Navigation – Plan du site

AccueilRubriquesDébats2025(Re)instaurar el orden en las ind...José Antonio Anzoátegui. Discipli...

2025
(Re)instaurar el orden en las independencias hispanoamericanas: representaciones y prácticas

José Antonio Anzoátegui. Disciplina y justicia militar en un período clave del proceso de independencia en Venezuela (1816-1819)

José Antonio Anzoátegui. Discipline and military justice at a key period in the process of Independence in Venezuela (1816-1819)
Hancer González Sierralta

Résumés

Entre los llamados “Héroes de la Independencia” venezolana y colombiana se ubica el mantuano José Antonio Anzoátegui (1789-1819). El barcelonés integró las milicias de blancos, primeros pasos de su carrera en la cual ascenderá hasta al grado de General de División. En la hoja de servicio militar de Anzoátegui se considera el episodio más notable su actuación en la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819. La victoria obtenida lo exaltó como uno de los ejecutores de la liberación del territorio, colocándolo junto a Simón Bolívar y a Francisco de Paula Santander en la nómina de los protagonistas fundamentales. El artículo estudia la actuación de Anzoátegui en un momento fundamental del transcurso de la guerra (1816-1819), en el que fue necesario para los ejércitos republicanos imponer el orden, la disciplina y la justicia militar entre sus jefes y su tropa. El análisis privilegia la participación de Anzoátegui en campañas de guerra y tribunales militares, a partir de reglamentos sobre esas materias y de registros varios acerca de su desempeño en esos espacios, desmitificando su figura heroica.

Haut de page

Notes de l’auteur

El artículo recupera ideas de la primera parte de nuestra tesis doctoral José Antonio Anzoátegui. Accionar y forja de un héroe binacional (1810-2019), Mérida, Universidad de Los Andes, 2021. (Colección contraolvidos, 1) y amplia idea que quedaron apuntadas.

Texte intégral

Introducción

  • 1 Pino Iturrieta, Elías, Nada sino un hombre. Los orígenes del personalismo en Venezuela, Caracas, Ed (...)
  • 2 Pino Iturrieta, Elías, El Divino Bolívar. Ensayo sobre una religión republicana. 2 ed. Madrid, Los (...)

1El surgimiento del personalismo político puede observarse durante el mismo proceso de guerra de independencia en Hispanoamérica.1 Los partícipes principales del enfrentamiento, poco distinguidos más allá de sus lugares de origen, se trasforman en “celebridades” que derrotaron a una de las potencias más importantes de la tierra.2 Varios de estos hombres serán convertidos en héroes nacionales por el Estado y la historiografía oficial, uno de ellos fue José Antonio Anzoátegui (1789-1819) quien llega a ocupar máximo sitial en el procerato, no sólo de Venezuela sino también de Colombia.

  • 3 Franco V, Constancio, Rasgos biográficos de los próceres i mártires de la Independencia, Tomo Prime (...)
  • 4 Tavera Acosta, Bartolomé, Anales de Guayana, V. I, Ciudad Bolívar, Tip “La Empresa,” 1905. p. 260.
  • 5 “Nonato, charlatán y ladrón” en Montaña, Andrés compilador, Santander y los ejércitos patriotas 181 (...)
  • 6 “Santa Fe, noviembre 22 de 1819” en Memorias del General O’Leary. T. III, Caracas, Imprenta de la “ (...)
  • 7 “Narración del General Wright sobre la Batalla de Boyacá”, Boletín de la Academia Nacional de la Hi (...)

2Esclarecedoras para valorar la personalidad de Anzoátegui son los comentarios dejados por parte de sus contemporáneos. Manuel Piar le habría dicho a Simón Bolívar en 1817, “es valeroso hasta el delirio, obediente i resignado como ninguno, i tiene habilidad para la dirección de la guerra como pocos.”3 Fernando Galindo comentó que era “un jefe tan enemigo del desorden y de la insurrección.”4 Por su parte Francisco de Paula Santander apuntó en 1819 “es más previsivo”5 “el (sic) y yo no tenemos genios pacíficos.”6 Por su intervención en la Batalla de Boyacá Tomás Carlos Wright lo consideró “El Bravo de los Bravos.”7 Valiente, disciplinado, defensor del orden, de carácter fuerte y malhumorado, son algunos rasgos de su forma de ser. La gran mayoría de sus contemporáneos coinciden en sus habilidades para la guerra.

  • 8 Véase el capítulo nueve “La deificación por la historiografía” de nuestra obra José Antonio Anzoáte (...)

3La eclosión de obras biográficas sobre José Antonio Anzoátegui comenzó en la segunda parte del siglo XIX y desde entonces se ha sostenido, aunque discontinua a lo largo del tiempo. No es casual que la historiografía se haya encargado principalmente de exaltar sus glorias militares relacionadas con sus triunfos y/o acciones heroicas en los campos de batalla, asimismo han creado la imagen de un individuo sin defectos, intachable y virtuoso. La historiografía sobre el prócer ha sido realizada por médicos, militares e historiadores de oficio y tiene en común la contribución de mantener la idealización de la figura de José Antonio Anzoátegui, por ser un actor importante en la guerra de independencia, con el fin de sustentar su memoria pretendiendo el reforzamiento de su culto heroico,8 ocultando su actuación en diversos Consejos de Guerra -más allá del seguido a Manuel Piar- y los excesos cometidos en su lucha contra las deserciones de indígenas.

4Nos interesa desmitificar la figura de Anzoátegui reconstruyendo parte de su desempeño marcial en medio del fragor de la independencia. El artículo estudia la actuación castrense en un momento clave de reorganización de tropas durante la guerra en Venezuela (1816-1819), en el que fue necesario para los ejércitos republicanos imponer el orden, la disciplina y la justicia militar entre sus jefes y su tropa, tema no abordado por los biógrafos de Anzoátegui. El análisis privilegia la participación del prócer en campañas de guerra y tribunales militares, a partir de reglamentos sobre esas materias y de registros varios acerca de su servicio en esos espacios. Cabe destacar la dificultad de estudiar este aspecto por el carácter fragmentario de los registros, aunque ante el esfuerzo realizado se obtuvieron resultados interesantes que contribuyeron a conocer mejor a un personaje que ha sido mitificado por la historiografía patria.

5Un conjunto de fuentes primarias nos sirvió para la elaboración del artículo. En el Archivo General de la Nación (Venezuela) indagamos en el Subfondo Revolución y Gran Colombia, la sección Gobierno, particularmente Gobernación de Guayana 1817-1820; e Infidencia, Insurrecciones y Rebeliones; también, pero vía web revisamos algunos documentos del Archivo General de la Nación de Colombia que tratan de su actuación como jefe de zona militar. Asimismo ha sido de interés la página www.archivodellibertador.gob.ve, así como las colecciones documentales: Memorias del General O’Leary, Documentos para la historia de la vida pública del Libertador de José Félix Blanco y Ramón Azpurúa y los Escritos del Libertador, entre otras que refieren informaciones sobre el desarrollo de la guerra.

Consejos de Guerra a militares

  • 9 Entre su amplísima producción consúltese: La société guerrière. Pratiques, discours et valeurs mili (...)
  • 10 “Caudillisme, césarisme et périphéries impériales dans L’Indépendance du L’Amérique hispanique : L’ (...)

6La historiografía profesional sobre el proceso de la guerra de independencia en Hispanoamérica es amplísima y variada, con renovadas visiones gracias a las recientes reinterpretaciones producidas por las evocaciones de los bicentenarios. De ella, particularmente nos ha interesado conocer lo planteado sobre la formación de los cuerpos de oficiales en los ejércitos, el fenómeno de las deserciones, la militarización, las practicas discursivas, el caudillismo y los poderes de excepción, que han sido analizados, para el Río de la Plata por el historiador Alejandro Rabinovich,9 y para la Nueva Granada y Venezuela por el historiador Frédéric Spillemaeker.10 Sus aportes fueron valiosos en este artículo para ampliar en una discusión más global sobre las dos temáticas abordadas a continuación.

  • 11 Ugalde, Luis, “La costosa emancipación nacional” en La Independencia de Venezuela. Historia Mínima, (...)
  • 12 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819. Caracas, Editorial Colson, (...)
  • 13 Meza, Robinzon, “Las preocupaciones económicas de los Capitulares de Guayana frente al reformismo y (...)
  • 14 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia en (...)
  • 15 Zambrano, Alexander, “Del auge al ocaso. La administración del ganado en la Provincia de Guayana du (...)

7Ubiquémonos en el tiempo y el espacio. Cambiará el escenario geográfico de la guerra en Venezuela a mediados de 1816, ahora la ciudad a tomar no será Caracas sino Angostura, las tropas se trasladarán al sur del territorio, reforzándose aún más los nexos patriotas entre los venezolanos y neogranadinos.11 Ese año José Antonio Anzoátegui retornaba a Barcelona, allí los republicanos realizaron discusiones referidas a los planes a implementar,12 y uno de ellos sería intentar apoderarse definitivamente de la “muy noble y leal de Guayana” declaración honorífica otorgada por las Cortes en 1813.13 La provincia – región periférica de Venezuela – a pesar de la presencia realista era un espacio tan vasto que la hacía incontrolable del todo,14 su población estimada era de 31.885 habitantes, de los cuales unos 21.459 aproximadamente eran indígenas de las misiones.15

  • 16 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819, p. 108.
  • 17 Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela. El Libertador de Oriente. Tomo II, (...)

8El plan en ejecución lo presentaba en unas esclarecedoras y ampliamente citadas palabras Manuel Piar a José Antonio Páez el 28 de noviembre.16 Tomar Guayana será uno de los títulos más valiosos que abonan el talento militar del mulato, aunque no puede atribuírsele la originalidad de la idea, ya que desde hacía tiempo se pensó llevar la guerra a esa zona, expulsar de allí a los realistas y hacer de aquella provincia una base de operaciones, fue pensamiento estratégico que concibieron e intentaron realizar varios jefes patriotas.17

  • 18 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. (...)
  • 19 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819, p. 109.

9La claridad de objetivos trazados por Manuel Piar era evidente, pues la obtención de los recursos de Guayana les permitiría futuras victorias a los patriotas, y formar allí un ejército con posibilidades de derrotar las tropas realistas en su propio terreno aprovechando las ventajas de la libre navegación por el Orinoco. Para el historiador Clément Thibaud, la explicación profunda planteada por Piar da muestra no de un genio militar tradicional sino de un gran conocimiento de las posibilidades que ofrecía la guerra irregular.18 El enfrentamiento bélico a partir de 1817 alcanzó una dimensión hasta ese momento nunca vista, ya que se luchó en prácticamente todas las fachadas. Situados al frente de Angostura se encontraban algunos republicanos el 13 de enero, cuatro días más tarde lanzaron un asalto a la población sin mayor éxito. Esto motivó que el 24, José Antonio Anzoátegui luego de asegurar la defensa del terreno, se marchara hacia la región del Caroní.19

  • 20 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. (...)
  • 21 Zambrano, Alexander, “Del auge al ocaso. La administración del ganado en la Provincia de Guayana du (...)
  • 22 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. (...)

10A principios de febrero cuando las tropas de Piar – entre 1.400 y 1.600 hombres, lo que lo hacía el mejor armado de los jefes para ese momento –20 se internaron en el Caroní, se había casi completado la campaña de ocupación de los pueblos de misión. Su plan consistía en permitirles a los patriotas reclutar indígenas para las tropas, asimismo la extracción de ganado vacuno, caballar y mular para el abastecimiento del ejército.21 En ese marco varias lógicas rigen la lucha de las facciones militares patriotas, estas podrían reducirse a tres, en primer lugar, el prestigio que trae la victoria, y Piar estaba cercano a ganar una importante. El general triunfante adquiere influjo para atraer a otros hombres destacados; en segundo, el caudillo que maneja al ejército y las bestias más numerosos y más cohesionado se impone a sus adversarios; y tercero una política de alianzas con los caudillos de las guerrillas que luchaban en el resto del territorio incidiría en el predominio de ese jefe.22

11Por estos planteamientos a veces era:

  • 23 Ídem.

“(...) difícil discernir si un comandante de batallón a órdenes de Piar es uno de sus hombres de confianza, o si su presencia se explica por los azares del servicio, la falta de oficiales de infantería o el desorden reinante. A pesar de esta reserva, Piar resulta tan favorecido en abril de 1817 por estas tres lógicas, que lo convierten, al darle tanto realce, en el hombre por derribar. A la mañana siguiente de la victoria de la Batalla de San Félix llega a concederle grados a sus fieles, para crear o reforzar vínculos, al mismo tiempo que recompensa su valentía. Pedro León Torres, José Antonio Anzoátegui, Bartolomé Salom, Juan Liendo, Bruno Torres y José María Ponce ascienden así a un grado superior. La mayor parte de ellos pertenecen a la élite blanca de la costa; y, añadamos, son criaturas de Bolívar.”23

  • 24 Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela, T. II. p. 353.
  • 25 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. (...)
  • 26 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819, p. 111.

12Asume la dirección de la guerra Simón Bolívar el 2 de mayo, pues Manuel Piar lo había reconocido formalmente como su jefe. La llegada del caraqueño y el paso del oriental a subalterno provocaron en breve dificultades que se resolvieron en uno de los episodios conflictivos de la historia militar de la guerra de independencia.24 Es mediante esta efímera alianza con el caudillo y luego eliminándolo como el Libertador abre las puertas a la victoria final.25 Las tropas se dirigieron hacia el paso del Caroní, exploraron el área y el 4 de julio estuvieron a punto de caer prisioneros Bolívar, Anzoátegui y Soublette, pero el 17 finalmente los realistas se fugaron de Angostura y el 3 de agosto lo hicieron de los Castillos de Guayana.26

  • 27 Véase: Vicente Lecuna: Cartas del Libertador. T II. p. 992-93; Memorias del general O’Leary. T. IX, (...)
  • 28 “Bolívar decreta la creación del Consejo de Guerra permanente y dicta su reglamento en San Félix a (...)
  • 29 Ibíd., p. 237.

13No solo tomando Guayana, sino eliminando a Piar, es que Bolívar se encumbra como el líder sin rivales, teniendo a Anzoátegui como uno de sus subordinados. Ambos tendrán una relación epistolar muy activa en este tiempo27 , y a través de ella podemos observar diversas temáticas propias del enfrentamiento bélico, particularmente aquellas relacionadas con traslados de oficiales, excesos cometidos, ascensos otorgados y muy especialmente los Consejos de Guerra, procedimiento mediante el cual se aparta definitivamente al mulato. Este se sustentaba en el Reglamento sobre el modo de conocer y determinar las Causas Militares,28 dictado por el Libertador el 7 de junio de 1817, y enviado ese mismo día al General Carlos Soublette, sub Jefe del Estado Mayor, con la finalidad de establecer un orden en los juicios a realizarse en todas las guarniciones, bajo un método sencillo y breve, permitiendo hacer justicia en los delitos cometidos por los militares.29

  • 30 Ibíd., p. 232-237.

14La normativa establecía un Consejo de Guerra permanente en todo el ejército, división y brigada, organizándolos por graduación, entre oficiales rasos y superiores. En el caso de éstos últimos, desde coroneles hasta generales, lo presidiría el Comandante General del ejército, y en su ausencia lo regiría el General, con asistencia del auditor, quien no tenía voto alguno. De no haber generales serían nombrados coroneles y por falta de éstos se designarían tenientes coroneles. La persona encargada de instruir el proceso y el secretario debían seguir las ordenanzas españolas, quedando en vigor también las formas de ejecutar las sentencias. En caso de juzgar al Comandante en Jefe del ejército o a uno de división se establecería uno especial en el cual el nombramiento de los miembros recaería en la autoridad suprema. 30

  • 31 Interesante lectura la planteada por John Jairo Cardenas-Herrera, y Frédéric Spillemaeker al valora (...)
  • 32 Pietri, Andrés, “Estudio Biográfico sobre la vida del General José Antonio Anzoátegui” en La Esfera (...)
  • 33 Para mayor información sobre los Consejos de Guerra en el período colonial consúltense las obras de (...)
  • 34 “Decreto en que se establece la pena de muerte contra los traidores á la patria y perturbadores del (...)
  • 35 González, Asdrúbal, Manuel Piar. Valencia (Venezuela), Vadell Hermanos Editores, 1979, p. 200.

15Las biografías realizadas sobre José Antonio Anzoátegui han resaltado su participación principalmente en el Consejo de Guerra seguido a Manuel Piar,31 aunque no fue el único en el que actuó. El escritor Andrés Pietri consideró que en el seguido a Piar influyó de manera decisiva para la sentencia el manifiesto del Libertador del 5 de agosto de 1817, en el cual se desprestigiaba al General Piar ante el ejército y la ciudadanía.32 Desde el punto de vista jurídico el procedimiento no tuvo fallas que señalar. La sentencia se fundamentó en las Ordenanzas del Ejército de España del Rey Carlos III en 1768 que contemplaban en su Título VI lo atinente al Consejo de Guerra de Oficiales Generales;33 en el decreto sobre conspiradores dictado por Bolívar en Puerto Cabello en agosto de 1813 que instauraba la pena de muerte,34 y el procedimiento se rigió por el ya citado reglamento sobre el modo de conocer y determinar las causas militares, dictado en San Félix el 7 de junio de 1817 y que podría suponerse consecuencia de los sucesos de Cariaco y de las supuestas actividades conspirativas de Manuel Piar.35

  • 36 “Comunicación de Bolívar al General José Antonio Anzoátegui fechada en Angostura el 25 de septiembr (...)

16El 25 de septiembre de 1817, desde Angostura, Bolívar encargaba a José Antonio Anzoátegui de convocar un Consejo de Guerra para juzgar al soldado desertor José Díaz, del Batallón de tiradores de la división del General Bermúdez.36 Considera el historiador Alejandro Rabinovich que:

  • 37 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia (...)

(…) el problema de los desertores (…) constituye una vía privilegiada para el estudio de las configuraciones identitarias de los sectores subalternos movilizados durante las guerras de la revolución. En el acto de desertar – y en los documentos que lo registran – se visibilizan prácticas y representaciones centrales del transitar revolucionario de un conjunto de autores extremadamente opacos y tradicionalmente esquivos a las pesquisas historiográficas. En el acto de desertar donde se manifiestan de manera clara los límites de las configuraciones identitarias dominantes, apareciendo un entramado de pertenencias y lealtades subterráneas al discurso oficial.37

  • 38 “Oficio para el general de Brigada José Antonio Anzoátegui fechado en el Rastro el 14 de febrero de (...)
  • 39 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui (Visiones de la Guerra de Independencia). Bogotá, Academia de Hi (...)

17Otros Consejos en los que participó Anzoátegui fueron posteriores al de Piar. Carlos Soublette desde el Rastro le solicita reunir uno para el 14 de febrero de 1818, con la intención de juzgar en juicio verbal al capitán de caballería N. Machado, acusado de robarle una “casaca de uniforme” al General de Brigada Manuel Valdés. Había sido nombrado como fiscal el Teniente Coronel Mariano Plaza, hermano de Ambrosio Plaza.38 Asimismo, en enero del 1819, desde San Juan de Payara, Anzoátegui le escribió una amplia y detallada carta a Francisco de Paula Santander, en la cual le exponía el trabajo realizado con respecto a la disciplina de la infantería y caballería, a su vez haciendo alusión a un caso particular, el de “Alzurito” juzgado por un Consejo de Guerra y condenado a muerte por insubordinación. Lo consideraba un joven valiente y patriota, pero de genio fuerte y altanero, de quien sentía su fallecimiento, aunque estaba convencido de la necesidad del castigo, para así evitar males mayores, tal como había sucedido con la traición de Moreno a Santiago Mariño. 39

  • 40 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. (...)
  • 41 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui, p. 353.
  • 42 Santander le informa a Carlos Soublette el 31 de mayo de 1819 “Si en vez de Nonato viene Páez desde (...)
  • 43 “Libro de órdenes generales del ejército de operaciones de la Nueva Granada de que es comandante en (...)

18Un Consejo de Guerra particular será contra quien apodaban “El Torcido.” Nos referimos al coronel Ramón Nonato Pérez,40 “un gran capitán irregular. Nacido cerca de 1778 en la Nueva Granada, libra la pequeña guerra en los llanos desde 1812, cuando rinde servicio como teniente en una compañía destinada a combatir a Yánez. Condujo rápidas campañas de caballería desde 1816 y había participado en los combates de la mata de la Miel, El Yagual, y Mucuritas. Guerrillero emérito, tenía los títulos necesarios para que todos lo reconocieran.” 41El 15 de junio de 1819 en Tame fue nombrado Anzoátegui presidente del Consejo que lo juzgaría, siendo vocales Francisco de Paula Santander,42 Ambrosio Plaza, Francisco Alcántara, Cruz Carrillo, José Jugo y José Rafael de las Heras, debiendo reunirse al siguiente día a las ocho de la mañana.43

  • 44 “El General Anzoátegui al Libertador”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia,1913, nº 2, p (...)

19Tal cual como se estipulaba se congregaron, pero no pudieron llegar a una conclusión sobre el caso. José Antonio Anzoátegui le informaba a Bolívar que se encontraban “embarazados para pronunciar sentencia” por no haberse agregado al proceso un bando publicado por el jefe del ejército de Apure contra aquellas personas quienes arbitrariamente asesinasen a otros, “la fecha de dicho bando, los términos en que hace tal prohibición, la creencia cierta de estar revocado, o confirmado por V.E después de que personalmente ha mandado dicho exército (sic), todas son cosas, que el consejo no conoce para asegurar su conciencia.” Aumentaba las dudas pues también le explicaba la falta de una ley que estipulase la pena sobre tal cuestión, por lo cual acudían al Libertador directamente. Anzoátegui la consideraba una causa complicada y crítica pero no querían dejarlo a medias.44

20Las actuaciones de José Antonio Anzoátegui en los diversos Consejos de Guerra que le tocó integrar, han sido valoradas por sus biógrafos, exclusivamente en función de su accionar en el seguido a Manuel Piar, en parte por lo que ha implicado para la historiografía venezolana tal caso, en el cual se muestra a Anzoátegui como un militar que decidió entre dos jefes, adscribiéndose al mando de Bolívar y traicionando a su compañero.

Orden, disciplina y deserciones en las tropas

  • 45 Frédéric Spillemaeker: “La salvación de la patria es la ley suprema: Los poderes de excepción de Fr (...)

21Simón Bolívar utilizó poderes supremos en varios momentos de la guerra y en diversos territorios “hasta se podía decir que el estado de excepción fue una estrategia privilegiada” por el Libertador, no solo en su lucha contra España sino también contra sus compañeros de armas. Igual que Francisco de Miranda en 1812, Bolívar proclamó la ley marcial el 11 de diciembre de 1817, en el contexto de la recuperación de la provincia de Guayana y luego de que los patriotas vivieran la disputa interna con Piar, así “la ley marcial (…) tenía dos objetivos: organizar la campaña de liberación de los demás territorios de Nueva Granada y de Venezuela y, también reforzar la autoridad de Bolívar sobre los demás jefes militares” como Santiago Mariño y José Antonio Páez.45

  • 46 Quintero, Inés, Antonio José de Sucre. Biografía Política, Caracas, Academia Nacional de la Histori (...)
  • 47 Archivo General de la Nación. Subfondo Revolución y Gran Colombia. Sección Gobierno. Gobernación de (...)
  • 48 “El nombre de Guardia de Honor fue luego aplicado al cuerpo que, a proposición de Anzoátegui, formó (...)

22Dentro de las filas de los leales a Simón Bolívar, José Antonio Anzoátegui ascenderá militarmente de forma vertiginosa, convirtiéndose en uno de sus hombres de confianza e insustituible para determinadas instrucciones, logrando demostrar garantía en el cumplimiento de las órdenes impartidas.46 Asumir otras tareas castrenses le corresponderá en su nuevo accionar en Guayana, entre junio y octubre de 1818.47 el Libertador dispuso que se recompusiera en la provincia la Guardia de Honor.48

  • 49 “Respetando los privilegios de los indios, ningún gobernador se atrevió a pedir mozos para la milic (...)
  • 50 AGN. Subfondo Revolución y Gran Colombia. Sección Gobierno. Gobernación de Guayana. T. V, 1818. F. (...)

23Alistar era la labor que debía cumplir Anzoátegui, pues no se contaba con suficientes individuos, ya que las derrotas de la campaña previa habían mermado los disponibles. En esta oportunidad fue fundamental incluir a los indígenas, aunque fuera engañados o por la fuerza.49 El 16 de junio Simón Bolívar les participaba a los comandantes del Caroní, Upata, para que apoyaran la labor iniciada por José Antonio Anzoátegui y le entregasen toda la gente útil “para el servicio de las armas” que estuviesen disponibles.50

  • 51 En junio de 1818 cuenta en sus filas con 60 indígenas. Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los e (...)
  • 52 Una descripción pormenorizada del pueblo se puede observar en Tello, Jaime Introducción, traducción (...)
  • 53 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui… p. 311.

24Con la orden de completar el Batallón Angostura, así como de mantener la tranquilidad en aquel departamento, el 18 de junio se embarcó Anzoátegui con la Guardia de Honor51 rumbo a las misiones, disponiendo Bolívar los buques necesarios y que se llevaran al puerto de San Miguel52 todos los caballos necesarios para el traslado a la villa de Upata.53

  • 54 “Altagracia fue fundada en 1734; en 1803, tenía 800 habitantes. Su conveniente ubicación la hacía e (...)
  • 55 Schacht Aristiguieta, Efraín, “Prólogo” a Diario de un viaje a las Misiones Capuchinas del Caroní d (...)
  • 56 Memorias del General O’Leary, T. XVI, Caracas, Imprenta de la “Gaceta Oficial.” 1880, p. 63-64.

25El Libertador responde a un oficio del 24 de junio, en el cual José Antonio Anzoátegui le informaba sobre las primeras reclutas realizadas en el Bajo Caroní,54 comprometiéndose en enviarle uniformes para los “naturales, que no dudo que bien tratados se presenten todos, y us. levantará un cuerpo muy numeroso.” Aprobaba Bolívar que a éstos se les permitiera trabajar en sus labores personales los días completos de miércoles y sábados, y recomendaba ampliarlo a tres y “que conozcan que ya son hombres libres y no esclavos como lo eran en tiempo de los capuchinos.” A su vez pedía información sobre el funcionamiento de las misiones, adelantándole en la misiva la llegada de armas55 para el grupo que se organizaba.56

  • 57 “(...) era hijo natural de una doméstica escocesa que lo abandonó y de un padre que lo repudió. Tuv (...)

26En contraste con lo señalado, el testimonio de Alexander Alexander57 oficial de la Legión Británica que participó en la guerra, quien conoció a Anzoátegui en 1818 genera profundas contradicciones al afirmar:

  • 58 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo…p. 30.

(…) Yo pensaba mucho cómo habrían logrado los criollos forzar a tantos indios a dejar sus casas y familia en tan corto tiempo. Los obligaban a llevar armas, y vivir bajo la ley militar; y se les azotaba y se les fusilaba si desertaban, en el mismo continente donde eran temidos y halagados (…) Grandes números de estas pobres criaturas no sabían una sola palabra de castellano (…)58

  • 59 Acosta Saignes, Miguel: Bolívar, acción y utopía del hombre de las dificultades... p. 233.
  • 60 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia (...)

27Este fenómeno de la recluta forzada y la deserción fue constante y significaba un especial cuidado de los jefes militares; por lo general las fugas de tropas se producían en los territorios de donde eran oriundos los soldados.59 “Cada desertor significaba un rudo golpe para el ejército: no sólo se perdía un hombre sino que cundía el ejemplo de su desobediencia (…) es por eso que abundaban las leyes y decretos condenando esta práctica y buscando a toda costa reducir su efecto.”60

  • 61 Acosta Saignes, Miguel: Bolívar, acción y utopía del hombre de las dificultades... p. 233.
  • 62 Archivo General de la Nación de Colombia. Fondo Historia. Sección Anexos. General Anzoátegui. Sin T (...)
  • 63 AGN. Subfondo Revolución y Gran Colombia. Sección Gobierno. Gobernación de Guayana. Tomo V, 1818. F (...)
  • 64 Lozano y Lozano, Fabio: Anzoátegui… p. 313.

28José Antonio Anzoátegui se trasladó desde las misiones a Angostura para encontrarse con el Libertador y el 14 de agosto regresó nuevamente con los coroneles Francisco Pigott y Judas Tadeo Piñango, encargados de ponerse al frente de los batallones.61 Ese mismo día Bolívar les escribió a los Ministros de Cajas para que le enviaran a Anzoátegui veinte cortes de camisas y el mismo número de “calzones.” 62No le gustaba a éste contar con una tropa sin el vestuario mínimo, tal como ya lo había demostrado en diversas correspondencias desde los inicios de la guerra.63 El plan de Bolívar era enviar a Anzoátegui a Margarita, como ya se lo había adelantado a Arismendi el 28 de septiembre, para luego atacar la costa de Cumaná, con el nuevo contingente de soldados organizado.64

  • 65 Ibíd.; p. 389.

29Finalmente, Simón Bolívar cambió radicalmente de opinión pues el 5 de octubre le informaba a José Antonio Páez que había dispuesto que toda la Guardia de Honor a las órdenes de José Antonio Anzoátegui se reuniría con él en el Apure, a más tardar en una semana. El destino final de la movilización era desconocido por los 400 indígenas que integraban el nuevo contingente,65 como lo corroboró Alexander Alexander:

  • 66 Jaime Tello fue quien realizó la traducción y señaló “los nombres de lugares y personas se han cons (...)
  • 67 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 31-33.

Para impedir la deserción entre los indios, se hizo creer que las tropas iban solo hasta San Miguel a obtener sus uniformes, como quiera que la mayor parte estaban literalmente desnudos. Pero yo sabía que iban a Angustura (sic) a embarcarse para el Apure, a combatir al enemigo (…) El domingo, 11 de Octubre, todas las tropas recién formadas fueron trasladadas de Villa du Pata a Alta Gras. El Coronel Answartez66 comandaba esta nueva división del ejército (…).67

  • 68 Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela...T. II. p. 557.
  • 69 Memorias del General O’Leary. T. XVI. p. 104-105.
  • 70 “Nombramiento de Bolívar a favor del general de brigada José Antonio Anzoátegui, fechado en Angostu (...)

30Ya no se dirigían para Margarita y luego a Cumaná como lo había adelantado, se trasladaban a los Llanos, a reforzar el ejército del Apure, que tenía como tarea principal contener a Morillo mientras se desarrollasen las operaciones en el Oriente.68 Con este refuerzo José Antonio Páez estaba en capacidad de enfrentar cualquier fuerza militar enemiga según el pensamiento del Libertador. Por medio de Anzoátegui le informarían de las últimas disposiciones y órdenes a tomar, además le remitiría elementos indispensables para la guerra.69 Tal encargo venía acompañado del nombramiento, que realizará Bolívar a Anzoátegui el 21 de octubre de 1818, como Comandante General de Infantería del Ejército de Operaciones de Occidente y segundo jefe.70

31Previamente y una vez llegada la tropa a Angostura:

  • 71 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 34.

Inmediatamente se les entregaron ropas y morrales a todos los nuevos soldados, (…), tal como se les había obligado a salir de sus selvas nativas; en realidad formaban el grupo más abigarrado que jamás haya visto. Todo se hacía de la manera más expedita, con centinelas y una fuerte guardia en sus barrancas, como si se tratara de convictos. Tan pronto como se pusieron sus uniformes fueron revistados al anochecer por Bolívar y el General Soublette, (…) Después de marchar ante los generales a paso rápido, fueron llevados de la revista directamente a bordo de los barcos que lo habían traído, y dos días después zarparon para unirse al ejército de Apure, bajo el General Páez.71

32En contradicción a lo planteado por Alexander Alexander, Bolívar le comentaba al General Manuel Cedeño:

  • 72 “Doc 254 (…) Angostura, 21 de octubre de 1818” en Lecuna, Vicente, Cartas del Libertador, T. II, Ca (...)

(…) Anzoátegui lleva 800 infantes que van de voluntarios y sin la menor fuerza, por el buen modo con que los ha tratado.72

  • 73 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui… p. 329-330.

33¿Eran 800 o 400? ¿Obligados o de forma voluntaria acompañaban a José Antonio Anzoátegui esos indígenas? ¿Qué testimonio se acerca más a lo que realmente sucedió? Avisándole de sus últimos pormenores y movimientos José Antonio Anzoátegui le escribe el 29 de noviembre desde San Fernando de Apure a Francisco de Paula Santander. Habían llegado allí hacía cinco días, y le comentaba que la brigada se había visto afectada por una fuerte fiebre y por la viruela, sufriendo considerable pérdida humana. El General Páez y sus tropas los habían recibido con grandes demostraciones de amistad y regocijo, “y se enorgullecía de la disciplina e instrucción del Ejército” y por el amplio contingente, lo cual le fundaba buenas esperanzas para la campaña a iniciar. Notificándole además de los pasos dados por Bolívar, quien en un movimiento rápido intentó dirigirse a Cumaná, con su Estado Mayor, pero volvió inmediatamente a Angostura, para posteriormente plantearse movilización a San Fernando donde lo esperaban. 73

  • 74 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 42.
  • 75 Lecuna, Vicente, Cartas del Libertador. T. II. p. 92-93.
  • 76 Memorias del General O’Leary. T. IX. p. 429-430.

34Tres correspondencias seguidas envió Anzoátegui al Libertador en el mes de diciembre de 1818 desde San Juan de Payara.74 La primera del 11,75 la más extensa. Le participaba además del trabajo realizado en el aumento, organización y disciplina de la tropa, y reflexionaba contradictoriamente que, sin una fuerza considerable de infantería, las posibilidades de victoria eran mínimas, por lo cual había tomado las medidas más eficaces para su incremento, persuadiendo a sus jefes y oficiales de tal necesidad. Sobre los batallones de la Guardia de Honor le avisaba habían quedado reducidos “con grandes dificultades forman 200 entre los tres” producto de las muertes, enfermedades y deserciones, confiaba que con su llegada se ampliase con unas 500 plazas.76

  • 77 Ibíd.; p. 430-431.

35En la segunda misiva del día 18, Anzoátegui se mostraba preocupado por las amenazas de Morillo.77 Ya en la tercera epístola del 28 de diciembre, le informaba sobre las actuaciones de los comandantes Plaza, Piggot y Piñango, quienes se encontraban desesperados por su llegada, puesto que tenían vergüenza de ponerse al frente de sus batallones, que no formaban ni dos compañías y esperaban aumentarlos con las tropas que venían. Culmina con una reflexión poco alentadora al constatar:

  • 78 Ibíd.; p. 431.

(…) yo puedo asegurar á u. que cuando considero la fuerza que tienen los batallones, su disciplina y el miserable estado en que se hallan, me lleno de sentimiento y maldigo la suerte, al ver perdido tanto trabajo.78

  • 79 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 50.

36Ya para 1819 la visión de José Antonio Anzoátegui sobre las tropas indígenas había cambiado. Alexander Alexander, dejó plasmado para entonces un testimonio no valorado por los biógrafos de prócer: “general Answartez (sic) era joven, buen mozo y tranquilo. Nunca lo vi perder el aplomo ni cometer falta alguna como no fuera esta excesiva severidad con estos pobre indios. Las circunstancias del momento siembargo, eran peligrosas (…)”79 ¿A qué severidad se refiere? Dos párrafos antes de la descripción lo explican:

  • 80 Ibíd.; p. 49-50.

Nuestra fatiga y privaciones hacían surgir tristes recuerdos; pero la más terrible y dolorosa escena tenía lugar antes de marchar por la mañana, cuando los pobres indios, a quienes se había forzado a salir de sus hogares, y eran retenidos contra su voluntad, eran recapturados durante la noche cuando intentaban volver a sus bosques nativos. Apenas si pasaba un día en que no hubiera tres o cuatro de ellos fusilados, sin fórmula de juicio, por desertores; se les separaba de la guardia que los custodiaba, simplemente, se les llevaba un poco fuera del camino, a vista de todos, y se les fusilaba con una sola bala para ahorrar municiones. Un oficial criollo estaba siempre presente, quien con su espada los decapitaba, y donde caían allí se les dejaba sin sepultar. El General Answartez (sic) estaba comúnmente presente, ya que el general Páez venía en la retaguardia con la caballería. Estas cruentas ejecuciones eran realizadas con proterva crueldad, a quemarropa, a veces tan cerca, que los fusiles incendiaban las camisas de las víctimas.80

37Observamos un ejemplo de algunas barbaridades cometidas por Anzoátegui, aunque el mismo Alexander Alexander lo justifica debido a las situaciones del instante. No hay investigaciones sobre José Antonio Anzoátegui que hagan alusión a aspectos que podríamos considerar negativos de su accionar, la historiografía sobre el prócer se produjo con el fin de sustentar su figura heroica.

  • 81 Clément Thibaud, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia... p (...)
  • 82 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia (...)

38En el contexto de la guerra la huida afectó tanto a los ejércitos realistas como patriotas, la deserción de los soldados descontentos era favorecida por el territorio americano con sus amplios espacios donde fácilmente se podían esconder. La deserción “(...) traza el límite entre lo aceptable y lo inaceptable; es una protesta muda contra el maltrato, la comida escasa, el alejamiento de la familia o del pueblo de origen y el temor a la epidemia que golpea sin tregua a las unidades que operan en los climas malsanos.”81 Para el historiador Alejandro Rabinovich “(…) la deserción ha podido ser interpretada como una práctica de resistencia por parte de los hombres de la plebe que constituían la tropa, contra las prácticas abusivas y tiránicas de la autoridad representada en las partidas reclutadoras y en la oficialidad.”82

  • 83 Caracciolo Parra Pérez, Mariño y la Independencia de Venezuela, T. III, p. 23.
  • 84 “Araguaguen, marzo 4 de 1819 A.S.E. El Libertador, etc, etc, etc” en: Memorias del General O’Leary. (...)

39Para el Apure había partido El Libertador con la Legión Británica el 27 de febrero de 1819.83 José Antonio Anzoátegui, una vez movilizado para Araguaquén, redactaba otra extensa epístola el 4 de marzo a Bolívar, en la cual lo felicitaba por la elección verificada por el Congreso como Presidente de la República, lo cual expresaba halagüeñamente permitiría a futuro el establecimiento del orden, la subordinación y la obediencia.84

  • 85 Ídem.

40A pesar de todo el esmero, vigilancia y eficacia de Anzoátegui por mantener la infantería no fue posible evitar la deserción, aunque confiesa como algo totalmente normal, la ejecución por las armas de cuatro o cinco individuos, y el castigo con azotes de otros tantos, “jamas (sic) había lidiado con tropas más infames que las que tienen los batallones Barlovento y Barcelona; creo son los hombres escogidos de los más malos del mundo, y sin ninguna opinión; sus oficiales (hablo de los hechos por Cedeño, Zaraza, y Monagas) son unos facinerosos, sin honor, sin opinión y sin vergüenza, á quienes de nada sirven los arrestos y represiones.”85Así describía Anzoátegui a los soldados.

41Sobre las deserciones presentamos otro relato de Alexander Alexander donde observamos las atrocidades de las cuales participó José Antonio Anzoátegui:

  • 86 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo, p. 49-50.

Una vez que los fusilamientos perdieron su efecto – pues nada parecía detener el espíritu de deserción, si pudiera así llamársele – vi a tres robustos indios jóvenes, bien plantados, de pie para ser fusilados, sin un murmullo o una lágrima, con el pelotón de fusilamiento detrás de ellos. Cuando las armas eran cargadas y presentadas, el indio de la derecha era movido un poco a su derecha; se hacía una indicación secreta al pelotón de fusilamiento para que no lo mataran, y les dispararan solo a los otros dos, que en un momento caían muertos a los pies del primero. Este se mantuvo firme como un roble, ni un suspiro ni una queja se escaparon de sus labios, ni siquiera se estremeció, pues yo tenía los ojos fijos en él. Noble tipo, pensé, se te ha perdonado, pero su varonil corazón estaba solo reservado para un más severo sufrimiento. Fue retirado del sitio donde yacían sus compañeros, ahora cadáveres decapitados, y atado con un trozo de rejo a un triángulo de maderos cortados clavados en el piso. Se ordenó que el tambor redoblara largamente para ahogar sus gritos, mientras lo golpeaban con palos en las nalgas por tan largo tiempo que yo me preguntaba cómo era posible que la naturaleza humana pudiera soportar el sufrimiento. La práctica de fusilar fue prácticamente abandonada, y se recurría a esta barbaridad más grande, si es posible, que producía un sufrimiento más duradero. Que les pasaba después de la paliza fue algo que nunca supe; pero seguramente por la pena, y sus anteriores sufrimientos, debieron morir.86

42Infames, los más malos, facinerosos y sinvergüenzas algunas de las características de las tropas que derrotarían a los españoles y que nos darían la independencia política de España, a su vez pueden considerarse por sanguinarios y bárbaros algunos próceres, era evidente que José Antonio Anzoátegui tenía serias dudas acerca de la eficacia de los batallones del ejército.

  • 87 “Araguaguen, marzo 4 de 1819 A.S.E. El Libertador, etc, etc, etc” en: Memorias del General O’Leary, (...)

43Volviendo al relato de la extensa epístola de Anzoátegui al Libertador, dos desertores de cada uno de los batallones se habían ido hacía tres días con 28 soldados, para contabilizar hasta ese momento 400 evadidos en total desde su salida de San Juan de Payara, lo cual le había obligado a tomar mayores y más drásticas medidas, cerrando la plaza con caneyes, encontrándose los hombres literalmente presos en sus tiendas y custodiados por los guardias del Batallón Páez y la primera de rifles, permitiéndoles salir sólo para hacer ejercicios, tomar agua y asar su carne. Había delimitado el área del campamento con banderas a 200 pasos de distancia, y estableció pena de muerte para los que se encontrasen afuera sin el permiso del Estado Mayor. A pesar de las medidas, las deserciones continuaban, por lo cual creía que si se retrasaba más la operación la infantería se diezmaría considerablemente, además si no salían del Bajo Apure antes del invierno calculaba le quedarían unos 200 hombres. 87

  • 88 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia (...)

44En cada campaña militar y a medida que la exaltación inaugural se venía abajo junto con el voluntariado los castigos previstos contra los fugitivos aumentaban, “Seis meses de calabozo, porte de cadenas y fierros, centenares de golpes de vara, años de servicio forzado sin derecho a sueldo y, finalmente la muerte.” Durante la guerra por la independencia la “deserción se volvió un fenómeno generalizado, normal, previsible.”88

Conclusiones

45José Antonio Anzoátegui fue un criollo, representante de los sectores privilegiados de la sociedad, y defensor de los intereses de su grupo, todo un mantuano. Si nos limitamos a los comentarios de sus contemporáneos podemos decir que Anzoátegui fue valeroso, obediente, enemigo de la anarquía, de carácter fuerte, malhumorado, y con habilidades para la guerra, rasgos fundamentales del héroe que perfilará la historiografía.

46En el artículo analizamos la participación del prócer en campañas de guerra y en tribunales militares. Le tocó a Anzoátegui afrontar el desorden para mantener la unidad del ejército, en un periodo fundamental en el proceso de guerra por la independencia en Venezuela. Aunque el barcelonés participa en la Batalla de San Félix (11-4-1817) junto a Manuel Piar, – primera gran victoria militar de la que es partícipe – sigue formando parte de los cercanos colaboradores del Libertador, tal como lo demostró en el Consejo de Guerra que decide la ejecución del curazoleño, no siendo el único procedimiento de esa naturaleza en el que participa. La historiografía precedente sobre el héroe omitió sus ejecutorias en los seguidos al soldado José Díaz, al capitán N. Machado, y el del coronel Ramón Nonato Pérez, entre otros.

47Anzoátegui fue un militar con intereses personales, que impuso el orden, la disciplina y la justicia militar entre sus jefes y tropa, y fue además un hombre de sujeción, oficial que persistentemente cumplió las órdenes del gobierno dirigido por Simón Bolívar, – con el cual compartía una visión de la guerra, la autoridad y el orden – mostrando siempre su adhesión al jefe caraqueño, y a diferencia de varios de los “soldados de la guerra” no pareció desear ser un caudillo independiente.

48Las pérdidas humanas que ocasionó la fracasada campaña del Centro en 1818 son renovadas a través del reclutamiento de indígenas en las misiones del Caroní, cumpliendo dicha función José Antonio Anzoátegui. Las deserciones, contra las que luchó, fueron constantes, como lo observamos ampliamente. La imagen fundamentalmente marcial de José Antonio Anzoátegui se observa como el resultado de su aguerrida, y hasta despiadada labor militar, desmitificando así su imagen heroica.

49No fue casual el interés de Anzoátegui por la disciplina y la justicia militar, en parte porque ello era una de las peculiaridades de su experiencia formativa previa al periodo estudiado, sino también porque la práctica marcial observada le había confirmado que ello constituía una necesidad a la hora de conducir tropas e incluso oficiales quienes no parecieran tener arraigado un principio tan particular a la formación castrense.

Haut de page

Bibliographie

Fuentes primarias

Archivo General de la Nación. Subfondo Revolución y Gran Colombia. Sección Gobierno. Gobernación de Guayana. T. V, 1818. FF. 105, 122v, 126v, 175.

Archivo General de la Nación de Colombia. Fondo Historia. Sección Anexos. General Anzoátegui. Sin Título. 1818. Signatura: SAA-1.17, 24, D.48. F. 258. “Comunicaciones enviadas por el General Bolívar a los ministros de cajas” (En línea) URL, http://consulta.archivogeneral.gov.co/ConsultaWeb/imagenes.jsp?ID=3846189&idnodolimagen=3839130&total=16&ini=1&fin=16.

“Bolívar decreta la creación del Consejo de Guerra permanente y dicta su reglamento en San Félix a 7 de junio de 1817” en Escritos del Libertador, T. X. Caracas, Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1973, (Cuatricentenario de la ciudad de Caracas), p. 232-237.

“Comunicación de Bolívar al General José Antonio Anzoátegui fechada en Angostura el 25 de septiembre de 1817, por lo que dispone se convoque el Consejo de Guerra para juzgar al desertor José Díaz” en: Blanco, José Félix y Azpurúa, Ramón, Documentos para la vida pública del Libertador, T. XI. p. 103-104.

“Decreto en que se establece la pena de muerte contra los traidores á la patria y perturbadores del orden y tranquilidad pública” en Blanco, José Félix y Azpurúa, Ramón, Documentos para la vida pública del Libertador, T. IV. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1977, p. 709-710.

“Inserción” en El Oriente, Barcelona 10 de noviembre de 1888. p. 2-3.

“Libro de órdenes generales del ejército de operaciones de la Nueva Granada de que es comandante en jefe el general de brigada ciudadano Francisco de Paula Santander”, Boletín de Historia y Antigüedades, 1941, nº 326, p. 1127-1128.

Memorias del General O’Leary, T. III, IX, XVI, Caracas, Imprenta de la “Gaceta Oficial.” 1880.

Montaña, Andrés compilador, Santander y los ejércitos patriotas 1819, T. II. Bogotá, Fundación para la conmemoración del Bicentenario del natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander, Biblioteca de la Presidencia de la República, 1989.

“Nombramiento de Bolívar a favor del general de brigada José Antonio Anzoátegui, fechado en Angostura el 21 de octubre de 1818, como comandante general de infantería del ejército de operaciones de occidente y segundo jefe del mismo” doc. 3385, José Antonio Anzoátegui, (En línea) URL, http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/inicio.php.

“Oficio para el general de Brigada José Antonio Anzoátegui fechado en el Rastro el 14 de febrero de 1818, con instrucciones para que reúna el Consejo de Guerra para oficiales, para juzgar a un oficial, acusado de hurto” doc. 2665, José Antonio Anzoátegui, (En línea), URL, http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/inicio.php. Consultado el 30 de septiembre de 2017.

Libros, capítulos de libros y artículos en revistas especializadas

Acosta Saignes, Miguel, Bolívar, acción y utopía del hombre de las dificultades, 3 ed. Caracas, Fundación Editorial El Perro y la Rana, 2009.

Bencomo Barrios, Héctor, “Estudio Preliminar” a La Provincia de Guayana en la Independencia de Venezuela de Tomás Surroca y de Montó, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2003, (Fuentes para la Historia Republicana de Venezuela, 82) p. 11-51.

Buchholz, Juanita, “Cambios demográficos en las misiones del Caroní 1816-1823” Anuario de Estudios Bolivarianos, 2005, nº 12 p. 93-115.

“El General Anzoátegui al Libertador”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia,1913, nº 2, p. 151.

Felice Cardot, Carlos, “Guayana y la Batalla de San Félix”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 1967, nº 198, p. 178-182.

Franco V, Constancio, Rasgos biográficos de los próceres i mártires de la Independencia, Tomo Primero, Bogotá, Imprenta de Medardo Rivas, 1880.

González, Asdrúbal, Manuel Piar. Valencia (Venezuela), Vadell Hermanos Editores, 1979.

González Sierralta, Hancer, José Antonio Anzoátegui. Accionar y forja de un héroe binacional (1810-2019), Mérida, Universidad de Los Andes, 2021. (Colección contraolvidos, 1)

Hébrard, Veronique, “Ciudades leales, ciudades patriotas: Guerra de independencia e identidades urbanas (Venezuela, siglo XIX)” Tiempo y Espacio, 2015, vol. 25, nº 63, p. 163-186.

La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo, Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, Colección Viajeros y Legionarios, 4, 1978.

Lecuna, Vicente, Cartas del Libertador, T. II, Caracas, Lit y Tip del Comercio, 1929.

Meza, Robinzon, “Las preocupaciones económicas de los Capitulares de Guayana frente al reformismo y el liberalismo (1764-1814)” Presente y Pasado, 2010, nº 30, p. 223-252.

“Narración del General Wright sobre la Batalla de Boyacá” en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 1937, nº 79, p. 307-311.

Osorio Bortolussi, José, La Campaña Libertadora de Guayana: Un estudio histórico-cultural de la Batalla de San Félix (1817-2017), Mérida, Universidad de Los Andes, 2019.

Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela. El Libertador de Oriente. Tomos II y III, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1954.

Pietri, Andrés, “Estudio Biográfico sobre la vida del General José Antonio Anzoátegui” en La Esfera, Caracas 5 de diciembre de 1946, p. 4.

Pino Iturrieta, Elías, El Divino Bolívar. Ensayo sobre una religión republicana. 2 ed. Madrid, Los Libros de la Catarata, 2003.

Pino Iturrieta, Elías, Nada sino un hombre. Los orígenes del personalismo en Venezuela, Caracas, Editorial Alfa, 2007. (Biblioteca Elías Pino Iturrieta, 3)

Princep, John, Diario de un viaje de Santo Tomé de Angostura en la Guayana Española, a las Misiones Capuchinas del Caroní, Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, Colección Viajeros y Legionarios, 3, 1975.

Quintero, Inés, Antonio José de Sucre. Biografía Política, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1998, (Fuentes para la Historia Republicana de Venezuela, 73)

Rabinovich, Alejandro Martin, La société guerrière. Pratiques, discours et valeurs militaires dans le Rio de la Plata (1806-1852), Rennes, Presses universitaires de Rennes, 2013.

Rabinovich, Alejandro Martin, “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia del Río de la Plata: 1810-1829” Estudios interdisciplinarios de América Latina y el Caribe. Identidad y actores subalternos en las Guerras de Independencia Israel, Universidad de Tel Aviv, 2011.

Rabinovich, Alejandro Martin, “Obedecer y comandar. La formación de un cuerpo de oficiales en los ejércitos del Río de la Plata, 1810-1820” Estudios sociales, revista universitaria, año XXI, 41, Santa Fe, segundo semestre 2011, p. 41-67.

Rabinovich, Alejandro Martin, “La militarización del Río de la Plata, 1810-1820. Elementos cuantitativos y conceptuales para un análisis” Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr Emilio Ravignani”, tercera serie, 37, segundo semestre 2012, p. 11-42.

Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819. Caracas, Editorial Colson, 2002.

Schacht Aristiguieta, Efraín: “Prólogo” a Diario de un viaje a las Misiones Capuchinas del Caroní de John Princep. Caracas, Ediciones de la Presidencia, 1975. (Colección viajeros y legionario, 3) p. VII-XV.

Spillemaeker, Frédéric, “Caudillisme, césarisme et peripheries impériales dans L’Indépendance du L’Amérique hispanique: L’ exemple de la province de Guayana (Venezuela), 1810-1819”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos (En ligne) Débats, mis en ligne le 18 juin 2025, consulté le 09 juillet 2025. URL: http://journals.openedition.org.ressources-electroniques.univ-lille.fr/nuevomundo/101946 ; DOI : https://doi-org.ressources-electroniques.univ-lille.fr/10.4000/146bb

Spillemaeker, Frédéric, “La salvación de la patria es la ley suprema: Los poderes de excepción de Francisco de Miranda y Simón Bolívar en las guerras de Independencia de Colombia y Venezuela”, Revista Universitaria de Historia Militar, vol. 12, nº 24, p. 75-103.

Spillemaeker, Frédéric y John Jairo Cardenas-Herrera, “Inventar la república en el reino animal. Las bestias del Llano como protagonistas de la Independencia de la Nueva Granada y Venezuela: 1814-1819”, Fronteras de la Historia, 2024, vol. 29, nº 2, p. 252-275.

Suárez, Santiago Gerardo, Las Instituciones Militares Venezolanas del Período Hispánico en los Archivos (Índice Sistemático y Documental), Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1969, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 92)

Suárez, Santiago Gerardo, El Ordenamiento Militar de Indias, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1971 (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 107)

Tavera Acosta, Bartolomé, Anales de Guayana, V. I, Ciudad Bolívar, Tip “La Empresa,” 1905.

Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia en Colombia y Venezuela, Bogotá, Editorial Planeta, Instituto Francés de Estudios Andinos, 2003, (Colección La línea del Horizonte) (Título original: Guerre et révolución. Les armées bolivariennes dans la guerre d'Indépendance en Colombie et au Venezuela. Traductor Nicolás Suescún)

Ugalde, Luis, “La costosa emancipación nacional” en La Independencia de Venezuela. Historia Mínima, Caracas, Fondo Editorial de la Fundación de los Trabajadores Petroleros y Petroquímicos de Venezuela FUNTRAPET, 2004, (Serie Historias Mínimas, 5) p. 35-52.

Zambrano, Alexander, “Del auge al ocaso. La administración del ganado en la Provincia de Guayana durante el gobierno republicano (1816 y 1821). Notas para su estudio” en Correo del Orinoco 1818-1822. Relecturas de un periódico revolucionario, Caracas, Centro Nacional de Historia, 2018. (Edición conmemorativa de los 200 años del Correo del Orinoco) p. 57-96.

Haut de page

Notes

1 Pino Iturrieta, Elías, Nada sino un hombre. Los orígenes del personalismo en Venezuela, Caracas, Editorial Alfa, 2007. (Biblioteca Elías Pino Iturrieta, 3) p. 15.

2 Pino Iturrieta, Elías, El Divino Bolívar. Ensayo sobre una religión republicana. 2 ed. Madrid, Los Libros de la Catarata, 2003. p. 21.

3 Franco V, Constancio, Rasgos biográficos de los próceres i mártires de la Independencia, Tomo Primero, Bogotá, Imprenta de Medardo Rivas, 1880. p. 261.

4 Tavera Acosta, Bartolomé, Anales de Guayana, V. I, Ciudad Bolívar, Tip “La Empresa,” 1905. p. 260.

5 “Nonato, charlatán y ladrón” en Montaña, Andrés compilador, Santander y los ejércitos patriotas 1819. T. II. Bogotá, Biblioteca de la Presidencia de la República, 1989. (Fundación para la conmemoración del Bicentenario del natalicio y el Sesquicentenario de la muerte del general Francisco de Paula Santander) p. 186.

6 “Santa Fe, noviembre 22 de 1819” en Memorias del General O’Leary. T. III, Caracas, Imprenta de la “Gaceta Oficial.” 1880. p. 45-46. “(…) indica Santander en sus Apuntaciones para la Historia: La voluntad de cumplir lo que hiciera otro cualquiera. Cejijunto, y oleada su frente por precoces arrugas, revela en ella el pensamiento que lo agita: el labio superior contraído hacia el extremo izquierdo, (...), sus ojos negros y brillantes están como abstraídos en la contemplación del mundo exterior (…)” “Inserción” en El Oriente, Barcelona 10 de noviembre de 1888, p. 2-3.

7 “Narración del General Wright sobre la Batalla de Boyacá”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 1937, no 79, p. 307-311.

8 Véase el capítulo nueve “La deificación por la historiografía” de nuestra obra José Antonio Anzoátegui. Accionar y forja de un héroe binacional (1810-2019), p. 251-274.

9 Entre su amplísima producción consúltese: La société guerrière. Pratiques, discours et valeurs militaires dans le Rio de la Plata (1806-1852), Rennes, Presses universitaires de Rennes, 2013; “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia del Río de la Plata: 1810-1829” Estudios interdisciplinarios de América Latina y el Caribe. Identidad y actores subalternos en las Guerras de Independencia Israel, Universidad de Tel Aviv, 2011; “Obedecer y comandar. La formación de un cuerpo de oficiales en los ejércitos del Río de la Plata, 1810-1820” Estudios sociales, revista universitaria, año XXI, 41, Santa Fe, segundo semestre 2011, p. 41-67; “La militarización del Río de la Plata, 1810-1820. Elementos cuantitativos y conceptuales para un análisis” Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr Emilio Ravignani”, tercera serie, 37, segundo semestre 2012, p. 11-42.

10 “Caudillisme, césarisme et périphéries impériales dans L’Indépendance du L’Amérique hispanique : L’exemple de la province de Guayana (Venezuela), 1810-1819”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos (En ligne) Débats, mis en ligne le 18 juin 2025, consulté le 09 juillet 2025. URL: http://journals.openedition.org.ressources-electroniques.univ-lille.fr/nuevomundo/101946 ; DOI : https://doi-org.ressources-electroniques.univ-lille.fr/10.4000/146bb; “La salvación de la patria es la ley suprema: Los poderes de excepción de Francisco de Miranda y Simón Bolívar en las guerras de Independencia de Colombia y Venezuela”, Revista Universitaria de Historia Militar, vol. 12, no 24, p. 75-103; y John Jairo Cardenas-Herrera, “Inventar la república en el reino animal. Las bestias del Llano como protagonistas de la Independencia de la Nueva Granada y Venezuela: 1814-1819”, Fronteras de la Historia, 2024, vol. 29, no 2, p. 252-275.

11 Ugalde, Luis, “La costosa emancipación nacional” en La Independencia de Venezuela. Historia Mínima, Caracas, Fondo Editorial de la Fundación de los Trabajadores Petroleros y Petroquímicos de Venezuela FUNTRAPET, 2004, (Serie Historias Mínimas, 5), p. 47.

12 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819. Caracas, Editorial Colson, 2002, p. 107.

13 Meza, Robinzon, “Las preocupaciones económicas de los Capitulares de Guayana frente al reformismo y el liberalismo (1764-1814)” Presente y Pasado, 2010, no 30, p. 244. Véase también: Veronique Hébrard, “Ciudades leales, ciudades patriotas: Guerra de independencia e identidades urbanas (Venezuela, siglo XIX)” Tiempo y Espacio, 2015, vol. 25, no 63, p. 163-186.

14 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia en Colombia y Venezuela, Bogotá, Editorial Planeta, Instituto Francés de Estudios Andinos, 2003, (Colección La línea del Horizonte) (Título original: Guerre et révolución. Les armées bolivariennes dans la guerre d'Indépendance en Colombie et au Venezuela. Traductor Nicolás Suescún), p. 273.

15 Zambrano, Alexander, “Del auge al ocaso. La administración del ganado en la Provincia de Guayana durante el gobierno republicano (1816 y 1821). Notas para su estudio” en Correo del Orinoco 1818-1822. Relecturas de un periódico revolucionario, Caracas, Centro Nacional de Historia, 2018. (Edición conmemorativa de los 200 años del Correo del Orinoco), p. 64.

16 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819, p. 108.

17 Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela. El Libertador de Oriente. Tomo II, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1954, p. 132.

18 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. 303-304.

19 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819, p. 109.

20 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. 304.

21 Zambrano, Alexander, “Del auge al ocaso. La administración del ganado en la Provincia de Guayana durante el gobierno republicano (1816 y 1821)”, p. 67 y 70.

22 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. 305.

23 Ídem.

24 Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela, T. II. p. 353.

25 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. 307.

26 Rodríguez Castillo, Leonardo, Vida de José Antonio Anzoátegui 1789-1819, p. 111.

27 Véase: Vicente Lecuna: Cartas del Libertador. T II. p. 992-93; Memorias del general O’Leary. T. IX, p. 429-431.

28 “Bolívar decreta la creación del Consejo de Guerra permanente y dicta su reglamento en San Félix a 7 de junio de 1817” en Escritos del Libertador, T. X. Caracas, Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1973, (Cuatricentenario de la ciudad de Caracas), p. 232-237.

29 Ibíd., p. 237.

30 Ibíd., p. 232-237.

31 Interesante lectura la planteada por John Jairo Cardenas-Herrera, y Frédéric Spillemaeker al valorar el juicio como una disputa entre Bolívar y Piar por los caballos del Llano: “Inventar la república en el reino animal. Las bestias del Llano como protagonistas de la Independencia de la Nueva Granada y Venezuela: 1814-1819”, p.268-269.

32 Pietri, Andrés, “Estudio Biográfico sobre la vida del General José Antonio Anzoátegui” en La Esfera, Caracas 5 de diciembre de 1946, p. 4.

33 Para mayor información sobre los Consejos de Guerra en el período colonial consúltense las obras de Suárez, Santiago Gerardo, Las Instituciones Militares Venezolanas del Período Hispánico en los Archivos (Índice Sistemático y Documental), Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1969, (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 92); y El Ordenamiento Militar de Indias, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1971 (Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 107)

34 “Decreto en que se establece la pena de muerte contra los traidores á la patria y perturbadores del orden y tranquilidad pública” en Blanco, José Félix y Azpurúa, Ramón, Documentos para la vida pública del Libertador, T. IV. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1977, p. 709-710.

35 González, Asdrúbal, Manuel Piar. Valencia (Venezuela), Vadell Hermanos Editores, 1979, p. 200.

36 “Comunicación de Bolívar al General José Antonio Anzoátegui fechada en Angostura el 25 de septiembre de 1817, por lo que dispone se convoque el Consejo de Guerra para juzgar al desertor José Díaz” en: Blanco, José Félix y Azpurúa, Ramón, Documentos para la vida pública del Libertador, T. XI. p. 103-104.

37 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia del Río de la Plata: 1810-1829”, p. 34. Entre los patriotas fue una constante mantener a raya las deserciones, recordemos el decreto penal del Poder Ejecutivo del 16 de abril de 1812, que establecía la pena de muerte para los huidos. Véase: Frédéric Spillemaeker: “La salvación de la patria es la ley suprema: Los poderes de excepción de Francisco de Miranda y Simón Bolívar en las guerras de Independencia de Colombia y Venezuela”, p. 88-89.

38 “Oficio para el general de Brigada José Antonio Anzoátegui fechado en el Rastro el 14 de febrero de 1818, con instrucciones para que reúna el Consejo de Guerra para oficiales, para juzgar a un oficial, acusado de hurto” doc. 2665, José Antonio Anzoátegui, (En línea), URL, http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/inicio.php. Consultado el 30 de septiembre de 2017.

39 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui (Visiones de la Guerra de Independencia). Bogotá, Academia de Historia de Colombia, 1963. (Biblioteca de Historia Nacional, Volumen C), p. 362-363.

40 Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia, p. 413. “Nonato Pérez (...) Dicho jefe, si bien muy valiente era sobrado altanero y déspota con sus subordinados. Al año siguiente y antes de partir para Nueva Granada, El Libertador ordenó a Páez que fuera a Guasdualito a prender al insoportable guerrillero que no tuvo nunca la importancia que Irvine le atribuye. Nonato fue preso y remitido a San Fernando, pero luego volvió al servicio.” Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela, T. II. p. 536.

41 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui, p. 353.

42 Santander le informa a Carlos Soublette el 31 de mayo de 1819 “Si en vez de Nonato viene Páez desde el principio, se hubiera hecho mucho más y más pronto. El tal señor Nonato es un charlatán grocero (sic), que no se desvela sino por robar y hablar mal de cuantos puede, como sean de los que le hacen sombra. El día de una batalla es tan guapo como tantos que hacen menos ruido y son menos peligrosos.” “Nonato, charlatán y ladrón” en Montaña, Andrés compilador, Santander y los ejércitos patriotas 1819, T. II…, p. 186.

43 “Libro de órdenes generales del ejército de operaciones de la Nueva Granada de que es comandante en jefe el general de brigada ciudadano Francisco de Paula Santander”, Boletín de Historia y Antigüedades, 1941, nº 326, p. 1127-1128.

44 “El General Anzoátegui al Libertador”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia,1913, nº 2, p. 151. No estamos seguro que terminó sucediendo, aunque Pérez aparece en julio de 1819 entre los líderes de la Batalla en Gámeza. Según Fabio Lozano y Lozano “El coronel Ramón Nonato Pérez figuraba como jefe de una Columna, aun cuando un Consejo de Guerra en Tame, presidido por Anzoátegui, lo condenó a servir sin mando alguno.” Anzoátegui… p. 365.

45 Frédéric Spillemaeker: “La salvación de la patria es la ley suprema: Los poderes de excepción de Francisco de Miranda y Simón Bolívar en las guerras de Independencia de Colombia y Venezuela”, … p. 99.

46 Quintero, Inés, Antonio José de Sucre. Biografía Política, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1998, (Fuentes para la Historia Republicana de Venezuela, 73) p. 98.

47 Archivo General de la Nación. Subfondo Revolución y Gran Colombia. Sección Gobierno. Gobernación de Guayana. T. V, 1818. F. 105. (En adelante AGN)

48 “El nombre de Guardia de Honor fue luego aplicado al cuerpo que, a proposición de Anzoátegui, formó el Libertador en julio de 1818 (...)” Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela...T. II, p. 249.

49 “Respetando los privilegios de los indios, ningún gobernador se atrevió a pedir mozos para la milicia, y solamente Fitzgerald pidió cuatrocientos hombres y sin embargo de que escogieron los peores de los pueblos fueron dos religiosos para cuidarlos.” Surroca y de Montó, Tomás, La Provincia de Guayana en la Independencia de Venezuela… p. 289.

50 AGN. Subfondo Revolución y Gran Colombia. Sección Gobierno. Gobernación de Guayana. T. V, 1818. F. 122v.

51 En junio de 1818 cuenta en sus filas con 60 indígenas. Thibaud, Clément, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia... p. 491.

52 Una descripción pormenorizada del pueblo se puede observar en Tello, Jaime Introducción, traducción y notas, La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo, Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, Colección Viajeros y Legionarios, 4, 1978, p. 27.

53 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui… p. 311.

54 “Altagracia fue fundada en 1734; en 1803, tenía 800 habitantes. Su conveniente ubicación la hacía el depósito para los reclutas conseguidos por Anzoátegui en las misiones (…)” Princep, John, Diario de un viaje de Santo Tomé de Angostura en la Guayana Española, a las Misiones Capuchinas del Caroní, Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, Colección Viajeros y Legionarios, 3, 1975, p. 25.

55 Schacht Aristiguieta, Efraín, “Prólogo” a Diario de un viaje a las Misiones Capuchinas del Caroní de John Princep… p. X-XI.

56 Memorias del General O’Leary, T. XVI, Caracas, Imprenta de la “Gaceta Oficial.” 1880, p. 63-64.

57 “(...) era hijo natural de una doméstica escocesa que lo abandonó y de un padre que lo repudió. Tuvo una vida de aventuras en Ceilán y la Guayana holandesa, de donde se encaminó finalmente a Venezuela (...) Simón Bolívar firmó su enganche el 10 de junio de 1818.” Clément Thibaud, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia... p. 369.

58 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo…p. 30.

59 Acosta Saignes, Miguel: Bolívar, acción y utopía del hombre de las dificultades... p. 233.

60 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia del Río de la Plata: 1810-1829”... p. 37.

61 Acosta Saignes, Miguel: Bolívar, acción y utopía del hombre de las dificultades... p. 233.

62 Archivo General de la Nación de Colombia. Fondo Historia. Sección Anexos. General Anzoátegui. Sin Título. 1818. Signatura: SAA-1.17, 24, D.48. F. 258. “Comunicaciones enviadas por el General Bolívar a los ministros de cajas” (En línea) URL, http://consulta.archivogeneral.gov.co/ConsultaWeb/imagenes.jsp?ID=3846189&idnodolimagen=3839130&total=16&ini=1&fin=16. (En adelante AGNC) Consultado el 15 de septiembre de 2018.

63 AGN. Subfondo Revolución y Gran Colombia. Sección Gobierno. Gobernación de Guayana. Tomo V, 1818. F. 126v.

64 Lozano y Lozano, Fabio: Anzoátegui… p. 313.

65 Ibíd.; p. 389.

66 Jaime Tello fue quien realizó la traducción y señaló “los nombres de lugares y personas se han conservado en la grafía del original.” La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 8.

67 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 31-33.

68 Parra Pérez, Caracciolo, Mariño y la Independencia de Venezuela...T. II. p. 557.

69 Memorias del General O’Leary. T. XVI. p. 104-105.

70 “Nombramiento de Bolívar a favor del general de brigada José Antonio Anzoátegui, fechado en Angostura el 21 de octubre de 1818, como comandante general de infantería del ejército de operaciones de occidente y segundo jefe del mismo” doc. 3385, José Antonio Anzoátegui, (En línea) URL, http://www.archivodellibertador.gob.ve/escritos/inicio.php. Consultado el 12 de marzo de 2017.

71 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 34.

72 “Doc 254 (…) Angostura, 21 de octubre de 1818” en Lecuna, Vicente, Cartas del Libertador, T. II, Caracas, Lit y Tip del Comercio, 1929, p. 81-82.

73 Lozano y Lozano, Fabio, Anzoátegui… p. 329-330.

74 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 42.

75 Lecuna, Vicente, Cartas del Libertador. T. II. p. 92-93.

76 Memorias del General O’Leary. T. IX. p. 429-430.

77 Ibíd.; p. 430-431.

78 Ibíd.; p. 431.

79 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo… p. 50.

80 Ibíd.; p. 49-50.

81 Clément Thibaud, Repúblicas en Armas. Los ejércitos bolivarianos en la guerra de Independencia... p. 460.

82 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia del Río de la Plata: 1810-1829”... p. 35.

83 Caracciolo Parra Pérez, Mariño y la Independencia de Venezuela, T. III, p. 23.

84 “Araguaguen, marzo 4 de 1819 A.S.E. El Libertador, etc, etc, etc” en: Memorias del General O’Leary. T. IX, p. 432-433.

85 Ídem.

86 La vida de Alexander Alexander escrita por él mismo, p. 49-50.

87 “Araguaguen, marzo 4 de 1819 A.S.E. El Libertador, etc, etc, etc” en: Memorias del General O’Leary, T. IX, p. 432-433.

88 Alejandro Rabinovich: “El fenómeno de la deserción en las guerras de la revolución e independencia del Río de la Plata: 1810-1829, p. 37.

Haut de page

Pour citer cet article

Référence électronique

Hancer González Sierralta, « José Antonio Anzoátegui. Disciplina y justicia militar en un período clave del proceso de independencia en Venezuela (1816-1819) »Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Débats, mis en ligne le 15 octobre 2025, consulté le 12 novembre 2025. URL : http://journals.openedition.org/nuevomundo/102679 ; DOI : https://doi.org/10.4000/1511k

Haut de page

Auteur

Hancer González Sierralta

Universidad de Los Andes, Mérida-Venezuela

Articles du même auteur

Haut de page

Droits d’auteur

CC-BY-NC-ND-4.0

Le texte seul est utilisable sous licence CC BY-NC-ND 4.0. Les autres éléments (illustrations, fichiers annexes importés) sont susceptibles d’être soumis à des autorisations d’usage spécifiques.

Haut de page
Rechercher dans OpenEdition Search

Vous allez être redirigé vers OpenEdition Search