1La dictadura cívico-militar chilena fue un período marcado por las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos, el incremento de la desigualdad social, la instauración del sistema neoliberal, entre otras lamentables consecuencias. Frente a este contexto, diversos sectores y grupos contrarios el régimen dictatorial desarrollaron múltiples estrategias de resistencia, las que no sólo deben ser entendidas como una forma de oposición a la dictadura cívico-militar, sino que además, pueden ser enmarcadas en una perspectiva de búsqueda de justicia social. Así, una premisa central de este trabajo es que la resistencia contra la dictadura debe ser comprendida, además, como una acción de justicia frente a este contexto represivo y de crímenes de lesa humanidad.
- 1 Sepúlveda Chávez, Miguel, “Osorno como territorio en disputa. Una revisión a través del imaginario (...)
- 2 Sepúlveda, “Osorno como territorio en disputa”, Op. Cit.
- 3 Sepúlveda, “Osorno como territorio en disputa”, Op. Cit.
2Una característica de Osorno como territorio o caso de estudio, es que esta ciudad puede ser considerada como un territorio en disputa, es decir, como un territorio donde existen grupos que constantemente buscan mantener, modificar, subvertir y/o eliminar las relaciones de poder. Además, esta “tensión o disputa territorial (…) puede ser rastreada con cierta claridad al menos desde y durante el siglo XX”1. Lo anterior, puede ser evidenciado, por una parte, “a causa de la existencia y vigencia de (…) un imaginario sociopolítico hegemónico, que señala a este territorio como una ciudad elitista, clasista y racista (…), sustentado en (…) prácticas y procesos desarrollados por los grupos hegemónicos locales”2, y por otra, “debido a la presencia de algunos grupos subalternos y/o contra-hegemónicos que han llevado a cabo procesos de resistencia”3.
- 4 Sepúlveda Chávez, Miguel, “Mecanismos de resistencia en la ciudad de Osorno, en el contexto de dict (...)
3Respecto a lo último señalado, el período dictatorial no fue una excepción. En efecto, a partir de otros estudios es posible confirmar el desarrollo de prácticas y estrategias de resistencia en Osorno durante los años 1973 y 19904. No obstante, a la luz de la premisa señalada al inicio de este trabajo, resulta interesante preguntarse por la relación existente entre el desarrollo de estas acciones de resistencia y la búsqueda de justicia. ¿Existió esta relación para quienes fueron parte de estos procesos? ¿Qué tan presente estaba el sentimiento de justicia en el desarrollo de este tipo de acciones y prácticas? ¿Puede la justicia ser comprendida como un elemento que forma parte de las motivaciones a la hora de resistir?
- 5 Cabe decir que, en función de los resguardos de la confidencialidad y el anonimato, el nombre de do (...)
4Consecuentemente, la presente investigación tiene como objetivo principal explorar la relación entre la justicia, por un lado, y, por otro, las prácticas y estrategias de resistencia desarrolladas durante la dictadura cívico-militar en Osorno entre los años 1973 a 1990. Para dar cumplimiento a lo anterior se recurrió a fuentes primarias obtenidas por medio de entrevistas en profundidad, realizadas entre los años 2013 y 2015 a distintas personas que participaron de la resistencia contra la dictadura en Osorno5. Asimismo, fueron consultadas fuentes secundarias, principalmente a través de la revisión del diario El Austral de Osorno, además de documentación oficial como el Informe de la Comisión Nacional sobre la Prisión Política y Tortura de 2005, entre otros.
5Para un mejor desarrollo del texto, este fue dividido en tres grandes apartados. El primero de ellos está dedicado a una revisión de los conceptos de justicia, injusticia y resistencia. El segundo acápite describe a grandes rasgos la represión y violación de los Derechos Humanos ejercida durante el período dictatorial, tanto a nivel nacional como en Osorno. Por último, una tercera sección está dedicada a la revisión de las prácticas y estrategias de resistencia desarrolladas en Osorno durante la dictadura cívico-militar chilena.
6Para justificar y dar sustento a la premisa insinuada al inicio de este trabajo, es necesario comprender qué se entiende por resistencia y por justicia / injusticia.
- 6 Foucault, Michel, Microfísica del Poder, Ediciones La Piqueta, Madrid, 1979, p. 171.
- 7 Molina, Nelson, “Resistencia comunitaria y transformación de conflictos”, Revista Reflexión Polític (...)
- 8 Molina, “Resistencia comunitaria”, Op. Cit., p. 73.
7Para este trabajo, se entenderá que la sociedad está atravesada por relaciones de poder. Siguiendo la fórmula foucaultiana, será establecido que “no existen relaciones de poder sin resistencias”6. Además, para este caso, la resistencia será comprendida como un proceso contra los intentos de dominación de los grupos hegemónicos7. Acorde a Molina, la resistencia sería “…una estrategia a través de la cual se pueden transformar conflictos e interviene sobre los efectos de las asimetrías del poder impuestas a determinados actores, procesos y condiciones comunitarias”8.
- 9 Scott, James, Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos, Ediciones Era, México D (...)
8Esta definición de resistencia se asocia a los grupos subalternos y/o subalternizados (como en el caso de la dictadura chilena). Por ello, entre las características principales de esta se encontrará su carácter oculto, clandestino y/o indirecto. En este sentido, un componente principal para lograr desarrollar acciones de resistencia sería la astucia. Esto deviene principalmente del hecho que “…existe un violento contraste entre el autocontrol y la conducta indirecta de los que carecen de poder y el comportamiento más desinhibido y directo de los poderosos”9.
- 10 Burgwal Gerrit, Prácticas cotidianas de resistencia, Tierra Nueva, Montevideo, 1970, p. 165.
- 11 Burgwal, Prácticas cotidianas de resistencia, Op. Cit.
9Según Burgwal “…para los débiles y desposeídos que actúan abiertamente, o más aun, que se rebelan, esto [resistir] puede poner en peligro su subsistencia”10. Es por ello que, “…intentan evitar el desafío directo y tratan de ‘trabajar el sistema’ por medio de prácticas cotidianas de resistencia que van desde el rumor y el chisme hasta el sabotaje y el hurto”11. No obstante, lo anterior debe ser entendido, más bien, como una esfera o ámbito de la resistencia, ya que sí existirán prácticas de resistencia que desafíen directamente el status quo y/o la hegemonía de ciertos grupos. Un ejemplo de esto puede encontrarse en las reuniones contestatarias (marchas, mítines, asambleas en lugares públicos, concentraciones, entre otras), y en las diferencias acciones de violencia política que son ejercidas como parte de los procesos de resistencia.
10La resistencia entonces, tendría una gran variedad de formas y expresiones:
- 12 Molina, “Resistencia comunitaria”, Op. Cit., p. 71.
[la resistencia va] desde acciones individuales hasta movimientos colectivos, masivos, de temporalidad relativa y estructurados. [La resistencia] se expresa de diversas maneras, definiendo una amplia gama de recursos a los cuales pueden apelar las personas o comunidades a quienes incumba esta acción12.
- 13 Molina, “Resistencia comunitaria”, Op. Cit., p. 79.
11Cada una de estas acciones y prácticas de resistencia “constituye un proceso específico contra la dominación, llevado adelante en un contexto y coyuntura específica. En función del foco al cual se resisten las comunidades, éstas desarrollan estrategias particulares a través de la cuales transforman el conflicto”13. Los diferentes procesos de resistencia poseerían una identidad y características particulares en función del contexto en el que son desarrolladas.
12Ahora bien, ¿es posible pensar la resistencia, o más bien, los procesos de resistencia como expresiones de justicia? ¿Puede entenderse la resistencia como una lucha contra la(s) injusticia(s) social(es)?
13La justicia ha sido un tema de reflexión recurrente en distintas sociedades y épocas. Para el caso de la sociedad moderna-occidental, podemos encontrar esfuerzos dedicados a ello en figuras como Aristóteles, John Rawls, Iris Marion Young, entre otros.
14Para este trabajo, más que centrarme en qué es justo, o en una definición de justicia, creo necesario comprender qué es lo injusto, en tanto esto permitiría situar las prácticas de resistencia como acciones contra la injusticia.
15De acuerdo a Teresa Santiago, quien sigue a Bufacchi, la injusticia social estaría vinculada a al menos tres dimensiones o ámbitos:
- 14 Santiago Oropeza, Teresa, “Repensar la injusticia. Una aproximación filosófica”, Isonomía, n°49, 20 (...)
1) Injusticia como mala distribución de los bienes y beneficios provenientes de la cooperación social. (…)
2) La injusticia como exclusión implica acciones o políticas públicas que excluyen a quienes, en principio, son legítimos receptores de la distribución de bienes y beneficios. Las víctimas de la exclusión pueden ser personas o grupos.
3) La injusticia como desempoderamiento consiste en explotar la vulnerabilidad de las personas; las víctimas de esta forma de injusticia no son tomadas en cuenta como sujetos de derechos14.
- 15 Santiago, “Repensar la injusticia”, Op. Cit., p. 54.
16Para el caso de este trabajo, la tercera dimensión es la que se relaciona de modo significativo con el sentimiento de injusticia que fue percibido por quienes participaron de la resistencia contra la dictadura (algo que será evidenciado en el tercer apartado a partir de algunos relatos). La injusticia como desempoderamiento haría referencia a una situación de vulnerabilidad en la que grupos o personas se ven inmersos, “impidiéndoles el disfrute de los bienes y beneficios de la sociedad, y el ejercicio de sus derechos”15.
- 16 Lechner, Norbert, Norbert Lechner. Obras escogidas, LOM, Santiago, 2007, p. 232.
17Recordemos que un tema central en este sentido es la violación a los Derechos Humanos desarrollada en el período dictatorial. Esta práctica no sólo afecta a quienes sufren dichas violaciones, ella alcanza además a la sociedad en su conjunto: “los derechos humanos son un elemento constitutivo de la política y que, por consiguiente, la violación de los derechos humanos es una agresión a la sociedad”16.
- 17 Santiago, “Repensar la injusticia”, Op. Cit., p. 60.
18Quienes sufren violaciones de sus Derechos Humanos son víctimas de una injusticia social, principalmente porque responden a dos características fundamentales: “el no merecimiento del daño, esto es, la inexistencia de una acción previa de su parte que justificara la acción injusta y, en segundo lugar, que se trata de una condición no elegida, es decir, como bien apuntaba Aristóteles, que nadie es víctima voluntariamente”17.
19Así, la resistencia en dictadura, en tanto lucha de reivindicación de los Derechos Humanos y de defensa y reparación para quienes vieron vulnerados estos derechos, se enmarca como una práctica de justicia, o al menos en búsqueda de ella.
20Para comprender mejor la relación entre resistencia y justicia se revisarán a continuación, de manera general, las distintas violaciones cometidas por el Estado chileno durante el período dictatorial, siendo éste el contexto en el cual distintos sujetos y grupos impulsaron y desarrollaron procesos de resistencia.
21Durante la dictadura cívico-militar chilena, al igual que en las demás dictaduras latinoamericanas inspiradas por la doctrina de seguridad nacional, se llevaron a cabo, de manera reiterada y sistemática, violaciones a los Derechos Humanos. Lo anterior estuvo justificado, a grandes rasgos, en el discurso que mandaba como deber la exterminación del “cáncer marxista” (según afirmó el general Gustavo Leigh el 11 de septiembre de 1973) que se suponía estaba asolando al país. Así, cualquier persona que estuviera en oposición –o pareciera estarlo– al régimen militar, era parte de la enfermedad que la junta militar, y en especial el dictador Augusto Pinochet, se empeñaban en curar. Osorno, al igual que el resto de territorios del país, sufrió las consecuencias de lo anterior.
22El cuerpo, en tanto objetivo de las prácticas de represión, tortura y muerte, es quizás la prueba más contundente de las violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el régimen dictatorial en Chile.
23Respecto a la represión y tortura, para el caso de Osorno y a partir del Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura de 2005, conocido también como Informe Valech, es posible identificar 12 centros de detención y tortura:
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Anexo Cárcel de Osorno - Supermercado COOPRESUR.
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Cárcel de Osorno.
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Centro de Instrucción Militar de Cañal Bajo (ocupado por la DINA).
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Comisaría de Carabineros N°1 - Fiscalía de Carabineros.
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Comisaría de Carabineros N°3.
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Cuartel de Investigaciones.
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Estadio Español.
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Industrias de Cecinas FELCO.
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Recinto ex Hospital Base de Osorno - Fiscalía Militar.
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Regimiento de Ingenieros N°4 Arauco.
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Retén de Carabineros Ovejería.
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Retén de Carabineros Rahue Alto.
- 18 Respecto a este método de tortura, en el capítulo V del Informe de la Comisión Nacional sobre la Pr (...)
- 19 Comisión Nacional sobre la Prisión Política y Tortura, CNPPT, “Informe de la Comisión”, p. 253-298.
24En estos recintos las personas detenidas eran objeto de diferentes prácticas de tortura. En general, a nivel nacional, desde el primer momento de las detenciones se hizo presente el uso de golpes (con puños y pies, mediante culatazos, entre otros), para posteriormente utilizar otros métodos: lesiones corporales deliberadas, colgamientos, posiciones forzadas, aplicación de electricidad, amenazas, simulacro de fusilamientos, humillaciones y vejámenes, desnudamientos, agresiones y violencia sexual, presenciar torturas de otros, ruleta rusa18, presencia de fusilamientos de otros detenidos, confinamiento en condiciones infrahumanas, privaciones deliberadas de medios de vida, privación o interrupción del sueño, asfixias, exposición a temperaturas extremas, violencia sexual contra menores de edad, violencia sexual contra mujeres embarazadas que fueron violadas durante su detención, prisión de mujeres violadas que quedaron embarazadas, prisión de mujeres embarazadas cuyos hijos nacieron en cautiverio19.
- 20 CNPPT, “Informe”, Op. Cit., p. 205.
25Acorde al Informe de la Comisión Nacional sobre la Prisión Política y Tortura, en relación con la tortura, durante la dictadura cívico-militar chilena se pueden identificar tres períodos. Un primer período correspondería a los meses de septiembre a diciembre de 1973. El segundo período estaría enmarcado entre enero de 1974 y agosto de 1977. Por último, el tercer período abarcaría desde agosto de 1977 a 198920. La diferencia entre cada uno de estos períodos estaría referida a los métodos e intensidad aplicadas, pero principalmente respecto a las personas hacia quienes fue dirigida la tortura.
26En el primer período la tortura fue aplicada de manera masiva, sin un perfil predeterminado respecto de quiénes serían objeto de estas violaciones de sus Derechos Humanos. Durante esos meses, las distintas Fuerzas Armadas, el Cuerpo de Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones fueron los encargados de ejecutar las prácticas de tortura.
- 21 Radio UChile, Santiago, “Corte Suprema dicta fallo contra efectivos de Carabineros por delitos de l (...)
27Para Osorno existen casos judiciales emblemáticos sucedidos durante este período, que implican tanto a personas torturadas y/o asesinadas como también de torturadores. Respecto a lo último, se puede nombrar lo acontecido con el coronel en retiro (en ese entonces, capitán de carabineros) Adrián Fernández Hernández, jefe de la Tercera Comisaría de Rahue Alto, quien fue judicialmente condenado en 2014 como autor de diversos crímenes de lesa humanidad, con una pena de 15 años de presidio sin beneficios21.
- 22 CNPPT, “Informe”, Op. Cit., p. 213.
28El segundo período establecido en el Informe Valech tendría como principal característica el hecho de que el objetivo central de las torturas fueron “los cuadros directivos del MIR y de los partidos Comunista y Socialista, a fin de impedir la rearticulación clandestina de redes opositoras a la dictadura”22. Un ejemplo de esto, experimentado en Osorno, es la causa judicial rol n°54-75, referente a 16 personas detenidas en la ciudad. Respecto a los procesados, en el informe de dicha causa se señala:
- 23 CNPPT, “Informe”, Op. Cit., p. 170.
29Se atribuye la organización clandestina del Partido Socialista después del 11 de septiembre de 1973 y a quienes se castigó por el delito de asociación ilícita establecido en el Decreto Ley N°77 de 1973 y por otros delitos de la Ley sobre Control de Armas. Sin embargo, a dos de los procesados se les castigó como autores del delito de espionaje conforme a los artículos 245, N°12, y 246 del Código de Justicia Militar, porque, de acuerdo con el consejo de guerra, ‘extrajeron y escribieron secretos militares y otros datos del Regimiento de Ingenieros N°4 Arauco, para su entrega al enemigo y para favorecer las operaciones de estos últimos’. Ha quedado establecido que no había un enemigo a quien entregar secretos ni operaciones que pudieren haber sido objeto de ayuda23.
30Durante esta etapa, la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) fue el principal agente represivo. En la ciudad de Osorno ella tuvo su recinto de tortura en el Centro de Instrucción Militar de Cañal Bajo, ubicado en la ruta internacional 215, aproximadamente a siete kilómetros de su centro urbano.
31El último período represivo, al igual que la etapa anterior, estuvo marcado por una lógica de especialización respecto a los métodos de tortura, pero además, en relación a quienes serían las personas torturadas. La masividad del primer período se aleja completamente de lo ocurrido entre los años 1977 y 1989.
32Como señalé al inicio del apartado, todo este proceso represivo fue sustentando en una lógica de guerra contra un enemigo interno (el cáncer marxista) lo que, de alguna manera, justificaba los horrores cometidos. Sin embargo, es importante señalar que fue desplegado y creado todo un discurso en torno a lo anterior, con el objetivo de conseguir que la sociedad chilena en general (o por lo menos una importante mayoría), de alguna u otra manera acepte estas ideas. En otras palabras, existió una manipulación discursiva para imponer el discurso anti-marxista emanado desde la junta militar.
33Un primer antecedente concreto respecto a este discurso anti-marxista es sin duda la Declaración de Principios del gobierno militar de 1974 y, en especial, el apartado número 5. En años posteriores, esto fue plasmado en el ámbito jurídico-legal, por ejemplo, en la Ley N°12.927 de Seguridad Interior del Estado, modificada por el Decreto Ley N°1.281 de 1975, y en la Ley N°18.314, conocida también como Ley antiterrorista de 1984. En todas ellas se criminaliza y penaliza a los sujetos de resistencia contra la dictadura.
34Además, el encubrimiento de las violaciones a los Derechos Humanas, y por ende, la represión, la tortura y la muerte de personas durante la dictadura cívico-militar, no obedece a elementos aislados o desarticulados, sino que, es posible instalarlo como parte de un programa y/o plan orientado específicamente a ello. Al menos tres son los documentos emitidos en 1974 que permiten corroborar esta situación: a) Campaña de penetración psicológica masiva de la Dirección de Relaciones Humanas. Departamento de Psicología; b) Orientación Psicológica para los Planes de Difusión del Gobierno; c) Preparación psicológica de la población para contrarrestar la acción marxista, Departamento Relaciones Humanas y Conducta social.
35A modo de ejemplo del contenido de dichos documentos, dejo algunos fragmentos del documento Campaña de penetración psicológica masiva:
- 24 Secretaría General de Gobierno, Campaña de penetración psicológica masiva, Dirección de Relaciones (...)
1. En virtud de lo captado por los especialistas de la Dirección de Relaciones Humanas, a través de análisis de encuestas, sondeos de opinión pública y estudios de reacciones inconscientes, es que estimamos conveniente realizar un plan de penetración psicológica masiva. (…)
4. Con asombro, hemos visto que a solo seis meses del Pronunciamiento Militar (…) el ciudadano común aceleradamente ha olvidado las circunstancias de peligro que significó el marxismo (…) Es como si no quisieran aceptar que estamos en guerra (…)
7. Es imprescindible evocarles, o más bien, reactivarles los instantes angustiosos y trágicos previos el Pronunciamiento Militar. Es unas de las formas de incorporarlos y apoya los planes del gobierno, que en última instancia los beneficia a ellos mismos. (…)
9. (…) Este plan de penetración psicológica masiva, pretende a la luz de lo padecido por la población, destruir la doctrina marxista.
(Marxismo = violencia = escasez = escándalo = angustia = peligro de muerte).
10. Como consecuencia de esta campaña, se debe llegar a:
Que el gobierno militar debe volver a emerger ante las mentes ciudadanas como única solución a ese problema llamado marxismo.
(Junta militar = factor terapéutico = bienestar = solución a los problemas = progreso = patria)24.
- 25 Secretaría General de Gobierno, Orientación Psicológica para los Planes de Difusión del Gobierno, S (...)
36Se aprecia en la cita anterior cómo se justifica, desde órganos oficiales de la Dictadura, el diseño de la intervención psicológica de la población. El siguiente paso fue establecer un plan o programa de acción enfocado en “impactar fundamentalmente lo instintivo y lo ético-moral”25, y se buscó implementarlo en los distintos medios de comunicación del país. Agustín Edwards –que en la época se desempeñaba como director de El Mercurio–, se transformó quizás en el aliado más icónico de la junta militar en esta materia (además de ser uno de los grandes gestores del golpe de estado). El conglomerado de periódicos y diarios del cual Edwards era dueño, incluye diarios de carácter regional/local, como La Prensa de Osorno, que estuvo en funcionamiento hasta 1982, y El Austral de Osorno, creado en 1982 y vigente hasta nuestros días.
37Resulta imposible cuantificar de manera precisa cuál fue el impacto de este programa en la sociedad chilena, y ni siquiera en un territorio más pequeño, como Osorno. No obstante, a través de un trabajo de revisión de prensa, es posible verificar al menos una orientación específica que simpatiza con esa intención, que estaba presente en la línea editorial, y que también era traducida en el contenido de las notas de prensa que diariamente fueron publicados por la prensa local osornina. En este sentido, respecto al rol de La Prensa de Osorno, Contreras señala lo siguiente:
- 26 Contreras, Óscar, “La dictadura de los medios”: dispositivos de poder e influencia de los medios de (...)
La Prensa buscó hacer sentir que el accionar de la Junta Militar era moderado, justificado y acorde a las circunstancias. La diferencia entre los periodos 1973-1975 y 1976-1980, es que en el primero de ellos se registró un mayor número de noticias que buscaron instaurar el marxismo como sinónimo de terrorismo, caos, muerte, perpetradores de una posible guerra civil e incluso, comprendiendo que en aquella época la homosexualidad era un tema tabú y considerada una enfermedad mental por gran parte de la población, fue utilizado como un concepto para desprestigiar a los militantes de izquierda.
En definitiva, el diario osornino respaldó el actuar militar, avalando su accionar. Para el segundo periodo estudiado, el matutino restó espacios a este tipo de noticias, centrando su atención en la política gubernamental y en posicionar a Osorno como una ciudad ordenada y moderna.
Ahora, no solo confabuló para crear una imagen negativa de la izquierda, también actuó como encubridor de una serie de crímenes en contra de los DDHH26.
38Como ya se señaló en el apartado anterior, la violación de los Derechos Humanos como tal constituye una injusticia social; pero, además, en el acto de encubrir o negar estas acciones –lo que, a partir de lo señalado por Contreras, habría sido realizado por la prensa local osornina–, existiría una segunda injusticia, que podría ser asociada a lo que Fricker denomina como injusticia testimonial. Respecto a esta, Latova, define que
- 27 Latova Santamaría, Diana Rosa, “De la injusticia epistémica al epistemicidio: un análisis comparado (...)
la [injusticia] testimonial tiene lugar cuando al testimonio de un hablante no se le otorga, de manera arbitraria, suficiente credibilidad. La injusticia reside en que la credibilidad atribuida se ve mermada por la presencia en el imaginario compartido de un prejuicio en contra del grupo social al que pertenece el hablante27.
39En este caso, la injusticia testimonial existiría en el acto de negación que existió –y que en algunos sigue vigente hasta la actualidad– respecto a la represión y los crímenes de lesa humanidad que, efectivamente, fueron cometidos durante los 17 años que duró la dictadura cívico-militar.
40Lo relatado en este apartado, es sin duda alguna, solo una mínima parte del accionar represivo que la junta militar, Augusto Pinochet y civiles, desplegaron durante el período dictatorial. No obstante, estas breves páginas permiten comprender a grandes rasgos cómo fue posible la violación sistemática de los Derechos Humanos y de qué manera esto ocurrió. Además entregan características generales respecto al contexto en el que se desarrollaron prácticas y estrategias de resistencia a nivel nacional y, específicamente, para el caso de esta investigación, en la ciudad de Osorno, durante los 17 años que duró la dictadura cívico-militar.
41A pesar del ya descrito contexto totalmente adverso para quienes eran contrarios a la dictadura chilena, distintos sujetos y grupos desarrollaron una serie de prácticas y estrategias de resistencia durante este período. Al respecto, quizá lo más recordado y de mayor impacto público fue lo realizado por las organizaciones rebeldes armadas como el MIR, FPMR, MAPU-Lautaro, entre otros, en el ámbito de la violencia política. Sin embargo, es necesario destacar que existieron muchos otros tipos de acciones de resistencia que fueron puestas en práctica durante estos años.
- 28 Bobbio, Norberto, La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político, Fond (...)
- 29 Santiago, “Repensar la injusticia”, Op. Cit., p. 63.
42Desde el inicio de la resistencia, en 1973, es casi de Perogrullo pensar que ésta fue desplegada contra la dictadura y/o para derrocarla. En tanto el régimen dictatorial puede ser comprendido como un gobierno “absoluto, exclusivo, personal, moral y jurídicamente reprochable”28, las prácticas de resistencia se instalan como una reivindicación de justicia social respecto a lo político institucional y a los valores democráticos quebrados por el golpe de estado. Pero también, y de manera mucho más notoria durante la década de los 80, esas prácticas de resistencia pueden observarse como una lucha por la justicia, en relación con la defensa de los Derechos Humanos constantemente atropellados y pisoteados por el régimen militar. Existe así un sentimiento de injusticia social, que “surge cuando la dignidad de las personas se ve seriamente lastimada, y tiene un carácter tanto moral como político”29.
- 30 Héctor Hernández, Entrevista personal, junio de 2013.
43Este sentimiento de injusticia puede constatarse en algunos relatos de quienes fueron parte de los procesos de resistencia durante la dictadura: “No había otra alternativa, porque la bota de la ley quería pisarte (…) [nosotros] nunca aceptamos que nos pisoteen”30.
44Una de las personas que resistió activamente contra la dictadura, señala lo siguiente respecto a qué lo motivó a participar de estas acciones:
(…) en un principio era eso, pelear contra la dictadura, pero después cuando comencé a cachar más hueás [comprender más cosas], (…) me junté con miristas [militantes del MIR] en ese tiempo, y ahí empecé a cachar [entender] que no era el término de la dictadura, para mí nunca fue eso (…) no veía que el proceso terminaba con el término de la dictadura, sino que ya empecé a cachar [entender] todo el rollo [discurso] con el sistema y toda la hueá [sic], (…) para mí la dictadura era una parte.
- 31 Miguel, Entrevista personal, agosto de 2015.
45Se aprecia aquí un cambio en la forma de pensar respecto al motivo de resistir en dictadura, donde ya no es ella el gran objetivo; o dicho de otra manera, se comprende que los problemas no se eliminarán con el fin de la dictadura, las desigualdades sociales permanecerán porque se entiende que dentro de ella existe un problema mayor31.
46Asimismo, en este contexto la lucha por la defensa de los Derechos Humanos se transformaría en un aspecto central:
- 32 Miguel, Entrevista personal, Op. Cit.
(…) igual para harta gente la dictadura era con la hueá [el tema] de los derechos humanos, básicamente era eso, para reivindicar todas las violaciones a los derechos humanos, en eso se centraba un poco la lucha contra la dictadura, con todos los atropellos, que hubiera justicia, ni perdón ni olvido y todo eso32.
47A partir de este fragmento se deja entrever, aparentemente, que la búsqueda de justicia fue uno de los motores de la resistencia desplegada por estas personas. Así, distintos sectores de la sociedad transformaron la defensa de los Derechos Humanos en un elemento principal de sus acciones de resistencia.
- 33 Doris, Entrevista personal, junio de 2013.
48Los jóvenes fueron un sector importante en relación con lo anterior. Principalmente, ellos buscaron y aprovecharon distintas instancias para relevar la importancia de la lucha por los Derechos Humanos. Una joven de la época recuerda lo siguiente: “(…) a mí me tocó hacer mucho trabajo social, un trabajo de convencimiento, de difusión de todo lo que era el tema de Derechos Humanos. Y eso lo hacía a través de grupos juveniles, grupos de mujeres, los estudiantes”33.
49Miguel fue una persona activa en la resistencia en Osorno, desde aproximadamente la segunda mitad de la década de los 80 hasta los primeros años de la postdictadura. En este sentido, a partir de sus vivencias durante este período él destaca cómo la lucha contra la violación de los Derechos Humanos, y la justicia en torno a esta materia, fueron cada vez más importantes y centrales para quienes desarrollaron acciones de resistencia durante la dictadura cívico-militar chilena:
- 34 Miguel, Entrevista personal, Op. Cit.
Comenzamos con una lucha más frontal en contra de los aparatos represivos, básicamente, en el tema de la represión, (…) lo que era importante para nosotros en ese tiempo era reivindicar lo que habían sido las violaciones a los derechos humanos, era una de las cosas que más nos movía en ese entonces, porque veíamos que eso había quedado en la impunidad, o sea todas las violaciones a los derechos humanos, todos los detenidos desaparecidos, todos los muertos, ejecutados y todo lo que había pasado (…) que en su tiempo habían reivindicado los partidos de izquierda, a partir del 86-87 pa’[sic] adelante eso ya lo empezaron a negociar (…) y empezaron a olvidarse de todo ese tipo de violaciones y nosotros eso era un poco lo que rescatábamos en términos de reivindicación34.
50Además, tal como se puede apreciar en las líneas finales del fragmento citado, Miguel desliza una crítica hacia los partidos políticos de izquierda, pero sobre todo, al proceso que dio fin a la dictadura. Por ejemplo, desde el FPMR aquello sería catalogado como una “salida burguesa”. Pero, desde este contexto, el fin de la dictadura podría ser considerado como una salida carente de una justicia real, respecto de los actos cometidos por los actores y cómplices de la dictadura. El mismo Miguel complementa su pensamiento al respecto:
- 35 Miguel, Entrevista personal, Op. Cit.
(…) pa’ nosotros la hueá [el tema], como te digo un poco la desesperación viendo que la hueá [la cosa] no iba pa’ ningún lado en términos políticos, se veía la salida política, el acuerdo (…) nosotros empezamos a cachar la hueá y empezamos a darle nomás, tampoco teníamos un planteamiento político así como claro (…) nosotros le dábamos nomás, teníamos los medios pa’ hacer hueás [cosas], la hueá [el tema] era aprovechar, pero igual teníamos claro básicamente el tema de la reivindicación de los derechos humanos (…) y darle a los chanchos [represores], pa’ nosotros esa era la hueá [ese era el tema], está esa rabia contra (…), en ese tiempo la hueá era más, porque los hueones estaban operando todavía, entonces la hueá era latente la bronca con los hueones35.
51Este sentimiento de falta de justicia, estuvo presente –en distinto grado y forma– durante toda la década de los 80. Una de sus expresiones fue el rechazo público hacia los torturadores que lograban ser identificados por quienes sufrieron su actuar:
- 36 Rolando Rosas, Entrevista personal, mayo de 2013.
(…) [en los años80] las cosas se empezaron a abrir camino, las protestas, por ejemplo. Se empezó a ver que eran rechazados [los adherentes y cómplices de la dictadura], que eran odiados (…) se les empezó a venir la población encima, de hecho, a los torturadores que tenían los empezaron a sacar de acá. A los muy quemados [conocidos] los tiraron [sacaron] a un lado, a otro (…) Las protestas ya empezaron a ser más grandes36.
52Si bien es cierto que a partir de los relatos citados anteriormente se puede percibir la centralidad que adquiere la reivindicación de los Derechos Humanos durante la década de 1980, esto en ningún caso significa que durante la década de 1970 esto no haya estado presente en quienes resistieron a la dictadura.
- 37 Rolando Rosas, Entrevista personal, Op. Cit.
53En Osorno, varios testimonios señalan cómo distintas personas, de distintas profesiones u oficios, dedicaron sus esfuerzos a la defensa de quienes fueron detenidos por los aparatos represivos de la dictadura, y que vieron violentados, de las formas que ya fueron descritas en el apartado anterior, sus Derechos Humanos fundamentales. Uno de los nombres que algunas personas destacan es el de Óscar Álvarez (abogado): “lo digo con mucho orgullo, fue el único defensor del tema de Derechos Humanos, ¡el único! (…) Él fue Ministro de la Corte Suprema, de la Corte de Apelaciones (…) defendió el tema de Derechos Humanos, ¡él, él, él!”37.
- 38 Rolando Rosas, Entrevista personal, Op. Cit.
54Se debe señalar, además, el apoyo prestado por algunos organismos de envergadura nacional, como la Vicaría de la Solidaridad, creada en Santiago en 1976, la que, para el caso de Osorno, tuvo entre sus sedes la Parroquia Buen Pastor de Ovejería. Allí se prestaron servicios médicos a las personas torturadas: “el italiano Cintolesi [médico] después empezó a atender en la parroquia el Buen Pastor de Ovejería, atendía toda la gente que venía de la tortura”38.
55Todo lo anterior permite comprender, hasta cierto punto, cuáles eran las motivaciones que estaban detrás de las prácticas de resistencia que distintas personas desarrollaron durante el período dictatorial. En paralelo, y de manera complementaria, resulta de interés revisar qué tipo de acciones de resistencia fueron desplegadas en la ciudad de Osorno.
56Para mayor facilidad, respecto de la estructura del texto, las acciones de resistencia descritas a continuación serán agrupadas en dos grandes categorías. La primera de ellas está relacionada con las manifestaciones culturales (en un sentido amplio), sociales y económicas, y con actividades de difusión y de reflexión política. Mientras que la segunda se relaciona con acciones disruptivas y de violencia política.
57Un elemento central en muchas de las acciones de resistencia ligadas a lo cultural fue la música. Ella se manifestó a partir del cantar y reproducir canciones de artistas, como Víctor Jara (asesinado por la dictadura), Inti-Illimani, Congreso, Violeta Parra, entre otros. La música se transformó en un difusor del mensaje de resistencia contra la dictadura y su accionar represivo. Se debe recordar, además, que muchas de las personas que estaban detrás de la autoría de esta música fueron exiliadas, torturadas e incluso asesinadas por los aparatos represivos dictatoriales.
- 39 Mario Utreras, Entrevista personal, mayo de 2013.
58Respecto a la reproducción de música catalogada como subversiva y/o anti o contra dictatorial, existió una fuerte censura. Uno de los entrevistados evoca: “(…) muchos casetes (…) pasan por la vigilancia del gobierno militar, por lo tanto, hay ciertos temas que se les va quitando”39. Dicha censura no solo fue aplicada al medio físico de divulgación musical (casete y/o vinilo), sino que, además, a aquellas personas dispuestas a interpretar dichas músicas:
- 40 Mario Utreras, Entrevista personal, Op. Cit.
(…) nosotros ingresamos a la secretaría de la Juventud, porque tocábamos música de Sui Generis. Y Sui Generis nadie lo miraba como algo tan revolucionario. (…) [El encargado de la Secretaría] siempre nos miraba de reojo a nosotros, porque sabía que nosotros tocábamos canciones de Inti-Illimani, tocábamos canciones de Schwenke & Nilo, tocábamos canciones de Víctor Jara, tocábamos canciones de Patricio Manns. (…) Te llevaban a festivales (…) llevaban a todos como el grupo, y te vigilaban lo que querías cantar (…) cualquier tema que tuviera un pequeño matiz revolucionario en contra del gobierno militar, estay [sic] fuera40.
59A pesar de lo anterior, igualmente fue posible, a partir de la participación en distintas actividades, burlar la censura, y difundir este tipo de música con un mensaje de protesta –o con algo que estuviera asociado a ella. Dos tipos de actividades que se pueden destacar respecto a lo señalado: por una parte, los festivales musicales, y quizá, de manera mucho más importante, las peñas folclóricas. Una de las personas que estuvo presente en la organización de este tipo de actividades, expresa lo siguiente:
- 41 Mario Utreras, Entrevista personal, Op. Cit.
(…) nosotros hacíamos pequeños festivales de la canción en el Liceo Rahue y ahí teníamos que cantar cosas de protestas, escondíamos las cosas (…) porque en ese tiempo hasta los directores eran de derecha (…) La maquinación jerárquica que tenía el poder militar, hacía que todos los grandes poderes tenían que ser (…) simpatizantes (…) del gobierno militar. (…) Pero nosotros disfrazábamos las cosas41.
- 42 Rolando Rosas, Entrevista personal, Op. Cit.
- 43 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
60Se desprende de este relato el carácter oculto y/o clandestino de las acciones de resistencia; y asociado ello, la astucia y el disfraz eran elementos centrales a la hora de resistir. Las peñas folclóricas organizadas en la época también tuvieron esto como parte de sus características: “empezaron a haber peñas (…) por el ’80, ’85 (…) en FREDER [Fundación Radio Escuela para el Desarrollo Rural], esos años funcionaba (…) en [calle] Los Carrera. Se andaban 10, 12 cuadras antes de entrar, para ver si te venían siguiendo”42. Además, “las peñas eran una expresión de protesta política, y había contenido político, había consignas, había saludos, había denuncias de lo que pasaba”43.
61Pero no sólo los festivales musicales y las peñas fueron lugares utilizados para expresar el descontento, la rabia y la resistencia contra la dictadura. Hubo además otros espacios, como las misas católicas, que fueron ocupados por estas personas.
- 44 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
Las misas eran en algunos lugares, misas que tomaban el tema del pueblo, de la represión. (…) yo me ofrecía pa` hacer las misas, pa` ponerle canciones de Víctor Jara, la plegaria del Labrador y todas esas cosas. Entonces todo era en el espacio que uno pudiera concientizar políticamente a la gente, dar a conocer lo que pasaba con la dictadura y construir conciencia44.
- 45 Rolando Rosas, Entrevista personal, Op. Cit.
62La astucia de quienes resistían, asociada a la música y/o a lo sonoro, se refleja en ciertas actividades, como la utilización de alguna canción a modo de código de reunión, o en la manipulación de radios para obtener información. Ejemplo de lo primero es lo sucedido con el tango Cantando de Alfredo de Angelis: “Había un tango (…) ‘Cantando’ significaba que cuando escuchaban ese tango, ‘un saludo para tal persona, y le deseo feliz cumpleaños con el tango Cantando’, era un punto de reunión en el lugar de siempre”45 .
- 46 Rolando Rosas, Entrevista personal, Op. Cit.
63Respecto a lo segundo, las “radios con mosca” fueron una manera recurrente de poder sintonizar Radio Moscú, la que, principalmente a través del programa Escucha Chile (1973-1988), transmitía información verídica respecto a lo que realmente acontecía en dictadura, además de entregar un mensaje en contra de esta. Respecto a esas “radios con mosca”, una persona relata lo siguiente: “Habían (sic) unas radios (…) se llamaban las radios con mosca. ¿Por qué radios con mosca? A esas radios tú le cortabas el dial, le cambiabas una tecla y pasaba a onda corta, y se escuchaba la Radio Moscú”46.
- 47 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
- 48 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
64La música y/o lo sonoro no fue el único medio de difusión de información y reflexión política utilizado en la ciudad de Osorno. Se puede agregar, por ejemplo, el teatro: “(…) también el teatro fue otra forma que yo ocupé como herramienta política (…) en esa época todo era una expresión política”47. La búsqueda por utilizar todos los espacios posibles para la lucha contra la dictadura se sustentaba de algún modo en la premisa de “que, a través de muchas actividades culturales, las peñas, los encuentros, las obras de teatro, los festivales, los recitales (…) existía una resistencia política, cultural”48.
65En complemento a lo anterior, y en la búsqueda de ampliar los espacios de resistencia antidictatorial, otros tipos de acciones recurrentes en Osorno –sobre todo durante los últimos dos tercios de la década de 1980– fue la entrega y/o difusión de panfletos y el rayado de paredes. Ambas acciones buscaron difundir un mensaje claro de rechazo hacia el régimen militar y su accionar represivo.
- 49 Mario Utreras, Entrevista personal, Op. Cit.
- 50 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
[Existió] un verdadero panfleteo (sic) político, de cosas (…) fuera de la ley (…) existía una forma de panfleteo, con papeles chicos (...) donde incitaban, típicamente esos papeles llegaban a los jóvenes (…) había jóvenes que andaban con panfletos, iban saliendo y los tiraban, la intención es que alguien los recoja y los lea. Y lógicamente el mensaje era en contra del gobierno militar, con figuras de militares, con metralletas (…) tratando de hacer entender que existía una opresión, una opresión muy fuerte, especialmente por el orden militar (…) bajo la tutela de todo lo que significa el poder de las armas49.
Salíamos a rayar, panfletiábamos (sic), panfletiábamos en los colegios, panfletiábamos por la población, rayábamos por la población, se hacían rayados en calles más centrales, en el puente Rahue, en Rahue Alto (…) todo eso significaba una gran esfuerzo y un gran riesgo, porque salir a rayar podía significar que te pegaran un tiro, que te agarrara la CNI, que te desaparecieran, podía significar las peores formas de represión, sobre todo en un pueblo tan chico como Osorno50.
66La resistencia, no sólo fue ejercida en los espacios públicos comunes de la ciudad (centro administrativo y comercial), sino que ésta estuvo presente en los espacios propios de quienes resistieron. Así, las poblaciones (ubicadas generalmente en sectores periféricos y/o pobres de la ciudad) se transformaron también en un espacio de resistencia abierta hacia la dictadura cívico-militar y sus aparatos represivos.
67Una de las poblaciones que es más recordaba en relación con lo anterior, es la Población Eleuterio Ramírez, ubicada en el este de la ciudad.
- 51 Mario Utreras, Entrevista personal, Op. Cit.
Después del año ’84 (…) [es] cuando empiezan los grandes movimientos en Santiago, especialmente en las universidades, en el pedagógico, acá igual se empezó a ver más reflejado sobre todo en las poblaciones más pobres, de hecho una de las poblaciones que yo me recuerde (…) era muy reaccionaria, era la población Eleuterio Ramírez, donde existía un campamento (…) ellos empezaron a organizarse (…) porque ellos en sus bases empezaron a entender todo lo que pasaba con el movimiento militar (…) Empiezan a aparecer movimientos sociales, de puras poblaciones (…) [de clasificación económica] medio bajo para esa época. La Eleuterio Ramírez, la población Guajardo (…) que era una población que estaba (…) aislada en Osorno. Eran poblaciones que sí tenían movimiento en el interior51.
68Entre las distintas características y acciones asociadas a esta población es posible destacar una organización, empatía y complicidad entre sus habitantes. Esto se ve reflejado, entre muchas otras formas, en la utilización de códigos internos, que permitían, por ejemplo, detectar de manera temprana la llegada de la policía chilena (carabineros) a la Población.
- 52 Héctor Hernández, Entrevista personal, Op. Cit.
Cuando llegaba carabineros se prendía una luz por arriba y todos sabían que venían (…) y listo, con eso bastaba. Alguien (…) prendía una luz nomás y todos sabían. Había muchas señales que estaban en el aire, que no cualquiera las visualizaba, pero nosotros sabíamos (…) era un código interno (…) la comunicación interna funcionaba al cien por ciento52.
69La solidaridad entre vecinos/as no sólo fue puesta en práctica a la hora de defenderse de la represión dictatorial; el ámbito económico también estuvo marcado por este tipo de relaciones:
- 53 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
la microeconomía de sobrevivencia de las ollas comunes es una expresión de resistencia económica, el ‘comprando juntos’ en que la gente se organizaba para comprar por mayor el confort [papel higiénico], la azúcar, la harina, pa’que nos saliera más barato53.
70Hasta aquí han sido descritas y revisadas distintas acciones enmarcadas en la primera de las grandes categorías señalada al inicio de este apartado. Para conseguir una visión más amplia de la resistencia desarrollada en dictadura, resulta necesario revisar a continuación aquellas acciones ligadas a lo disruptivo y a la violencia política.
- 54 Medel Sierralta, Rodrigo Miguel y Nicolás Manuel Somma González, “¿Marchas, ocupaciones o barricada (...)
71Respecto a acciones disruptivas, estas deben ser entendidas como aquellas que “interfieren en las rutinas cotidianas, e incluyen desobediencia civil, huelgas laborales o estudiantiles, tomas u ocupaciones de edificios y cortes de ruta”54. Por su parte, el segundo tipo de acciones requiere un esfuerzo mayor de comprensión, en tanto se debe esclarecer qué se entiende por violencia política.
- 55 Jorquera-Álvarez, Tamara e Isabel Piper Shafir, “Revisión de estudios sobre violencias políticas re (...)
- 56 Jorquera y Zafiro, “Revisión de estudios”, Op. Cit.
72Según Jorquera-Álvarez y Piper Shafirla, la violencia política consistiría “en el empleo consciente –aunque no siempre premeditado– de la amenaza del uso de la fuerza física por parte de individuos, entidades, grupos o partidos que buscan el control de los espacios de poder político”55. Esta puede ser ejercida tanto por el Estado o los grupos hegemónicos como por grupos sociales diversos que resisten el ejercicio de poder de estos. La violencia política, o más, bien todas las expresiones de ella, pueden ser comprendidas como “aquellas que ocurren en el marco de acciones dirigidas a preservar, modificar, sustituir o destruir el modelo de Estado o de sociedad vigente [...] siendo utilizada tanto por el poder como por la resistencia”56. Como puede intuirse a partir de lo dicho en los apartados anteriores, aquí me centraré específicamente en las acciones de violencia política desplegadas por quienes resistieron a la dictadura.
73Respecto a lo disruptivo, es quizá la barricada, la mayor expresión de este tipo de acciones.
- 57 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
(…) [Existían] Barricadas también en Osorno (…) o era la Eleuterio Ramírez donde quedaba la cagá (sic), y salíamos a protestar y pelear con los pacos [carabineros], o era en 11 de septiembre en Rahue Alto, (…) esos era los lugares más permanentes en donde la gente se organizaba y se hacían actividades de esa índole. También en Rahue Alto en la plaza Walterio Meyer, en la plazuela Yungay era un lugar de concentración política y alguna vez la plaza de Armas (…) pero lo que más se ocupaba era la plazuela Yungay para hacer los mitin (sic) (…) y también en [calle] Real con [calle] Lupercio Martínez y en [calle] Walterio Meyer con [calle] Real57.
- 58 Doris, Entrevista personal, Op. Cit.
74Tal como se aprecia a partir de este relato, las barricadas fueron desarrolladas tanto en sectores periféricos de la ciudad como en algunos lugares emplazados en el centro de ella. Su auge estaría ligado principalmente a la fuerza que adquirió la lucha contra la dictadura en los años 1980, y que tuvo, como una de sus grandes expresiones, a las Jornadas Nacionales de Protestas desarrolladas entre los años 1983 y 1986. Este contexto de alguna manera motivó el accionar de distintas personas y grupos: “cuando había paro nacional salíamos a tirar miguelitos (…) barricadas, panfletos, eso era lo habitual (…) del ’84 al ’86 más menos”58.
75A pesar de la importancia de este tipo de acciones, aquellas ligadas a la violencia política fueron las que adquirieron una mayor visibilidad e impacto en lo público, siendo de lo más recordado para el período por la sociedad chilena en general. Entre las acciones de violencia política desarrolladas en Osorno se pueden nombrar al menos tres tipos diferentes: los cadenazos y/o cortes de electricidad; las bombas y los avisos falsos de bombas; y los enfrentamientos con carabineros.
76Respecto a los cadenazos y cortes de luz, la prensa local hace eco de ellos en varias ocasiones. El viernes 6 de septiembre de 1985, El Austral de Osorno describe una serie de cortes de luz acontecidos en Osorno. En específico, la nota de prensa, refiere al segundo de estos actos.
- 59 “Violentistas provocaron el último apagón”, El Austral de Osorno, 06 de septiembre de 1985.
Violentistas provocaron el último apagón
Elementos violentistas no identificados provocaron un corte de energía eléctrica el miércoles por la noche, lanzando alambres de púa a la red de baja tensión que afectó a las poblaciones Eleuterio Ramírez y Nueva Esperanza del sector de Francke, según informó la Sociedad Austral de Electricidad (SAESA)”. “(…) Este es el segundo atentado en 48 horas, tras producirse uno similar el lunes pasado, que dejó sin energía eléctrica el sector sur de la ciudad al “puentearse” dos líneas con un trozo de alambre que provocó la “caída” del alimentador número dos de la subestación de ENDESA59.
77Casi exactamente un año después, el 05 de septiembre de 1986 (dos días antes del atentado contra el dictador Pinochet), nuevamente El Austral de Osorno, emitió una nota de prensa describiendo este tipo de atentados en la ciudad.
- 60 “Atentados dejaron sin luz a Osorno”, El Austral de Osorno, 05 de septiembre de 1986.
Atentados dejaron sin luz a Osorno
El 50 por ciento de la población de Osorno sufrió anoche la interrupción del suministro de energía eléctrica, a raíz de la acción de desconocidos, que arrojaron un alambre a la línea de electrificación, en un sector de calle Errázuriz.
El apagón se registró a las 20:32 horas (…) Los sectores de la población afectados por el apagón fueron todo el sur, desde calle Mackenna a Ovejería. (…)
A los pocos minutos de solucionado el problema en el sector sur de la ciudad, se registró un nuevo apagón, a las 20:45 horas, que afectó a todo el sector de Rahue Alto, lo que nuevamente movilizó al personal de turno de SAESA [Sociedad Austral de Electricidad Sociedad Anónima]60.
78Como ya señalé, este tipo de acciones no fueron las únicas desarrolladas en Osorno que se enmarcan en la violencia política; el uso de distintos tipos de artefactos explosivos y/o bombas, también fue relativamente recurrente, sobre todo en la segunda mitad de la década de 1980.
79Dos notas de prensa publicadas en El Austral de Osorno entregan testimonio de lo anterior. La primera de ellas, del 18 diciembre de 1988, hace referencia a una bomba de ruido instalada en el centro de la ciudad:
- 61 “Bomba ruidosa causó alarma al explotar”, El Austral de Osorno, 18 de diciembre de 1988.
Bomba ruidosa causó alarma al explotar
Un artefacto ruidoso confeccionado con pólvora y guía de fuego, explotó aproximadamente a las 23 horas del miércoles pasado en recintos ferroviarios frente al molino ubicado en Portales y Bilbao sin causar daños ni lesionados, pero con alarma entre el vecindario del sector. (…)
El citado artefacto detonó con singular ruido, siendo posible verificar posteriormente, que operó en base a pólvora, activada mediante una guía de fuego61.
80Por su parte, la segunda nota, publicada el 13 de marzo de 1989, describe la explosión de una bomba en las instalaciones de Telefónica del Sur.
- 62 “Bombas incendiarias en instalación telefónica”, El Austral de Osorno, 13 de marzo de 1989.
Bombas incendiarias en instalación telefónica
Dos botellas, del tipo bomba Molotov, fueron lanzadas, casi a medianoche el sábado pasado en Osorno, sobre una caja de distribución de cables de líneas telefónicas, ubicada en la intersección de las calles César Ercilla y Recabarren. (…)
De acuerdo a antecedentes proporcionados por la prefectura policial, se estimó que cada uno de los envases, lanzados por desconocidos, contenía aproximadamente tres cuartos de litro de líquido inflamable, especialmente acondicionado para los efectos que se perseguían62.
- 63 Héctor Hernández, Entrevista personal, Op. Cit.
81El último tipo de acciones de violencia política a revisar es el relacionado a los enfrentamientos con carabineros. Estos se realizaron en diferentes momentos, sectores y contextos. En este sentido, creo importante destacar aquellos que sucedieron en las poblaciones periféricas de la ciudad, entre ellas la ya nombrada Población Eleuterio Ramírez. Sobre ella, sus mismos habitantes la recuerdan como “un territorio libre, ahí los pacos [carabineros] no podían entrar”63.
82Esta última afirmación refiere principalmente al hecho de que carabineros siempre fue obstaculizado y enfrentado por los habitantes en sus variados intentos por ingresar a la Población y ejercer la represión. Al respecto, uno de los vecinos de la época, activo en la resistencia contra la dictadura, señala:
- 64 Héctor Hernández, Entrevista personal, Op. Cit.
[Enfrentamientos con carabineros] siempre, muy fuerte, el año ’73 cuando recién vino el golpe, mataron mucha gente (…) al Mario Opazo, al Gustavo Igor (…) perseguían a plena luz del día (…) a las 2, 3 de la tarde siguiendo a las personas (…) y disparándole al cuerpo. Esas cosas se vieron (…) La gente (…) Cuando te matan un vecino sin culpa de nada (…) primero les da rabia y por eso es que después participaron todos (…) Hubieron(sic) enfrentamientos muy graves (…) cuando retomamos la lucha clandestina en contra de la dictadura, se formaron equipos de pelea. Les hacíamos trampas a los pacos [carabineros]. Por ejemplo, una vez hicimos un foso grande, donde hicimos la simulación de quemar neumáticos en un lugar, y los llevábamos a donde queríamos y [el vehículo policial, finalmente] cayó al hoyo64.
83La Población Eleuterio Ramírez no fue la única donde se desarrollaron enfrentamientos contra carabineros. El Austral de Osorno, en su edición del 13 de septiembre de 1988, relató lo siguiente:
- 65 “Hubo desmanes en siete poblaciones de Osorno”, El Austral de Osorno, 13 de septiembre de 1988.
Hubo desmanes en siete poblaciones de Osorno
Grupos de pobladores obviamente concertados, cometieron toda clase de desmanes, en forma casi simultánea en diferentes y apartados lugares de la ciudad en la noche del domingo pasado, prolongándose hasta las primeras horas de la madrugada de ayer.
Escenario de los hechos fueron las poblaciones de Las Vegas, Carlos Condell, 11 de Septiembre, Rahue dos, y Pampa Schilling, en el sector poniente de la ciudad, mientras que similares acciones destructivas eran cometidas en la Población Eleuterio Ramírez y en el campamento Manuel Rodríguez (…)
(…) los hechos vandálicos se iniciaron a las 20:30 horas del domingo (…) consistiendo en la interrupción del tránsito vehicular y peatonal, cortes de energía eléctrica, instalación de barreras en medio de las calzadas, como igualmente quema de neumáticos, destrozos causados a varios inmuebles y ataques con bombas Molotov a vehículos policiales. (…)
En los mismos instantes en que ocurrían estos desmanes un grupo de unas doscientas personas, tanto de la población Eleuterio Ramírez como del campamento Manuel Rodríguez levantaron barricadas, marchando en manifestaciones no autorizadas, interrumpiendo el tránsito y atacando al personal policial a pedradas, con hondas de gran poder de alcance65.
84Los hechos descritos sucedieron el día 11 de septiembre de 1988, en día aniversario del Golpe de Estado y a pocas semanas de realizarse el plebiscito del 5 de octubre de 1988, por lo que se infiere que dichos enfrentamientos tuvieron además un fuerte componente simbólico de rechazo contra la dictadura cívico-militar.
85Un último hecho a revisar es lo ocurrido el 06 de septiembre de 1989 en la ruta 215, a las afueras del Instituto Profesional Osorno (actualmente, Universidad de Los Lagos). Allí, un grupo de personas realizó distintas acciones de resistencia –entre ellas, enfrentamientos contra carabineros y militares–, a raíz del asesinato en Santiago, por parte de la CNI, de Jécar Neghme, militante del MIR. Los hechos se mantuvieron por varios días.
- 66 “Subversivos atacaron vehículos militares”, El Austral de Osorno, 09 de septiembre de 1989.
Subversivos atacaron vehículos militares
Además de estos artefactos incendiarios había miguelitos y linchacos, habiéndose atacado a personal militar, que se movilizada en microbús, como pasajeros. Comandante Cadenasso, previene ante eventuales ataques a unidades militares.
Peligrosas bombas Molotov, linchacos, miguelitos y una bandera del MIR, fueron incautados por efectivos del Regimiento “Coraceros”, desde el frontis del Instituto Profesional de Osorno, luego que un pequeño grupo de estudiantes y agitadores intentaron interceptar vehículos militares, atacándolos con piedras en la Ruta 215, en el mencionado local. (…)
El citado castrense [Enrique Cadenasso] informó que los hechos se suscitaron el miércoles pasado cuando transitaban en buses de traslado personal de la unidad militar, que fueron agredidos con piedras y colocación de miguelitos66.
86Como es posible apreciar en las páginas que componen este trabajo, la ciudad de Osorno no estuvo ajena a los horrores y crímenes cometidos durante el período dictatorial. La represión en todas sus formas, las detenciones arbitrarias, las prácticas de torturas y los asesinatos fueron hechos que, lamentablemente, estuvieron presentes en la sociedad osornina y que marcaron la vulneración de los Derechos Humanos en este territorio.
87Estos actos de injusticia instalaron y promovieron el miedo en la sociedad chilena, la fragmentación del tejido social, un sentimiento anti-marxista y/o anti-comunista –en algunos casos, vigente hasta el día de hoy–, entre otros. Pero, frente a este actuar, se debe destacar lo realizado por distintos grupos y personas que, en un contexto en extremo difícil, no sólo desarrollaron una lucha de resistencia contra la dictadura como régimen ilegítimo, sino que también, contra las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos cometidas por los agentes policiales, militares y civiles de la dictadura. Osorno tampoco estuvo ajena en este sentido, tal como se pudo apreciar en el apartado anterior.
88Al inicio señalé que la resistencia debe ser entendida como un proceso contra la dominación y que posee distintas expresiones o recursos. Esto puede ser comprobado a través de los distintos relatos y documentos citados en este trabajo. Acciones como la realización de festivales musicales y peñas folclóricas, obras de teatro, la canciones elegidas para las misas católicas, la entrega de panfletos, los rayados en las paredes, los mítines, las marchas, las protestas, la confección de “radios con mosca”, el uso de códigos, la instalación de bombas, los cortes de luz y/o cadenazos, las ollas comunes, entre muchas otras prácticas que no fueron revisadas en este trabajo, dan cuenta de la variedad de formas que posee la resistencia, muchas de ellas ocultas al espacio público (hegemónico), pero no por ello de menor valor.
89La premisa central de este trabajo es la existencia de una relación entre el ejercicio de resistir y la búsqueda de justicia. A partir de lo revisado en este escrito, dicha relación estaría sustentada en tanto los intentos de dominación por parte de quienes se encuentran en una situación hegemónica en una relación de poder (a nivel micro y macro) son injustos en sí mismos. Debido a ello, las prácticas y estrategias de resistencia serían, además, una reivindicación de justicia en tanto buscan modificar, subvertir y/o eliminar relaciones de poder generadoras de injusticia(s). Finalmente, a lo anterior se debe agregar que, aun cuando una práctica de resistencia no tenga como fin inmediato o aparente la modificación de una situación de injusticia –por ejemplo, los cortes de luz, el uso de códigos, entre otras–, ella podría estar enmarcada en un proceso más amplio de búsqueda de justicia social.
“Atentados dejaron sin luz a Osorno”, 05 de septiembre de 1986.
“Bomba ruidosa causó alarma al explotar”, 18 de diciembre de 1988.
“Bombas incendiarias en instalación telefónica”, 13 de marzo de 1989.
“Hubo desmanes en siete poblaciones de Osorno”, 13 de septiembre de 1988.
“Subversivos atacaron vehículos militares”, 09 de septiembre de 1989.
“Violentistas provocaron el último apagón”, 06 de septiembre de 1985.
90Radio UChile, Santiago, 21 de marzo de 2014, “Corte Suprema dicta fallo contra efectivos de Carabineros por delitos de lesa humanidad”, disponible en https://radio.uchile.cl/2014/03/21/corte-suprema-dicta-fallo-contra-efectivos-de-carabineros-por-delitos-de-lesa-humanidad/, consultado el 01 de octubre de 2023.
91Comisión Nacional sobre la Prisión Política y Tortura, Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, Santiago, 2005, disponible en http://www.bcn.cl/bibliodigital/dhisto/lfs/Informe.pdf/
92Junta Militar de Gobierno, Declaración de principios del Gobierno de Chile, Gabriela Mistral, Santiago, 1974.
93Ley N° 12.927, Diario Oficial de la República de Chile, modificada por el Decreto Ley N°1.281, Santiago, 1975.
94Ley N°18.314, Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, 1984.
95Secretaría General de Gobierno, Campaña de penetración psicológica masiva. Dirección de Relaciones Humanas. Departamento de Psicología, Santiago, 1974.
96Secretaría General de Gobierno, Orientación Psicológica para los Planes de Difusión del Gobierno, Santiago, 1974.
97Doris, Entrevista personal, junio de 2013.
98Héctor Hernández, Entrevista personal, junio de 2013.
99Mario Utreras, Entrevista personal, mayo de 2013.
100Miguel, Entrevista personal, agosto de 2015.
101Rolando Rosas, Entrevista personal, mayo de 2013.