• 1 Mireida Velázquez Torres, Nacionalismo y vanguardia en la obra de Adolfo Best Maugard (1910-1923), (...)
• 2 Karen Cordero, «Para devolver su inocencia a la Nación. Apuntes y desarrollo del método Best Maugar (...)
• 3 Claude Fell, José Vasconcelos. Los años del águila, México, UNAM, 2009, p. 59.

1El Método de dibujo, tradición y evolución del arte mexicano (fig. 1), como su título lo indica, tiene funciones múltiples: de enseñanza de dibujo, de creación de la nación y de proyección hacia el porvenir de la República Mexicana. Instrumento de propaganda bajo el gobierno de Álvaro Obregón (1921-1924), este libro se publicó en 1923 por la Secretaría de Educación Pública y se inauguró en la Escuela Nacional Preparatoria el 6 de noviembre del mismo año.1 Durante este periodo, José Vasconcelos, ministro de Educación Pública, le otorgó a Adolfo Best Maugard el título de Director de Dibujo y Trabajos Manuales. Su Método de dibujo, tradición y evolución del arte mexicano tuvo un tiraje de 15000 ejemplares y se utilizó solamente entre 1923 y 1924 en las escuelas primarias, normales e industriales. Este manual escolar se integró al proyecto cultural de Vasconcelos de difusión de nuevos símbolos mexicanos.2 Como fue mencionado, esta dinámica buscará la «regeneración de la especie, y salvará a los niños, educar a los jóvenes, redimir a los indios, ilustrar a todos y difundir una cultura generosa y enaltecedora ya no de una casta sino de todos los hombres».3

• 4 Guillermo Hurtado, La revolución creadora. Antonio Caso y José Vasconcelos en la Revolución mexican (...)

2Aunque este proyecto lo sostenía el mismo Vasconcelos, la publicación de esta obra de alguna manera se presenta como puente entre algunas ideas de Justo Sierra, intelectual y político mexicano bajo el gobierno militar de Porfirio Díaz (1876-1910). Además, Best Maugard empezó su proyecto en 1911 pero lo publicó durante la época posrevolucionaria. De este modo, como lo anota Guillermo Hurtado, las ideas sobre la educación representan un hilo conductor entre los partidarios del positivismo mexicano y los miembros del Ateneo de la Juventud, asociación de intelectuales y artistas, de la que José Vasconcelos fue uno de los fundadores.4

• 5 Claude Fell, op.cit., p. 58.
• 6 Guillermo Hurtado, op.cit., p. 203.
• 7 Luz Elena Galván Lafarga, «Creación de la Secretaría de Educación Pública», Derecho a la educación, (...)

4Gracias a Las Obras Completas (1977) de Justo Sierra, en particular La educación nacional. Artículos, actuaciones y documentos, asimismo las publicaciones de José Vasconcelos como El monismo estético (1918), La raza cósmica (1925), Robinsón a Odiseo (1935), Lecturas clásicas para niños (1924), proponemos una lectura inédita de la obra de Adolfo Best Maugard analizada a partir del contexto educativo en México al principio del siglo XX. La selección de estas dos referencias para explicar este manual escolar se justifica en varios puntos. Primero, porque compartieron algunas de las expectativas sobre la educación mexicana: para ambos la educación debe ser laica, gratuita, debe alimentar y educar a todos, sin distinciones de origen cultural y social.5 Segundo, mientras Vasconcelos era rector de la Universidad Nacional de México, operó una fusión del modelo original de la institución promovido por Sierra con un nuevo proyecto revolucionario.6 Aunque estos dos intelectuales pertenecieron a distintas escuelas de pensamiento – Sierra estuvo a favor de la evolución humana por el progreso del no-educado hacia el ciudadano ejemplar y Vasconcelos a favor de una revolución creadora hechas para educar y generar una quinta raza «cósmica»–, tuvieron la misma voluntad de educar a la nación. La filiación es tan obvia que cuando Vasconcelos empieza su función en la SEP, afirma que debe «recoger los hilos de lo que había dejado sin concluir Sierra».7

• 8 Karen Cordero, «Para devolver su inocencia a la nación. Apuntes y desarrollo del método Best Maugar (...)
• 9 Mireida Velázquez Torres, op.cit.

5Demostrar la filiación intelectual del Método de dibujo, tradición y evolución del arte mexicano de Best Maugard permite abrir nuevas pistas de reflexión sobre un tema que interesa cada vez más los investigadores. En 1985, Karen Cordero es de una de las primeras intelectuales que se interesó al autor del manual y a su obra en su artículo «Para Devolver su Inocencia a la Nación. Apuntes y Desarrollo del Método Best Maugard»8. La especialista del arte mexicano investigó varias veces el artista, especialmente sus fuentes visuales, sus impactos en los procesos indigenistas del gobierno de Álvaro Obregón y sus relaciones con la escena artística de México al principio del siglo XX. En 2002, Mireida Velásquez terminó su tesis de licenciatura Nacionalismo y vanguardia en la obra de Adolfo Best Maugard (1910-1923)9, enfocándose en los vínculos estrechos entre el nacionalismo y la publicación y también entre la teosofía y las aspiraciones de Best Maugard. Con la misma idea de contextualizar el manual de dibujo, este artículo se propone centrarse sobre la coyuntura educativa en México y urdir las filiaciones intelectuales entre dos épocas – Porfiriato y pos-revolución – interrumpidas por la Revolución mexicana de 1910.

• 11 Adolfo Best Maugard, Método de dibujo. Tradición, resurgimiento y evolución del arte mexicano, Méxi (...)
• 12 José Juan Tablada, «La función social del arte», Adolfo Best Maugard, Método de dibujo. Tradición, (...)

8Los procesos del nacionalismo implican la construcción de una «Patria» que reúne al pueblo alrededor de ideas, imágenes y deseos comunes. En el «Método Best» se propaga la voluntad de encontrar la esencia de la patria a través de los dibujos. Best Maugard, en su manual, valorizó los motivos patrióticos y insistió sobre la importancia de tener un repertorio visual común a toda la República mexicana. Así, el Método trata de poner de relieve el «alma nacional» mexicana. Best Maugard afirma que «el arte popular es ante todo la expresión sintética del alma de un pueblo»11 y en este sentido, José Juan Tablada, autor del prefacio del manual de Best Maugard, afirma que la obra de arte «es un acto de religión».12

• 13 Andrés Lira González, «Los indígenas y el nacionalismo mexicano», El nacionalismo y el arte mexican (...)
• 14 José Vasconcelos, La raza cósmica, México, Porrúa, 2017, p. X.
• 15 Guillermo Hurtado, op.cit., p. 215.

9La oda a la Patria y sus vínculos con el arte percibido como una «oración» de la nación ya existía en el Porfiriato cuando Justo Sierra dijo que «hacer puro arte es hacer Patria»13. Esta transposición del arte como religión de la Patria está también presente en los discursos de Vasconcelos, cuyo vocabulario es voluntariamente patriótico-religioso. Según él, el artista es «el alma del tiempo» y la ornamentación expresa «lo que quiere ser nuestra alma propia»; el arte es el alma, no solamente del pasado que transpira en la creación contemporánea o la Patria presente, sino también en la nación futura. El alma representada por los motivos de Best o por las palabras de Vasconcelos es un alma atea, diacrónica y profundamente estética. Más allá del «alma mater», la educación tiene la misión de civilizar, «evangelizar»14, «propagar la fe» con un «ardor evangélico» y un «fervor apostólico».15

• 16 Javier Ocampo López, «Justo Sierra», El Maestro de América« Fundador de la Universidad Nacional de (...)
• 17 Ibid, p. 17.
• 18 Justo Sierra, La educación nacional. Artículos, actuaciones y documentos, op.cit., p. 20 y 34.

10En el periodo posrevolucionario, la religión se desplaza de la iglesia hacia la República : ya la creencia no se dirige hacia un dios omnipotente, pero más bien hacia la Patria como figura del nuevo salvador que promete el acceso a la civilización. Con anticipación, el campo de la educación empujó esa dinámica en 1905, cuando el gobierno mexicano aprobó la ley de Justo Sierra sobre la educación primaria de carácter nacional, integral, laica y gratuita.16 Percibida como una responsabilidad social, la educación debe, según Sierra y los positivistas, servir la Patria, desarrollar el amor por la nación, contribuir al progreso del país y dar a la ciencia su posición central, porque solamente ella «protege la Patria».17 Más allá de esta postura radical, Justo Sierra «considera así la función del maestro de escuela, [que] pasa de ser una rutina para convertirse en un apostolado» y afirma que «la religión es el cáncer de la enseñanza porque falsea a la ciencia».18 Transmitir la «religión de la Patria» a los educandos y utilizar el sistema educativo para construir la Historia de la Patria y consolidar una personalidad nacional era el deseo tanto de Sierra como de Vasconcelos, lo que se encarnó en el libro de Best, cuando éste escribió que

• 20 José Juan Tablada, op.cit., p. XI.
• 21 Alicia Azuela de la Cueva, Arte y poder, México, Fondo de Cultura Económica, 2013, p. 49.
• 22 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 125.
• 23 Claude Fell, José Vasconcelos. Los años del águila, op.cit., p. 170.
• 24 Alicia Azuela de la Cueva, op.cit., p. 49.

12El enfoque nacionalista mexicano implica, por una parte, un rechazo de lo extranjero, especialmente la Academia europea. Juan Tablada escribe en la introducción del Método que «los cuadros de caballete» son una «aberración»20, lo que es una referencia explícita a los cánones estéticos europeos. El arte no debe ser una copia o una asimilación de los modelos occidentales sino una creación basada sobre la realidad plástica mexicana – los paisajes, los colores y lo social– pintar los hábitos y atributos mexicanos.21 Best Maugard en su Método²² y Vasconcelos en un discurso de 192223 aconsejan estimular a los niños con lo que ven en el hogar, en la calle, en sus juegos, etc. Aunque esta correspondencia entre el arte, la escuela y la vida se vincula estrechamente con las teorías alemanas de la época, especialmente con la de la Bauhaus: arte y vida, una unidad, así como con las ideas sobre la educación activa de John Dewey en Estados Unidos, donde los discursos educativos toman un tono claramente humanísticos y antiimperialistas.24 Al excluir lo ajeno, este proceso de construcción nacional incluye, obviamente, los elementos vernáculos y, gracias a esto, integra y homogeneiza a los indígenas con el resto de la sociedad.

• 25 Javier Ocampo López, op.cit., p. 24.
• 26 José Vasconcelos, El monismo estético. Ensayos, op.cit., pp. 20 ; 25.
• 27 Ibid., p. 15.
• 28 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 1.
• 29 Adolfo Best Maugard, ibid., p. 2.
• 30 Juan del Sena (José D. Frías), «Best Maugard y su sistema de enseñanza artístic», en El Universal I (...)

14Una de las condiciones del nacionalismo es la homogeneización de la nación: un pueblo unificado, que comparte el mismo idioma, los mismos códigos sociales, políticos y visuales. No obstante, el problema principal de México, identificado por varios intelectuales como Justo Sierra, Alfonso Caso y José Vasconcelos, es la heterogeneidad del país, su falta de unidad racial, cultural, social, etc. En su libro La educación nacional, Justo Sierra, Secretario de Educación Pública durante el Porfiriato, de 1905 a 1911, considera que hay que crear un sistema nacional de enseñanza para uniformar la instrucción mexicana.25 Por su lado, Vasconcelos prefiere el medio de la estética para homogeneizar la República a través de las normas creativas llamadas «idioma-motivos».26 Más allá de la nivelación cultural, el «Maestro de América» propone una «estética fundamental» basada en la Crítica del juicio de Immanuel Kant. Parafrasea el filosofo alemán afirmando que reuniría en «un principio de unidad súper-sensible las diversas series heterogéneas: el fenómeno, la noción moral y el sentimiento estético» 27 Best Maugard coincide con él cuando afirma claramente que el  «arte es la representación humana de la armonía universal».28 Afirma también que el movimiento (social, artístico, etc.) «debe ser colectivo» y que por eso hay que «reducir la expresión a la tradición para hacerlo homogéneo».29 Para comprobar esas ideas, Best Maugard publica en su método de enseñanza varios dibujos de sus alumnos. La publicación reúne dieciséis láminas, quince de las cuales son en color: la primera es un autorretrato completo en blanco y negro de Best Maugard de 1923, y las otras quince láminas son reproducciones de dibujos de estudiantes realizados según el método propuesto, probablemente durante las primeras pruebas del método en la Escuela Industrial Corregidora de Querétaro en 1918.30 La inclusión de estos logros infantiles refleja el doble deseo de demostrar el éxito del método y comprobar la armonización artística como resultado de una generación de niños homogéneos creciendo con las mismas referencias visuales. La selección de dibujos se abre también a la imaginación de un niño mexicano de la época, uno de los cuales se llama «recuerdo» (fig.2), así como a los hábitos y costumbres, la fauna y la flora del país. Además, el estudiante neófito puede identificarse fácilmente plásticamente y culturalmente gracias al trabajo de sus predecesores. Una vez más, Best Maugard se basó en el registro de experiencias visuales y vínculos de identidad para fomentar una base educativa y cultural homogénea. Por último, la edición estratégica de estos dibujos otorgó un estatus especial a las creaciones de los niños: la mayoría de ellos están firmados por los alumnos y si el libro no incluye la lista de obras presentadas con referencias (nombres, medidas, fechas, etc.), sigue presentándolas en color y en papel brillante que tiene el mérito de resaltar la amplia gama cromática elegida por los alumnos.

• 31 Justo Sierra, La educación nacional. Artículos, actuaciones y documentos, op.cit., p. 109.
• 32 Guillermo Hurtado, op.cit., p. 174.
• 33 Manuel Gamio, Forjando Patria, México, Porrúa, 1916, p. 325.

15Paulatinamente, el indígena –o más bien la imagen que las elites tuvieron de él en esa época– se integra también a la sociedad mexicana por medio del arte. Si Justo Sierra se dedicó a la causa indígena cuando emprendió la misión de «hacerlos progresar»31, José Vasconcelos atacó de frente el problema gracias a su plan de incorporación del indígena.32 Esta preocupación de la política cultural proviene de la teoría del relativismo de Franz Boas, que Manuel Gamio recuperó en Forjando Patria, donde escribe que para unificar a la población, eran necesarias «una fusión de razas, la convergencia y la fusión de manifestaciones culturales, la unificación lingüística, […] estas condiciones deben caracterizar a la población mexicana para que ésta constituya y encarne una Patria poderosa y una nacionalidad coherente y definida».33

• 34 Claude Fell, op.cit., p. 31.

16Con este objetivo, la educación, la enseñanza y la difusión del castellano integra a los indígenas y homogeneiza a la población mexicana.34 Esta «hispanización» de la alfabetización se encuentra en el Método escrito en español y hecho para las nuevas escuelas mixtas. El manual, por sus referencias culturales y visuales mexicanas, indica una evidente complicidad entre el autor y sus lectores.

• 35 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 6.
• 36 Ibid., p. 7.

17La instrumentalización de una memoria visual mexicana común pasa también por el descubrimiento, como lo escribió Best Maugard, de «las más remotas manifestaciones de nuestro arte aborigen, que constituyen los motivos originales».35 El artista percibe en el indígena la «base de un sentimiento fuerte».36

• 37 Karen Cordero,«The Best Maugard drawing method: a common ground for modern mexicanist aesthetics», (...)
• 38 José Juan Tablada, op.cit., p. XII.
• 39 Guillermo Herbert Pérez, «Presentación», José Vasconcelos, De Robinson a Odiseo. Pedagogía estructu (...)
• 40 José Vasconcelos, El monismo estético. Ensayos, op.cit., p. 20 [1era edición en 1918]
• 41 John Dewey, Démocratie et éducation : introduction à la philosophie de l’éducation, París, L’Âge d’ (...)

18La primera etapa en este proceso de homogeneización es la integración de las fuentes antiguas mexicanas. El autor del Método quiere operar una fusión entre las artes prehistóricas, prehispánicas, coloniales y populares para crear un verdadero arte nacional. Así, yuxtapuso un friso geométrico (fig.3) inspirado de los motivos del sitio arqueológico de Mitla (fig.4) en el estado de Oaxaca con grecas enrolladas similares a las pinturas murales de Teotihuacán en el estado de México. Como lo demostró Karen Cordero en su artículo «The Best Maugard drawing method: a common ground for modern mexicanist aesthetics»37, Best Maugard mezcló motivos de cerámicas y lacas de varios estados mexicanos, particularmente de Michoacan, Jalisco y Guerrero. Así, el autor escogió su vocabulario visual en el repertorio prehispánico e indígena, reproduciendo motivos de canastas tradicionales, cerámicas toltecas y también de la fauna y la flora mexicanas. Las utilizaciones de estas fuentes antiguas están calificadas por Tablada de «necromancia» o de «autoridad de los muertos», única posibilidad de regeneración cultural y social de México.38 La cristalización del «carácter mexicano» y su materialización a través del arte manifiesta la idea común en la época de que la liberación espiritual lleva a la autonomía económica y forzosamente a la emancipación de Europa.39 Según las palabras de Vasconcelos, estos procesos pasan por una «admiración de lo que ya existe»40 en México: una valorización, a través de las imágenes, de los héroes nacionales para generar un «tejido cultural que ha de servir de carne y de sostén a la nueva aplicación biológica».41

• 42 Mireida Velázquez Torres, Nacionalismo y vanguardia en la obra de Adolfo Best Maugard (1910-1923), (...)
• 43 Karen Cordero, «Para Devolver su Inocencia a la Nación. Apuntes y Desarrollo del Método Best Maugar (...)
• 44 José Vasconcelos, La raza cósmica, op.cit., p. 15.

19Cuando a través de su sistema Best Maugard trata de revelar «el auténtico arte mexicano»42, hace hincapié también en las leyes estéticas universales, demostrando una técnica plástica que se puede aplicar a la enseñanza del dibujo.43 En otras palabras, su ideal era establecer reglas artísticas fijas que puedan aplicarse a todas las culturas del mundo, no solamente latinoamericanas. Este universalismo se encuentra en la filosofía de Vasconcelos que concibe las escuelas de arte como un puente entre un nacionalismo vernáculo hacia una concepción universalista de la estética, cuya misión transcendental es la de «fundir lo humano en un tipo universal y sintético».44

• 45 Itzel Rodríguez Mortellano, «El renacimiento posrevolucionario de Quetzalcóatl», La imagen política(...)
• 46 Javier Ocampo López, op.cit., p. 20.

20Esta concepción universalista que concibe al mundo como un sistema dirigido y conceptualizado por la ciencia viene claramente del positivismo enunciado por Augusto Comte en la primera mitad del siglo xix y difundido en México por Gabino Barreda a partir de 1867. De esta filosofía positivista –pero en la concepción de Herbert Spencer y John Stuart Mill– resulta la idea de un paralelo entre la evolución humana y la del nivel de una civilización: la educación, el progreso social y el desarrollo económico aparecieron como un vector hacia el progreso.45 En esta misma línea, Justo Sierra promovió el fortalecimiento de la libertad, el orden y el progreso a través de la educación para restablecer un poder fuerte en México, después de la anarquía que lo inundó posteriormente a la Independencia.46

• 47 Guillermo Hurtado, op.cit., p. 8.

21Según el lema positivista «Libertad, Orden y Progreso», lo que Justo Sierra acogió por un tiempo, la educación es la primera etapa en el proceso evolucionista: solamente ella conduce a la libertad, que luego dirige al orden y al progreso. Por consiguiente, el campo educativo tiene que incluir una enseñanza que refleja el ordenamiento del futuro ciudadano.47

• 48 José Vasconcelos, El monismo estético. Ensayos, México, Trillas, 2009, p. 13.
• 49 Alicia Azuela de la Cueva, op.cit., p. 18.

22En El monismo estético José Vasconcelos consideró también el orden como necesario para la nación y que solamente la ciencia –donde la educación es uno de sus medios– lo permite.48 En su concepción kantiana del orden, el Secretario de Instrucción Pública afirma que la educación pertenece a este «proceso político de construcción de la imaginación artística que legitima la inserción del arte y la cultura en el orden social revolucionario».49

• 50 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 128.
• 51 José Vasconcelos, El monismo estético. Ensayos, op.cit., p. 55.
• 52 Carlo Severi, «L’univers des arts de la mémoire. Anthropologie d’un artefact mental», Annales HSS, (...)
• 53 Michel Foucault, «L’ordre du discours», París, Collège de France, 1971, s.p. [en línea <URL: http:/ (...)

23En su Método Best Maugard construye una formulación pedagógica basada en una gradación plástica – de lo más sencillo a lo más complicado. Por medio de esta metodología aspira a ordenar el alma «natural» del niño para darle una «civilizada». Su convicción es que este proceso evolutivo puede generar en el niño una moral nacionalista, elevarlo a una conciencia patriótica. Best Maugard es muy claro sobre esta dirección ordenada: «el alumno [va] adquiriendo conciencia de las cosas en el orden debido».50 Lo que Best también hizo fue el trabajo sobre la elaboración de un orden estético, ubicando las culturas pasadas y presentes en una concepción horizontal de la memoria nacional. Más que copiar los motivos, los niños deben «repetirlos»51 para que se vuelvan parte de su alma, su historia y su tradición mexicana. Como sostiene Carlos Severi, «todo arte de la memoria se basa sobre la imposición de un orden a un conjunto de conocimiento compartido».52 El Método participa de la construcción de un repertorio visual común que se impone, por un orden gradual, a los futuros ciudadanos mexicanos, y a través de eso se vislumbra forzosamente el discurso político y la instrumentalización de la educación como fuente de poder.53

• 54 Pilar Gonzalbo Aizpuru, Anne Staples, Historia de la educación en la Cuidad de México, México, Colm (...)

25Estos vínculos nuevos entre la educación y la evolución social se encuentran en los debates que se dieron en Europa, Estados Unidos y México al final del siglo xix, particularmente en torno al debate entre una escuela que instruya – aprender a leer, escribir, contar, etc., y una que eduque – formar la moral, la vida práctica, etc.54 El campo educativo se vuelve un área de formación para la vida. A través de estos presupuestos, se desarrolló la idea de la conciencia «pura» del niño: es esta pureza la que la educación debe elevar, modelar sin quitar su libertad creativa.

• 55 Karen Cordero, «Para Devolver su Inocencia a la Nación. Apuntes y Desarrollo del Método Best Maugar (...)
• 56 Alicia Azuela de la Cueva, op.cit., p. 221.
• 57 Ibid., p. 221.

26En esta óptica, el manual de Best Maugard integra los prejuicios del niño «primitivo», cuyo sentido innato se acerca a la esencia de la cultura «pura», sin contaminación de la civilización que lo aleja del «poder creador». Best estableció una amalgama, común en esta época, entre el proceso evolutivo del niño y el de la civilización. En este sentido, el niño representa el amanecer de la nación y hay que animar esta inocencia que se percibió como equivalente a la del hombre primitivo.55 El método aplica entonces unos de los preceptos de la modernidad, especialmente la amalgama entre el «primitivismo», la niñez, el «salvaje» contemporáneo y las culturas antiguas. Alicia Azuela de la Cueva afirma que «el sistema de enseñanza espontaneísta, al igual que el Método Best, estaba ligado con otros sistemas educativos interesados en el primitivismo y fue común que personajes importantes dentro del arte, la etnología y la psiquiatría siguieran su desarrollo».56 La autora toma el ejemplo del médico francés Pierre Janet que vino a México en 1925 y difundió su teoría sobre las equivalencias entre la creación artística de los niños y los esquizofrénicos con mentalidad primitiva.57

• 58 José Vasconcelos, El monismo estético. Ensayos, op.cit., p. 19.
• 59 Ibid., p. 45.
• 60 José Vasconcelos, De Robinson a Odiseo. Pedagogía estructurativa, Monterrey, Senado de la República (...)
• 61 Ibid., p. 261.
• 62 Claude Fell, op.cit., p. 156.
• 63 José Vasconcelos, De Robinson a Odiseo. Pedagogía estructurativa, op.cit., pp. 23-31.

27José Vasconcelos desarrolla también este paralelo en sus libros, sustentando que el proceso dialéctico de la expresión objetiva procede de un estado de sorpresa, un goce juvenil e imágenes virginales.58 El tema de la «virginidad» cultural es recurrente en su obra y simboliza la obsesión del periodo por la pureza y la idea que tuvieron de lo «auténtico». Según él, solamente «la mañana del pasado contiene hitos sanos donde podemos enraizar el crecimiento» de la nación.59 En su libro De Robinsón a Odiseo, Vasconcelos demuestra su profundo conocimiento de las teorías educativas extranjeras, como la de Rousseau, por ejemplo, que hizo un paralelo entre el niño y el «buen salvaje». Aunque el autor rechaza el método del filósofo francés por considerarlo demasiado sentimentalista, parece influenciado por este paralelo que Jung también utilizó en su trabajo, con el cual Vasconcelos estuvo familiarizado.60 En este mismo libro publicado en 1935 (aunque las ideas germinales se encuentran desde la década de 1910), afirma que el objeto esencial de la educación es la de «rescatar en el grano el germen» y que esta esencia ayudará «a construirnos el destino».61 Esta pedagogía propiamente social se inspira directamente del pedagogo norteamericano John Dewey que considera la educación como «una necesidad biológica, una función social, un medio de dirección y un factor de crecimiento».62 Aunque Vasconcelos en De Robinsón a Odiseo rechaza la teoría de Dewey, afirmando que no es aplicable en México, es obvio que estos conceptos coinciden con su filosofía.63

• 64 Salomon Grimberg, «Un Caballero educado», en Adolfo Best Maugard, La espiral del arte, museo del Pa (...)
• 65 José Juan Tablada, op.cit., p. XXV.
• 66 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 45.

28Así, el aprendizaje de los motivos tiene una primera función educativa: despertar la intuición e instrumentalizarla para, según las palabras que Vasconcelos usa en El monismo estético, «transformar su sensibilidad instintiva en conciencia intuitiva». En La educación nacional Justo Sierra insiste sobre la libertad necesaria de la instrucción para estimular la originalidad y la espontaneidad del espíritu creador. Compartiendo esta idea, durante su discurso en Washington en 1922 Vasconcelos dijo que «educar es preparar al individuo para determinado propósito social».64 Estas ideas se encuentran en las palabras de Juan Tablada en su introducción al Método de dibujo, tradición y evolución del arte mexicano cuando elogia a José Vasconcelos diciendo que «su acción, especialmente en las artes plásticas, es decisiva y salvadora» y que este mismo arte tiene una función social directa.65 Adolfo Best Maugard pone en práctica estos conceptos educativos desde las primeras páginas de su libro. Presenta su fórmula plástica compuesta por siete motivos - la línea recta, el círculo, el semicírculo, el dibujo S, la línea ondulada, el zig-zag y el almirante. Estas formas deben servir de base para el desarrollo de un lenguaje plástico que sea primero mexicano y después universal. Al intentar sintetizar el repertorio visual mexicano, el autor educa al niño ofreciéndole motivos que considera intuitivos y emocionales, pero también una dinámica educativa de aprendizaje de la tradición y la práctica repetitiva. Según él, la copia de estos siete motivos y su asimilación para que sean obvios y mecánicos debería ayudar a los alumnos a dinamizarse, a ganar confianza en su potencial creativo y social.66

• 67 Justo Sierra, La educación nacional. Artículos, actuaciones y documentos, op.cit., pp. 23; 35.
• 68 Claude Fell, op.cit., p. 103.

29El vocabulario que utiliza Vasconcelos es sintomático: hay que «despertar la intuición»67 y cultivar «su sensibilidad instintiva»68; en otras palabras, el papel del maestro y el del gobierno es animar algo en los niños que ya existe. Este campo semántico pone de realce la creencia del Secretario de la SEP y la de sus contemporáneos: los educandos tienen en sí mismos la esencia de la nación.

• 69 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 95.

30En el manual, el autor trata de despertar lo innato del alumno que, según él, está latente en cada uno de los niños. Así, Best Maugard utiliza los motivos antiguos –prehistóricos, prehispánicos– y vernáculos –indígenas– (fig. 3) y un aprendizaje progresivo y lento de estas formas para reactivar el sentido visual y plástico de la juventud mexicana. Su sistema preconiza un aprendizaje de lo más sencillo a lo más complejo, con ejercicios al final que permiten ir y volver entre varios niveles para generar una mejor incorporación de los motivos (fig. 3). En su método lo sencillo se traduce en la práctica de los primeros dibujos con líneas simples, después viene la fase del plano en dos dimensiones para dominar la concepción del volumen, y finalmente invita a los alumnos a mezclar los distintos planos. Más allá de estas tres etapas, para realizar un buen conjunto decorativo, los educandos deben dibujar motivos armónicos, bien repartidos, equilibrados, simétricos, simples e ingenuos.69

• 70 Aurelio de los Reyes, La enseñanza del dibujo en México, México, UNAM, 2014, p. 86.
• 71 Ibid., p. 87.

31Este tipo de progresión del dibujo lineal se encuentra en las teorías de Johann Heinrich Pestalozzi que recomienda empezar por las formas simples (dibujo lineal), continuar con formas geométricas y terminar con figuras más complicadas.70 El pedagogo suizo aconseja también desarrollar la enseñanza a partir de la percepción sensible de la naturaleza para despertar sensaciones visuales originales y «puras».71

• 72 Mireida Velázquez Torres, Nacionalismo y vanguardia en la obra de Adolfo Best Maugard (1910-1923), (...)
• 73 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 38.
• 74 Justo Sierra, La educación nacional. Artículos, actuaciones y documentos, op.cit., pp. 12; 51.
• 75 José Vasconcelos, El monismo estético. Ensayos, op.cit., pp. 25; 36; 42.
• 76 Xinia Campos-Badilla, «Influencia de los postulados de Jean-Jacques Rousseau, Johan Heinrich Pestal (...)
• 77 Maria Esther Pérez Salas, «Los manuales de dibujo decimónicos», Aurelio de los Reyes, La enseñanza (...)
• 78 Ibid., p. 68.
• 79 Guillermo Hurtado, op.cit. pp. 222-224.
• 80 Mary Kay Vaughan, Estado, clases sociales y educación en México, México, Fondo de cultura económica (...)

32La valorización y la búsqueda de la intuición en la educación primaria son dos puntos desarrollados en las teorías del educador mexicano Enrique Rébsamen y se usan en las escuelas de Pintura al Aire Libre. El fundador y director de esas escuelas Alfredo Ramos Martínez, construyó una metodología educativa intuicionista que valoriza la creación infantil, «como reflejo de la expresión más pura y espontánea».72 Estas líneas plásticas y educativas coinciden en el manual de Best Maugard : los alumnos de la primaria y la secundaria utilizan los mismos métodos de aprendizaje que los jóvenes pintores mexicanos. El autor aconseja a los niños dibujar su casa, sus objetos, la fauna y la flora mexicanas, etc. Desarrollando su instinto creador y descubriendo su país, el niño se eleva y se vuelve un futuro ciudadano mexicano. Así lo anota Best Maugard en su introducción, «lo principal [por el alumno] es descubrir la intención», el «carácter propio» de su alma y de su país.73 Justo Sierra va más allá de esta dinámica cuando afirma que la educación prepara «personas a ser Hombres» y «consiste en la formación del corazón y del carácter».74 Vasconcelos se acercó a esta idea, diciendo que «cada hombre es un motivo potencial que transforma el idioma-motivo» y que la «intuición estética», más bien el « ritmo ético » exalta la personalidad del individuo.75 Así, en estas afirmaciones podemos poner de relieve que la educación permite la valorización y la elevación del individuo como ser único con un potencial creador. Esta concepción encuentra paralelos con la de Jean-Jacques Rousseau quien consideraba que la educación era un medio para formar al hombre para sí mismo y para la sociedad.76 Como lo nota María Esther Pérez Salas, la amalgama entre la enseñanza del dibujo y la marcha del progreso también pudo haber venido desde Francia que a principios del siglo xix instrumentalizó el dibujo con el objetivo de preparar a los obreros y artesanos para las necesidades de la revolución industrial.77 El dibujo permitió reducir la dependencia tecnológica del país, regenerar la moral popular y ordenar la sociedad.78 Este punto de vista se cruza con el de Anatoly Vasilyevich Lunarcharsky, comisario de la educación rusa e inspiración de Vasconcelos79, quien concibió el arte del pasado como una base de conciencia histórica y una motivación para el proletario ruso, hacia la creación de un futuro nacionalista.80

• 81 Luz Elena Galván Lafarga, op.cit., p. 111.
• 82 Adolfo Best Maugard, op.cit., p. 2.
• 83 Ibid., p. 45.
• 84 José Juan Tablada, op.cit., p. X.

34Esta concepción del aprendizaje como movimiento ascendente del alma se vincula estrechamente con la teoría de la pedagogía «estructurativa» de Vasconcelos. Según él, la enseñanza se concibe como una experiencia que se desarrolla en la coacción entre el educador y el estudiante y que, como finalidad última de la educación, genera, el parto del alma. En este proceso, la estética –como intuición mística– aparece como la Séptima Sinfonía del sistema sintético del autor de la Raza cósmica. Este dinamismo estético se traduce por el ritmo plástico que es «una orientación del movimiento de nuestra alma hacia el estado de divinidad en que se realiza lo absoluto».81 En el «Método Best» este campo léxico se encuentra cuando el autor escribe que los «ritmo y armonía abstracta tienen que tomar forma real y plástica»82, y que «la greca es pues, algo semejante a la música, es meramente una expresión armónica que no representa más que eso: armonía y ritmo».83 Esta rítmica estética se observa en distintos niveles en su sistema: primero, el ritmo cadencioso del aprendizaje de los motivos; segundo, el ritmo de las formas que se organizan entre ellas, entre distintos planos para crear figuras; tercero, el ritmo de una coral unísona que homogeneiza la tradición visual de todo un país. Es interesante notar que en su texto de introducción al manual de Best Maugard, José Juan Tablada utiliza el mismo vocabulario «musical» que Vasconcelos, asintiendo que es necesario dar «un ritmo jubiloso y sinfónico a nuestro trabajo».84

• 85 José Juan Tablada, ibid., p. XX.
• 86 Claude Fell, op.cit., p. 95.

37Este análisis hizo hincapié también en los distintos niveles de recepción y utilización del libro, así como en el poder artístico que tiene, como lo identifica Tablada, «en un tiempo mismo una función individual, una función nacional y una función humana».85 En este sentido, la educación y la cultura son inseparables; tanto su teorización como sus aplicaciones en esa época coinciden significativamente con otros factores interdependientes, a saber, con la política y la economía.86