• 1 Programa Estado de la Nación. Resumen sexto estado de la región 2021. San José, Costa Rica, CONARE- (...)

1En medio de una severa crisis económica, mientras se enfrenta a una nueva y temible ola de la pandemia por Covid-19, con escándalos de corrupción, con dudas sobre la concreción y el futuro de las instituciones democráticas, con migraciones que reflejan el fracaso económico y político de varios de sus países, con una agresiva aceleración de reformas neoliberales y con denuncias de autoritarismo y corrupción, Centroamérica alcanza, en 2021, 200 años de independencia política1. No parece, así expuesto, un buen contexto para cumplir un aniversario tan significativo. En ese sentido, en su Bicentenario, esta región debe bregar entre sus problemas históricos, los nuevos deterioros contemporáneos y la necesidad de encontrar formas de unidad, entre las que el pasado compartido siempre ha sido un buen recurso.

• 2 Marilú Alvarenga, “Diputados declaran el 2021 como ‘Año del Bicentenario de la Independencia de El (...)

3Los gobiernos centroamericanos y Chiapas (Tuxtla y Comitán pertenecieron al reino de Guatemala antes de 1821) han resaltado la coyuntura conmemorativa ofrecida por el Bicentenario, para presentarse a sí mismos como un parteaguas en la historia. En enero del 2021, los diputados salvadoreños declararon, como si hubiera necesidad de un decreto así, el año del Bicentenario para memorar la independencia centroamericana, “lo cual constituye un hecho histórico de gran relevancia para la República de El Salvador”2. Antes de eso, en los otros países del istmo se habían constituido comisiones a las que se les encargó preparar las celebraciones: en Costa Rica se instituyó desde octubre de 2018, mientras que en Nicaragua se creó en agosto de 2020, en Honduras y Panamá en septiembre, en Guatemala en octubre y en Chiapas en noviembre de ese mismo año. Así, exceptuando la costarricense, las otras comisiones se crearon en medio del contexto de alerta de salud global y con el impacto de la crisis económica.

• 3 Redacción, “Editorial: Prospectiva bicentenaria”, La Prensa Libre (Guatemala), 15 de agosto de 2021 (...)
• 4 Redacción, “Honduras, bicentenario con visión de futuro”, El Heraldo (Honduras), 8 de junio de 2021 (...)

5A mediados de agosto, el periódico La Prensa Libre de Guatemala recomendó sobriedad y emprender acciones de reforma política cuyo impacto juzgaba más importante que cualquier festejo: “como por ejemplo un cambio de conducta en las actuales autoridades de gobierno que lleve a abandonar los secretismos, la opacidad y el dispendio del erario”3. Ya desde junio, El Heraldo de Honduras también había comentado que la situación no era para celebrar, pero sí “valorar nuestra historia”4.

• 5 Redacción, “Rumbo al Bicentenario”, La Prensa (Nicaragua), 16 de septiembre de 2020: https://www.la (...)
• 6 Ulises José Morales, “A propósito del Bicentenario”, La Prensa (Nicaragua), 11 de septiembre de 202 (...)

6El caso nicaragüense es todavía más problemático, en vista de que ese país experimentaba desde abril de 2018 una tremenda represión a los movimientos opositores al régimen de Daniel Ortega Saavedra; dicha persecución se intensificó a medida que avanzó el 2021, de forma que el régimen envió a prisión a todos los candidatos de partidos opositores que representaran alguna competencia electoral para su fórmula presidencial. ¿Qué pasado recordar en Nicaragua? Desde septiembre de 2020, el diario opositor La Prensa de Nicaragua sentenció que era un “infortunio histórico” que los caudillos y tiranos siguieran dominando el país y que solo por un milagro Nicaragua se salvaría de celebrar el Bicentenario “sometida a una dictadura brutal y corrupta que tiene un irracional afán de perpetuidad”5. Ese vaticinio, lamentablemente, fue una realidad; el ingeniero Ulises José Morales lo formuló con claridad en un artículo de opinión el 11 de septiembre, en el que señaló que el Bicentenario que debía ser una “magna celebración de unidad nacional y fervor patriótico”, con una fiesta pomposa, era en cambio vivido en medio de una “dictadura partidaria y familiar”, que se apoyaba en la “brutalidad de la represión y las armas”, con “cárceles repletas de presos políticos y con una economía al borde del precipicio”6.

• 7 José Miguel Fortín Magaña, “Nada que celebrar en septiembre”, La Prensa Gráfica (El Salvador), 21 d (...)

7El Salvador, también dividido por el autoritarismo de su presidente Nayib Bukele, se enrumbó al Bicentenario con dudas sobre las posibilidades de unidad nacional. El 21 de agosto, José Miguel Fortín Magaña, exdirector del Instituto de Medicina Legal, se adhirió a la idea de festejar los doscientos años con “una festividad llena de patriotismo, pero frugal y sin ostentación”, pero, en su lugar, siguiendo un lenguaje similar al guatemalteco, denunciaba que no había nada que celebrar porque los “animales de rapiña aúllan desde el gobierno y se preparan como carroñeros que son para devorar lo poco que queda al destruir la Constitución”7.

• 8 Víctor Fernández, “Los tres ticos de los 200 años, según el Presidente”, Revista Dominical, 12 de s (...)

8En Costa Rica, a pesar de la similitud en los problemas generados por la crisis, los festejos del Bicentenario adquirieron un sentido de necesidad. A inicios de septiembre de 2021, un periodista le hizo la consulta al presidente Carlos Alvarado Quesada de esta manera: “¿Cómo conciliar el merecido festejo de algo como el Bicentenario con un país que está con el ánimo caído, tanto por la pandemia como por la situación económica? ¿Tenemos derecho a celebrar en esas circunstancias?”. A pesar de que podría haber sorteado bien la pregunta, dando una respuesta negativa, Alvarado indicó que era merecida la celebración porque “estamos celebrando no solo lo actual sino 200 años y han pasado cosas muy buenas en estos 200 años”8. De esa forma, el político utilizó el recurso del pasado para justificar el presente.

• 9 Andrés Manuel López Obrador, “Discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador en el Bicentenari (...)

12En su conjunto, estos espacios virtuales mostraron una imagen muy local de la independencia, centrada en cada país, sin alusiones a la región centroamericana (ni siquiera en información), sin hipervínculos entre ellos y con una visión celebrativa de la historia que no incluye ni críticas ni narrativas complejas. En el caso de Chiapas, además, esa visión localista se complementó en las celebraciones presenciales con la idea de que Comitán siempre había sido parte de la historia de México; así, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador señaló en un discurso oficial el 28 de agosto, que “Chiapas ha estado siempre presente en las transformaciones de México”9, saltando cualquier referencia a su pertenencia colonial. El otro elemento sobresaliente en esos sitios es la ausencia de un debido contexto que legitime el tono conmemorativo, pues no se presentan datos que permitan comparar el ayer con el hoy, para dar constancia del avance. Un posicionamiento así, hay que subrayarlo, jamás hubiera sido el del centenario de la independencia (1921), ni el del sesquicentenario (1971), cuando el mensaje conmemorativo estaba lleno de “evidencia” del avance al contrastar el presente con el pasado.

• 10 Redacción, “CNTE vuelve a protestar en acto de AMLO; niega chantaje y exige 'diálogo con soluciones (...)
• 11 Douglas Cuevas y Henry Montenegro, “Bicentenario: los mensajes, manifestaciones e imágenes que marc (...)
• 12 “15 de septiembre: El Salvador marcha contra el autoritarismo”, Portal de DW Akademie: https://www. (...)

15Pero la conmemoración también atrajo cuestionamientos. En Chiapas, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) siguió a López Obrador en su gira por ese estado, para protestar contra el presidente mexicano10. En muchos lugares de Guatemala se produjeron manifestaciones en contra del gobierno y de la conmemoración; en la Plaza de la Constitución en Guatemala, varios grupos indígenas reprodujeron una ceremonia maya, en la que un líder indicó: “Desde los pueblos, antes de la invasión española, antes de los 200 años, hemos celebrado la vida, agradeciendo a la Madre Tierra […]. Esto es una manifestación en contra del Bicentenario, porque eso fue cuando se constituyó esta república, que ha sido de mucho racismo, discriminación, exclusión”11. En El Salvador, una gran multitud, compuesta de una diversa cantidad de grupos, se lanzó a la calle para protestar contra el gobierno de Nayib Bukele y las reformas que desarrolló en semanas anteriores y que algunos consideraron como atentados a la democracia salvadoreña12. Así, el Bicentenario dejó muestras de una región que, 200 años después, sigue atascada en las discusiones sobre la integración y el futuro que comenzaron en 1821.

• 13 François Hartog, Regímenes de historicidad. Presentismo y experiencias del tiempo, México, Universi (...)

17Lo anterior es muy importante, además, en una sociedad local y global dominada por la tiranía del presentismo que la pandemia por Covid-19 ha acentuado. Centroamérica, en ese sentido, cumple con el problema anotado por el historiador francés François Hartog de que “sin futuro y sin pasado, el presentismo genera diariamente el pasado y el futuro de quienes, día tras día, tienen necesidades y valoran lo inmediato”13. Internamente, además, nos encontramos con una Centroamérica rota en sentido simbólico y en sentido social. Simbólico, porque los recursos oficiales del recuerdo no han servido para enfrentar los conflictos que dividen a esta sociedad; social, porque esos conflictos tienen raíces históricas que los vuelven imponentes y difíciles de resolver si no se sigue un modelo de inclusión en beneficio de las mayorías.