La santa Juana: pervivencia y legado / Grupos profesionales en la Carrera de Indias
La Carrera de Indias en la carrera musical: músicos e instrumentos a bordo de la flota de Indias
Résumés
Pendant des générations, le navire amiral de la flotte des Indes fut assisté par des compagnies d'instrumentistes, lesquels, officiant comme ménestrels ou trompettes, accomplissaient un voyage formateur déterminant pour leur carrière professionnelle. Ce travail suivra la vie de certaines de ces figures du monde de la musique dans la Séville des XVIe et XVIIe siècles, afin d’ébaucher le profil social des musiciens de la flotte des Indes et mettre en lumière ce que l’expérience du voyage outre atlantique représentait dans leur trajectoire. De la sorte, ce travail se veut une contribution à la connaissance du paysage sonore – et social – de la Carrera de Indias.
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Trabajo que se inscribe en el Proyecto I+D UNICIN “El universo humano de la Carrera de Indias”. PID2022-1411165NB-I00. Financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN).
Texte intégral
- 1 Durante generaciones, ha sido definida como tal por historiadores sevillanos e hispanistas en la es (...)
- 2 Realidad que ha sido puesta de manifiesto por Clara BEJARANO PELLICER, “Los músicos de la nao capit (...)
1La Carrera de Indias que la monarquía hispánica mantuvo durante los siglos de la Modernidad para regular las relaciones entre España y sus territorios de ultramar constituyó mucho más que un sistema comercial y fiscal1. En la actualidad se reivindica una visión social de ella que no se restrinja a los mercaderes, sino que tenga en cuenta la faceta militar, naval, administrativa, artesanal y migratoria, incluso cultural, de esta inmensa red de interconexiones. En el universo rico y socialmente diverso de la Carrera de Indias hubo espacio también para un arte como la música, en tanto que la travesía de los convoyes de navegación requería de los servicios de músicos a bordo2.
2En el marco de un esfuerzo por poner el foco en los grupos sociales subalternos, en los trabajadores manuales que contribuyeron en la construcción de este complejo entramado, documentar la presencia de los músicos constituye un objetivo con interés intrínseco. Teniendo en cuenta la necesidad que la flota de Indias experimentaba de ciertos servicios musicales, se puede comprender cómo la música pudo ser la primera de las artes y una de las primeras manifestaciones culturales europeas que arribaron a la América hispana e iniciaron un proceso de intercambio cultural. El perfil social de los músicos enriqueció el paisaje humano de los trabajadores de la Carrera de Indias, al constituir un segmento peculiar con una identidad muy definida y una gran capacidad de poner en conexión a grupos sociales diversos.
- 3 Pepe REY, “Apuntes sobre música naval y náutica”, in: John GRIFFITHS y Javier SUÁREZ-PAJARES (eds.) (...)
- 4 Ian WOODFIELD, English Musicians in the Age of Exploration, Nueva York: Pendragon Press, 1995.
- 5 Por ejemplo, Ferrán ESCRIVÁ LLORCA, “Canciones, trompetas y salvas: una relectura de Lepanto desde (...)
- 6 Pablo Emilio PÉREZ-MALLAÍNA, Los hombres del océano. Vida cotidiana de los tripulantes de las flota (...)
3A pesar de ello, el estado de la cuestión sobre la música en la Carrera de Indias se encuentra en un estado precario. En los estudios musicológicos hispánicos han escaseado durante mucho tiempo los trabajos sobre la música en ámbito naval salvo sobre embarcaciones de recreo3, a pesar de contar con modelos extranjeros4. Recientemente, el concepto de paisaje sonoro histórico se ha extendido también a la navegación, en torno a las efemérides de célebres batallas navales o expediciones de exploración, pero se han centrado en reconstruir el universo cultural y simbólico en torno a ellas5, sin documentar la presencia material de la música en la travesía. Tampoco la historiografía sobre las flotas de Indias ha reparado apenas en su presencia, aun cuando ha tratado la vida cotidiana a bordo6. Sin embargo, fuentes notariales inéditas la atestiguan en el propio seno de la flota de Indias, en la nao capitana.
4Este estudio se propone elaborar una base de datos provisional de los individuos identificados que desempeñaron la labor de músicos de la flota de Indias a finales del siglo XVI y comienzos del siglo XVII (1574-1635) y situar esta experiencia en su carrera profesional. Se trata de trazar trayectorias de vida con el objetivo de aproximarnos al perfil social de esos hombres, el bagaje que llevaban consigo al mundo colonial, y en particular descubrir cómo el trabajo en la Carrera de Indias se imbricaba con la vida musical de la ciudad de Sevilla, qué influencias mutuas podían proyectarse y qué representaba la Carrera de Indias en el itinerario profesional de un músico de la época.
- 7 Los documentos notariales que aportan información sobre ello abarcan una variada tipología: concier (...)
- 8 Las conclusiones que arroje este estudio serán forzosamente provisionales, puesto que el rastreo no (...)
5Para ello será necesario rastrear la presencia de los individuos identificados, en tres filones documentales. Para conocer su origen y perfil social será preciso localizarlos en el complejo laberinto de los archivos notariales, donde sus relaciones privadas se verán reflejadas en sus momentos cruciales7. Para documentar su presencia en la flota de Indias serán útiles tanto los protocolos notariales como los registros de la Casa de Contratación custodiados por el Archivo General de Indias. Finalmente, para determinar cómo prosiguió su carrera profesional se consultará la bibliografía existente sobre las instituciones musicales andaluzas, canarias y americanas. La reconstrucción de sus itinerarios no siempre será posible en todas sus fases, pero apuntará indicios suficientes para obtener conclusiones, siquiera de partida8.
Trabajo en la flota de Indias
- 9 Al menos en 1618, consta que excepcionalmente el acuerdo lo llevó a cabo el dueño y maestre de la n (...)
6Unos dos meses antes de su partida, cada uno de los dos convoyes que anualmente conformaban la flota de Indias debía proveerse de músicos. Puesto que su lugar de servicio era la nao capitana, la responsabilidad de reclutar a estos instrumentistas recaía en el general de la flota o en el general de la real Armada de la Guarda de la Carrera de Indias9. Una vez que éste se había concertado con una copia o compañía de tres a cinco ministriles preexistente, comparecía ante un notario cualquiera de la ciudad de Sevilla, a la sazón cabecera del monopolio comercial con América, para formalizar un contrato que regiría en el viaje de ida y vuelta. A veces, las copias de ministriles presentaron fiadores o avalistas que también formaban parte del oficio –sus padres o maestros– y ya estaban consolidados en el mercado musical de Sevilla. En caso de incumplimiento, los músicos podían ser multados e incluso encarcelados, pero por otro lado no podían ser destituidos de su cargo en la nao capitana si no era con el salario ya pagado.
- 10 Por ejemplo, la trompeta de la nao capitana de la flota comandada por Francisco de Luján señaló el (...)
- 11 El concepto de ministril alude a un tipo de instrumentista propio de Europa entre los siglos XIV y (...)
- 12 C. BEJARANO PELLICER, “Los músicos de la nao capitana…”.
7El cometido de los músicos en la expedición comenzaba cuando ésta rebasaba Sanlúcar de Barrameda y salía a mar abierto. Se ocupaban de dar señales militares10, salvas, horas, desempeñando funciones comunicativas y ceremoniales, y sólo secundariamente lúdicas. Los términos del concierto aludían a una disponibilidad completa a las órdenes del general, también en su estancia en tierra firme, donde él les daría alojamiento y manutención. Su remuneración podía sumar, por lo que parece, varios complementos: el salario de ministril, el de las plazas de trompeta naval a cargo de la monarquía, el de paje o el de grumete de a bordo, y las ganancias por servicios puntuales en fiestas religiosas y civiles. Los ministriles de formación tendieron a suplantar a los trompetas a bordo de las flotas porque, aunque éstos eran los músicos tradicionalmente vinculados al mundo militar, los ministriles contaban con una cualificación técnica superior, tocaban mayor variedad de instrumentos y eran mucho más versátiles en su repertorio y timbre, pudiendo ofrecer un servicio mucho más diversificado11. Una parte sustanciosa del salario se pagaba adelantadamente, y la liquidación de la cuenta se hacía durante el viaje de vuelta, a veces mucho antes de arribar a Sevilla12.
8Las copias de ministriles no siempre regresaban incólumes: excepcionalmente desertaba algún miembro, pero más frecuentemente sucumbía a la enfermedad o a los eventuales accidentes que podía sufrir un navío de guerra como la nao capitana, entre los que se citan naufragios, encallajes, incendios o ataques piráticos. Se conocen pormenores de muchos de ellos gracias a que sus parientes (esposas, pero más frecuentemente ascendientes) reclamaron sus bienes o su salario ganado a través de los autos de bienes de difuntos presentados a la Casa de Contratación. Así sabemos que llevaban consigo en su equipaje instrumentos musicales de viento de todas las tesituras, armas para su autodefensa, cuadernos de notas, objetos devocionales, listas de deudas a favor, incluso mercancías de todo tipo no declaradas.
- 13 Id., “Los músicos de la Carrera de Indias…”, p. 103-132.
9Por último, en las flotas de Indias se pueden encontrar músicos de varios perfiles: desde adolescentes en una etapa formativa hasta hombres maduros con esposa e hijos, y también podemos encontrar algunos trompetas franceses, ingleses o alemanes católicos, probablemente refugiados por razones religiosas y reclutados en Sanlúcar de Barrameda a causa de sus habilidades musicales. Coincidieron jóvenes ministriles que culminaban su formación musical con veteranos que reincidían en el viaje transoceánico para actuar como comerciantes al por menor o incluso contrabandistas. Por lo tanto, tengamos en cuenta que la flota de Indias fue el punto de encuentro de perfiles y tradiciones musicales diversas13.
¿Qué representaba para un ministril trabajar en la flota de Indias?
10Este contrato tenía muy poco en común con cualquier otro empleo que éste pudiera haber experimentado previamente. Examinemos qué semejanzas o diferencias podía presentar respecto a la experiencia cotidiana de los músicos andaluces.
- 14 Clara BEJARANO PELLICER, El mercado de la música en la Sevilla del Siglo de Oro, Sevilla: Universid (...)
- 15 Ibid., p. 475.
- 16 María Asunción FLÓREZ ASENSIO, Músicos de compañía y empresa teatral en Madrid en el siglo XVII, Ka (...)
11En el parámetro temporal, en el mercado musical de Sevilla en el siglo XVI los servicios musicales de las copias de ministriles se prestaban ad hoc, mediante un concierto para una ocasión puntual14. En el siglo XVII, algunas instituciones demandantes de música comenzaron a extender sus conciertos con las copias de ministriles por un ciclo de fiestas que solía ser anual, con objeto de asegurarse el abastecimiento en un tiempo de desequilibrio entre oferta y demanda15, pero esto no les impedía atender otras oportunidades de negocio entre fiesta y fiesta. En otro caso, un músico que se integrara en una compañía teatral también podía aspirar a firmar un contrato por una temporada16, y eso podía llegar a ocuparle en exclusiva puesto que entrañaba un itinerario de desplazamientos. Sin embargo, servir a la flota de Indias significaba permanecer ausente durante meses, más de un año, a veces casi año y medio.
- 17 María del Carmen GÓMEZ MUNTANÉ, “Las escuelas de ministriles a finales de la Edad Media: El viaje a (...)
- 18 C. BEJARANO PELLICER, El mercado de la música…, p. 364-367.
- 19 Ana LÓPEZ SUERO, “Flautistas, tamborinos, xabebas y pífanos de Castilla y Flandes en los albores de (...)
- 20 Sobre ello habla Álvaro TORRENTE, “Cuestiones en torno a la circulación de los músicos catedralicio (...)
12En el parámetro espacial, tengamos en cuenta que en la Europa renacentista los viajes de largas distancias por razones laborales no eran una realidad extraña a los músicos17. Los centros de abastecimiento de servicios musicales se identificaban con las principales ciudades, y los núcleos urbanos menores hacían venir a los músicos para actuaciones concretas. La profesión del ministril asumía los desplazamientos cotidianos a lo largo y ancho de la región; en el caso de los músicos hispalenses, cubrían la demanda de todo el reino de Sevilla18. En otro orden de cosas, la emigración por motivos laborales también era consustancial a la profesión. Las capillas musicales de las catedrales españolas estaban provistas de profesionales procedentes de los Países Bajos, lugar que desde el siglo XV detentaba una suerte de hegemonía artística en Europa occidental. Italia también vivió una edad de Oro de la exportación de músicos y actores durante el Renacimiento19. Dentro del propio reino de Castilla, las capillas catedralicias se ordenaban en una jerarquía de prestigio y rentas que daba lugar a una especie de cursus honorum para los músicos de talento20. No obstante, esta movilidad obedecía a las etapas de un itinerario ascendente, y los contratos que acarreaba eran de duración indefinida, “mientras fuera la voluntad del cabildo”. En pocas ocasiones un músico aceptó realizar un viaje de grandes distancias, a escala intercontinental, para una sola temporada.
- 21 C. BEJARANO PELLICER, El mercado de la música…, p. 348-366.
- 22 Pablo Emilio PÉREZ-MALLAÍNA, “Generales y almirantes de la Carrera de Indias. Una investigación pen (...)
13En el parámetro social, los contratantes de los músicos solían ser institucionales: concejos, cofradías, conventos, universidades, incluso nobles se ponían en contacto con los músicos a través de sus lugartenientes y firmaban los acuerdos representados por ellos21. La ocupación ceremonial de los ministriles les concitaba a espacios donde se exhibían los miembros de la élite social, de forma que compartían con ellos una cohabitación y una experiencia estética y cultural, pero no tenemos testimonios de que interaccionaran directamente. En el estrecho espacio de la nao capitana de la flota de Indias, tuvieron mayor oportunidad de crear contactos con sus empleadores. Los generales de la flota de Indias pertenecieron a esa élite social que solía contratarles en tierra firme, solían ser segundones de familias nobiliarias o ennoblecidas con hábitos en órdenes militares22.
- 23 C. BEJARANO PELLICER, “Las plataformas de música en la fiesta pública española del Antiguo Régimen” (...)
- 24 Véase la nota 4.
14Respecto al medio en el cual desempeñaban su actividad, los músicos estaban expuestos a que se requirieran sus servicios “por tierra, mar y aire”. Esto es, las escenografías diseñadas para engalanar las ciudades en entradas, recibimientos y solemnidades en general podían realizar alardes de fantasía, añadiendo un componente en cierto modo teatral al trabajo del músico. Frecuentemente, los ministriles (que no en vano eran los músicos más idóneos para las manifestaciones al aire libre) fueron ubicados en plataformas elevadas, desde campanarios de iglesias hasta arcos de triunfo23, y también poblaron las embarcaciones de recreo24. Por lo tanto, las aguas o las alturas no constituían un lugar extraño para la ejecución de música, si bien una travesía en mar abierto sí que escapaba a cualquier experiencia previa que pudieran tener los ministriles.
15En definitiva, trabajar en la flota de Indias suponía un reto difícilmente igualable para un instrumentista, un hito en su carrera.
Antes de embarcarse
16Para determinar cuál era el papel de la aventura de las Indias en la vida profesional de los músicos sevillanos, es imprescindible tratar de aproximarse en la medida de lo posible a sus experiencias previas. Es difícil reconstruir con detalle la trayectoria de cualquiera de estos hombres, por no hablar de sus orígenes geográficos o sociales, pero sí hay datos fehacientes que se pueden constatar: si eran mayores o menores de edad cuando se embarcaron, si estaban vinculados a un maestro ministril con un contrato de aprendizaje, y si ya habían firmado algún contrato como ministriles de pleno derecho.
- 25 “(…) juramos por Dios e por santa María e por la señal de la cruz en forma de derecho de aver por f (...)
17Respecto a la edad, la minoría de edad queda recogida en cualquier documento notarial porque sus afectados protagonizaban cláusulas específicas: debían realizar un juramento estereotipado para dar garantías de que no invalidarían el compromiso alegando minoría de edad posteriormente25. Por eso, se puede determinar incluso la edad exacta de aquellos que todavía no contaban con 25 años. De una muestra de 64 músicos, sabemos que 22 de ellos (casi el 35%) todavía eran menores de edad cuando se embarcaron. En este grupo podemos documentar a una mayoría de aplastante de jóvenes de 20 años, que parece ser la edad más recomendable para emprender la aventura transoceánica en el cursus honorum del ministril, y tantas excepciones por encima de esta edad como por debajo. Dos casos extremos contaban con 15 años en el que debió de ser su primer viaje, todavía como aprendices, y ambos formaron parte de la misma expedición siendo discípulos del mismo maestro, luego podemos asumir este fenómeno como caso aislado. En definitiva, la edad media del grupo de los menores es de 19,8 años. De los otros 45 individuos (el 70%) debemos deducir que ya tenían 25 años como mínimo, de lo contrario el documento notarial se habría visto obligado a advertirlo salvo excepciones. Por supuesto, cabe la posibilidad del fraude y además aquellos que viajaron con la flota de Indias cuando eran mayores de edad no excluye que no lo hubieran hecho antes, cuando todavía no lo eran.
Tabla 1. Edad de iniciación en la flota de Indias
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Edad de primer servicio en la flota de Indias documentado |
Número de individuos |
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22 |
3 |
|
21 |
1 |
|
20 |
14 |
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18 |
2 |
|
15 |
2 |
|
Media: 19,86 |
Total: 22 |
- 26 Numerosos trabajos señalan los frecuentes lazos dinásticos entre los ministriles del Antiguo Régime (...)
- 27 Archivo Capitular de la Catedral de Sevilla (ACC), Autos Capitulares, libro 16, fol. 52vº; libro 23 (...)
18En segundo lugar, sus orígenes. Aunque de muchos conocemos el nombre de sus padres, no su oficio ni procedencia. De una muestra de 64, tan sólo conocemos el perfil de los padres de 4: dos eran hijos de ministriles y otros dos de un sacristán de una parroquia sevillana y de un portero de vara del concejo hispalense. En definitiva, hijos del oficio o de cargos subalternos pero institucionalizados. Es razonable especular con la idea de que podrían existir lazos de parentesco entre ellos, a juzgar por sus apellidos. Sin que sea un dato concluyente, dada la elevada homonimia y la caprichosa selección de apellidos que se usaba de la época, cabe destacar que en esta muestra coinciden tres Gutiérrez, dos Martín, dos Díaz, dos Correa, dos Chaves y dos Medina. Esos indicios de parentesco también invitan a pensar que pertenecían a sagas de músicos26. Algunos de ellos ostentaban apellidos de gran prestigio en la historia de la música sevillana, como Medina, Peraza o Correa. Probablemente algunos eran descendientes de familias de ministriles que habían servido anteriormente en la capilla musical de la catedral de Sevilla, como Antonio de Mora o Jerónimo Montoya27. Respecto su lugar de origen, todos se declaran vecinos de Sevilla cuando intitulan documentos, pero nos consta que algunos no eran sevillanos de nacimiento: las andaluzas Antequera, Aracena, Torredonjimeno y la extremeña Plasencia son los lugares que podemos citar como cunas de 4 de los 64 registrados.
- 28 Para más detalles, consúltese Clara BEJARANO PELLICER, “Juventud y formación de los ministriles de (...)
19Si bien es excepcional que conozcamos los orígenes sociales o geográficos de estos músicos, sí que se pueden establecer filiaciones profesionales. Los que no eran hijos de ministriles adquirían el oficio firmando un contrato de aprendizaje con un músico reputado durante un período de cuatro o cinco años, durante los cuales vivían en su casa, se ponían a disposición de su familia y prestaban servicios musicales a beneficio del maestro como prácticas destinadas a su formación28. Tenemos constancia o fundadas sospechas de que 12 de los 64 músicos de esta muestra fueron discípulos de prestigiosos ministriles sevillanos: Juan Bautista de Ribera, Julián de Torres, Damián de Tejeda, Jerónimo de Medina, Juan de Medina y Andrés de Arroyo. Los cinco primeros fueron ministriles titulares de la capilla musical de la catedral de Sevilla y el último no tuvo una vinculación institucional, sino que trabajó por su cuenta.
20En concreto, son los tres últimos mencionados los que acaparan como aprendices a 10 de los 12 músicos de la flota de Indias de los que conocemos su filiación profesional. De hecho, la capacidad formativa de Jerónimo de Medina, su hijo Juan de Medina y su colega Andrés de Arroyo ya ha sido objeto de estudios, pero todavía no se conocen suficientemente las dimensiones de su árbol de discípulos. Puesto que fueron las figuras que, en el mercado musical de Sevilla, demostraron mayor dinamismo en la formación de noveles, es comprensible que sus aprendices sean los mejor representados en una muestra de instrumentistas que trabajaron en la flota de Indias. Lo que sí resulta seductor es preguntarse si esta representatividad fue fruto de una política consciente: podría ser que estos maestros hubieran utilizado la flota de Indias sistemáticamente como una experiencia formativa para sus discípulos, o incluso como una oportunidad de lucro para sí mismos, ya que los aprendices debían a sus maestros las retribuciones de sus actividades musicales mientras estuviera vigente el contrato de aprendizaje entre ellos:
- 29 AHPdS, oficio 13, leg. 7778, libro 2º de 1574, 22 de abril de 1574, fol. 26rº-28vº.
Yo el dicho Miguel de los Reyes quiero y consiento que los docientos ducados que yo e de aver se den y paguen enteramente al dicho Gerónimo de Medina mi maestro porque los a de aver e yo he por bien e consiento que los aya en virtud del dicho contrato que con él tengo fecho según dicho es sin que de los dichos docientos ducados yo aya ni pida ni se me dé cosa alguna29.
21Dado que el ministril Jerónimo de Medina, en tanto que maestro, entre 1574 y 1586 avaló a cinco de los músicos de esta muestra (Miguel de los Reyes, Gaspar de Medina, Juan Jiménez, Jerónimo Bernal, Miguel Méndez Ramón) cuando se concertaron con las flotas de Indias, ¿podría pensarse que detentaba algún tipo de ascendiente sobre ellas? Es posible que los generales de las flotas de Indias tuvieran plena libertad para concertarse con los ministriles que quisieran, pero en la práctica supieran a dónde dirigirse para proveerse de ellos de forma fiable. Tal vez Jerónimo de Medina, como ministril de la catedral y como maestro de aprendices, se comportase como abastecedor habitual de las flotas, recurriendo no sólo a sus aprendices sino a los de los músicos que se encontraban en su red de influencia: su hijo Juan de Medina, su colega Andrés de Arroyo. No podremos saberlo con certeza hasta que dispongamos de la relación completa de músicos que nutrieron las flotas de Indias y podamos evaluar la frecuencia con la que se embarcaron instrumentistas que procedían de la órbita de este empresario musical.
- 30 AGI, Contratación, 931, N1, fol. 3rº.
- 31 AHPdS, oficio 4, leg. 2486, libro 4º de 1617, 21 de agosto de 1617, fol. 75.
- 32 AHPdS, oficio 17, leg. 10925, libro 1º de 1618, 12 de mayo de 1618, fol. 474rº-476vº.
- 33 ACS, Sec. I, Autos Capitulares, libro 59, fol. 120vº, 19 de agosto de 1647. No tenemos pruebas que (...)
22En tercer lugar, es conveniente destacar que en las flotas de Indias no siempre sirvieron ministriles en fase de formación. Recordemos que un 70% de ellos ya eran mayores de edad, y de algunos podríamos incluso calcular una edad provecta: por ejemplo, Jerónimo de Montoya tenía 28 años cuando se embarcó30. El antequerano Alonso Gutiérrez, tenía 29 años cuando se concertó para servir en la flota de Indias en 161731. Antonio Gutiérrez, cuando lo hizo en 1618, contaba con 36 años de edad32. Por lo tanto, veamos cuántos miembros de la muestra ya contaban con experiencia laboral previa que hayamos podido documentar: siete individuos, que obviamente eran mayores de edad cuando se embarcaron, ya habían dejado rastros de su actividad profesional en los archivos sevillanos, a los que podríamos añadir los mencionados Alonso Gutiérrez y Antonio Gutiérrez por su edad adulta, y a Alonso Vargas Machuca, ministril de la catedral, que pidió licencia para marcharse a las Indias y ocho meses de salario por adelantado casi al final de su carrera33. Juntos sumarían un 14% de la muestra. Este 14% ya debía de ser un cuerpo de ministriles experimentados cuando los registramos como ministriles de la flota de Indias, a juzgar por sus vivencias. Destaquemos brevemente los casos más significativos:
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- 34 Lucía GÓMEZ FERNÁNDEZ, Música, nobleza y mecenazgo. Los duques de Medina Sidonia en Sevilla y Sanlú (...)
- 35 AHPdS, oficio 13, leg. 7778, libro 2º de 1574, 22 de abril de 1574, fol. 26rº-28vº.
- 36 AHPdS, oficio 1, leg. 108, libro 1º de 1565, 28 de marzo de 1565, fol. 828v-829r.
Francisco de Covarrubias ya había estado trabajando para una casa ducal en Sanlúcar de Barrameda, en pleno antepuerto de la Carrera de Indias. Entre 1567 y 1570 se le registra como ministril pagado por el VII duque de Medina Sidonia, junto con otros cuatro compañeros. Recibía 25.000 maravedíes de salario anuales y ración ordinaria.34 Como solía suceder, el duque no conservó mucho tiempo a su servicio una copia de ministriles y el 12 de junio de 1570 les pagaba por última vez. Probablemente, estos años de experiencia en la desembocadura del Guadalquivir le hicieron concebir expectativas para embarcarse en 1574 en la flota de Nueva España35. Antes que todo eso, en 1565 en Sevilla, también había formado una copia de ministriles con sus propios tres discípulos36, que no le acompañaban cuando fue reclutado por el duque.
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- 37 AHPdS, oficio 17, leg. 10826, 14 de mayo de 1590, fol. 78.
- 38 AHPdS, oficio 17, leg. 10925, libro 1º de 1618, 12 de mayo de 1618, fol. 474rº-476vº.
Juan Prieto también había trabajado en el entorno de la Carrera de Indias, como ministril de la capilla musical de la catedral de Cádiz. En 1590 fue contratado junto a otros instrumentistas para un año, que tal vez pudo prolongarse, y con un salario de 50.000 maravedíes al año37. Debido a que las fuentes originales de la catedral de Cádiz fueron destruidas, no podemos decir si en 161838, cuando se concertó en la flota de Nueva España con otros tres ministriles distintos, todavía seguía trabajando en Cádiz. Si seguía ganando el mismo salario, no le salía rentable concertarse con la flota de Indias por 50 ducados (18.750 maravedíes en total) más 6 ducados mensuales.
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- 39 Lola de la TORRE, “La música en la catedral de las Palmas (1601-1605). Documentos”, El Museo Canari (...)
- 40 AHPdS, oficio 14, leg. 8472, libro 4º de 1600, 16 de octubre de 1600, fol. 256rº-258vº.
Aún más allá, Jerónimo del Río o de los Ríos formaba parte de la capilla musical de la catedral de las Palmas de Gran Canaria. En 28 de marzo de 1600 fue contratado de prueba por la capilla de música de la catedral de las Palmas de Gran Canaria, previa presentación de su propio memorial, y el 1 de mayo fue contratado definitivamente. No obstante, se sabe que muy pronto pidió licencia para regresar a Sevilla, estancia que se dilató más de lo esperado: en marzo de 1601 consta que estaba de vuelta en Canarias, porque solicitaba al cabildo el salario del tiempo que se había retrasado injustificadamente39. De otras fuentes deducimos que Jerónimo del Río no había estado tanto tiempo en Sevilla, sino que se había embarcado como ministril en la flota de Tierra Firme con otros cuatro ministriles sevillanos40, cosa que ocultó al cabildo catedralicio para el que trabajaba.
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- 41 Archivo Histórico de la Colegial de San Salvador de Sevilla, Autos Capitulares, libro 4, fol. 186-1 (...)
- 42 AGI, Contratación, 387, N1, R8.
Juan Fernández de Soto en 1632 ya formaba parte de la “capilla de fuera” de la colegiata de San Salvador de Sevilla. Era un músico vinculado a ella pero no asalariado. En 23 de septiembre de 1633 fue admitido en la capilla de dentro, como músico examinado, con salario de 6.500 maravedíes al año, pero al ausentarse, en mayo de 1635 otro músico solicitó su plaza41. Por otras fuentes lo identificamos con el Juan Fernández que se embarcó en la flota de Nueva España en 1635 y no regresó con vida42. Probablemente no tuvo escrúpulos en abandonar su plaza en San Salvador debido a la precariedad de la misma, o confiaba en poder recuperarla a la vuelta. Si su retribución iba a ser la misma que se cobraba en 1623 en las flotas de Indias, ascendería a 20.250 maravedíes, mucho más que su salario en el Salvador.
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- 43 AHPdS, oficio 22, leg. 15074, libro 6º de 1604, 21 de septiembre de 1593, s/f.
- 44 AHPdS, oficio 22, leg. 15074, libro 6º de 1604, 23 de julio de 1604, fol. 230 y ss.
- 45 AHPdS, oficio 4, leg. 2437, libro 3º de 1606, 8 de agosto de 1606, fol. 145rº-149vº.
- 46 AHPdS, oficio 12, leg. 7455, 5 de junio de 1617, fol. 65rº-66vº.
- 47 AHPdS, oficio 9, leg. 17781, 28 de febrero de 1612, fol. 1287. AHPdS, oficio 20, leg. 13805, 9 de a (...)
- 48 AMS, Sec. XV Mayordomazgo, Libro manual mayor de caja, tomo 1, lib. H-3176, 6 de febrero de 1572.
Junto a estos músicos que contaron con contratos institucionales, también hubo otros tantos que ejercieron como ministriles extravagantes, ofreciendo sus servicios al público como miembros de una compañía independiente, antes de comprometerse con la flota de Indias. Jerónimo de Montoya en 1593 era el contralto (de chirimía y bajón) de la copia que el ministril catedralicio Juan de Medina se comprometió a suministrar al cabildo municipal de Sevilla durante seis años. Pasado ese tiempo, en 1601, se embarcó en la flota de Indias.43 Juan de Armijo, un año antes de servir en la flota de Nueva España, se integró como compañero en una copia de diez ministriles para diez años, de la que tenía derecho a ausentarse para irse a las Indias: “Yten si fuéremos a los dichos salarios o a las Yndias o a salarios en España lo abemos de poder hacer con licencia y consentimiento de todos los demás compañeros”44. Un tercer ejemplo: Francisco de Ribera también era uno de los hombres de Juan de Medina, uno de los ministriles de la compañía que lideraron en 1606 los poderosos músicos Juan de Medina, Andrés de Arroyo y Juan Moreno, la cual debía durar ocho años45. En 1617, ya expirado ese plazo, sabemos que Francisco de Ribera optó por concertarse con diferentes colegas y servir en la flota de Nueva España46. También Diego Martín había formado parte de dos copias de ministriles en Sevilla cinco años antes de trabajar en la flota de Nueva España de 161747. Pedro de Ribas había sido contratado por el concejo de Sevilla para festejar ceremonias públicas ocasionalmente48.
23En definitiva, aquellos que fueron a la flota de Indias con experiencia previa, lo hicieron porque se les había acabado el trabajo anterior, porque tenían expectativas de reincorporarse a su puesto a su regreso y porque tenían cierta familiaridad con el itinerario de la Carrera de Indias.
Después de regresar
- 49 C. BEJARANO PELLICER, “Los músicos de la Carrera de Indias…”, p. 103-132.
24Para evaluar la proyección que dio a sus carreras la experiencia indiana, debemos analizar por qué derroteros discurrieron las vidas de esos instrumentistas con posterioridad. En un alto porcentaje, es posible ofrecer datos ilustrativos: 31 de los 64 músicos registrados vuelven a aflorar en la documentación de archivo, lo cual supone un 48,4%. No obstante, hay que tener en cuenta que, a pesar de la juventud de algunos, para 10 de esos 31 aquel fue su último viaje: perecieron en la expedición, víctimas de fiebres tropicales o accidentes navales, y algunos de ellos sólo los conocemos gracias a sus expedientes de bienes de difuntos en Indias49.
- 50 AGI, Contratación, 813, N16, fol. 9rº. María GEMBERO USTÁRROZ, “Migraciones de músicos entre España (...)
25En primer lugar, para algunos individuos no fue una experiencia única, sino que se concertaron en varias ocasiones con la flota de Indias. Ni siquiera se puede descartar que lo hicieran muchos más de los que podemos documentar en este trabajo, y en muchos más viajes. Por el momento, nos consta que 11 músicos de los 64 recogidos (un 17% de la muestra) se concertaron más de una vez para este cometido. De la mayoría conocemos dos viajes con un intervalo de unos 3-6 años, más frecuentemente 4 ó 5, pero hay excepciones más generosas: Antonio Gutiérrez lo hizo en 1604 como menor de edad, y también en 1614 y 1618 como adulto, Bernardo Díaz lo hizo en 1600, antes de 1604 de nuevo, y en 1605; y Garci Pérez en 1624 declaraba haber hecho hasta tres viajes como ministril de la flota de Nueva España (tenemos documentados el 1617 y el de 1618)50. Obviamente, estos ministriles repitieron hasta tres veces la experiencia no con objetivos de formación, sino a causa de su carencia de otras alternativas laborales, incluso en años consecutivos como hemos visto. El caso de Garci Pérez no es único, pero el otro ministril que consta haber desempeñado este trabajo en años consecutivos (Gaspar de Medina), era el hijo y aprendiz adolescente de Jerónimo de Medina.
26Fuera una vez o varias, tenemos 21 músicos que pudieron contar la experiencia y sabemos que continuaron su carrera musical. Veamos sus destinos más comunes.
- 51 Javier MARÍN LÓPEZ, Música y músicos entre dos mundos: la catedral de México y sus libros de polifo (...)
- 52 Ibid, p. 162-164.
- 53 AGI, Indiferente, 2059, n. 76.
27Un 28,5% de ellos aparece posteriormente como residente en las Indias, vinculados a la capilla musical de la catedral de México. Formaron parte de ella como ministriles en algún momento Francisco de Covarrubias, Miguel de los Reyes, Pedro de Ribas, Rodrigo de Saavedra, Jerónimo del Río, Pablo de Escobedo51. De algunos tenemos noticias posteriores que no nos permiten saber si su emigración fue consecutiva al trabajo en la flota de Indias o medió un intervalo de años, pero Pedro de Ribas obviamente no hizo el viaje de vuelta, puesto que servía en la flota de Nueva España en 1574 y ya en 1575 figura como ministril de la catedral de México, la primera sede americana que se fundó y que tuvo capilla musical desde 153952. Los testigos dijeron en 1578 que también Rodrigo de Saavedra había emigrado hacía cuatro años53, luego tampoco regresó de ese viaje. Cuatro de los seis afortunados (Francisco de Covarrubias, Miguel de los Reyes, Pedro de Ribas y Rodrigo de Saavedra) hicieron el viaje de 1574 como compañeros ministriles y es perfectamente posible que no sólo dos, sino los cuatro consiguieran enlazar su trabajo en la flota de Nueva España con el de la catedral de México, aprovechando la favorable coyuntura, ya que en los años 70 se estaba construyendo un edificio nuevo para la sede metropolitana. En cambio, ya a comienzos del siglo XVII, Pablo de Escobedo aparece como miembro de dicha capilla musical tres años después de haber viajado en la flota de Indias, y Jerónimo del Río trece años después de haberlo hecho, lo cual no excluye que el intervalo fuera realmente menor.
- 54 AHPdS, oficio 17, leg. 10915, libro 3º de 1615, 22 de octubre de 1615, fol. 199.
- 55 AHPdS, oficio 21, leg. 14350, libro 5º de 1588, 18 de mayo de 588, fol. 1048rº-1050vº.
28Además de estos seis afortunados, nos consta otros dos ministriles de la flota de Indias que se quedaron en destino americano, aunque no tenemos pruebas de que estuvieran ejerciendo su oficio: Francisco Pascual fue en 1614 en la flota de Nueva España pero a la hora del tornaviaje se quedó en La Habana, el puerto de salida, no sabemos si de grado o impedido por alguna razón54. Quien sí permaneció por su propia voluntad en Cartagena de Indias al viajar con la flota de Tierra Firme fue el jovencísimo ministril Juan Jiménez, el cual decidió no volver, a pesar de encontrarse en la mitad de su período de aprendizaje con su maestro Jerónimo de Medina, dándose a la fuga para no tener que pagarle los 200 ducados de salario que había ganado en la flota de Indias, los instrumentos musicales que le había prestado ni los 15.000 maravedíes de matrícula que el aprendiz se había comprometido a pagar cuando fuese oficial55. Pese a contar con tan sólo quince años de edad, debió de juzgar que después de haber trabajado en el viaje de ida de la flota de Indias ya conocía lo bastante bien el oficio para ejercerlo por sí mismo en un destino prometedor del Caribe.
- 56 L. GÓMEZ FERNÁNDEZ, op. cit, p. 291-297.
- 57 Salvador DAZA PALACIOS, Música y sociedad en Sanlúcar de Barrameda, Sevilla: Junta de Andalucía, 20 (...)
- 58 L. GÓMEZ FERNÁNDEZ, op. cit, p. 297.
- 59 S. DAZA PALACIOS, op. cit, p. 55 y 159.
- 60 S. DAZA PALACIOS, op. cit, p. 61-71.
- 61 S. DAZA PALACIOS, op. cit, p. 50.
29Otro de los empleos que encontró otro 23,8% de los ministriles de la flota de Indias que continuaron su carrera después de esta experiencia fue integrarse en la capilla musical del santuario de la Caridad en el antepuerto de la Carrera de Indias, Sanlúcar de Barrameda, que se encontraba bajo el mecenazgo de los duques de Medina Sidonia. Sin ser una capilla catedralicia ni colegial, era la institución más parecida en la que podía encontrar acomodo un músico del siglo XVII, pues fue fundada en 1611. Llegó a tener una plantilla de 25 músicos en sus mejores tiempos y tuvo gran continuidad a lo largo de los siglos56. Lo consiguió Martín Fernández Falcón inmediatamente después del regreso, convirtiéndose en ministril del concejo de Sanlúcar de Barrameda y más tarde del santuario de la Caridad57; lo alcanzó Dionisio Tristán de Castro 10 años después de sus viajes en la flota de Indias como aprendiz menor de edad de Andrés de Arroyo58; lo logró Antonio Gutiérrez, y también figurar como ministril del cabildo municipal de Sanlúcar de Barrameda, 20 años después de sus tres viajes en la flota59; 25 años después de haberlo hecho, también Luis de Vilches consiguió ser cornetista en la Caridad de Sanlúcar y del concejo de dicha ciudad60; Juan de Torres viajó a las Indias antes y después de ser ministril en la Caridad de Sanlúcar entre 1618 y 1623, luego para él la capilla no fue un destino laboral definitivo61.
- 62 Clara BEJARANO PELLICER, “De la parte de dentro o de la parte de fuera”: la capilla paralela de San (...)
- 63 AHPdS, oficio 18, leg. 11738, 14 de mayo de 1620, fol. 709. Apud Andrés CEA GALÁN, “Francisco Corre (...)
- 64 R. GUTIÉRREZ CORDERO, op. cit., p. 279.
30En tercer lugar, otro 19% fueron hombres que trabajaron para la colegial de San Salvador de Sevilla después de haber surcado el Atlántico como ministriles. Este templo se hizo con una capilla musical desde 1611, aunque no contó con plazas asalariadas de ministril hasta mucho más adelante, y siempre recurrió a los ministriles a los que no tenía contratados, sino disponibles en su “capilla de fuera”62. Consta que así lo hicieron Jerónimo Gutiérrez de Paz, Juan de Castro y Juan Siro, que formaban parte de la misma en 162063, y Luis de Vilches en 1658 (sin salario)64 entre un contrato y otro de los que disfrutó en Sanlúcar de Barrameda.
- 65 Pilar RAMOS LÓPEZ, La música en la catedral de Granada en la primera mitad del siglo XVII: Diego de (...)
31En cuarto lugar, cabe la posibilidad de que Pedro Muñoz de Viar, que fue ministril en la flota de Indias y en la real armada de las Indias en 1621 y 1623, sea el mismo Pedro Muñoz de Aivar que fue recibido como ministril en la capilla musical de la catedral de Granada en 1633 con 46.000 maravedíes de salario, y permaneció en ella al menos hasta 165065.
- 66 AHPdS, oficio 1, leg. 427, libro 4º de 1624, 6 de julio de 1624, fol. 137.
- 67 Archivo de la Parroquia de San Lorenzo (APSL), Libro de fábrica 3, fol. 462.
- 68 AHPdS, oficio 4, leg. 2446, libro 4º de 1608, 9 de diciembre de 1608, fol. 926rº-929vº.
- 69 AHPdS, oficio 4, leg. 2510, libro 4º de 1622, 11 de julio de 1622, fol. 736.
- 70 Archivo del Monasterio de San Clemente (AMSC), Sec. Mayordomía, leg. 51, libro 5, fol. 122vº.
32Pero otra parte de los músicos de la flota de Indias de los que sabemos su ocupación posterior (28,5%) continuarían sus carreras como ministriles extravagantes: parece que no consiguieron consolidarse lo bastante para conquistar, por oposición o por invitación, una plaza estable en una capilla musical institucional. Se asociaron entre sí incansablemente, de regreso en Sevilla, ofreciendo sus servicios para cualquier fiesta o ceremonia puntual. Algunos los encontramos formando parte de una compañía de ministriles extravagante o una capilla musical extravagante inmediatamente después de su experiencia indiana; a otros hasta 12 años después, por azar del muestreo. De algunos se puede reconstruir un largo curriculum de formaciones inestables y encargos puntuales para el concejo de Alcalá de Guadaira66, la parroquia de San Lorenzo de Sevilla67, el colegio de Santa María de Jesús68, la cofradía del Silencio69 o el monasterio de San Clemente de Sevilla70, por citar algunos ejemplos.
- 71 AHPdS, oficio 21, leg. 14390, libro 4º de 1592, 11 de febrero de 1592, fol. 456rº.
33Tan sólo merece la pena citar a uno, Miguel Méndez Ramón, que fue enviado en la flota de Tierra Firme de 1587 por su maestro Jerónimo de Medina, a quien debía entregar todas sus ganancias salvo una cuarta parte que éste le cedió graciosamente. Desafortunadamente, en 1588 todavía se les debía buena parte del salario y el maestro tuvo que hacer grandes gestiones para reclamarlo. Tal vez esta experiencia pudo ser disuasoria, entre otras, porque Miguel Méndez Ramón no ha sido documentado realizando ninguna otra actividad relacionada con la música posteriormente. Su presencia en el archivo notarial fue frecuente durante años como gestor de rentas, curador, apoderado, mayordomo, pero jamás como músico. Cinco años después de su experiencia en la flota de Indias, compraba un oficio de procurador de la Real Audiencia de Sevilla71. Este individuo es la excepción que confirma la regla: el único que pareció abandonar la carrera musical deliberadamente.
- 72 Robert STEVENSON, La música en la Catedral de Sevilla 1478-1606: documentos para su estudio, Madrid (...)
- 73 José Luis RUIZ VERA, “La música en la catedral de Córdoba (1236-s. XVI)”, Ámbitos, 37, 2017, p. 11- (...)
- 74 Pedro JIMÉNEZ CAVALLÉ, “La capilla musical de la catedral de Jaén y su evolución histórica”, Elucid (...)
- 75 Alfonso PEÑA BLANCO, La música en la catedral de Guadix en los siglos XVI-XVII, Huelva: Tesis docto (...)
- 76 María José IGLESIAS PASTÉN, Práctica y cultura musical en Valencia en el siglo XVII, Barcelona: aut (...)
- 77 José Luis REPETTO BETES y Pedro de CASTRO BARRIENTOS, La capilla de música de la colegial de Jerez (...)
34Por el contrario, no se ha podido localizar ni rastro de ninguno de los músicos de la flota de Indias, ni antes ni después de su experiencia indiana, en muchas capillas musicales andaluzas: ni en la catedral de Sevilla72, ni en la de Córdoba73, ni en la de Jaén74, ni en la de Guadix75, ni en la de Valencia76, ni en la colegial de Jerez77. Parece evidente que trabajar en la flota de Indias no fue una formación para músicos realmente dotados, con mejores perspectivas, y que aquellos que lo hicieron permanecieron estrechamente ligados al itinerario de la Carrera de Indias, sin abrir su horizonte geográfico bajo ningún concepto.
Conclusiones
35El trabajo a bordo de la nao capitana de la flota de Indias fue un hito muy realista de la carrera de la mayoría de los instrumentistas del entorno de Sevilla. Exonerada de tan peligrosa experiencia sólo quedaba la élite musical, aquellos llamados a integrar las capillas musicales de las catedrales andaluzas: los más poderosos ministriles jamás pisaron América, que quedaba para los músicos de segunda fila. Lo cual no quiere decir que permanecieran al margen de dicho negocio, de hecho algunos se implicaron reconociblemente en el abastecimiento de músicos a las flotas de Indias. Dicho esto, valoremos que sin caer en la exhaustividad se ha podido reunir una muestra de 64 individuos que trabajaron en la flota de Indias en un período de 60 años, luego debieron de ser muchos más, de hecho la mayoría de la población musical.
36Si bien los menores de edad, los aprendices en situación de dependencia, no fueron la mayor parte (un 30%, la mayoría de 20 años), hay que destacar que de un 86%, tuvieran más o menos de 25 años, no tenemos registradas experiencias profesionales previas (lo cual no significa que no se hubieran fogueado ya en contexto laboral real bajo la dirección de sus maestros). Por consiguiente, se puede afirmar que la flota de Indias era un rito iniciático de juventud, que un 17% prolongaba en el tiempo cuando no tenía otro medio de vida en la carrera musical. Accedieron a este empleo mediante contactos y vínculos familiares en el mundo musical de Sevilla, ciudad que fue la cantera indiscutible de músicos para las flotas de Indias. Fueron vecinos de Sevilla los que se embarcaron, por más que tuvieran orígenes geográficos lejanos. Algunos también pudieron aproximarse a las flotas de Indias a través de sus incursiones laborales por los antepuertos de la Carrera de Indias (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, Las Palmas de Gran Canaria).
37Para casi la mitad, podemos documentar que el trabajo en la flota de Indias perteneció a la primera parte de su carrera y antecedió a empleos musicales más estables, aunque no mejor pagados: se distribuyeron casi equivalentemente entre la catedral de México, la casa ducal de Medina Sidonia en su corte de Sanlúcar de Barrameda, la colegial del Salvador de Sevilla y el ejercicio freelance de la profesión con sede en Sevilla (enumerados los cuatro destinos por orden de estabilidad). Por lo tanto, de los primeros diremos que su carrera progresó a partir de su trabajo en la flota de Indias, mientras que de los últimos se podría afirmar que sufrieron un estancamiento profesional. Por supuesto, habría excepciones: alguno de ellos consiguió un puesto en una catedral deseable como la de Granada, y alguno abandonó totalmente la carrera musical. Por lo tanto, el empleo en la flota de Indias se puede considerar como el arranque más habitual de la trayectoria de los músicos no privilegiados sino comunes, a partir del cual se podía ascender hasta las capillas musicales de segunda fila o perpetuarse en la precariedad laboral del ministril extravagante, el cual no hizo ascos a repetir una y otra vez la experiencia juvenil oceánica.
38Resultaría interesante profundizar en la relación entre trabajo en la flota de Indias y emigración. Futuras investigaciones deberían explorar las posibilidades laborales a las que accedían los músicos sevillanos durante su breve estancia en las Indias, ya que no es desdeñable el porcentaje de aquellos que optaron por no volver a Sevilla o estudiar seriamente su revisita a América. Sería necesario poner en relación todas las instituciones americanas que contrataron músicos de la península ibérica en sus primeros tiempos, para cerciorarnos de cuál fue el componente humano aportado por las flotas de Indias, y si su emigración fue definitiva o recorrieron el camino de vuelta en algún momento de su carrera.
- 78 Véase Juan RUIZ JIMÉNEZ, La librería de Canto de Órgano. Creación y pervivencia del repertorio del (...)
39En este punto, sólo nos queda dibujar cuál fue la música que llevaron a América, cuál fue la primera música instrumental europea que fue oída en el Nuevo Mundo. Gracias a este estudio, se puede afirmar que se trató de música polifónica a cuatro voces, tañida por una gama de sofisticados instrumentos de viento madera de timbres variados, desde la corneta negra que solía ejecutar la voz más aguda, pasando por las chirimías y las flautas de diversas tesituras, hasta el sacabuche (antecedente del trombón de varas) que se ocupaba de la voz de tenor, y el bajón (antecesor del fagot) que aportaba el bajo. Una música de rítmica flexible, de armonía modal y no muy sensible a la dinámica, cuyo repertorio fue compuesto por los maestros de capilla más prestigiosos de las catedrales españolas, y del que apenas quedan libros destinados específicamente a los ministriles78. En cuanto a la música que estos músicos pudieron oír en su estancia en América y adoptar a su regreso, está todo por descubrir.
Annexe
Tabla 2. Músicos que se concertaron para servir en la flota de Indias (1574-1635)
|
Nombre |
Edad flota |
Maestro |
Experiencia previa |
Flotas |
Experiencia posterior |
|
Armijo, Juan de |
20 |
1605 |
Muerte |
||
|
Azambuja Botello, Pedro de |
1635 |
||||
|
Bernal, Jerónimo |
18 |
Jerónimo de Medina |
1586 |
||
|
Bocanegra, Fernando de |
21 |
1621 |
|||
|
Cabeza, Pedro |
1624 |
||||
|
Cárdenas, Mateo |
1630 |
Muerte |
|||
|
Castro, Juan de |
20 |
1605 |
Salvador, Extravagante |
||
|
Chaves, Cristóbal de |
22 |
1600 y 1604 |
Extravagante |
||
|
Chaves, Francisco de |
20 |
1582 y 1585 |
|||
|
Cisneros, Francisco |
Mayor de edad |
1585 |
|||
|
Correa, Antonio |
20 |
1612 |
|||
|
Correa, Francisco de |
Mayor de edad |
1623 |
|||
|
Covarrubias, Francisco de |
Mayor de edad |
Ducado de Medina Sidonia |
1574 |
Catedral de México |
|
|
Díaz, Ambrosio |
1626 |
Muerte |
|||
|
Díaz, Bernardo |
Mayor de edad |
1600, 1603 y 1605 |
Extravagante |
||
|
Escobar, Jacinto |
22 |
1624 |
|||
|
Escobedo, Pablo de |
Mayor de edad |
1617 |
Catedral de México |
||
|
Fernández, Juan |
Salvador |
1635 |
Muerte |
||
|
Fernández Falcón, Martín |
Mayor de edad |
1603 |
Extravagante, Caridad de Sanlúcar |
||
|
Franco, Jerónimo |
1620 |
Muerte |
|||
|
Gamero, Francisco |
Mayor de edad |
1585 |
|||
|
González, Mateo |
Mayor de edad |
1617 |
|||
|
Gutiérrez, Alonso |
Mayor de edad |
Juan de Medina |
1617 |
||
|
Gutiérrez, Antonio |
22 |
Juan de Medina |
1604, 1614 y 1618 |
Caridad de Sanlúcar |
|
|
Gutiérrez, Jerónimo |
20 |
Andrés de Arroyo |
1605 |
Salvador, extravagante |
|
|
Heredia, Juan de |
Mayor de edad |
1614 |
|||
|
Jerónimo, Lucas |
1630 |
||||
|
Jiménez, Juan |
15 |
Jerónimo de Medina |
1585 |
Emigración |
|
|
Lezama, Pedro de |
1626 |
||||
|
Luis, Domingo |
Mayor de edad |
1618 y 1624 |
|||
|
Martín, Diego |
Mayor de edad |
Extravagante |
1617 |
||
|
Martín, Pedro |
1635 |
Muerte |
|||
|
Medina, Esteban de |
Mayor de edad |
1604 |
Extravagante |
||
|
Medina, Gaspar de |
15 |
Jerónimo de Medina |
1585 y 1586 |
||
|
Méndez Ramón, Miguel |
Mayor de edad |
Jerónimo de Medina y Juan de Rojas |
1586 |
||
|
Montoya, Jerónimo de |
28 |
Extravagante |
1601 |
Muerte |
|
|
Mora, Antonio de |
Juan Bautista de Ribera |
1623 |
|||
|
Muñoz de Viar, Pedro |
20 |
1620 y 1623 |
Extravagante ¿Catedral de Granada? |
||
|
Navarro Limones, Alonso |
1630 |
Muerte |
|||
|
Olivares, Andrés de |
20 |
1630 |
Muerte |
||
|
Ortega, Juan de |
18 |
1612 |
|||
|
Ortiz, Agustín |
Mayor de edad |
1617 |
Extravagante |
||
|
Palacios, Gabriel de |
Mayor de edad |
Andrés de Arroyo |
1600 |
Extravagante |
|
|
Pascual, Francisco |
Mayor de edad |
1614 |
Emigración |
||
|
Peraza, Diego de |
20 |
Julián de Torres, Damián de Tejeda |
1630 |
Muerte |
|
|
Pérez, Garci |
20 |
1617 y 1618 |
|||
|
Pizarro, Andrés |
Mayor de edad |
1586 |
Extravagante |
||
|
Prieto, Juan |
Mayor de edad |
Catedral de Cádiz |
1618 |
||
|
Ramos, Andrés |
Mayor de edad |
1600 |
|||
|
Reyes, Miguel de los |
20 |
Jerónimo de Medina |
1574 |
Catedral de México |
|
|
Ribas, Pedro de |
20 |
Concejo de Sevilla |
1574 |
Catedral de México |
|
|
Ribera, Francisco de |
Mayor de edad |
Extravagante |
1617 |
||
|
Río, Jerónimo de |
Catedral de las Palmas |
1600 |
Catedral de México |
||
|
Rodríguez, Lázaro |
22 |
1612 y 1617 |
|||
|
Romero, Fernando |
1617 |
||||
|
Saavedra, Rodrigo |
Mayor de edad |
1574 |
Catedral de México |
||
|
Siro, Juan |
Mayor de edad |
1614 |
Salvador |
||
|
Soria, Pedro de |
Mayor de edad |
1617 |
|||
|
Sosa, Diego de |
Mayor de edad |
1617 |
|||
|
Torres, Juan de |
40 |
Caridad de Sanlúcar |
1626 |
||
|
Tristán de Castro, Dionisio |
22 |
Andrés de Arroyo |
1600 y 1604 |
Caridad de Sanlúcar |
|
|
Vargas Machuca, Alonso |
Mayor de edad |
Catedral de Sevilla, Caridad de Sanlúcar |
¿1647? |
Catedral de Sevilla |
|
|
Vilches, Luis de |
20 |
1620 |
Salvador, Caridad de Sanlúcar |
||
|
Yáñez, Hernando |
Mayor de edad |
1612 y 1617 |
Notes
1 Durante generaciones, ha sido definida como tal por historiadores sevillanos e hispanistas en la estela del materialismo histórico y la escuela de Annales, entre los que cabe citar a Earl Hamilton, Pierre Chaunu, Antonio García-Baquero González, Lutgardo García Fuentes, Antonio Miguel Bernal.
2 Realidad que ha sido puesta de manifiesto por Clara BEJARANO PELLICER, “Los músicos de la nao capitana de las flotas de Indias (1580-1625)”, Revista de Historia Naval, 133 (suplemento 23), 2016. Id., “Los músicos de la Carrera de Indias del primer tercio del siglo XVII a través de los autos de bienes de difuntos”, Tempus, 5, 2017, p. 103-132.
3 Pepe REY, “Apuntes sobre música naval y náutica”, in: John GRIFFITHS y Javier SUÁREZ-PAJARES (eds.), Políticas y prácticas musicales en el mundo de Felipe II, Madrid: ICCMU (Instituto Complutense de Ciencias Musicales), 2004, p. 95-139. Ferrán ESCRIVÀ LLORCA, “Música y espacios acuáticos en celebraciones y festividades habsbúrguicas en la Edad Moderna”, in: Inmaculada RODRÍGUEZ MOYA (ed.), El rey festivo. Palacios, jardines, mares y ríos como escenarios cortesanos (siglos XVI-XIX), Valencia: Universitat de València, 2019, p. 81-94.
4 Ian WOODFIELD, English Musicians in the Age of Exploration, Nueva York: Pendragon Press, 1995.
5 Por ejemplo, Ferrán ESCRIVÁ LLORCA, “Canciones, trompetas y salvas: una relectura de Lepanto desde el soundscape hispánico”, Librosdelacorte.Es, 26, 2023, p. 312–333.
6 Pablo Emilio PÉREZ-MALLAÍNA, Los hombres del océano. Vida cotidiana de los tripulantes de las flotas de Indias, siglo XVI, Sevilla: Diputación de Sevilla, 1992. Flor TREJO, Carla RAHN PHILLIPS, Ana CRESPO SOLANA, Bruno de la SERNA NASSER, La Flota de Nueva España y la búsqueda del galeón Nuestra Señora del Juncal, Madrid: Ministerio de Cultura y Deporte (Secretaría General Técnica), 2021.
7 Los documentos notariales que aportan información sobre ello abarcan una variada tipología: conciertos formales con la flota de Indias, acuerdos privados entre ministriles para formar una compañía con vistas a ser contratados en la flota de Indias, cartas de deuda por haber incumplido los términos de un concierto con la flota de Indias, alusiones a individuos que se encontraban ausentes en Indias por estar sirviendo en la flota de Indias, y un largo etcétera.
8 Las conclusiones que arroje este estudio serán forzosamente provisionales, puesto que el rastreo no será exhaustivo, sino que se trabajará con una muestra, como suele hacerse al trabajar con fuentes notariales. No se ha podido documentar la plantilla musical de todas las flotas de Indias del período. Por consiguiente, la base de datos de individuos no es completa. Tampoco se puede asegurar, por tanto, que los individuos identificados no integraran la plantilla musical de las flotas en los años intermedios. A su vez, muchos de los integrantes de esta base de datos manifiestan en la documentación el compromiso de trabajar como ministriles en la flota de Indias, sin que podamos comprobar en todos los casos si realmente lo llevaron a efecto.
9 Al menos en 1618, consta que excepcionalmente el acuerdo lo llevó a cabo el dueño y maestre de la nao capitana, Juan Núñez, y no el general de la flota de Nueva España, Carlos de Ibarra. AHPdS, oficio 17, leg. 10925, libro 1º de 1618, 12 de mayo de 1618, fol. 474rº-476vº.
10 Por ejemplo, la trompeta de la nao capitana de la flota comandada por Francisco de Luján señaló el comienzo de la batalla con la de Francis Drake y Richard Hawkins, según el relato contenido en AGI, Patronato 265, ramo 12, año 1568. Mis agradecimientos a Pablo Emilio Pérez Mallaína por esta información.
11 El concepto de ministril alude a un tipo de instrumentista propio de Europa entre los siglos XIV y XVII, de carácter polifacético, que tocaba diversos instrumentos de viento madera (corneta, flauta, chirimía, sacabuche, bajón) agrupado en copias o coplas de tres a diez individuos, interpretando un repertorio subsidiario de la música vocal, polifónico y con connotaciones de solemnidad y gozo. Para saber más, véase Juan RUIZ JIMÉNEZ, “Ministril”, in: Emilio CASARES RODICIO (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, Madrid: Sociedad general de autores y editores, 2002, vol. 7, p. 593-597.
12 C. BEJARANO PELLICER, “Los músicos de la nao capitana…”.
13 Id., “Los músicos de la Carrera de Indias…”, p. 103-132.
14 Clara BEJARANO PELLICER, El mercado de la música en la Sevilla del Siglo de Oro, Sevilla: Universidad de Sevilla, Fundación Focus-Abengoa, 2013, p. 315 y ss.
15 Ibid., p. 475.
16 María Asunción FLÓREZ ASENSIO, Músicos de compañía y empresa teatral en Madrid en el siglo XVII, Kassel: Reichenberger, 2015. Dolores NOGUERA GUIRAO, “Músicos y compañías teatrales en el Siglo de Oro”, Edad de Oro, 22, 2003, p. 309-319.
17 María del Carmen GÓMEZ MUNTANÉ, “Las escuelas de ministriles a finales de la Edad Media: El viaje a las escuelas”, Goldberg. Revista de Música Antigua, 41, 2006, p. 58-67.
18 C. BEJARANO PELLICER, El mercado de la música…, p. 364-367.
19 Ana LÓPEZ SUERO, “Flautistas, tamborinos, xabebas y pífanos de Castilla y Flandes en los albores del Renacimiento”, in: Begoña LOLO HERRANZ y Adela PRESAS (coords.), Musicología en el siglo XXI: nuevos retos, nuevos enfoques, Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 2018, p. 355-376. Alexis BRITO GONZÁLEZ, “Extranjeros y música en la catedral de las Palmas durante el seiscientos”, El Museo canario, 54 (1), 1999, p. 371-380. Anna GIORDANO GRAMEGNA, “Actores italianos en España en los siglos XVI y XVII”, Diablotexto, 4-5, 1997-1998, p. 177-204. María del Valle OJEDA CALVO, Stefanelo Botarga e Zan Ganassa. Scenari e zibaldoni di comici italiani nella Spagna del Cinquecento, Roma: Bulzoni, 2007.
20 Sobre ello habla Álvaro TORRENTE, “Cuestiones en torno a la circulación de los músicos catedralicios en la España moderna”, Artigrama, 12, 1996-97, p. 217-236. Por ejemplo, el ministril Juan Bautista de Medina se inició en la catedral de Burgos, para pasar a la de Sevilla y más tarde asentarse en la capilla real de Madrid. Clara BEJARANO PELLICER, Los Medina. Redes económicas y sociales en torno a una familia de músicos entre el Renacimiento y el Barroco, Sevilla: Diputación de Sevilla, 2019, p. 205-210.
21 C. BEJARANO PELLICER, El mercado de la música…, p. 348-366.
22 Pablo Emilio PÉREZ-MALLAÍNA, “Generales y almirantes de la Carrera de Indias. Una investigación pendiente”, Chronica Nova, 33, 2007, p. 285-332.
23 C. BEJARANO PELLICER, “Las plataformas de música en la fiesta pública española del Antiguo Régimen”, in: Zara RUIZ ROMERO y Victoria SÁNCHEZ MELLADO (coords.), Francisco OLLERO LOBATO (ed. lit.), Itinerarios urbanos y celebraciones públicas en la Monarquía Hispánica durante la Edad Moderna, Valencia: Tirant lo Blanch, 2023, p. 209-224.
24 Véase la nota 4.
25 “(…) juramos por Dios e por santa María e por la señal de la cruz en forma de derecho de aver por firme esta escritura e lo que en ella se contiene y no reclamar ni contradezir por menoría de edad ni por otra causa que sea ni pediremos beneficio de restitución ni absolución deste juramento a quien nos la pueda conceder y si nos fuere concedida la damos por ninguna”. AHPdS, oficio 21, leg. 14312, libro 6º de 1584, 8 de septiembre de 1584, fols. 1000r-1003v.
26 Numerosos trabajos señalan los frecuentes lazos dinásticos entre los ministriles del Antiguo Régimen. Por ejemplo, C. BEJARANO PELLICER, Clara: Los Medina. Redes económicas…; o Miguel Ángel MARÍN, “Familia, colegas y amigos. Los músicos catedralicios de la ciudad de Jaca durante el siglo XVIII”, in: Andrea BOMBI, Juan José CARRERAS y Miguel Ángel MARÍN (eds.), Música y cultura urbana en la Edad Moderna, Valencia: Universidad de Valencia, 2005, p. 115-144.
27 Archivo Capitular de la Catedral de Sevilla (ACC), Autos Capitulares, libro 16, fol. 52vº; libro 23, fol. 130vº.
28 Para más detalles, consúltese Clara BEJARANO PELLICER, “Juventud y formación de los ministriles de Sevilla entre los siglos XVI y XVII”, Revista de Musicología, 36 (1), 2013, p. 57-91.
29 AHPdS, oficio 13, leg. 7778, libro 2º de 1574, 22 de abril de 1574, fol. 26rº-28vº.
30 AGI, Contratación, 931, N1, fol. 3rº.
31 AHPdS, oficio 4, leg. 2486, libro 4º de 1617, 21 de agosto de 1617, fol. 75.
32 AHPdS, oficio 17, leg. 10925, libro 1º de 1618, 12 de mayo de 1618, fol. 474rº-476vº.
33 ACS, Sec. I, Autos Capitulares, libro 59, fol. 120vº, 19 de agosto de 1647. No tenemos pruebas que aclaren si pretendía viajar como ministril o como pasajero, y resulta chocante que emprendiese esa experiencia en ese momento de su vida, tras 34 años como ministril de la capilla catedralicia, pero el período de ocho meses que solicitó hace pensar en una ida y una vuelta de la flota.
34 Lucía GÓMEZ FERNÁNDEZ, Música, nobleza y mecenazgo. Los duques de Medina Sidonia en Sevilla y Sanlúcar de Barrameda (1445-1615), Cádiz: Universidad de Cádiz, 2017, p. 319.
35 AHPdS, oficio 13, leg. 7778, libro 2º de 1574, 22 de abril de 1574, fol. 26rº-28vº.
36 AHPdS, oficio 1, leg. 108, libro 1º de 1565, 28 de marzo de 1565, fol. 828v-829r.
37 AHPdS, oficio 17, leg. 10826, 14 de mayo de 1590, fol. 78.
38 AHPdS, oficio 17, leg. 10925, libro 1º de 1618, 12 de mayo de 1618, fol. 474rº-476vº.
39 Lola de la TORRE, “La música en la catedral de las Palmas (1601-1605). Documentos”, El Museo Canario, 50, 1995, p. 403-404.
40 AHPdS, oficio 14, leg. 8472, libro 4º de 1600, 16 de octubre de 1600, fol. 256rº-258vº.
41 Archivo Histórico de la Colegial de San Salvador de Sevilla, Autos Capitulares, libro 4, fol. 186-192. Apud María del Rosario GUTIÉRREZ CORDERO, La música en la colegiata de San Salvador de Sevilla, Granada: Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, Centro de Documentación Musical de Andalucía, 2008, p. 127-128, 271.
42 AGI, Contratación, 387, N1, R8.
43 AHPdS, oficio 22, leg. 15074, libro 6º de 1604, 21 de septiembre de 1593, s/f.
44 AHPdS, oficio 22, leg. 15074, libro 6º de 1604, 23 de julio de 1604, fol. 230 y ss.
45 AHPdS, oficio 4, leg. 2437, libro 3º de 1606, 8 de agosto de 1606, fol. 145rº-149vº.
46 AHPdS, oficio 12, leg. 7455, 5 de junio de 1617, fol. 65rº-66vº.
47 AHPdS, oficio 9, leg. 17781, 28 de febrero de 1612, fol. 1287. AHPdS, oficio 20, leg. 13805, 9 de abril de 1612, fol. 215vº.
48 AMS, Sec. XV Mayordomazgo, Libro manual mayor de caja, tomo 1, lib. H-3176, 6 de febrero de 1572.
49 C. BEJARANO PELLICER, “Los músicos de la Carrera de Indias…”, p. 103-132.
50 AGI, Contratación, 813, N16, fol. 9rº. María GEMBERO USTÁRROZ, “Migraciones de músicos entre España y América (siglos XVI-XVIII): estudio preliminar”, in: María GEMBERO USTÁRROZ y Emilio ROS-FÁBREGAS (coords. y eds.), La música y el Atlántico. Relaciones musicales entre España y Latinoamérica, Granada: Universidad de Granada, 2007, p. 17-58, p. 47.
51 Javier MARÍN LÓPEZ, Música y músicos entre dos mundos: la catedral de México y sus libros de polifonía (siglos XVI-XVIII), Granada: Tesis doctoral, Universidad de Granada, 2007, p. 222.
52 Ibid, p. 162-164.
53 AGI, Indiferente, 2059, n. 76.
54 AHPdS, oficio 17, leg. 10915, libro 3º de 1615, 22 de octubre de 1615, fol. 199.
55 AHPdS, oficio 21, leg. 14350, libro 5º de 1588, 18 de mayo de 588, fol. 1048rº-1050vº.
56 L. GÓMEZ FERNÁNDEZ, op. cit, p. 291-297.
57 Salvador DAZA PALACIOS, Música y sociedad en Sanlúcar de Barrameda, Sevilla: Junta de Andalucía, 2010, p. 50, 156-158.
58 L. GÓMEZ FERNÁNDEZ, op. cit, p. 297.
59 S. DAZA PALACIOS, op. cit, p. 55 y 159.
60 S. DAZA PALACIOS, op. cit, p. 61-71.
61 S. DAZA PALACIOS, op. cit, p. 50.
62 Clara BEJARANO PELLICER, “De la parte de dentro o de la parte de fuera”: la capilla paralela de San Salvador de Sevilla a comienzos del siglo XVII”, Revista de Humanidades, 20, 2013, p. 147-173. De forma muy semejante funcionaban otras capillas musicales de la ciudad de Granada. Juan RUIZ JIMÉNEZ, “Música y devoción en Granada (siglos XVI-XVIII): Funcionamiento extravagante y tipología de plazas no asalariadas en las capillas musicales eclesiásticas de la ciudad, Anuario Musical, 52, 1997, p. 39-75.
63 AHPdS, oficio 18, leg. 11738, 14 de mayo de 1620, fol. 709. Apud Andrés CEA GALÁN, “Francisco Correa de Arauxo: nuevos documentos sobre su vida y entorno en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla”, Nassarre, 22 (1), 2006, p. 77-96.
64 R. GUTIÉRREZ CORDERO, op. cit., p. 279.
65 Pilar RAMOS LÓPEZ, La música en la catedral de Granada en la primera mitad del siglo XVII: Diego de Pontac, Granada: Diputación Provincial de Granada, 1994, t. 1, p. 160.
66 AHPdS, oficio 1, leg. 427, libro 4º de 1624, 6 de julio de 1624, fol. 137.
67 Archivo de la Parroquia de San Lorenzo (APSL), Libro de fábrica 3, fol. 462.
68 AHPdS, oficio 4, leg. 2446, libro 4º de 1608, 9 de diciembre de 1608, fol. 926rº-929vº.
69 AHPdS, oficio 4, leg. 2510, libro 4º de 1622, 11 de julio de 1622, fol. 736.
70 Archivo del Monasterio de San Clemente (AMSC), Sec. Mayordomía, leg. 51, libro 5, fol. 122vº.
71 AHPdS, oficio 21, leg. 14390, libro 4º de 1592, 11 de febrero de 1592, fol. 456rº.
72 Robert STEVENSON, La música en la Catedral de Sevilla 1478-1606: documentos para su estudio, Madrid: Sociedad Española de Musicología, 1985. Juan María SUÁREZ MARTOS, Música sacra barroca en la catedral hispalense, Sevilla: Universidad de Sevilla, Tesis doctoral inédita, 2007.
73 José Luis RUIZ VERA, “La música en la catedral de Córdoba (1236-s. XVI)”, Ámbitos, 37, 2017, p. 11-24. María Teresa DABRIO GONZÁLEZ, “La capilla musical de don Cristóbal de Rojas en la catedral de Córdoba”, Laboratorio de Arte, 4, 1991, p. 101-118.
74 Pedro JIMÉNEZ CAVALLÉ, “La capilla musical de la catedral de Jaén y su evolución histórica”, Elucidario, 7, marzo 2009, p. 97-117. Pedro JIMÉNEZ CAVALLÉ y Luis CORONAS TEJADA, “La música en la catedral de Jaén durante el magisterio de Francisco Guerrero”, Guadalbullón, 7, 1992, p. 35-42. R. STEVENSON, op. cit.
75 Alfonso PEÑA BLANCO, La música en la catedral de Guadix en los siglos XVI-XVII, Huelva: Tesis doctoral Universidad de Huelva, 2019.
76 María José IGLESIAS PASTÉN, Práctica y cultura musical en Valencia en el siglo XVII, Barcelona: autoedición, 2022.
77 José Luis REPETTO BETES y Pedro de CASTRO BARRIENTOS, La capilla de música de la colegial de Jerez (1550-1825), Jerez de la Frontera: Sexta, 1980.
78 Véase Juan RUIZ JIMÉNEZ, La librería de Canto de Órgano. Creación y pervivencia del repertorio del Renacimiento en la actividad musical de la catedral de Sevilla, Sevilla: Junta de Andalucía, consejería de Cultura, 2007. Juan RUIZ JIMÉNEZ, “De canciones y motetes. Repertorio para ministriles españoles en el siglo XVI”, Goldberg, 53, 2008, p. 40-50.
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Référence électronique
Clara Bejarano Pellicer, « La Carrera de Indias en la carrera musical: músicos e instrumentos a bordo de la flota de Indias », e-Spania [En ligne], 52 | Octobre 2025, mis en ligne le 01 octobre 2025, consulté le 08 novembre 2025. URL : http://journals.openedition.org/e-spania/56917 ; DOI : https://doi.org/10.4000/14w8r
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