 libras

2

2

36 libras

6

6

25 libras

4

12

16

24 libras

6

2

2

10

20 libras

2

2

4

16 libras

6

12

12

12

2

2

4

4

54

10 libras

12

17

18

10

4

4

4

12

81

7 libras

1

4

2

7

5 libras

1

18

10

29

4 libras

9**

9

Sin datos

52

52

Total

27

34

36

76

6

6

8

24

48

270

*Hemos omitido los años en que no se registró producción: 1655, 1659-1661. ** Incluye 5 piezas pequeñas para la galera real del Palacio del Buen Retiro. Fuente: AGI, C, 3897, Primera y segunda cuenta de cargo y data de Enrique Havett (1649-1663), Sevilla, 16/7/1658 y 20/6/1663.

20La producción artillera sigue una tendencia similar a la ya vista en las partidas de metal fundible entregadas. Tras el cese de la actividad en 1655, los índices de producción son dramáticamente inferiores para el segundo quinquenio de los años cincuenta, cuando apenas se fundieron veinte piezas entre 1656 y 1658, que precedió a la inactividad de los años 1659-1661. Si bien es cierto que bajo la gestión de los Havett la factoría sevillana conoció una recuperación tras el parón de los años cuarenta. Cuando se comparan dichas partidas de metal con los números de la producción artillera, se presenta tentadora la idea de una correlación de causa-efecto sin solución de continuidad. No parece verosímil, cabe objetar, que el metal fundible recibido en los cuatro primeros años no bastase para mantener siquiera una producción de mínimos sin interrupciones. Sin embargo, la secuencia estudiada muestra una interrupción de la actividad en el año 1655 y un largo impasse en 1659-1661, como se ve en el Gráfico 3. Acaso tales interrupciones respondan más bien a un problema presupuestario que incapacitase a Havett cubrir los costes de manufactura y mano de obra.

Gráfico 3. Producción de artillería, distribuida por calibre y año (1651-1663)*

Gráfico 3. Producción de artillería, distribuida por calibre y año (1651-1663)*

*Entre 1662 y 1663 se manufacturaron 8 trabucos y 31 petardos, que no hemos computado en la tabla por no tratarse de piezas de artillería en sentido estricto. Fuente: AGI, C, 3897, Cuentas de cargo y data de metales en piezas de Enrique Havett (1649-1663).

  • 42 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 81.
  • 43 Reales cédulas al conde Alba de Liste y al duque de Alburquerque, AGI, C, 3898, Madrid, 25/2/1651 y (...)

21Como ya afirmamos, la factoría de artillería no era un negocio rentable; para su puesta en marcha exigía una fuerte inversión a pérdidas, por lo que su viabilidad económica dependía de ingresos externos, ajenos a los beneficios intrínsecos de la propia producción. En concreto, fue dependiente desde un principio de las consignaciones de plata novohispana libradas por la caja real de México42. En virtud del asiento originalmente ajustado con Sneider Salazar, y que continuarían los hermanos Havett, se consignó una partida de 15.000 pesos de a ocho en rs. de plata, de los 30.800 pesos que la Caja Real de México consignados en 1650 para la fundición de Sevilla, a fin de costear el suministro de metal fundible, sobre todo de cobre refinado húngaro «con calidad que los metales fuesen libres de derechos, así de almojarifazgos como de todos los demás impuestos […] entrándolos el asentista sin pagarlos…». Sin embargo, Alba de Liste no dio pie a liberar dicha suma de dinero para la fundición, como sabemos por la reiteración de la orden a su sucesor, el duque de Alburquerque, a quien se le insistió en la importancia estratégica de observar este servicio43.

  • 44 AGI, México, 42, nº 24, Carta del virrey marqués de Mancera en respuesta a una R.C. de S.M. fechada (...)
  • 45 A. CARRASCO Y SAIZ, op. cit., p. 50-51; la cita textual, en p. 73.
  • 46 AGI, C, 3897, Cuenta de cargo y data de Enrique Havett, Sevilla, 16/7/1658. La primera partida que (...)

22En el transcurso de los años sesenta, esta dependencia de las consignaciones novohispanas se consolidó44, por lo que nos parece pertinente preguntarnos entonces qué repercusiones cabría esperar para la fundición sevillana en caso de una interrupción del flujo metalífero desde México. Hay lugar para contemplar la plausibilidad de que la caída e intermitencia en la actividad de labrar cañones respondiese a que dichas consignaciones de plata mexicana finalmente no se materializasen. Sin dichos aportes de numerario, Havett no podía liquidar los gastos del suministro de metales, de la manufactura y la mano de obra con cargo a la plata de Nueva España. Y es que ni siquiera estas consignaciones, pese a su evidente importancia estratégica, se vieron libres de los secuestros por parte de la Real Hacienda: «El dinero que vino por cuenta de la artillería se distribuyó con lo demás de mi Hacienda, con que no hay disposición de que se pueda entregar»45. Havett tuvo que esperar dos años, hasta diciembre de 1652, para percibir las primeras consignaciones por manufactura y salarios46.

  • 47 AGI, IG, 770, Carta de la Casa de la Contratación a S.M., Sevilla, 8/6/1655, visto en consulta del (...)
  • 48 AGI, IG, 771, Carta del conde de Villaumbrosa a S.M., Sevilla, 17/1/1657.

23Durante el segundo quinquenio de la década, las vicisitudes de la guerra con Inglaterra, que obstruyó el funcionamiento del sistema de flotas, necesariamente se hicieron sentir en la producción artillera, dependiente de las remesas de plata para sufragar los costes de fábrica47. Las mismas interrupciones en el pago al asentista, cada vez más frecuentes y prolongadas a partir de 1655, ilustran los problemas que enfrentó la fundición en la segunda mitad de la década. Para 1657, al término del primer ejercicio contable, la situación del asentista, a quien la Real Hacienda la debía 19.000 pesos de a ocho, era comprometida. Aunque por cuenta de la fundición de cañones de Sevilla había registrada una cantidad de 61.600 pesos en la plata mexicana que cargaron los galeones de azogue que regresaron a España en octubre de 1655, la Real Hacienda secuestró 30.800 pesos; aparte, de la cantidad reservada para fundición, 10.000 pesos se aplicaron en la fábrica de pólvora de Navarra y Orihuela, mientras que otros 9.000 más se descontaron por averías de los galeones de azogue de Medina y Montaño y de la armada de Tierra Firme del marqués de Montealegre, la que regresó en marzo de 1656, por lo que la Casa de la Contratación solamente pudo librar 21.500 pesos, aprox., al pagador de la artillería Francisco de Alberro, según certificó el conde de Villaumbrosa48.

  • 49 AGI, IG, 771, Consulta del Consejo de Indias, Madrid, 27/1/1657; Panamá, 238, lib. 17, fol. 306vº-3 (...)
  • 50 AGI, IG, 438, lib. 19, fol. 48vº-49rº; C, Cuenta de cargo y data de Enrique Havett, Sevilla, 16/7/1 (...)

24La medida acordada por la Casa y el Consejo de Indias, en consulta de enero de 1657, consistió en abonarle a Havett los 19.000 pesos que se le debían librándoseles tanto en la plata que se esperaba que trajese de México la flota del general Diego de Egües como en la real caja de Panamá, correspondiéndole a cada uno la mitad49. La destrucción de la flota de Nueva España en Tenerife a manos de la escuadra liderada por Robert Blake, a finales de abril de 1657, obligó a postergar nuevamente el pago del dinero que se le adeudaba a Enrique Havett; aunque la plata pudo salvarse, quedó atrapada en la isla, sin entrar en los cauces comerciales oficiales para atender a los acreedores. Por real cédula del 5 de septiembre, se le ordenó a Diego de Egües que le pagase a Havett la suma de 15.000 pesos de a ocho por cuenta de la fundición de artillería, como anotó el propio asentista en sus libros contables50; de los 4.000 pesos restantes, sin embargo, no hemos encontrado trazas documentales.

  • 51 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 82-85.

25De cualquier modo, el dinero que se le entregó a Havett en 1658 no fue suficiente; todavía en diciembre de 1659 se le adeudaban 11.000 pesos y la tendencia iría en aumento a lo largo de la siguiente década51, ya que las partidas de plata mexicana que le correspondían a la fundición se aplicaron a otros fines. Para entonces, la actividad de la factoría sevillana se enfrentó a una parálisis indefinida, que el teniente general de la artillería Luis Fernández de Córdoba, en consulta del Consejo de Guerra del 6 de diciembre de 1659, achacó a la falta de fondos y de metal fundible. El fallecimiento del maestro fundidor y la marcha de uno de los oficiales alemanes, tras comprobar que no se le pagaba, postergaron la reanudación de la producción. Solo se reasumió el suministro de metal ligado –hasta 1.000 q.–, como ya observamos.

  • 52 A. CARRASCO Y SAIZ, op. cit., p. 53.

26Desde el Consejo se le volvió a insistir a la Hacienda que le librase al asentista la cantidad adeuda, ya que con el abastecimiento de metal fundible no bastaba mientras no se dispusiese de fondos para contratar y pagar a nuevos operarios. De lo contrario, no se podría garantizar la continuidad de la fundición, que todavía permanecería inactiva a lo largo de ese año y del siguiente52. La contabilidad del asentista revela que este no percibió en 1660 más que 340.000 mr.v., con fecha del 24 de noviembre, como igualmente testimoniales fueron las partidas que entraron a su cargo en 1661, que apenas sumaron 282.000 mr.v. No sería hasta el verano de 1662 cuando fuese cobrando progresivamente cantidades más sustanciosas que reactivasen los trabajos de la fundición, como se aprecia en las partidas de la data, pero sin que por ello se le liquidase nunca la deuda por completo.

Consideraciones finales

  • 53 AGI, México, 5, Consulta del Consejo de Indias, Madrid, 26/10/1657.
  • 54 AGI, IG, 771, Consulta del Consejo de Indias, 16/1/1657.
  • 55 AGI, SF, 419, Consulta de la Junta de Guerra, Madrid, 20/2/1657; SD, 852, Consulta de la Junta de G (...)

27Más allá de las repercusiones directas de la falta de presupuesto en la actividad de la fundición de Sevilla, no hay que olvidar sus consecuencias para artillar las flotas del tesoro; al fin y al cabo, este era su cometido principal, sobre todo en un contexto de guerra marítima53. Conforme transcurrió la segunda mitad de la década, las dificultades para dotar de cañones de bronce los galeones de la plata, aunque solo fuese en una tercera parte, se vieron intensificadas por la falta de existencias en los depósitos de armas, lo que obligó a recurrir cada vez más a piezas de hierro. Así se hizo sentir en enero de 1657, cuando se aprestaba la armada de Facundo Andrés Cabeza de Vaca en la bahía de Cádiz: «y no es bien lleven de hierro toda su artillería, y las veinte y seis piezas que faltaban para los galeones de las Indias se pueden suplir con otras tantas de hierro»54. No menos apurada fue la situación para los presidios del Caribe, como el de Cartagena de Indias, necesitado de artillería para defenderse de la armada inglesa, al que hubo que abastecer con cañones de hierro fabricados en Liérganes cuando la tesitura lo exigía55.

28Pese a los reiterados ceses de la actividad y los problemas económicos que aquejaron a esta fundición, no es menos meritoria la voluntad por parte de los oficiales reales y de los asentistas de mantener a flote una empresa de tal complejidad y envergadura como esta, tan costosa, y que requería de una mano de obra altamente cualificada para su funcionamiento. Se trata de uno de los excepcionales atisbos de actividad industrial en el nada halagüeño contexto urbano sevillano de los años cincuenta del siglo XVII. Como tampoco es menos destacable la fortaleza negociadora que demostraron los trabajadores especializados de la fundición para defender con éxito sus reclamaciones de ser pagados en plata y no en vellón, lo que habla muy a las claras de cuánto se cotizaba este perfil técnico. Finalmente, por lo que respecta al desempeño de Enrique Havett como asentista, es evidente que funcionó bien en su cometido cuando contó con la capacidad financiera para atender los costes de esta operación industrial.

29De momento, téngase este texto como una primera toma de contacto con el asiento de los Havett en el contexto de los cincuenta y su capacidad productiva ante la presión que imponía el contexto de guerra. Empero, persisten algunos vacíos insoslayables, sobre todo en referencia a la deuda que acumuló el asentista, que esperamos cubrir en futuras investigaciones, consultando los siguientes ejercicios fiscales de los Havett, pero también cotejando estos datos con la información contenida en las cuentas de los pagadores de artillería y en los documentos tramitados por el Consejo de Guerra y las juntas de armadas. Confiamos de este modo en sistematizar de este modo un estudio más íntegro del abastecimiento de armamento pesado para las flotas de Indias en la segunda mitad del siglo XVII.

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Notes

1 Carlo M. Cipolla, Guns and Sails in the Early Phase of European Expansion, 1400-1700, London: Collins, 1965 (consultada la edición portuguesa Canhões e velas na primeira fase da expansão europeia 1400-1700, Lisboa: Gradiva, 1989), p. 15-19, 71-ss. y 85-123; Geoffrey Parker, The Military Revolution: Military Innovation and the Rise of the West, 1500-1800, Cambridge: Cambridge University Press, 1988 (consultada la edición española La revolución militar. Innovación militar y apogeo de Occidente, 1500-1800, Madrid: Alianza, 2002, p. 120-128; más recientemente, Phillip T. Hoffman, Why did Europe conquer the World?, Princeton University Press, 2015. Desde los años noventa del XX han cobrado peso las interpretaciones revisionistas que matizan la lectura de la exclusividad europea en el manejo de artillería y su supremacía armamentística: Clifford Rogers (ed.), The Military Revolution Debate: Readings on the Transformation of Early Modern Europe, Oxford: West View Press, 1995; Jason C. Sharman, «Myths of Military Revolution: European Expansion and Eurocentrism», European Journal of International Relations, 24 (3), 2018, p. 491-513; Iván Valdez-Bubnov, «Un cambio de paradigmas interpretativos. La historiografía sobre la guerra, la formación del estado y la producción de armamento desde la teoría de la “revolución militar” a los conceptos de “estado fiscal-militar” y “estado contratante», in: Iván Valdez-Bubnov, Aitor Díaz Paredes, Antonio José Rodríguez Hernández (coords.), Armamento y globalización en la Monarquía Hispana (siglos XVI-XVIII), México: UNAM, 2022, p. 17-31; Brice Cossart, «Contractor states and globalization of the market for naval artillery technology (1500-1750)», Journal of Global History, 19 (2), 2024, p. 221-222.

2 Jan LUCASSEN, Richard W. UNGER, «Shipping, Productivity and Economic Growth», in: Richard W. UNGER (ed.), Shipping and Economic Growth, 1350-1850, Leiden: Brill, 2011, p. 1-44.

3 G. PARKER, op. cit., p. 141-142; N. A. M. RODGER «The Development of Broadside Gunnery, 1450-1650», Mariner’s Mirror, 82 (3), 1996, p. 316-317; Michael PALMER, «The Military Revolution Afloat: The Era of the Anglo-Dutch Wars and the Transition to Modern Warfare at Sea», War in History, 4 (2), 1997, p. 123-149; Iván VALDEZ-BUBNOV, Poder naval y modernización del Estado: política de construcción naval española (siglos XVI-XVIII), México: UNAM, 2011, p. 110-112.

4 Kenneth W. Chase, Firearms: A Global History to 1700, Cambridge: Cambridge University Press, 2003.

5 Agustín González Enciso, «Asentistas y fabricantes: el abastecimiento de armas y municiones al Estado en los siglos XVII y XVIII», Studia historica. Historia Moderna, 35, 2013, p. 270-271, 277; Aitor Díaz Paredes, «Las reales fábricas de armas de Guipúzcoa en la Guerra de Sucesión Española (1700-1715)», in: Iván Valdez-Bubnov, Aitor Díaz Paredes, Antonio J. Rodríguez Hernández (coords.), Armamento y globalización en la Monarquía Hispana (siglos XVI-XVIII), México: UNAM, 2022, p. 208.

6 Seguimos siendo deudores de la obra de Fernando Serrano Mangas, «La producción de la fundición de la artillería de bronce de Sevilla en la segunda mitad del siglo XVII», Archivo Hispalense, 67 (205), 1984, p. 39-55; posteriormente recogido en id., Los galeones de la Carrera de Indias 1650-1700, Sevilla: EEHA, 1985, p. 179-202; id., Armadas y flotas de la plata (1620-1648), Madrid: Banco de España, 1989; más recientemente, para los siglos XVI y XVII, véase: Javier López Martín, «El artillado de las naves: el diseño de las piezas, su ubicación en los barcos y los centros de producción durante los siglos XVI y XVII», Antropología. Boletín oficial del INAH, 2015, p. 67-104; Brice Cossart, Les artilleurs et la Monarchie hispanique (1560-1610). Guerre, savoirs techniques, État, París: Classiques Garnier, 2021; Vicente Pajuelo Moreno, «La artillería y los pertrechos de los galeones de la Armada de la Guarda de la Carrera de Indias, 1594-1617», Gladius, 42, 2022, p. 145-162.

7 Adolfo CARRASCO Y SAIZ, Apuntes para la historia de la fundición de artillería de bronce en España, Madrid: Imprenta del Cuerpo de Artillería, 1887, p. 49-58; Enrique de la Vega Viguera, Sevilla y la Real Fundición de cañones, Sevilla: Guadalquivir, 1992; Antonio Aguilar Escobar, Cañones de bronce para el ejército: historia de la Real Fundición de Artillería de Sevilla en el siglo XVIII, Madrid: Ministerio de Defensa, 2010; id., «Las fábricas de artillería de bronce de la Monarquía Hispánica durante la Edad Moderna», in: Iván Valdez-Bubnov, Aitor Díaz Paredes, Antonio J. Rodríguez Hernández (coords.), Armamento y globalización en la Monarquía Hispana (siglos XVI-XVIII), México: UNAM, 2022, p. 185-201.

8 De origen alemán; a veces, Habet, Habete, Abed, Avet, Avete, entre otras variantes.

9 AGI, IG, 541, lib. 1, fol. 10vº-11rº; 1956, lib. 3, fol. 222vº-223rº; 1957, lib. 5, fol. 118vº.

10 Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias, lib. IX, tit. XXII, ley i.

11 Ibid., lib. IX, tit. XXII, leyes i y iii.

12 Ibid., lib. IX, tit. XXII, leyes iv-vi; José Veitia Linage, Norte de la Contratación de las Indias Occidentales, Sevilla: Juan Francisco de Blas, 1672, lib. I, cap. XIX, núm. 8; lib. II, cap. III, nº 7 y cap. X, nº 7. Las cuentas de los pagadores de la artillería permiten el estudio de los costes del proceso de producción y suministro armamentístico para la Carrera de Indias; para el período que nos ocupa: AGI, C, 3832-3839 (años 1651-1665); véanse también las cuentas de los fundidores de artillería, en: C, 3893-3899 (años 1609-1694).

13 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 72-73; A. GONZÁLEZ ENCISO, art. cit., p. 272-290.

14 F. Serrano Mangas, Los galeones, p. 119; A. Aguilar Escobar, op. cit., p. 74-78.

15 A. CARRASCO Y SAIZ, op. cit., p. 52-53. El apellido Sneider aparece a veces deformado como Luders.

16 AHPSe, PNS, 17010, fol. 538rº-vº.

17 AHPSe, PNS, 10211, fol. 543rº-544vº; 10212, fol. 932rº-935rº.

18 A. GONZÁLEZ ENCISO, art. cit., p. 273.

19 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 81.

20 AGS, GYM, 1808, Consulta del Consejo de Guerra, Madrid, 12/1/1652.

21 J. Veitia Linaje, op. cit., lib. II, cap. XXIII, nº 12.

22 I. VALDEZ-BUBNOV, op. cit., p. 113.

23 C. M. Cipolla, op. cit., p. 23-26, 29, 40, 62; A. Aguilar Escobar, art. cit., p. 178-179.

24 F. Serrano Mangas, Los galeones, p. 116-117, 120; id., Armadas y flotas, p. 23.

25 AGI, IG, 1874, Consulta de la Junta de Guerra de Indias, Madrid, 12/5/1641; IG, 2558, Consulta del Consejo de Indias, Madrid, 20/5/1653. Una síntesis de estas medidas desesperadas, en F. Serrano Mangas, Los galeones, p. 119-121.

26 AGI, SD, 273, Consulta de la Junta de Guerra, Madrid, 22/9/1654.

27 A. AGUILAR ESCOBAR, «Noticias sobre las fundiciones de artillería de ultramar en los siglos XVI-XVIII», in: J. QUINTEROS, Marina ALFONSO MOLA, Carlos MARTÍNEZ SHAW (coords.), La economía marítima en España y las Indias, San Fernando: Ayuntamiento de San Fernando, 2015, p. 79-96. Para Manila y Acapulco, véase Eder A. J. GALLEGOS RUIZ, Fuerzas de sus reinos. Instrumentos de la guerra en la frontera oceánica del Pacífico hispano (1571-1698), México: Palabras de Clío, 2017.

28 AGI, SD, 4, Consulta de la Junta de Guerra, Madrid, 23/11/1655.

29 AGI, IG, 1956, lib. 1, fol. 124vº. Para explicar esta decisión se ha aducido una supuesta ineficiencia económica de las técnicas de explotación de las minas españolas. I. A. A. Thompson, op. cit., p. 291.

30 AGI, IG, 436, lib. 14, fol. 253rº-254vº; 438, lib. 20, fol. 71rº-71vº; F. SERRANO MANGAS, Los galeones, p. 127-129.

31 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 79-80. Del refundido de cañones de bronce y de moneda cortada de vellón hay evidencias en AGI, C, 3898, Receptas de Enrique Havett, Sevilla, 18/7, 28/8 y 14/9/1651; R. C. a Francisco de Cangas, mayordomo de artillería, Madrid, 22/12/1652. Cabe recordar, en relación con la moneda cortada, los esfuerzos que llevaron a cabo las autoridades, a partir de la pragmática de 1651, para revalorizar el vellón por medio de su resello y reducción del circulante de esta moneda. Javier de SANTIAGO FERNÁNDEZ, Política monetaria en Castilla durante el siglo XVII, Valladolid: Junta de Castilla y León, 2000, p. 164-169.

32 F. SERRANO MANGAS, art. cit., p. 42-46.

33 AGI, C, 3898, R.C. al conde Alba de Liste, virrey de Nueva España, Madrid, 25/2/1651.

34 AHPSe, PNS, 17018, fol. 822rº; 17022, fol. 538rº; AGI, C, 3897, Primera y segunda cuenta de cargo y data de metales de Enrique Havett, Sevilla, 16/7/1658 y 20/6/1663. Dos años antes, la Casa de la Contratación vendió dos partidas de cobre americano a 78 r.v. / q. Ibid., Contrato de Enrique Havett con el marqués de Aguilafuente para la provisión de metal fino, Madrid, abril-junio de 1649.

35 AHPSe, PNS, 17051, fol. 702rº-vº.

36 AGS, GYM, 3432, Junta de Armadas, Madrid, 10/2/1660.

37 José Alcalá-Zamora, Historia de una empresa siderúrgica española: los altos hornos de Liérganes y la Cavada, Santander: Centro de Estudios Montañeses, 1974, p. 84-85; C. M. Cipolla, op. cit., p. 41; A. Aguilar Escobar, art. cit., p. 179; A. GONZÁLEZ ENCISO, art. cit., p. 280-281.

38 AGS, GyM, 3421, Consulta de la Junta de Artillería, Madrid, 23/6/1659.

39 AGI, C, 3897, Primera y segunda cuentas de cargo y data de Enrique Havett, Sevilla, 16/7/1658 y 20/6/1663; A. Aguilar Escobar, op. cit., p. 80-81; art. cit., p. 186.

40 Para el período de 1651-1657, las fuentes presentan una imprecisión de siete cañones en el número de piezas que entregó Enrique Havett; en la cuenta de la data del dinero por manufactura se indican 192 piezas labradas; en el cargo de metal fundible, desglosado año por año, no se reconocen más de 185 cañones. Nos decantamos por el segundo número, ya que ofrece información más completa y se especifican más datos, como año de fundición y calibre.

41 F. SERRANO MANGAS, art. cit., p. 46-47.

42 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 81.

43 Reales cédulas al conde Alba de Liste y al duque de Alburquerque, AGI, C, 3898, Madrid, 25/2/1651 y 19/371653, respectivamente.

44 AGI, México, 42, nº 24, Carta del virrey marqués de Mancera en respuesta a una R.C. de S.M. fechada el 22 de diciembre de 1666, México, 19/06/1667.

45 A. CARRASCO Y SAIZ, op. cit., p. 50-51; la cita textual, en p. 73.

46 AGI, C, 3897, Cuenta de cargo y data de Enrique Havett, Sevilla, 16/7/1658. La primera partida que recibió en concepto de estos gastos fue de 23.529 rs., según A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 82.

47 AGI, IG, 770, Carta de la Casa de la Contratación a S.M., Sevilla, 8/6/1655, visto en consulta del Consejo de Indias, Madrid, 12/6/1655.

48 AGI, IG, 771, Carta del conde de Villaumbrosa a S.M., Sevilla, 17/1/1657.

49 AGI, IG, 771, Consulta del Consejo de Indias, Madrid, 27/1/1657; Panamá, 238, lib. 17, fol. 306vº-308rº.

50 AGI, IG, 438, lib. 19, fol. 48vº-49rº; C, Cuenta de cargo y data de Enrique Havett, Sevilla, 16/7/1658.

51 A. AGUILAR ESCOBAR, op. cit., p. 82-85.

52 A. CARRASCO Y SAIZ, op. cit., p. 53.

53 AGI, México, 5, Consulta del Consejo de Indias, Madrid, 26/10/1657.

54 AGI, IG, 771, Consulta del Consejo de Indias, 16/1/1657.

55 AGI, SF, 419, Consulta de la Junta de Guerra, Madrid, 20/2/1657; SD, 852, Consulta de la Junta de Guerra, sobre la entrega de seis piezas de artillería de Liérganes a La Florida, Madrid, 26/2/1660.

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Table des illustrations

Titre Gráfico 1. Cantidades (en quintales) de cobre fino húngaro y metal ligado de que se le hizo cargo al asentista Enrique Havett (1651-1663)
Légende Incluye cobre sin refinar procedente de las Indias además de trazas de estaño ligado con cobre. Fuente: AGI, C, 3897. Cuentas de cargo y data de metales del asentista Enrique Havett (1649-1663). Para evitar descuadrar la proporción de la tabla, no hemos incluido las partidas de estaño inglés, ya que su suministro era en cantidades sensiblemente inferiores; también hemos omitido la partida de 2.000 q. de moneda cortada que recibió Enrique Havett en 1653, dado su carácter excepcional. Lo que hemos pretendido es mostrar la tendencia hacia el predominio del metal ligado sobre el cobre refinado.
URL http://journals.openedition.org/e-spania/docannexe/image/56706/img-1.png
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Titre Gráfico 2. Distribución del metal fundible cargado a Enrique Havett entre 1651 y 1663. Cifras absolutas en quintales (% sobre el total).
Légende Fuente: AGI, C, 3897, Cuentas de cargo y data de metales de Enrique Havett (1649-1663); C, 3898, Cuenta del cobre de Cuba y Caracas y del dinero que han recibido Bernardo y Enrique Havett en pago del cobre de Hungría y del estaño de Inglaterra. Las cifras absolutas y los porcentajes han sido redondeados.
URL http://journals.openedition.org/e-spania/docannexe/image/56706/img-2.png
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Titre Gráfico 3. Producción de artillería, distribuida por calibre y año (1651-1663)*
Légende *Entre 1662 y 1663 se manufacturaron 8 trabucos y 31 petardos, que no hemos computado en la tabla por no tratarse de piezas de artillería en sentido estricto. Fuente: AGI, C, 3897, Cuentas de cargo y data de metales en piezas de Enrique Havett (1649-1663).
URL http://journals.openedition.org/e-spania/docannexe/image/56706/img-3.png
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Pour citer cet article

Référence électronique

Francisco Amor Martín, « La voz de los cañones: la fundición de Sevilla y el suministro de artillería para las flotas del tesoro (1649-1659) »e-Spania [En ligne], 52 | Octobre 2025, mis en ligne le 01 octobre 2025, consulté le 08 novembre 2025. URL : http://journals.openedition.org/e-spania/56706 ; DOI : https://doi.org/10.4000/14w8o

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Auteur

Francisco Amor Martín

Universidad de Sevilla

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Droits d’auteur

CC-BY-NC-ND-4.0

Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-NC-ND 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont susceptibles d’être soumis à des autorisations d’usage spécifiques.

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